Jorge Luis Lavalle Maury, alejado del PAN, al que no regresaría en estos momentos, asegura que “Ricardo Anaya dividió al partido a la mitad y ni siquiera por causas ideológicas o razones correctas”.
El exsenador explica que, durante la campaña presidencial, la situación enfrentaba “a los que estaban con Anaya, contra los que no, donde cualquier voz crítica que no estuviera de acuerdo con su posición, la solución inmediata era amenazarlo, expulsarlo, como nos ocurrió a mí y a varios compañeros. Esto no sólo fue arbitrario, fue ilegal e irregular”, señala en entrevista con EMEEQUIS.
A manera de diagnóstico del estado actual del PAN, Lavalle asegura:
“Un tuit de Felipe Calderón tiene dos veces más peso que una semana de declaraciones del presidente del partido (Marko Cortés)”.
El 30 de junio de 2018, algunos miembros del Partido Acción Nacional (PAN) se despertaron con la noticia que habían sido expulsados, por supuestas faltas a los estatutos internos del partido; entre ellos, Lavalle Maury, entonces senador.
El escueto comunicado de Acción Nacional sólo refería que la Comisión de Orden y Disciplina “resolvió las solicitudes de sanción en contra de los militantes Ernesto Javier Cordero Arroyo, Jorge Luis Lavalle y Eufrosina Cruz Mendoza, determinando de manera unánime su expulsión del partido”.
La separación se dio días después de que Jorge Luis Lavalle expresara críticas contra Ricardo Anaya, mismas que ahora refrenda, pues considera que la verdadera causa de su salida fue la fragmentación ocasionada por quien en ese entonces contendía por la presidencia de México.
En su nueva faceta como socio en un despacho que formó con varios amigos, platica que, aunque su militancia en el PAN sigue activa, pues el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) falló a su favor y, a pesar de que le apasiona la vida política, no regresaría en este momento al PAN, porque definitivamente no se siente identificado y no cree en su proyecto.
YA NO HAY PASIÓN EN LAS CONTIENDAS INTERNAS
A poco más de un año de esto, Lavalle Maury da un balance de lo que es hoy en día el PAN que dirige Marko Cortés: es más fácil hablar de sus puntos débiles que de sus fortalezas. Asegura que en el partido carece de esencia y de impacto en lo político.
“Vemos muchas preocupantes y fuertes debilidades, principalmente su dirigencia, es una dirigencia que ha caído en el peor de los mundos, es totalmente intrascendente, por ejemplo, un tuit de Felipe Calderón tiene dos veces más peso que una semana de declaraciones del presidente del partido”.
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Advierte que el PAN está muy lejos de ser una oposición real, para serlo no sólo es criticar al gobierno en turno, es también proponer. Explica que ahora es un partido que ha perdido su mística, que se ha alejado completamente de la ciudadanía, que se le ha apagado la pasión.
“Esto no lo digo con orgullo, hace algunos años en las contiendas internas en el PAN había lugares donde se decidían a sillazos y era hasta preocupante, pero eso era una muestra, en el buen sentido de la palabra, de la pasión por la democracia que se vivía. Hoy se deciden con un candidato único, no hay elecciones democráticas”.
Al conocerlo como a la palma de su mano, indica que el PAN ni siquiera ha hecho un ejercicio de autocrítica y que cuando vean esta entrevista van a voltear para otro lado o van a juzgar. “El partido trae una agenda totalmente ajena a lo que la ciudadanía está buscando”.
GOBERNADORES, ÚLTIMO BASTIÓN
Del otro lado cristal, dice que no se ve un equilibrio de poderes y eso es algo que siempre debe existir, gobierne quien gobierne. Los partidos políticos en general no se están moviendo por ideales ni por convicción, simplemente están pensando en lo que quiere escuchar la gente y eso no le conviene a México.
“En condiciones de esa naturaleza donde los temas están muy polarizados debería hasta ser más sencillo ser oposición, sin embargo, los partidos no están teniendo la congruencia y la importancia que deberían de tener derivado de malas dirigencias, muy malas, particularmente en el PAN”.
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Entre todo lo malo, encuentra algo bueno que resaltar del partido, se trata de su historia y de la mejor doctrina del país, así como sus gobernadores, que son dignos representantes al sumarle fuerza; no obstante, la frase se complementa con otros puntos negativos.
“Así como el PAN tiene hoy en sus gobernadores, pues muchas esperanzas y una fortaleza muy importante, también atraviesa una crisis de identidad, de trascendencia, de formar parte relevante de la vida política del país y lamentablemente pues se está quedando en eso”.
FOX, REFLEJO DE UNA GRAN DESESPERACIÓN
Durante el festejo del 80 aniversario del PAN, el expresidente Vicente Fox hizo su regreso triunfal de la mano de la dirigencia, la cual hizo un llamado de unidad. Esto parece contradictorio con una renovación y fortaleza de identidad.
En su discurso, Fox evocó que en el 2000 el PAN sacó al PRI de Los Pinos y que en 2021 podría hacerlo con Morena de Palacio Nacional “tenemos que darle en la madre a la cuarta transformación”, dijo.
La lectura que Lavalle Maury da sobre el retorno de el exmandatario es que no trae ningún beneficio y es un intento desesperado por empezar a destacar, y lo compara con el PRD, el cual considera se ha puesto públicamente a la venta.
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“Me parece una más de las incongruencias que hace la dirigencia, a mí me tocó ser candidato a senador en el 2012, cuando teníamos a un Vicente Fox apoyando abiertamente a Peña Nieto y al PRI, un Vicente Fox que ha sido muy polémico, pero con poca seriedad y que, por otro lado, si bien fue un presidente del PAN, hoy por hoy no representa los ideales, ni los principios, ni mucho menos la narrativa que ha seguido el partido a lo largo de su historia”.
EL REGRESO DE ANAYA Y SUS MALOS RESULTADOS
En las elecciones presidenciales de 2018, el candidato del PAN, Ricardo Anaya, obtuvo uno de los resultados más bajos en la historia del partido, con solo 22.5% de los votos. Su antecesora, Josefina Vázquez Mota, logró más de 25% y, antes de eso, se ganaron dos elecciones consecutivas, con Fox en el 2000 y Calderón en 2006.
Para Lavalle Maury, esto es consecuencia del mal manejo que ha tenido el partido en los últimos años, que ha sido cooptado por una cofradía encabezada por Anaya y otros miembros, como Damián Zepeda.
“Anaya ni siquiera ha rendido cuentas de su elección, la peor elección, al contrario, está pavoneándose que va regresar con bombo y platillo a ser el líder de la oposición”
“¿Oposición de qué? –se pregunta Lavalle– No fui yo, ni mis compañeros quienes lo juzgamos, fueron los mexicanos que le dijeron: ‘no te queremos, no eres el tipo de candidato por el cual votaríamos’ y se empeña en querer regresar”.
Con un tono de disgusto, el exsenador dibuja a Anaya como una persona que actúa solo para su bienestar y como una persona sumamente contradictoria. De hecho, por algunas inconsistencias que le señalaron se sumaron a los motivos de su expulsión, junto con Ernesto Cordero y Eufrosina Cruz.
Recuerda que, en febrero de 2018, Zepeda renunció por 24 horas a su cargo como presidente del PAN para anotarse a la lista de candidatos al Senado. “Anaya decía: ‘los dirigentes no pueden ser candidatos’, lo decía de dientes para fuera, él fue candidato y a Damián en su momento lo dejó a cargo de manera absurda y ridícula, para cumplir con esta formalidad”.
En agosto pasado, Anaya anunció su participación en un diplomado sobre política contemporánea en la Universidad Nacional Autónoma de México, pero estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales tomaron las instalaciones como protesta, y la máxima casa de estudios terminó diciendo que el excandidato panista no se incorporaría a sus filas. Eso es ejemplo de su fallida megalomanía, en la cual él piensa que todo mundo lo quiere y que va a llegar y le va a aplaudir, comenta Lavalle Maury.
Con un rostro poco optimista afirma que han denigrado al partido y no le da buenos pronósticos, “mi sentimiento por el PAN lamentablemente es solo lástima, me duele mucho lo que le han hecho, pero no veo ninguna intención de la dirigencia de corregir el rumbo, el futuro que le auguro no es el mejor”.
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