EMEEQUIS.– El espíritu de unidad que infundieron las prédicas de los jerarcas morenistas en su feligresía, con motivo del proceso de consulta de Revocación de Mandato, ha quedado superado.
Los resquemores, inquinas e intrigas palaciegas han retomado su curso natural y presiden de nuevo el centro de la dinámica interna del gobierno obradorista. Pero esa animosidad no inunda únicamente el torrente sanguíneo de los miembros de los equipos de los aspirantes a ser los elegidos por “el gran destapador” para 2024, como podría pensarse.
Tampoco se circunscriben a los gobernadores y gobernadoras, que ahora presumen o justifican frente al mandón de Palacio sus respectivas competencias y capacidades para el acarreo del domingo pasado.
No, las peleas más encarnizadas son aquellas que comenzaron con el arranque mismo de la administración. Una de ellas, que al parecer ha cobrado nuevos bríos, es la que libra el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, contra el subsecretario de Derechos Humanos, Migración y Población, Alejandro Encinas Rodríguez.
Pues aunque hasta los menos advertidos habrían pensado que el fiscal Gertz habría entrado en periodo de reflexión y daría reposo a su ojeriza después de su pública humillación por el caso y liberación de Alejandra Cuevas, resulta que el polifacético abogado busca ahora saciar su ira con el subsecretario Encinas.
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El motivo tampoco es lo de menos, según se comenta en los porosos comederos de la jerarquía policial. Al parecer, Gertz imputa a Encinas el haber expuesto su plan de fincar responsabilidades a distinguido miembros de la Marina, empezando por el secretario Rafael Ojeda Durán, a partir del video difundido recientemente, en el que miembros de la Marina aparecen alterando la escena del basurero de Cocula, en Iguala, donde presuntamente fueron calcinados los normalistas de Ayotzinapa en 2014.
Gertz habría aplazado su reacción debido a que se hallaba, precisamente, entregado a su venganza contra su cuñada, pero ahora que aquello ha quedado atrás, según se menciona, Encinas podría recibir la “respuesta”.
EL VIDEO DE COCULA, LA PUNTILLA
No siempre en privado, el Fiscal General Gertz Manero se ha quejado de que el subsecretario Encinas Rodríguez ha pretendido darle órdenes a él y su equipo. Que ha invadido su área de responsabilidad. Que ha azuzado a los padres de los normalistas desaparecidos en Iguala en 2014.
El más reciente caso se derivó del video grabado por la Marina el 27 de octubre de 2014 en que aparecen marinos manipulando el basurero de Cocula, donde un mes antes, presuntamente, de acuerdo con la versión oficial, fueron quemados los cuerpos de los normalistas.
El video fue hallado por el Grupo Interdisciplinario de Expertas y Expertos Independientes (GIEI) auspiciado expresamente para el caso por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Los expertos obtuvieron documentación de la 9ª Región Militar, con sede en Acapulco, de la 35ª Zona Militar en Chilpancingo, del Estado Mayor en Guerrero, y del 27º Batallón de Infantería en Iguala. En el expediente dieron con el video de la Marina, que fue solicitado a su titular, el almirante Rafael Ojeda, por intermediación del subsecretario Alejandro Encinas.
Para Gertz, Encinas llevó de la mano a la gente del GIEI hasta el video, y después alertó a Ojeda, y fue así como AMLO terminó exonerando al secretario de Marina en una de sus mañaneras de finales de marzo.
En la Fiscalía General de la República (FGR), la maniobra de Encinas fue considerada como divulgación de evidencia… y se promete factura.
RELACIONES CONFLICTIVAS
La relación entre el fiscal Alejandro Gertz y el subsecretario Encinas no caminó bien ni en sus primeros pasos. Todo comenzó cuando AMLO decidió que las áreas administrativas de ambos confluyeran en el caso de los normalistas desaparecidos.
En la FGR se creó la Fiscalía Especial del Caso Ayotzinapa, a cargo de Omar Gómez Trejo, mientras que el propio Encinas fue designado como presidente de la Comisión Presidencial encargada de ese mismo tema. Muy pronto comenzaron las acusaciones mutuas sobre falta de resultados.
Para inicios de 2021 la relación ya despedía cierto olor a podrido. Vino entonces el primer enfrentamiento público.
El primero de marzo de ese año, durante el foro de discusión de la reforma a la Ley de la Fiscalía General (FGR), el coordinador de asesores de la FGR, Oscar Langlet, perdió la compostura al sugerir que Encinas buscaba someter la fiscalía a sus directrices.
Lamentó que la discusión se haya centrado en el tema de los desaparecidos “para justificar que la FGR deba seguir instrucciones de la Secretaría de Gobernación”.
Alejandro Encinas rechazó que esa dependencia pretenda dar instrucciones a la Fiscalía que de Alejandro Gertz Manero y exigió que deje atrás “una visión anacrónica” de una institución rígida y vertical, que se coloca por encima de los demás órdenes de gobierno.
Pero Langlet no se quedó ahí. Arguyó la autonomía de la FGR e insistió en criticar a quienes se oponen a que la Fiscalía deje de participar en la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas. “Tratar de mantener y perpetuar aquellos mecanismos establecidos en el entramado legal que mantienen a la institución como parte de diversos órganos y mecanismos, bajo el mando de organizaciones del gobierno federal”.
Finalmente, Gertz consiguió que se dictaminara favorablemente en la Cámara de Diputados su propuesta de Ley de la Fiscalía General de la República, en la que dejó afuera al Sistema Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas.
Al cabo, debido a la presión pública y mediática, el dictamen hubo de modificarse, y la dependencia quedó de nuevo dentro del Sistema en la ley expedida en abril de ese año.
No obstante, en los hechos Gertz se negó a participar. Apenas el 16 de marzo pasado, Alejandro Encinas denunció: “Hemos tenido lamentablemente tensiones (…) con la FGR, primero para que cumpla con su responsabilidad de hacer labores de búsqueda e investigación en los casos de las denuncias de desaparición forzada. (…) Incluso llegamos al extremo de debatir si existía o no el derecho de las personas a ser buscadas en caso de desaparición. (La reforma a la Ley de la FGR) implicó una regresión, porque no hay un entendimiento cabal de lo que es la autonomía. Autonomía no es autarquía”.
Pero el columnismo capitalino se lanzó contra el subsecretario. Lo tundieron con la acusación de que su oficina está llena de “buenas intenciones”, pero es “una suma de fracasos, sobre todo en temas como Ayotzinapa”.
“AMIGO DE SCHERER”
La relación terminó de enfriarse porque las circunstancias terminaron alineando a Encinas con el entonces consejero jurídico de AMLO, Julio Scherer.
Y, como se sabe, Scherer mantenía una guerra de elevada intensidad con el Fiscal Gertz y con su aliada, la entonces secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. De modo que Encinas libraba una batalla en casa.
Incluso, poco tiempo antes de su salida, Scherer abogó ante AMLO para que Encinas fuera considerado como sucesor de Sánchez Cordero en la titularidad de la Secretaría de Gobernación.
Y como el asunto no escapara del conocimiento de Gertz, éste confirmó su convicción de que Encinas era amigo de Scherer.
Ahora ha comenzado un nuevo capítulo de los enfrentamientos.
Por si faltara algo, Carmen Rosa Villa Quintana, del Comité de la ONU contra la Desaparición Forzada, exhibió la mala comunicación entre ambas dependencias.
“Hay deficiencias en la Fiscalía con las autoridades. La importancia de definir estrategias completas sobre todo que es necesaria la coordinación con la Comisión Nacional de Búsqueda, porque la búsqueda y la investigación están directamente relacionadas”, mencionó la representante en México.
@emeequis