La presidenta de la Cámara de Diputados, Laura Rojas, es la primera que llega a encabezar al Poder Legislativo sin el respaldo de su grupo parlamentario. Un caso raro, en el que ni siquiera sus compañeros panistas la apoyan.
Al interior de la fracción blanquiazul, Rojas Hernández logró conformar dos bandos: los que no la quieren y a quienes les es indiferente. Con razón son las diputadas del PRI y PRD quienes la defienden en el pleno, cuando se sueltan los ataques de los legisladores de Morena.
Incluso los propios diputados del PAN ven más empatía de Mario Delgado, coordinador de los diputados de Morena, con la presidenta de la Mesa Directiva, que con ellos. Tiene cierta lógica, porque finalmente tenía que pasar por la aceptación del grupo parlamentario mayoritario, la decisión que Laura Rojas encabezara los trabajos en San Lázaro.
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Xavier Azuara era el candidato del PAN para ser presidente de la Mesa Directiva, pero los diputados de Morena no iban a transitar con él, así se lo dejaron claro a los panistas quienes reclamaban el derecho de encabezar los trabajos en la Cámara de Diputados, como segunda fuerza política. La que lograba el palomeo de la mayoría era Laura Rojas, con todo el peso que ello implicaba.
A la diputada se le puede ubicar como parte de esta nueva generación de panistas, en dos ocasiones ha sido diputada federal, ya fue senadora, pero a los cargos de representación llega por la vía plurinominal, es decir favorecida en la lista de partido, no por el voto del electorado.
Ella es un soldado del dirigente nacional, Marko Cortés, a pesar de haber estado como enlace internacional en la campaña de Ricardo Anaya, los mismos anayistas aseguran que con ellos guarda distancia. Su despegue en la política fue en el Estado de México, a lado de Ulises Ramírez, político que ha encontró un próspero camino en los negocios, a la vuelta de los años la diputada tampoco tiene vínculos con el ala mexiquense.
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Es curioso que siendo una facultad de la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados nombrar al titular de Comunicación Social, no es Laura Rojas que tiene la propuesta del candidato. De la lista de nombres que se manejan hasta ahora para ocupar el cargo, ninguno tiene vínculo con ella y los cabildeos de los interesados andan por diversas oficinas para conseguir el respaldo.
A Rojas le urge hacer sentir su autoridad, el peso de su responsabilidad, de lo contrario, en cada sesión le van a recordar que no puede.