EMEEQUIS.– A nivel global, 1 de cada 3 mujeres han sufrido violencia física y/o sexual, y en algunos países esta proporción aumenta a 7 de cada 10.1 De acuerdo con los datos oficiales que recopila el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, al menos 4,640 mujeres fueron asesinadas en 2019 por razones de género en 23 países de América Latina y el Caribe.²
Los datos son alarmantes y el impacto negativo de la pandemia de COVID-19 en la seguridad de las mujeres, tanto en el hogar como en los espacios públicos, que destaca un nuevo informe publicado por ONU Mujeres el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25 de noviembre), confirma que frenar la violencia es una tarea urgente.
En este sentido, y en el marco de los 16 días de activismo de la Jornada Naranja, María-Noel Vaeza, Directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, hace un balance sobre la situación actual de las mujeres y niñas y las acciones que se están llevando adelante a nivel global.
–¿Cómo la crisis del COVID-19 ha profundizado las desigualdades de género en la región?
–De muchas formas. Las mujeres fueron las primeras en perder sus empleos, pues muchas de ellas estaban empleadas en los sectores de comercio y servicios. También en el sector salud, estuvieron en la primera línea de respuesta a la pandemia. Además, vieron aumentada su carga de cuidados debido al cierre de escuelas que obligó a los hijos a estar en casa. Y, sobre todo, por el aumento de denuncias de violencia en el hogar en varios países de la región. Por eso decimos que lo que ha pasado con las mujeres durante la crisis del COVID es una pandemia en la sombra.
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–¿Por qué es fundamental que se integre a las mujeres en todos los planes de recuperación y en la toma de decisiones para la recuperación de la pandemia?
–Solo tenemos que mirar a varios de los países que supieron responder con medidas más efectivas, pero también más empáticas y más humanas a la pandemia: todos estaban gobernados por mujeres. Pero además, las mujeres somos la mitad de la población. No se puede ejecutar un programa de salud pública o un plan de recuperación económica sin involucrar a las mujeres. Las mujeres no solo deben ser parte de ese esfuerzo, sino ocupar un espacio protagónico. Dicho de otro modo, sin la participación de las mujeres, no habrá recuperación post-Covid.
–¿Qué tanto se ha exacerbado la violencia de género en la región en el contexto de la crisis de Covid-19?
El indicador más confiable que tenemos en este sentido es el aumento de llamadas a los servicios de apoyo a las sobrevivientes en varios países de la región. Pero también hay una violencia económica cuando la mujer pierde sus posibilidades de generar ingresos y no tiene acceso al teletrabajo, los servicios esenciales u oportunidades de formación a causa de la brecha digital. Por estos y otros factores, el propio Secretario General de Naciones Unidas denunció que la pandemia podría representar un retroceso de hasta diez años en materia de igualdad de género.
–¿Qué acciones tienen que hacer los países Latinoamericanos para contrarrestar este retroceso?
–Sabemos que varios gobiernos pusieron en práctica mecanismos de apoyo y refuerzo de sus servicios esenciales a las sobrevivientes. Eso es importante. Pero también lo es que involucren a las mujeres en sus planes de respuesta. Que se diseñen planes adaptados a las necesidades específicas de mujeres y niñas, que fomenten el empleo y el emprendimiento femenino y que adopten mecanismos como el Convenio 190 de la OIT para poner fin a la violencia en todos los lugares de trabajo.
–¿Por qué este año el lema de la campaña ÚNETE es “¡Pongamos fin a la violencia contra las mujeres YA!”?
–Porque sabemos que, para que ese objetivo se cumpla, debemos ponerle un plazo. Y ese plazo no es dentro de unos meses o unos años, es ya. Es una manera de convocar a la sociedad a tomar acciones concretas desde diferentes lugares para lograr un conjunto de cambios que generen un gran movimiento que nos acerque cada vez más a ese propósito. Por eso decimos que para poner fin a la violencia contra las mujeres debemos empezar ahora mismo. Ya es ya.
1 Organización Mundial de la Salud, Departamento de Salud Reproductiva e Investigación, Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, Consejo Sudafricano de Investigaciones Médicas (2013). Estimaciones mundiales y regionales de la violencia contra la mujer: prevalencia y efectos de la violencia conyugal y de la violencia sexual no conyugal en la salud.
² CEPAL, 2019, Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, consultado en: https://oig.cepal.org/es/indicadores/feminicidio
@eldatomasini