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“No soy una delincuente”. Mujeres venden en el Metro para subsistir

Más mujeres que hombres han sido despedidas por la Covid, también reportan mayor disminución de ingresos. La venta de productos en el Metro se ha vuelto una salida, pero policías las intimidan y les impiden sus entregas.

9 / 11 / 20
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EMEEQUIS.– Araceli encontró en la venta de pan casero vegano la forma de subsistir en medio de la pandemia por Covid-19. Difunde sus productos por redes sociales, a través de grupos de Facebook, y así cierra negocios que terminan con entregas en diversas estaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro de la Ciudad de México. 

En una ocasión, tras haber realizado una entrega en la estación Guerrero de la Línea 3, un par de policías hombres la intentaron sujetar de los brazos, bajo el argumento de que la venta no estaba permitida en las instalaciones del Metro. Araceli comentó que no era venta, sino entrega, pero los oficiales insistían en que cometía una falta y que sería remitida. Logró zafarse y corrió hasta ingresar al vagón del tren. “Me saqué mucho de onda, no soy una delincuente”, dice la joven. 

Días después, en Balderas, acompañada de su bebé, hacía una nueva entrega cuando otro policía le advirtió que detuviera la actividad, o de lo contrario sería remitida al Juzgado Cívico con todo y su hijo. Ella optó por salirse de la estación. “Tuve miedo por mi bebé”. 

Araceli es una de las mujeres que ha encontrado en la venta de productos en línea la forma de subsistir en medio de la emergencia sanitaria pues, según los cálculos del Instituto Mexicano del Seguro Social, se han perdido un millón 181 mil empleos formales.

ES MEJOR CORRER…

Violeta también perdió su empleo a raíz del Covid. Es psicóloga y, aunque ha buscado, no encuentra nada de su profesión, a diferencia de su pareja, quien sí logró colocarse en un nuevo empleo. Su salida fue vender ropa usada, suya y de sus familiares, a través de Facebook. Sacó fotos, comenzó a publicar y a vender.  “Es lo que me está ayudando a subsistir”, cuenta en entrevista. 

Ella, nueva en el mercado, notó que sus clientas eran muy cuidadosas en las entregas en el Metro. Los policías llegaron a decirles que se salieran, que no estorbaran, pero nada grave, hasta que comenzaron a difundirse en redes detenciones, extorsiones y robo de productos. 

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En una ocasión, en la estación Centro Médico, vio como personal del STC caminaba apresurado con dirección a ella y su clienta y, antes de que pasara a más, corrieron fuera de las instalaciones. 

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“Sentí miedo porque las chicas de los grupos me han dicho que les hacen pagar multas de hasta mil 200 pesos o que los policías les quitan la mercancía y las extorsionan con 300 y hasta 500 pesos y yo no tengo ese dinero”, relata. 

NO HAY MARCO LEGAL PARA DETENER

Las remisiones al juzgado cívico, sin embargo, no están dentro del marco legal, porque no hay ley que prohíba específicamente el intercambio de productos dentro de las instalaciones del STC Metro. 

Policías consultados por este revista digital cuentan que el argumento que se utiliza es por obstruir el libre acceso de los usuarios o bien, bajo el artículo 16 de la Ley de Movilidad, que prohíbe “ejercer el comercio ambulante, en las unidades, carros y/o vagones, andenes, estaciones, túneles, corredores, escaleras, zonas de acceso, salidas y zonas de distribución y zonas de acceso y salida de las estaciones en un polígono de 25 metros”.

Aunque en realidad, reconocen, no hay una justificación legal para las remisiones de estas mujeres, porque no son vendedoras ambulantes, en el estricto sentido de la actividad, pero “llegan a obstruir el paso y es por eso que solicitamos salgan de las instalaciones”. 

El STC Metro es, por disposición oficial, una zona de alta seguridad, de acuerdo con el Dictamen de sus comisiones primera y séptima sobre la propuesta de Ordenanza presentada por la Comisión de Gobierno del Distrito Federal en 1993. 

Es por ello que está prohibida la instalación de puestos semifijos para el comercio al interior, o bien, la permanencia de personas que con fines comerciales coloquen utilería, objetos o mercancía en vías, túneles, andenes y demás espacios del sistema. 

Y, en esa misma línea, está prohibido “impedir o estorbar el uso de las vías públicas declaradas como zonas de alta seguridad y utilizarlas para los fines distintos a su condición de medios para la libre circulación de transportación”.

EL DESEMPLEO TIENE ROSTRO DE MUJER

Las ventas en línea se han vuelto una herramienta de subsistencia para cientas de mujeres que han perdido el empleo a raíz del Covid. Venta de ropa y zapatos usados, postres y pasteles, comida, joyería, decenas de productos son intercambiados todos los días en la Ciudad de México, como un método para obtener ingresos. 

Mujeres que pertenecen a grupos de venta en la Ciudad de México, consultadas por esta revista digital, dan cuenta de que, si bien estos intercambios siempre han ocurrido, con la pandemia, el número de mujeres que ofrece productos y los reparte en las instalaciones del STC Metro ha incrementado. 

Mildred, una joven de 32 años y madre de una pequeña de 6, detalla que la estación Chabacano se ha convertido en uno de los lugares más frecuentados los fines de semana. Entre ellas le llaman “tianguis luchón”, en referencia al término despectivo que se usa para referirse a las madres solteras en México.

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“Nosotras no lo vemos mal. Al final somos mujeres luchando por que nuestras familias tengan un sustento y somos una red de apoyo, de intercambio porque si siempre ha habido desigualdad, con la pandemia todo terminó por empeorar”, dice quien trabajaba como recepcionista en un corporativo de Polanco y que ahora vende bolsos y maquillaje a través de redes sociales.

Y es que el desempleo y la precariedad tienen, principalmente, rostro de mujer. En la Encuesta sobre el Impacto Económico generado por el Covid-19 del INEGI, realizada en abril pasado, se encontró que las condiciones de trabajo para las mujeres se precarizó más que la de los hombres con la pandemia.

La participación femenina en el mercado laboral cayó con la llegada del coronavirus. Si antes de la emergencia sanitaria la tasa de participación de las mujeres era del 45%, para abril ya había bajado a un 36%, ampliando así la brecha de género, incluyendo los ingresos. 

En todas las áreas – comercio, gobierno y servicios– los despidos se concentraron en su mayoría en las mujeres. Esta encuesta reveló que por cada dos despidos de hombres en el sector comercio, tres mujeres perdieron su empleo; mientras que en gobierno y servicios por cada tres hombres despedidos, hubo cinco mujeres. 

“Nosotras siempre somos prescindibles. No sé por qué siempre es más fácil deshacerse de nosotras que de los compañeros hombres”, señala Mildred.

NO ME ALCANZA PARA MANTENER A MIS HIJOS

Jose es madre de dos hijos y profesora de danza en una academia de baile para niñas y niños. Con la pandemia la academia cerró temporalmente y después abrió clases en línea, aunque esto no significó que la paga fuera la misma: tuvo una reducción salarial del 50%. 

Si bien ha encontrado la forma de dar sus propias clases virtuales, los ingresos son insuficientes y vende cupcakes y pasteles que entrega en el metro para completar sus ingresos y poder así mantener a los dos pequeños, de los que ella es 100% responsable, el padre no aporta económicamente. 

Como ella, casi cinco de cada 10 mujeres reportaron que con la emergencia sanitaria tuvieron una reducción de ingresos. 

Los cupcakes los entrega en el Metro y también ha vivido abusos por parte de algunos elementos de seguridad. “Los hay de todo. Los que comprenden que la situación es de emergencia y te piden que hagas rápido tus entregas y los que te amedrentan y te acusan de vendedora ambulante”, señala quien fue extorsionada y tuvo que dar 200 pesos a un par de policías que le dijeron la llevarían al Juzgado. 

“Era lo que había vendido, pero tenía que volver a casa con mis hijos”. 

EL METRO RECHAZA ABUSOS POLICIALES

Tras diversas denuncias en redes en donde se acusa a los elementos de seguridad del STC de quitar mercancía, remitir al juzgado cívico y de solicitar dinero a cambio de no detenerlas, la Gerencia de Atención al Usuario del STC Metro abrió una línea telefónica para recibir quejas por esta actividad. 

Por teléfono, la Lic. Rosario explica que, como lo mencionó el STC Metro, por medio de un comunicado el 10 de septiembre, el intercambio de bienes y/o entrega de productos no están prohibidos dentro de las estaciones del SCT Metro, siempre y cuando no represente una actividad ilícita o propicie el ambulantaje. 

Los protocolos policiales al interior del sistema marcan que sólo se debe invitar a retirarse de las instalaciones, más no es motivo de remisión, y la invitación no debe incluir agresiones verbales o físicas. 

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Asimismo, señaló que cualquier abuso de autoridad debe ser denunciado para que la Dirección General de Asuntos Internos de la SSC investigue si se cometió alguna falta. 

@AleCrail



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SOBRE EL AUTOR

Alejandra Crail



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