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Emprendedores 4T. A los 22 fundó empresa millonaria en un coworking de Polanco

El gobierno obradorista completó el sueño de Juventino con millones en contratos: operación de carros equipajeros del AICM, venta de cursos y mantenimiento al IMSS, venta de “bienes” al IPN. Llegó de Tepetongo, Zacatecas, y fundó su empresa en una oficina compartida a renta por horas en Polanco.

2 / 07 / 22

EMEEQUIS.– Cuando AMLO ordenó la desaparición del Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM), nadie podía prever que su gobierno sería una incubadora de milagrosos emprendimientos.

Uno de esos prodigios es Interactiva en Tecnología y Automatización S.A. de C.V. (ITASA), fundada por un joven de 22 años que salió de Tepetongo, Zacatecas, para colocar su compañía en una oficina de coworking en la colonia Polanco de la Ciudad de México, donde rápidamente fue hallado por los contratistas del gobierno federal, ávidos por dotarlo de contratos.

La empresa nació en diciembre de 2018, en la segunda semana del gobierno obradorista, y para el 2 de febrero de 2019 ya había amarrado un primer contrato para la operación de terminales de carros equipajeros en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).

En mayo siguiente la compañía obtuvo un segundo contrato con la misma dependencia y para los mismos fines, por el resto del año. En solo cinco meses, ITASA había conseguido ya una contratación de más de 2 millones de pesos. 

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Los éxitos continuaron, y la compañía diversificó rápidamente sus ramas de actividad y su cartera de clientes, dentro del gobierno estos, desde luego: venta de cursos, mantenimiento, comercialización de lámparas, que vende  al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y al Instituto Politécnico Nacional (IPN). 

La estrella detrás del éxito de ITASA es Juventino Montes Murillo, el joven tepetonguense que es uno de los orgullos de la “aceleradora empresarial” en que se convirtió el gobierno obradorista. 

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Invitación enviada por AICM al coworking de la empresa y fachada de la misma. 

EL FUNDADOR: DE TEPETONGO A POLANCO

En diciembre de 2018, cuando el gobierno de AMLO comenzaba, Juventino Montes Murillo tenía un mes de haber cumplido 22 años. Es originario de Tepetongo, un municipio vecino a Jeréz, ubicado a 85 kilómetros de la ciudad de Zacatecas. Es un poblado de no más de siete mil habitantes, colindante con Jalisco. 

Juventino nació ahí, en junio de 1996, el mismo mes en que esa cabecera municipal celebra a San Juan Bautista.

No hay antecedentes escolares disponibles de Juventino, ni referencia que documente experiencia de este emprendedor en el negocio de la logística aeroportuaria. Si acaso alguna noticia tenía Juventino sobre el ámbito aeroportuario, no era más que por su hermana, Blanca Montes Murillo, que trabajaba como auditora del AICM.

Pero la falta de experiencia no representó ninguna dificultad para alguien como él, decidido a perseguir su sueño. 

El AICM primero otorgó el contrato a empresa de Juvencio y después anunció la convocatoria.

Aquel 19 de diciembre de 2018 se presentó ante la Correduría Pública número 22, en la alcaldía Benito Juárez de la Ciudad de México, y fundó ITASA. Para ello se consiguió un socio, Jair Ledezma Vega, de 31 años.

Cada uno puso 200 mil pesos para formar el capital social, de 400 mil pesos. Como objeto social se plantearon, como quedó consignado en el acta: 

Comercialización de medicamentos, complementos alimenticios, maquinaria, equipo en general de todo tipo de productos y mercancías; adquisición de títulos de patentes, marcas industriales, nombres comerciales, opciones y preferencias, derechos de propiedad literaria, industrial, artística o concesiones de alguna autoridad; constitución, edificación, urbanización, rehabilitación, planeación, programación, proyección conservación y mantenimiento de todo tipo de obras de ingeniería y arquitectura ya sean de carácter público y /o privado; comercialización de equipo de control y acceso, seguridad y monitoreo para el control de estacionamiento en la vía pública y privada tales como parquímetros o estacionamientos, carros equipajeros, sistemas de monitoreo de tránsito vehicular; realización de eventos corporativos, entre otros.

Juventino quedó como presidente del consejo de administración, y Jair como secretario. Nombraron un encargado de vigilancia o comisario de la sociedad, Elías Delgado Delgado. 

Acta constitutiva de la empresa de Juventino y Jair. 

Pero no tenían oficina ni sitio semejante donde trabajar. Así que arrancaron actividades en un cubículo de un establecimiento de coworking, una de esas oficinas compartidas donde se paga por el uso de un “espacio” y de la señal de internet.

Eligieron uno que trabaja bajo la marca Central W, en el número 316 de Eugenio Sue, en Polanco, donde los usuarios pueden acceder a un espacio 30 horas mensuales por menos de 3 mil pesos. Eligieron el cubículo 4709 y se instalaron.

Contra todo pronóstico, los cazadores de talentos del área de contrataciones del Aeropuerto capitalino llegaron hasta Juventino y Jair para cambiar sus destinos.

Ahora, Juventino, que antes no tenía ni oficina propia, aparece en sus fotos de redes sociales con un Dodge Charger negro, un vehículo de lujo cuyo precio es mayor al millón y medio de pesos. 

 Juventino y Blanca Montes Murillo.

MILAGROSA FUENTE DE CONTRATOS

El primer contrato (código 2010446) le fue asignado a la empresa de Juventino por adjudicación directa, suscrito con una vigencia de un mes, del primero de febrero al 31 de marzo de 2019, por un monto de 413 mil pesos, por el “servicio de operación de estaciones de carros equipajeros en la Terminal 2 del Aeropuerto de la Ciudad de México”. 

Un dato extraño es que, de acuerdo con el expediente de Compranet, la publicación para participar en la contratación se difundió ¡el 27 de febrero! Es decir, 25 días después de iniciada la vigencia del contrato. La responsable del convenio, por parte del AICM, fue Sandra Muñoz Marcial.

Aún suponiendo que la fecha consignada en Compranet fuera producto de un error humano, y la fecha correcta fuese 27 de enero, no dejaría de ser un   prodigio que contratistas del AICM encontrasen a la empresa de Juventino sólo 18 días de que esta fuese dada de alta en Compranet, el 9 de enero. Pero así fue. 

El segundo contrato le fue adjudicado a la empresa de Juventino 37 días después de concluida la vigencia del primero, para los mismos fines. Derivó de un procedimiento de “Invitación a tres personas” (IA-009KDN001_E46-2019), al que fue convocada la compañía del joven empresario tepetonguense desde el 22 de abril, según consta en el documento relativo.

ITASA dejó en el camino a Telemetrak y Comercializadora Icarr. Después de todo, ahora la empresa de Juventino ya podía reseñar en su currículum empresarial 59 días de experiencia en la ejecución del servicio que se requería en el nuevo contrato.

La contratación sería esta vez de 8 meses, es decir, por el resto de 2019, y por 1.6 millones de pesos ($1,620,680). 

La decisión de los evaluadores de la entidad contratante se efectuó el día 5,  y el 7 de mayo se dio a conocer el fallo y entró en vigor el contrato. Juventino había ratificado así la confianza de sus clientes.

Cuando más experiencia iba ganando la empresa de Juventino en la logística de los carros equipajeros, decidió dejar atrás esa etapa y cambió no solamente de actividad, sino de cliente, aunque dentro del gobierno, y extrañamente, por contratos de menor monto.

En 2020, ITASA suscribió dos contratos con el Instituto Politécnico Nacional (IPN): uno de ellos por venta de “bienes”, según consigna lacónicamente la hoja de “datos relevantes”, por 49 mil 371 pesos con 98 centavos; y el otro, por “servicios generales”, descritos con igual parquedad, que tuvo una vigencia de tres días, del 21 al 23 de octubre. El monto de este último fue de 44 mil 371 pesos con 58 centavos.

Ya en 2021 consiguió tres contratos con el IMSS, para propósitos tan diversos como: 

― Adquisición de lámparas para la Dirección de Innovación y Desarrollo Tecnológico, por 561 mil 399 pesos con 30 centavos.

― Mantenimiento a los espacios físicos de la Dirección de Innovación y Desarrollo Tecnológico, en las “instalaciones de Tokio 80 y Toledo 21”, del 11 al 21 de octubre, por 550 mil pesos. 

― Curso de capacitación para el personal de la Coordinación de Planeación Estratégica y de Gestión de la Dirección de Innovación y Desarrollo Tecnológico, del 4 al 14 de octubre, por 91 mil 893 pesos con 10 centavos

 ― Curso de Capacitación para el personal de la Coordinación de Datos y Analítica de la Dirección de Innovación y Desarrollo Tecnológico, del primero al 9 de octubre, por 273 mil 288 pesos con 80 centavos.   

Es decir, Juventino y su socio Jair han conseguido hasta ahora ocho contratos de tres instituciones, con valor global de 3 millones 604 mil pesos con 66 centavos. Considerando el IVA, han cobrado al gobierno unos 4 millones 180 mil 645 pesos con 40 centavos. Nada mal para dos jóvenes construyendo su futuro.

@estedavid

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