EMEEQUIS.- Con arreglos florales, mensajes de amor, pero sobre todo con un evidente ambiente de indignación, familiares y amistades de Alma Lourdes Llamas le dieron el último adiós.
Las honras fúnebres fueron en una capilla del centro de Ciudad Obregón, donde el cuerpo de la joven fue velado y, posteriormente, trasladado a un panteón en la carretera Providencia de dicha localidad.
Durante el funeral, la madre de Alma Lourdes lamentó el feminicidio de la joven y ante los medios hizo un llamado a las autoridades para que no haya impunidad, pero también dejó, con un poco de sentido común y mucho dolor, la pregunta de si un protocolo policiaco desprovisto de perspectiva de género pudo ser lo que llevó a la tumba a su hija.
“Necesito que se haga justicia […] Yo no quiero que esto quede así y de todas las personas, agradezco al gobierno y a todas las personas que se han acercado”, fueron algunas de las palabras de la familiar.
“El llamado a las autoridades es que realmente capaciten a su personal […] Alma Lourdes, cuando sufrió la agresión llamó a un policía y la respuesta fue ‘No podemos hacer nada por ti porque no estábamos en el momento que el señor te estaba agrediendo’. ¿Cómo es eso? ¿Por qué no tuviste un poco de empatía y sensibilidad hacia la situación?”, dijo la madre de la víctima a El Imparcial.
REVELAN AUDIOS PREVIOS A LA MUERTE DE ALMA
Luis Alberto Medina Proyecto Puente Instagram
@michelleriveraa
¿HASTA DÓNDE LLEGAN LAS FACULTADES POLICIACAS?
En la revista digital Opinión51, la periodista Sandra Romandía analiza el caso desde la misma perspectiva, pero con elementos legales y técnicos que fortalecen el título que acompaña a su artículo: “Sí, sí fue un error de la policía de Cajeme”.
El lunes por la tarde, la periodista Azucena Uresti entrevistó en su programa de radio a Javier Lamarque, alcalde de Cajeme, Sonora, sobre lo ocurrido este fin de semana en su ciudad, donde Alma, empleada de una carnicería, fue agredida por Hilario, un hombre de 71 años, que la golpeó -a ella y a otro trabajador- además de acosar sexualmente a su hermana; y luego la asesinó con un arma de fuego tres horas después de la primera agresión.
El alcalde aseguró que su policía actuó conforme a protocolo a pesar de que no protegió a la víctima ni llevó a cabo algún operativo para evitar que el agresor regresara.
“Se levantó el informe de la situación y ya no estaba el sujeto ahí, se les explicó a los afectados los procedimientos y se les dejó el teléfono de la policía”, dijo el munícipe en entrevista para Azucena en Fórmula. Y agregó:
– No se volvió a presentar otro incidente en el sentido de que haya vuelto a hacer otro escándalo.
– Pero la mató, alcalde- le inquirió la periodista.
– Sí, la mató … pero nosotros como policía municipal estamos impedidos a actuar más allá de la flagrancia.
Romandía establece que lo que dice el alcalde es falso, pues desde 2008, con la reforma en materia penal las policías municipales y estatales tienen facultades de investigación y la obligación de dar parte al ministerio público de cualquier denuncia en la que se suponga un delito: en este caso fueron agresiones físicas y acoso sexual.
Además, desde que se incluye la perspectiva de género en la obligación del actuar de la policía -en este caso el acoso es un delito grave- se debe acompañar a la víctima para que el caso sea turnado al MP, y la misma policía iniciar una investigación de localización de la persona señalada como el agresor, algo que no se hizo a pesar de que Hilario tiene domicilio conocido en Cajeme y que era reconocido por quienes trabajaban ahí.
Y que en el artículo 132 del Código Nacional de Procedimientos Penales se establece que el hecho debió reportarse en un informe policial homologado que deben seguir las corporaciones, canalizar a las víctimas y seguir una indagatoria, aún así como policía local.
¿Cuál hubiera sido la historia si los municipales piden registro de cámaras y localizan al agresor dentro de sus facultades investigativas para hablar con él?
No podían detenerlo porque no tenían una orden de aprehensión, pero lo hubieran desalentado a volver con un arma para matar a Alma. Una vez más no se actuó con perspectiva de género y una vez más vemos consecuencias fatales que nos duelen a todas las mexicanas y mexicanos, dice Romandía.
Pero el sentido común o la inercia obedeció a que como no lo vieron en flagrancia, casi que la agresión no ocurrió, y por tanto se desdeñó el señalamiento de acoso sexual y agresión por parte de una mujer hacia un hombre potencialmente violento.
¿De qué protocolos habla el alcalde? ¿De ignorar el peligro de una mujer, en este caso dos mujeres, violentadas y una de ellas acosada sexualmente?
LA CLASIFICACIÓN DEL DELITO Y LA SITUACIÓN JURÍDICA
La periodista de Opinión 51 cruza los dedos por que se mantenga la clasificación de feminicidio, ya que la parte defensora está pidiendo la ampliación del tiempo de investigación para alegar homicidio, lo que tiene una pena menor al primer delito. En Sonora todo asesinato de mujer se clasifica como feminicidio y luego de las investigaciones, si fuere el caso, se reclasifica el delito. Si se aplica pues este principio, confiemos en que la ley prevalezca.
El sábado 19 de agosto, el presunto feminicida —que era un cliente habitual del establecimiento— acudió nuevamente y Alma Lourdes, motivada por el hartazgo de su constante acoso, le exigió que dejara de hostigar a su hermana.
Después de un altercado verbal, Hilario “N” se fue del negocio, pero regresó horas después y, con tres disparos, asesinó a Alma Lourdes.
El domingo 20 de agosto, el hombre fue detenido e imputado por la Fiscalía General de Justicia de Sonora por los delitos de feminicidio y acoso sexual. Sin embargo, de acuerdo con testimonios compartidos por familiares de Alma para Imagen Televisión, él y su defensa estarían buscando obtener beneficios como prisión domiciliaria, debido a su edad.
La próxima audiencia sobre el caso se llevará a cabo el viernes 25 de agosto, en la que la Fiscalía buscará que se dicte una pena máxima contra Hilario “N” de hasta 78 años de prisión.
@emeequis
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