EMEEQUIS.– “Camina libre, camina segura”, se lee en uno de los muros de la colonia Del Mar en Tláhuac. Faltan cinco minutos para las siete de la noche y a pesar de que aún no oscurece, algunas de las lámparas de ese Sendero Seguro que sí funcionan ya empiezan a encenderse. Pocas personas caminan y Helena, habitante de Iztapalapa, explica que “la poca sensación de seguridad que éste ofrece, se acaba al cruzar las calles o entrar a otras que no están catalogadas dentro de este programa” –lanzado con el propósito de disminuir principalmente los delitos relacionados con la violencia de género– pues la iluminación no es suficiente.
Los “Senderos Seguros: Camina Libre, Camina Segura” forman parte de un programa iniciado en 2019 por el Gobierno de la Ciudad de México que “busca contribuir positivamente a la erradicación de la violencia de género en la vía pública” a través de mejoras en la iluminación y la intervención con pintura mural en zonas catalogadas como inseguras.
EMEEQUIS realizó un recorrido por distintos Senderos Seguros de Iztapalapa y Tláhuac –alcaldías ubicadas al oriente de la Ciudad y dentro de las tres alcaldías con mayor percepción de inseguridad– para conocer el estado actual del programa que, de acuerdo con el cruce de datos oficiales, no ha inhibido los delitos relacionados con violencia de género y, al contrario, aumentaron un 6% con respecto a 2019.
NO CUMPLEN CON EL PROPÓSITO
Este medio solicitó vía transparencia al Gobierno de la CDMX, la Secretaría de Obras y la Secretaría de Mujeres capitalinas información sobre el programa “Senderos Seguros” que incluyera un listado de todos los habilitados actualmente, así como el presupuesto de estos para analizarlos y como resultado se descubrió que los delitos no han disminuido y repuntaron con respecto a las cifras previas a la pandemia.
La Fiscalía capitalina detalló que no cuenta con un informe exclusivo de los resultados de los senderos seguros, por lo que entregó una base de datos de la incidencia delictiva en la capital en el periodo 2019 a 2022 la cual desagrega las carpetas de investigación por hora, fecha, calle y colonia donde ocurrió el delito.
Con esta base y el listado entregado por la Secretaría de Obras de la Ciudad de México se realizó una base de datos especial la cual confirma que, con respecto a 2019, los delitos relacionados con la violencia de género (acoso sexual, abuso sexual, violación, privación de la libertad, corrupción de menores y retención de menores) en los 195 Senderos Seguros notificados aumentaron un 6%.
Estas cifras contrastan con la comunicación oficial del Gobierno capitalino que detalló que en 4 años se han instalado 431 senderos en las 16 alcaldías “que han logrado disminuir un 28.8% los delitos contra las mujeres en espacios públicos”.
Dentro de los hallazgos de EMEEQUIS se encuentra que el delito relacionado con violencia de género mayormente denunciado en estas zonas es el abuso sexual. Éste tuvo una disminución en su incidencia durante 2020 pero para 22 ya había superado las cifras de 2019.
En el caso del acoso sexual y la violación no hubo un repunte tan pronunciado, sin embargo, juntos acumulan 60 y 59 denuncias de 2019 a 2022, respectivamente.
Por otra parte, el C5 de la Ciudad de México informó, vía transparencia, que el único resultado disponible en los Senderos Seguros era el informe estadístico del uso de los botones de pánico. Sin embargo, éstos han sido colocados únicamente en 38 Senderos, teniendo en consecuencia una muestra mucho menor.
“La herramienta tecnológica se encuentra integrada por un altavoz, una torreta, dos cámaras, un botón de emergencia y un equipo de comunicación; de las cuales éste Centro participó en la instalación de 1,154 herramientas tecnológicas de videovigilancia (tótems) en 38 senderos en la Ciudad de México, que a continuación se detallan”
De este desglose, el C5 detalló que de 2019 a 2022, los botones han sido usados en 218 ocasiones por delitos como agresiones, acoso, abuso sexual, violación, entre otros.
¿CAMINA LIBRE Y SEGURA?
Contrario a la premisa del programa de “Senderos Seguros”, caminar libres y seguras no es una garantía para todas las mujeres mexicanas y en este caso, de la Ciudad de México.
Según la última entrega de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) 2022, la percepción de inseguridad en sus ciudades es mayor en las mujeres (69.9 por ciento) con respecto a los hombres (57.4 por ciento).; además la misma encuesta señala al alumbrado público insuficiente como el segundo problema más frecuente entre los encuestados, con un 61% de prevalencia.
“Así como en la colonia del Mar, pasa en casi todos los Senderos Seguros de Iztapalapa y Tláhuac, puedes ver muy iluminado ese tramo pero lo que no es sendero y es un callejón que te lleva a tu casa, no tiene la misma iluminación ahí. Muchas veces en Iztapalapa, aún saliendo para una distancia corta he tenido que tomar uber, taxi o mototaxi, sino siento que ya no la cuento”, relata Helena durante el recorrido.
Caso similar es el de Brenda y uno de los Senderos Seguros que ella conoce es el de Coyuya, Iztacalco, en el tramo que va de la estación del Metro Santa Anita a la estación Coyuya en el Eje 4 Sur. De día es transitable pero de noche nunca pasa caminando por ahí.
“Aunque ahora he notado que hay más iluminación, es un tramo que mejor prefiero evitar y usar Uber porque siempre está solo y me da miedo”, relata.
Rosalinda camina regularmente en la zona de Río Churubusco y considera que los Senderos Seguros no son un trabajo integral que atienda las diversas problemáticas de violencia en la capital.
“Los senderos no mejoraron la seguridad, solo hacen un trabajo de imagen urbana y no un trabajo integral de atención a la problemática real de las violencias que vivimos las mujeres aquí en la ciudad, todos los días nos enfrentamos al acoso y con la iluminación solo se mueven los acosadores a otra calle que esté oscura, tienen que iluminar todas y que haya verdadera vigilancia en todas las calles no solo por tramos”, responde Rosalinda.
En la colonia El Santuario, ubicada en Iztapalapa y muy cerca de donde se realiza la representación de Semana Santa, otro Sendero Seguro se encuentra en la zona, sin embargo, a la mitad del camino deja de serlo. A las tres de la tarde, cuando este medio caminó por la zona, se puede encontrar a mujeres con sus hijas e hijos, niñas de secundaria y mujeres trabajadoras, quienes bajo el rayo del sol apuran el paso pues está solo.
¿Y EL MANTENIMIENTO?
“Es complicado pero en Tláhuac e Iztapalapa, que estamos tan lejos del centro y se marginan muchas zonas ya sea por la distancia, la inseguridad, los prejuicios o el transporte como ahora que no tenemos Metro de nuevo, la vida se nos va en transporte, la vida aquí es así y las políticas públicas, que de por sí están olvidadas en todas partes, acá es peor, mira, la mitad de las lámparas no funcionan”, relata Helena mientras se observa el Sendero Seguro de Canal de Chalco desde la ventana de un camión.
EMEEQUIS solicitó vía transparencia a la Secretaría de Obras, cuál fue el monto presupuestal para los Senderos Seguros, así como una especificación del mantenimiento que se le da a estos tramos. En respuesta, la dependencia señaló que no hay mantenimiento alguno por su parte y que, de 2020 a 2022, se han invertido mil 002 millones 300 mil pesos.
No hay mantenimiento.
A mediados de 2022, el Observatorio Nacional Ciudadano se refirió al programa de Senderos Seguros como uno con falta de transparencia que podría ser un buen complemento para acelerar la reducción de los delitos y mejorar el entorno urbano.
Sin embargo, subrayó: por sí solos son insuficientes para disminuir significativamente la violencia contra las mujeres en la vía pública.
“Se podrá llamar Sendero Seguro pero yo sigo caminando por debajo de la banqueta en tramos solitarios, en el día a día evalúas si prefieres correr para que no te atropellen o desaparecer y que tu familia no te vuelva a ver”, finaliza Helena.
@FridaMendoza_
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