EMEEQUIS.- Para 24 cubanos, el sueño americano se esfumó en un instante. En primer lugar, un grupo de narcotraficantes los secuestro momentáneamente; les arrebató sus celulares y los confinó en el garaje del hotel donde se alojaban.
Posteriormente, el Instituto Nacional de Migración (INM) los retuvo durante más de tres días sin posibilidad de comunicarse y finalmente los repatrió sin respetar sus derechos humanos. Dentro del grupo había dos mujeres que habían conseguido una cita con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP).
Sin importar lo peligroso que puede llegar a ser para los migrantes, México continúa como paso obligado para llegar a Estados Unidos. Apenas el lunes, una caravana de entre 5 y 8 mil migrantes partió del sur de Chiapas.
Entre las nacionalidades presentes en la caravana se encuentran personas de Asia, América del Sur, Central y Caribe. Quienes aparte de cruzar y llegar a la frontera con Estados Unidos, desean obtener una cita con las autoridades norteamericanas, para poder garantizar su estadía y no ser deportados a México.
Aún conscientes de los riesgos que implica cruzar México, miles de migrantes continúan su camino y aprovechan las fiestas mexicanas para solicitar al gobierno mexicano les otorgue un permiso de tránsito. Las protestas llegan al grado de lastimar o flagelar el cuerpo con tal de que el INM los escuché. Solamente el 2 de noviembre, siete hombres y dos mujeres se suturaron los labios como protesta para que el INM los atendiera y les concediera un permiso de tránsito para cruzar el país hasta la frontera con Estados Unidos.
Sin embargo, muchas veces pese a que los migrantes poseen un permiso de tránsito o se encuentran en trámite de uno, el INM decide que lo mejor es deportarlos a su país de orígen. En ocasiones esto ocurre sin que las autoridades expliquen el proceso o respeten los derechos de los migrantes.
ASTRID PERDIÓ MÁS QUE TODOS
Astrid, nombre ficticio utilizado para proteger su identidad, relata que fue una de las personas más afectadas, ya que tenía programada una cita para ser atendida por las autoridades estadounidenses en la frontera entre México y Estados Unidos. Ahora, de regreso en Cuba, siente que ha perdido toda posibilidad:
“Todo mundo perdió yo sé, pero bueno nosotros ya teníamos una cita aprobada que es lo que todo mundo anhela. Ya teníamos el pasaje para la frontera, todo y en fin. Nada. Les valió madres porque no hicieron nada por nosotras, no nos dejaron de hablar, no nos dejaron nada, nos privaron de cualquier tipo de derecho, la verdad”.
EMEEQUIS ha denunciado en múltiples ocasiones los graves problemas que enfrenta el Instituto en el ejercicio de sus funciones. Según los testimonios de los migrantes que han pasado por la estación migratoria “Las Agujas” en Iztapalapa, la vulneración de los derechos humanos, así como la corrupción y la extorsión, son temas recurrentes. El instituto opera como una suerte de cárcel en la que acceder a recursos básicos implica entregar dinero al personal de migración.
CUBANOS INCOMUNICADOS
Uno de los principales problemas reportados por los migrantes es la limitada posibilidad de comunicarse. Ya sea porque el instituto les impide contactar con sus amigos y familiares o porque dentro de la institución no les proporcionan información sobre las razones por las que fueron “rescatados”, hacia dónde se dirigen o cuáles son los trámites necesarios para regularizar su situación y permanecer en territorio mexicano.
En entrevista con EMEEQUIS, Astrid relata cómo vivió en carne propia el calvario de ser “rescatada” por el Instituto Nacional de Migración, término que el instituto utiliza para referirse a la captura y retención de migrantes. El instituto no le posibilitó ningún medio para tener comunicación con sus amigos, familiares o abogados. Además, tanto ella como su tía fueron deportadas a pesar de contar con trámites en curso para regularizar su estancia en México.
Sadra Nava Jiménez, abogada de Astrid, menciona que se violentaron varios derechos de los jóvenes cubanos. Según la abogada experta en cuestiones de migración: “Ellos no tuvieron derecho a una debida defensa, no tuvieron derecho a una llamada al ser detenidos, violentaron su derecho al libre tránsito y lo violentaron porque ellos tenían derecho a contar con una defensa para poder obtener la libertad después de su trámite migratorio”.
Astrid relata cómo el Instituto las detuvo a ellas y a otros 22 cubanos cuando se encontraban hacinados en un motel en Tula. En ese lugar se encontraban 16 hombres y ocho mujeres cuando un convoy de delincuentes los encerró en el sótano del hotel y les explicó que el problema no era con ellos, sino con el administrador del hotel.
Posteriormente, debido al alboroto causado por la llegada de los delincuentes, los vecinos alertaron a la policía. Siempre según el relato de Astrid, llegaron aproximadamente cinco patrullas llenas de agentes, quienes no detuvieron a ninguno de los integrantes de la delincuencia organizada. “No capturaron a ninguno, incluso cuando la policía llegó ellos todavía estaban allí y la policía los dejó irse. Solo a nosotros nos detuvieron”, explica la cubana.
La policía de Tula contactó a los agentes de migración, quienes sacaron a los 24 cubanos del sótano donde estaban confinados y los trasladaron de inmediato a las instalaciones ubicadas en Pachuca. Según menciona Astrid, tanto ella como su tía presentaron pruebas de que estaban en proceso de regularización y, además, tenían una cita programada para ser atendidas por funcionarios de Estados Unidos:
“Siempre les recalcamos que en el caso mío y de mi tía, que teníamos la cita aprobada y teníamos un pasaje ya sacado para la frontera y todo. Había un (agente) de migración que si como que nos apartaba y porque cuando un cubano tiene la cita aprobada ya saben cual es su rumbo y más porque yo tenía ya todo impreso”, sin embargo, a pesar de que Astrid mostró toda su documentación, llegó otro agente de migración y decidió que ellas también debía de ser trasladadas.
DE UN CENTRO DE DETENCIÓN A OTRO
Al llegar a Pachuca, Astrid esperaba que los hicieran descender del vehículo para verificar su documentación y llevarlos al centro de migración. Sin embargo, esto no sucedió. Nuevamente, sin explicarles cuál era el proceso, los subieron a unas combis y los trasladaron al centro de. En ningún momento se les permitió hacer alguna llamada telefónica o hacer contacto con algún abogado:
“Lo que me llama la atención es que si la intención de ellos era hacernos un papel o llevarnos a un refugio, algo, porque no lo hicieron allá arriba, por qué del norte nos tiene que bajar para el sur, que fue lo que hicieron”, menciona Astrid.
La abogada Nava Jiménez también expresa que: “hubo violaciones al debido proceso porque los trasladaron de entidad en entidad federativa sin que ellos pudieran tener una llamada. Eso es desaparición forzada porque aparte los desaparecieron del país, se los llevaron a otro país. Eso violenta y viola todos los derechos humanos de cualquier migrante. No tuvieron derecho a un abogado, no tuvieron derecho a hacer una llamada. Realmente se violentaron muchísimos derechos”.
Finalmente, uno de los agentes de migración les explicó lo que iba a suceder y les aseguró que no serían deportados. Sin embargo, les informó que serían llevados a la frontera sur. En efecto, fueron trasladados a la estación migratoria de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Lamentablemente, la palabra del oficial no se cumplió y en menos de 24 horas terminaron siendo reportados a Cuba.
Ahí, Astrid junto con otros cubanos firmaron un permiso para mantener su proceso de regularización en libertad: “Nosotros leímos el documento, en el documento decía que todo extranjero que se presentará en una oficina de migración en México, tenía derecho a empezar su proceso de refugio. En este caso, nosotros lo íbamos a pedir ahí, pero el papel nos exoneraba de hacer el proceso entroncados, o sea que podíamos hacer el proceso libres”.
Nava Jiménez expresa que ella llevaba el trámite necesario para que Astrid y su tía, junto con otros diez migrantes más, salieran de la estación migratoria, pudieran concluir sus trámites de regularización en libertad y continuar con su camino: “En el momento en que nosotros interpusimos un recurso de amparo, también se emite una suspensión con independencia de que ellos firmaran o no (su repatriación) y si ellos aún se encontraban en territorio nacional, esa suspensión se violentó. Entonces estamos ante un abuso de autoridad y una desaparición forzada porque parecieron hasta Cuba, no pudieron hablar durante 61 horas”.
Al otro día, por la mañana: “Ellos (los agentes de migración) calcularon suficiente gente para llenar un avión y por la mañana del sábado parquearon guaguas (autobuses) y fueron llamando y no nos daban una explicación pese a que nosotros preguntamos para dónde vamos ́ahorita les dirán que va a apasar con ustedes´ y nosotros ´Por favor, necesitamos información, ¿qué va a pasar con nosotros? ¿y esas guaguas´”
Astrid relata que en ningún momento le notificaron que sería deportada a Cuba, que simplemente le dieron letras para explicarle porque tenía que montarse a los vehículos y al avión, tampoco le permitieron comunicarse con algún familiar o con su abogada Sandra Nava Jimenez: “Nosotros nos imaginamos que era algo porque ya no solo era un guagua, eran como 4 o 5 guaguas de cubanos. con carros de migración. Nos llevaban como si nosotros no sé, fuéramos terroristas, no entiendo” y agrega:
“Todo ese tiempo que estuvimos ahí presos, tanto como con los agentes de migración como en el estado de Chiapas, nunca nos dejaron llamar a los familiares, nunca nos dejaron comunicarnos, nunca nada. Estuvieron tres días los familiares de nosotros sin saber nada. Desde el jueves que pasó lo que pasó en la renta, que inmediatamente los narcos nos quitan los teléfonos y no nos dejan comunicarnos, migración tampoco nos dejó comunicarnos en tres días”.
A lo largo de esta administración, el INM ha recibido reiteradas quejas por violaciones a los derechos humanos perpetradas contra los migrantes que ingresan a sus instalaciones. El caso más notorio fue el incendio de la estación migratoria en Ciudad Juárez el 28 de marzo. No obstante, este no es el único episodio que pone de manifiesto la falta de eficacia del instituto.
Ante está situación, diversos grupos de abogados se manifestaron frente a Palacio Nacional, el día 30 de noviembre. La abogada Nava Jiménez explicó que la manifestación se llevó a cabo debido a que “Se le tiene que poner un alto a Migración, no puede violentar los derechos humanos de los migrantes deliberadamente y que no pase nada. Los migrantes deportados ya no pueden gritar ni se puede escuchar su voz”.
CUMBRE MIGRATORIA
Previamente, el pasado 22 de octubre, tuvo lugar la Cumbre sobre Migración. A la reunión asistieron países de América Latina y el Caribe. Por parte de México, estuvo presente la canciller Alicia Bárcena.
Dentro de los compromisos acordados se incluyó abordar las causas estructurales de la migración, fomentar el empleo, educación, seguridad energética, recuperación del sector agrícola y soberanía alimentaria.
También se acordó que se debía combatir al crimen transnacional, la corrupción y la trata de personas. La reunión tuvo lugar en Chiapas, dónde acudieron representantes de Belice, Cuba, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Haití, Honduras, México, Panamá y Venezuela.
@MarRome259
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