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EMEEQUIS.– Con precursores químicos traficados desde Asia, con el control de puertos marítimos, pero también mediante trasiego aéreo, los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) se convirtieron en los principales proveedores de fentanilo a Estados Unidos (EU) durante la pandemia por Covid-19.
Antes, la mayor cantidad de esta droga y los precursores para su elaboración ingresaban al país gobernado por Joe Biden desde China, pero la letalidad del virus SARS-CoV-2 en la nación asiática cerró rutas de tráfico y generó también escasez de sustancias y componentes químicos.
Con estas restricciones, el narcotráfico mexicano encontró nuevas formas de producir esta droga sintética, utilizando para su traslado drones y túneles, pero también, para su comercio, estructuras de lavado de dinero en las que emplearon criptomonedas. Con ello, desplazaron a la ciudad de Wuhan, donde no sólo surgió la pandemia, porque ahí fue registrado el primer caso del nuevo virus coronario, sino que también era denominada “la capital del fentanilo”, al ser el punto de origen de esta droga, otra “epidemia” por la que mueren por sobredosis alrededor de 60 mil estadounidenses al año.
En el informe Trends in Mexican Opioid Trafficking and Implications for U.S.-Mexico Security Cooperation (Tendencias en el tráfico de opioides mexicanos e implicaciones para la cooperación en seguridad entre Estados Unidos y México), el Congressional Research Service (CRS, por sus siglas en inglés; órgano de investigación del Congreso de EU) da cuenta del crecimiento de ambos cárteles en el mercado del fentanilo, lo cual los convirtió en la amenaza principal de la administración de Biden, con objetivos específicos, de acuerdo con informes y análisis relacionados sobre los cárteles transnacionales: Nemesio Oseguera Cervantes (CJNG) y los hermanos Joaquín y Ovidio Guzmán López; estos últimos, indican esos reportes federales, encargados de narcolaboratorios en Sinaloa que producen entre 1.3 y 2.2 toneladas de metanfetaminas al mes, las cuales se distribuyen en Estados Unidos y Canadá.
Carátula del estudio del Congreso de Estados Unidos.
El pasado 5 de enero, el gobierno mexicano capturó a Ovidio en Culiacán. El hijo del “Chapo” ya había sido atrapado en octubre de 2019, pero fue dejado libre ante la superioridad de fuego del Cártel de Sinaloa sobre el comando del Ejército que lo capturó.
Expedientes del Departamento de Estado norteamericano también señalan como objetivos prioritarios a otros dos hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán: Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hermanastros del recién detenido Ovidio.
El documento data del 9 de diciembre de 2022 y fue elaborado por Liana W. Rosen, especialista en crimen internacional y estupefacientes, y Clare Ribando Seelke, especialista en asuntos latinoamericanos. En él, se advierte que la mayor parte del fentanilo ilícito destinado al mercado estadunidense es producido de manera clandestina en México –también la Familia Michoacana es mencionada como distribuidora, y una amenaza adicional por su control del puerto marítimo de Lázaro Cárdenas, Michoacán, el más grande de México–, utilizando insumos químicos traficados desde la República de China, aunque menciona que India también puede ser una fuente de precursores.
A pesar de que algunos de estos precursores están sujetos a controles y normas internacionales, el CRS indica que otros pueden ser producidos y exportados legalmente desde ciertos países, como China.
“Organizaciones criminales transnacionales mexicanas —en particular el Cártel de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación Cártel— parecen ser en gran parte responsables de la adquisición de precursores de Asia (vía puertos de entrada marítima y aérea). También fabrican volúmenes al por mayor de fentanilo ilícito de baja pureza en México y controlan el tráfico transfronterizo hacia los Estados Unidos.
“A nivel nacional, las filiales de estos cárteles, que tienen su sede en Estados Unidos, distribuyen productos ilícitos fentanilo a nivel minorista”, señala el informe.
En este opioide sintético que es “significativamente más potente que heroína”, el Congreso dio cuenta que los cárteles mexicanos han logrado, mediante variantes del producto, extender su potencial mercado, porque, además del cultivo de opio y amapola, y la distribución de heroína, en un sector emergente son responsables de la tendencia del “arcoíris”: pastillas y polvos de fentanilo cuyo brillo, colores, formas y tamaños comercializan para usuarios jóvenes.
La Comisión de los Estados Unidos para Combatir el Tráfico de Opioides y Drogas Sintéticas ha rastreado la forma en la que proveedores mexicanos trasladan fentanilo a su país, principalmente a través de la frontera suroeste, que incluye desplazamientos a pie o en un vehículo de pasajeros.
Según los informes que cita el Congreso, los traficantes también transportan fentanilo por barco de pasajeros, barco de carga, tren, avión comercial y otros modos de transporte.
“Mientras que con menos frecuencia son encontradas por las fuerzas del orden de EU, algunos opioides se trafican a los consumidores estadounidenses a través de redes de transporte de correo y envíos urgentes”, alerta.
Debido a su alta potencia, indica, se requiere sustancialmente menos fentanilo para satisfacer la demanda ilícita en Estados Unidos, en comparación con heroína (si se compara con la medida en dosis equivalentes a la morfina).
Respecto a los flujos financieros relacionados con los opioides, el Congressional Research Service cita que generalmente involucran uno o varias combinaciones de los siguientes métodos: el primero, financiero, mediante transferencias que involucren bancos, empresas de servicios monetarios o procesadores de pago en línea; el segundo, criptomonedas –en el que se han especializado Sinaloa y el CJNG en esta pandemia–, y el tercero son otros métodos tradicionales de lavado de dinero de drogas, tales como contrabando en efectivo, a granel, y lavado de dinero basado en el comercio.
“Las autoridades estadounidenses también han hecho hincapié en una reciente tendencia que implica el uso de dinero chino por parte de las organizaciones de tráfico de droga mexicanas para el lavado de dinero”.
Elementos del Cártel Jalisco Nueva Generación. Foto: Cuartoscuro.com.
Precisa que los esquemas de los que se tiene conocimiento indican que las organizaciones chinas que se dedican al blanqueo utilizan el mercado negro de cambio de moneda extranjera y métodos TBML (“Trade Based Money Laundering”: lavado de activo basado en comercio, según su denominación en inglés).
Con esto, logran “repatriar” ingresos de la droga al sistema bancario mexicano.
El documento, para conocimiento del Congreso estadunidense –que a través de la Iniciativa Mérida ha aprobado recursos para el combate a la delincuencia al Estado Mexicano–, refiere que si bien la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador priorizó inicialmente interdicción de cocaína y metanfetamina, drogas comúnmente traficadas en México, han comenzado a priorizar incautaciones de fentanilo y precursores relacionados con su producción.
Citó que según datos de la Fiscalía General de la República (FGR), las incautaciones de fentanilo se cuadruplicaron desde 2019 hasta 2021.
No obstante, replicó que “las autoridades mexicanas habían sostenido durante mucho tiempo que el fentanilo transitaba por el país, pero que los traficantes mexicanos no producían fentanilo. Esta posición ha cambiado después del creciente desvío de precursores químicos para producción de opioides y laboratorios clandestinos de fentanilo en México”.
En la reciente cumbre se pactó compartir información sobre precursores de fentanilo. Foto: Cuartoscuro.com.
ESTRATEGIA BIDEN
En abril de 2022, la Administración Biden publicó su primera Estrategia Nacional de Control de Drogas.
Entre los objetivos internacionales de su gobierno está la reducción de la oferta de narcóticos, lo cual, remarcó, incluye priorizar los compromisos bilaterales con fuentes y tránsito de drogas clave, en países como México, así como desbaratar los tráficos ilícitos de las organizaciones criminales y sus actividades financieras, “incluidas las de Sinaloa y CJNG”.
En este sentido, Trends in Mexican Opioid Trafficking and Implications for U.S.-Mexico Security Cooperation reitera que como fuente primaria y país de tránsito de drogas con destino a Estados Unidos, México es un factor clave.
“A medida que los formuladores de políticas buscan soluciones a la actual crisis nacional de opiáceos, algunos miembros del Congreso pueden tratar de priorizar la lucha contra los opioides como un problema para la cooperación en seguridad entre Estados Unidos y México”, sugirieron los especialistas.
De igual forma, reportaron que según la Oficina Nacional de Control de Drogas de EU, (ONDCP), el cultivo mexicano de amapola se estimó, en 2021, en 28 mil 600 hectáreas, un 23 por ciento más que en 2020.
El resultado de esta producción es “un estimado de 72 toneladas métricas de potencial puro de heroína”, un 22 por ciento más que en 2020.
“En 2019, el año más reciente para los cuales hay datos disponibles al público, la heroína de origen mexicano representó el 92% del peso total de heroína incautada en Estados Unidos”, alertó también el CRS, basándose en cifras de la Administración para el Control de Drogas (DEA).
Mientras que en la reciente Cumbre de Líderes de Norteamérica, México acordó compartir con Estados Unidos información relativa al trasiego de sustancias precursoras del fentanilo.
@axelchl
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