EMEEQUIS.– Complacidos y honrados de incorporar VIPS a la familia ALSEA, una adquisición “perfecta” para la estrategia de crecimiento de la compañía, así anunciaban en 2013 Alberto y Cosme Torrado que habían llegado a un acuerdo definitivo para comprar la división de restaurantes de Walmart de México.
La operación se concretó en mayo de 2014, el portafolio se integraba también por El Portón. Lo que no contemplaron los hermanos Torrado es que, seis años después, ese negocio se volvería un dolor de cabeza en tiempos de crisis por Covid, pues si el Servicio de Administración Tributaria (SAT) se propone cobrar de una vez por todas el adeudo de 3 mil 881 millones de pesos por obligaciones fiscales, les complicaría más el camino.
A finales del mes pasado, la calificadora HR Ratings revisó a la baja su calificación crediticia con perspectiva estable, pero en ese reporte, del 25 de junio pasado, en el que hace una proyección del desempeño de ALSEA para 2020-2022, alerta que su calificación se vería impactada negativamente si el SAT llega a exigir su pago durante dicho periodo, pues la empresa tendría que recurrir a un financiamiento adicional para saldar el adeudo.
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Esto no caería muy bien a la empresa en estos momentos, puesto que la operadora de restaurantes y cafeterías ya tiene un nivel de endeudamiento alto, y eso implicaría abultar más esa cifra, que al primer trimestre asciende a un total de 29 mil 915 millones de pesos.
Los números de la compañía, que además de VIPS arropa diversas marcas como Starbucks, Domino´s Pizza, Chili’s, Italianni’s y Burger King, entre otras, y tiene presencia en América Latina (México es su mercado fuerte) y en algunos países de Europa, no son los mejores: en el primer trimestre del año sus ventas cayeron 11.5% en relación con igual trimestre del año pasado.
Pero eso no fue nada en comparación con el adelanto que dio el pasado 26 de junio, en el cual señala que sus ventas se desplomaron 75.6% en abril y 67.1% en mayo en comparación con los mismos meses de 2019.
BUSCA SALIR, PERO…
ALSEA está buscando salvavidas por todos lados y salir a flote de la crisis. El confinamiento por Covid-19 le ha pegado a sus estados financieros: en los tres primeros meses del 2020 tuvo una pérdida neta por 390.4 millones de pesos.
Ante el difícil panorama, la compañía está apostando a la entrega a domicilio y comida para llevar, por lo que ha integrado a más unidades de sus diferentes marcas a los principales servicios de repartidores de comida, como DiDi Foods, Uber Eats, Rappi y Sin Delantal.
La entrega a domicilio es una fórmula en la que ALSEA ha encontrado un poco de aliento, puesto que las ventas por este medio han aumentado 115%.
También ha conseguido un acuerdo con los bancos con los que tiene contratos de crédito, para que desde el 29 de junio, hasta el 30 del mismo mes de 2021, se congelen los compromisos que tiene con estos. No todo es tersura, puesto que derivado de estos convenios, se incrementará temporalmente, durante el periodo de suspensión, el costo de intereses y comisiones.
“La Compañía está inmensamente orgullosa de cómo nuestro equipo ha respondido a los desafíos presentados por el Covid-19, en lo que ha sido el periodo operativo más difícil en la historia de Alsea”, indicó la empresa en un comunicado a sus inversionistas.
Pero tal vez sí tenga que hacer un esfuerzo extra, pues tiene pendiente el asunto con el SAT, que dirige Raquel Buenrostro, porque, como lo ha planteado este gobierno, no se tendrá consideración con nadie. Incluso el mismo presidente ha amagado con acciones legales contra quienes se rehúsan a cumplir. Se ha visto que deudoras, como la misma Walmart de México, ya han pagado al brazo recaudador, en este caso, 8 mil 79 millones de pesos de asuntos fiscales “pendientes”, que incluyen la operación de venta de VIPS.
Aunque ALSEA no se ha pronunciado recientemente sobre este aspecto, en febrero de este año, después de que el SAT emitiera un oficio de liquidación reclamando a la operadora de restaurantes el pago de impuestos por 3 mil 881 millones de pesos, relacionados con la compra de VIPS, la empresa de los Torrado se aferró y respondió que ha cumplido con sus obligaciones fiscales.
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“Después de consultar la opinión de tres especialistas legales, contamos con elementos suficientes para demostrar que la liquidación realizada por el SAT es improcedente y al mismo tiempo demostrar que Alsea ha cumplido en tiempo y forma con todas sus obligaciones fiscales respecto a la operación de la compraventa mencionada, por lo que contemplamos no ser necesario crear provisión alguna al respecto. Por lo mismo, consideramos contar con un caso sólido y con altas probabilidades de éxito en dicho proceso legal”, dijo Alberto Torrado a sus inversionistas. Pero la moneda sigue en el aire.
CAMBIOS EN EL PORTAFOLIO
ALSEA pagó a Walmart de México 8 mil 200 millones de pesos por el portafolio que adquirió en 2014, luego de que la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) le diera luz verde, el cual incluía: 263 restaurantes VIPS, 90 de El Portón, 6 de Ragazzi y 2 de La Finca. En total fueron 361 unidades. Con el paso del tiempo algunas se han vendido, otras se han cerrado o reconvertido a otras marcas por no haber tenido la rentabilidad deseada.
A marzo de este año, de acuerdo con el reporte financiero de la compañía, sólo VIPS ha crecido en el número de unidades en México a 290 unidades, mientras que de El Portón, que era la segunda marca más grande del portafolio, sólo quedan 46. En tanto que las unidades de Ragazzi fueron cambiadas a Chili’s.
Un ángel caído ha sido El Portón para los hermanos Torrado, pues no les ha funcionado como ellos hubieran querido, a pesar del cambio en imagen y su apuesta a que se asociará más a la comida mexicana, no lograron desligarla del formato de VIPS.
En octubre de 2019, medios reportaron que, durante la conferencia con analistas para dar a conocer los resultados del tercer trimestre de ese año, el presidente del Consejo de Administración de ALSEA, Alberto Torrado, aceptó abiertamente que a El Portón no le estaba yendo bien, aun cuando se hizo una inversión millonaria para renovar su imagen en 2017, por lo que estas unidades se convertirían a otras marcas (Corazón de Barro y La Casa del Comal).
TODO SIGUE INCIERTO
En general, en el corto plazo, las previsiones para todas las marcas ALSEA son muy conservadoras. HR Ratings apunta que, por las implicaciones negativas de la contingencia sanitaria de Covid-19 a escala mundial, en la industria donde participa la empresa, se prevé que no continúe con su estrategia de expansión y apertura de unidades durante 2020-2022.
Pero esto dista del compromiso de ALSEA en el acuerdo alcanzado con los bancos, en el cual se señala que se cuidará la liquidez de la compañía, mantendrá una inversión de capital mínima y logrará un crecimiento orgánico estimado entre 80 y 90 unidades corporativas para 2021.
Otro factor de riesgo que la agencia calificadora ve es que pueda haber una tardanza en la recuperación por Covid-19. Si el proceso de reapertura de unidades y mejoras operativas se lleva a cabo posterior a lo estimado, en 2021, la empresa podría necesitar financiamiento adicional para sus requerimientos de capital de trabajo, lo que podría también modificar su calificación a la baja.
Hasta el 14 de junio pasado, ALSEA indicaba que de sus 3 mil 403 unidades corporativas en México, otros países de América Latina y Europa, un 68% ya estaba en funcionamiento, de estas sólo 310 abiertas con capacidad limitada y mil 994 solo con entrega a domicilio y para llevar.
Aunque en las entidades que ya tienen semáforo naranja se permite la reapertura de restaurantes, en el caso de la Ciudad de México, desde la semana pasada muchos ya comenzaron a operar, no obstante, se sigue corriendo el riesgo de que se vuelva a cerrar la actividad si los contagios por Covid-19 y las personas hospitalizadas incrementen de nueva cuenta.
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Todo este año ha sido un vaivén para el valor de las acciones de ALSEA en la Bolsa Mexicana de Valores, pese a que durante todo junio ha logrado quedarse por encima de los 20 pesos por papel, sigue lejos de los 51.48 pesos con los que comenzó, el año. Pero su peor racha la tuvo en abril cuando varios días llegó a cotizar por debajo de los 15 pesos. Cabe destacar que además del factor Covid-19 se agregó una controversial decisión de la empresa de dar, como opción a sus empleados, descanso sin goce de sueldo.
@ptcervantes