Por Leonardo Huerta Mendoza
EMEEQUIS.– Con la muerte de la reina Isabel II se termina el reinado más prolongado de Inglaterra. Durante 70 años en el trono británico, fue testigo de lo que ocurrió durante la segunda mitad del siglo XX y las dos primeras décadas del XXI.
“Isabel dejó su huella en toda una época, pues fue la monarca más longeva del Reino Unido. En siete décadas fue testigo de cómo su país dejó de ser una potencia colonial para convertirse en una democracia”, dijo Daniel Muñoz Torres, Jefe de la carrera de Relaciones Internacionales de la Facultad de Estudios Superiores Aragón.
A pesar de su juventud, tuvo la fortaleza para mantener unidas a las ex colonias británicas. “Isabel no sólo fue monarca del Reino Unido, sino también de dieciséis países independientes que pertenecen a la Mancomunidad Británica de Naciones (o Commonwealth), como Australia, Canadá, Nueva Zelanda, que querían romper con su pasado británico, pero la figura de Isabel los mantuvo unidos”.
Recordemos que la joven Isabel no estaba considerada como heredera al trono británico, pero debido a que en diciembre de 1936 su tío Eduardo VIII abdicó, su padre, Jorge VI, se convirtió en rey del Reino Unido.
A la muerte de su padre en 1952, Isabel subió al trono desde donde sería testigo de la transformación del antiguo imperio británico en una democracia moderna.
En 1945, después de la segunda guerra mundial, el Reino Unido salió muy debilitado, ya no era el imperio que dominaba buena parte del mundo y tenía problemas económicos.
Además, con la llegada de los años 50 y los movimientos juveniles de los años 60 le tocó atestiguar la transición del Reino Unido a la modernidad en los difíciles años 70.
Quizá, su época más difícil fue su trato con la primera ministra Margaret Thatcher. Pero su popularidad tocó fondo en la década de 1990, en especial por la muerte de su ex nuera Diana, que enfrentó con fortaleza e inteligencia.
Sin embargo, en años recientes fue una reina muy popular, muy querida por la gente y gracias a ella la monarquía británica sigue vigente en el Reino Unido y en los demás países de la Commonwealth.
LA MONARQUÍA BRITÁNICA DESPUÉS DE LA REINA ISABEL
El centro de la monarquía británica era Isabel II y ahora habrá que ver si Carlos es capaz (y en su momento el príncipe Guillermo) de conservar el legado de Isabel.
“Hasta hace muy poco todavía había la incertidumbre de que si moría Isabel y asumía Carlos qué pasaría con Camila. Había la duda si se convertiría en reina debido a que cuando Carlos estaba casado con Diana tuvo una relación extramarital con Camila. Pero aun así, Isabel pedía que reconocieran a Carlos y a Camila como reyes”, dice Daniel Muñoz.
Adiós a una era. Foto: Especial.
Es posible que el de Carlos sea un reinado corto pues tiene 72 años, de transición, y que Guillermo y Kate sean las figuras que conducirían a la monarquía británica en el siglo XXI.
“Serán ellos los que representen la imagen de unidad, de modernidad, de la posibilidad de que las nuevas generaciones de británicos también acepten la monarquía”, comentó Muñoz Torres.
En años recientes en muchos países, y el Reino Unido no es la excepción, el papel de la monarquía se ha puesto en duda, sus gastos son analizados con mucho cuidado.
De ellos dependerá adelgazar la monarquía británica y hacerla menos onerosa para el pueblo británico. Harry y Megan ya están fuera de la familia, lo que indica que la familia real es como el resto de las familias británicas. Carlos y Guillermo son responsables de que la monarquía de los Windsor siga vigente en el siglo XXI.
PUNTOS RELEVANTES
Un primer punto relevante del reinado de Isabel es que se entregó completamente a su labor de reina. Cuando era muy joven juró que todo el tiempo que estuviera viva estaría al servicio del Estado, de la Corona. “Esa promesa que hizo muy joven como princesa la cumplió cabalmente hasta el día de su muerte”, dijo el académico internacionalista.
Recordemos que toda su vida la dedicó al Reino Unido, a ser el emblema de la monarquía y muchos aspectos personales pasaron a segundo término por dedicarse a su país.
Muy joven tuvo que tratar con personajes como Winston Churchill, quien la asesoró en momentos difíciles. También le toco tratar a primeros ministros hostiles hacia ella y hacia la monarquía.
En su papel de soberana evitó inmiscuirse en asuntos que pudieran crear una controversia política, aunque estuvo atenta a los problemas del Reino Unido.
ICONO DE LA CULTURA
“Fue la mujer más fotografiada durante siete décadas y, a diferencia de otras monarcas, Isabel se convirtió en un icono de la cultura pop del siglo XX, del Reino Unido. Además, fue un referente en el mundo de la moda. Isabel le trajo a la Familia Real británica un aire de modernidad”.
Como jefa de estado se reunió con los mandatarios más poderosos de su tiempo, como con casi todos los presidentes de Estados Unidos –sólo con Lyndon B. Johnson no se reunió–, con papas y con Nelson Mandela. Precisamente ese encuentro aumentó su popularidad.
En 1997, cuando muere Diana de Gales, fue cuando su popularidad estuvo en su punto más bajo. Pero al pasar frente a Diana inclinó la cabeza en señal de respeto. Eso lo percibió el pueblo británico, que ya no la vio como fría monarca sino como una persona sensible.
Poco a poco se vuelve un personaje entrañable para los británicos de todas las clases sociales y de todas las ideas políticas. Y durante el Jubileo los medios de comunicación la trataron de otra manera, ya no como la monarca distante.
“¿Qué tantos beneficios trae una monarquía a un país?: eso es un debate en todo el mundo. Muchas personas no logramos comprender cuál es la utilidad de una monarquía, pero hoy vemos que también son grandes fuentes de la imagen de un país en el exterior”.
Los países buscan mejorar su percepción en el mundo, y en un país como el Reino Unido la monarquía se vuelve una referencia. “De pronto, la imagen de Isabel, de los príncipes de Gales, se convierten en grandes referencias culturales, de la moda, de relaciones internacionales”, agregó el profesor de la FES Aragón.
En el debate de cuánto cuesta una monarquía en un país se debe agregar otro factor: ¿cuántos beneficios para la imagen de un país tiene una monarquía como la británica a nivel mundial?.
“Fue una mujer muy inteligente que logró comprender el papel de la monarquía en el Reino Unido. Que la figura de rey (de la reina, básicamente) es una figura que representa al Estado pero que políticamente tiene que estar separada del Parlamento. Ella supo no hacer juicios que estuvieran más allá de lo que el propio pueblo quería y de lo que el sistema político le permitía”, comentó Muñoz Torres.
“La actual primera ministra, Elizabeth Truss, lamentablemente llega en un contexto muy gris. Muchos británicos no la conocen, no ha sido una líder que tenga gran presencia en las mentes de los británicos. Además, la cobertura mediática en los siguientes días estará puesta en los funerales de Estado que se prepararán para la reina, lo que ensombrecerá la figura de la nueva primera ministra”, agregó.
En este contexto, lo importante es asumir los grandes retos que los británicos están sufriendo hoy, como los estragos por el Brexit, la crisis pospandemia, que aunque está afectando a todo el mundo, en el Reino Unido ha causado daños enormes.
Es un momento difícil para este gobierno que tiene que afrontar muchos problemas a nivel local y a nivel internacional, como la guerra de Ucrania y el aumento de los precios de los combustibles, de los víveres y el alza en las materias primas.
Se estrenan un monarca y una primera ministra en momentos difíciles. A Carlos le tocará apuntalar la monarquía, y a la primera ministra sacar a flote la economía británica.
“Con la muerte de Isabel II finaliza una etapa muy importante de la historia de la segunda mitad del siglo pasado y de las dos décadas de este siglo. Me parece que con ella muere el siglo XX”, finalizó el académico universitario.
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