EMEEQUIS.– Un mes y medio después de que se registrara el primer caso de coronavirus en el país, el IMSS se prepara a marchas forzadas para abrirle la puerta a miles de personas que buscarán aliviarse en sus pocas camas, con sus escasos respiradores, atendidos por un ejército minado de médicos. El Seguro Social vive “horas difíciles”, como ha dicho Zoé Robledo, director de la red de institutos de salud que tiene la responsabilidad de atender a la mayoría de los mexicanos. Probablemente sean las horas más difíciles en sus 77 años de historia.
La primera línea de combate del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) contra el COVID-19 llega debilitada ante una inminente Fase 3, que supone una creciente curva de contagios. Médicos de todo el país, desde Tijuana hasta la capital –en riesgo por falta de equipamiento–, han denunciado las carencias que viven en el día a día.
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Mientras el Instituto hace compras de insumos a contrarreloj, abriendo la puerta a posibles actos de corrupción, más de mil 900 millones de pesos han sido adjudicados de manera directa, según consta en los registros de Compranet revisados por EMEEQUIS.
FOCOS ROJOS
La infraestructura insuficiente será un foco rojo, pues el IMSS está a cargo de alrededor de 55% de la población. Según sus últimos datos estadísticos disponibles, tiene poco más de 68 millones de derechohabientes, que se integran de trabajadores asegurados, pensionados y familiares de ambos.
Hay 0.78 camas en promedio por cada mil derechohabientes. Esta cifra es para esconder bajo la alfombra, porque está incluso por debajo del rango de la OCDE para México, que es de 1.4, y es mucho más desfavorable si se compara con la media de sus 36 países miembros, que es 7.7 por cada mil habitantes.
En total, el IMSS cuenta con 34 mil 464 camas hospitalarias en unidades médicas, 198 no censables, 8 mil 506 de urgencias, mil 867 en áreas de cuidados intensivos y 824 de atención médica continua en primer nivel.
El cuerpo médico consta de 67 mil 301 elementos; el de enfermeros y enfermeras es de 114 mil 601.
El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, anunció el pasado 9 de abril que sería cuestión de 15 días para que México entrara en la Fase 3, en la que el número de contagios y muertes se recrudece. Hasta el último corte (martes por la noche) se registraban 5 mil 399 contagios y 406 defunciones en el país.
Ayer, ante el presidente, López-Gatell dijo que la Fase 3 es inevitable: “La epidemia no se va a parar, lo hemos dicho muy claramente, no se va a parar, es imposible detener súbitamente una epidemia con un virus tan transmisible”.
CON LO MÍNIMO Y PARCHES
Para la atención de COVID-19, el Instituto no pone a disposición todos sus recursos, lo que reduce aún más su capacidad. Según la información oficial de la Secretaría de Salud, el IMSS e IMSS Bienestar cuentan con el siguiente equipo e infraestructura: 79 unidades de terapia intensiva, 7 mil 35 camas hospitalarias, 430 camas de terapia intensiva, 3 mil 064 camas de urgencia.
Además de 2 mil 896 ventiladores mecánicos, 3 mil 55 monitores, 162 rayos X portátiles, 7 mil 824 pulsioxímetros, mil 77 carros rojos, 236 ultrasonidos móviles, 481 ambulancias. Todo esto da un total de 26 mil 336 recursos.
Zoé Robledo ha precisado públicamente que se cuentan con cerca de 5 mil ventiladores. Sin embargo, para disponibilidad de personas con COVID-19 hay solamente 3 mil 800, puesto que los otros están siendo ocupados por otros pacientes.
“Una de las cosas más difíciles que tenemos que lograr es la disponibilidad de ventiladores, le pedimos al Órgano Interno de Control (de la Secretaría de la Función Pública) que nos hiciera un inventario para que supiéramos bien. Algunos son de hace 40 años, es una Institución que no tiene problemas de esta contingencia, ni de esta administración. Nos revisaron cuántos ventiladores teníamos fuera de servicio, con eso logramos tener mucha información”, comentó en entrevista con Azucena Uresti.
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En una carrera cuesta arriba, el IMSS está tratando de conseguir más ventiladores. Uno de los frentes son las adquisiciones del gobierno federal a China, otro son compras locales y el tercero es la reparación de algunos que les hace falta algún consumible (cables o aditamentos).
LAS SOMBRÍAS PREVISIONES
Según las estimaciones de la Secretaría de Salud, serán 250 mil 656 las personas que contraigan el virus. De ellas, 140 mil 367 requerirán tratamiento ambulatorio, 24 mil 564 tendrían que ser hospitalizados y 10 mil 528 podrían presentar cuadros graves y necesitar de cuidados intensivos. Si bien no todos serán atendidos por el IMSS, como se mencionó, sí es el que más población atiende. Algunos analistas consideran que estos podrían ser cálculos conservadores realizados por las autoridades sanitarias cuando comenzaron los brotes de coronavirus en el país.
Aun así, el IMSS nada más cuenta con 4 mil 294 enfermeros en terapia intensiva y una insuficiente cantidad de mil 126 médicos en la misma área.
Pero ayer, López-Gatell insistió que “nos quedan muy pocos días” antes entrar a la Fase 3. La autoridad federal reconoce que, aunque se lleva algunas semanas trabajando en la reconversión del sistema de salud, la cantidad de contagiados que requieren hospitalización podría rebasar la capacidad.
El director de Prestaciones Médicas del IMSS, Víctor Hugo Borja, ha coincidido en que sin duda hacen falta ventiladores, y que los hospitales comenzarán a llenarse, como ya está pasando con algunos.
Un doble discurso se maneja en el gobierno federal. Mientras las autoridades sanitarias hacen un llamado a la población a no salir, porque avizoran un escenario grave –de acuerdo con lo que ha pasado a nivel internacional–, en el que sistema de salud podría colapsar, AMLO dice que le gustaría levantar la cuarentena el 10 de mayo. “Esperemos que para entonces ya vayamos de salida”, señaló el domingo.
Los problemas en el IMSS de Tijuana fueron reconocidos por el propio gobernador Jaime Bonilla. Foto: Cuartoscuro.com
TAPANDO HOYOS
Algo queda claro: en las condiciones actuales, el contagio de personal médico tampoco se detendrá, pues además de la naturaleza ascendente de la curva, no cuenta con suficientes mascarillas, guantes y trajes especiales, que le permitan sortear de una mejor manera el riesgo.
Los últimos datos del IMSS muestran que, dentro de su personal, hay en total 4 mil 148 casos sospechosos, de éstos, 535 han dado positivo y 9 han fallecido, según la información revelada por Víctor Hugo Borja.
Además, de estos 4 mil 148 elementos, con los que ya no cuenta el IMSS, también se mandó a la banca a 9 mil médicos y enfermeras que eran susceptibles a desarrollar una enfermedad más grave.
Es decir, son 13 mil 148 médicos y enfermeras con las que ahora no cuenta el Instituto, esto representa 7% de la plantilla total, la cual asciende a 181 mil 902 personas.
Esto salta a la vista porque merma los esfuerzos por sumar más personal, ya que estos más de 13 mil elementos equivalen al 70% del personal que está buscando contratar el IMSS, junto con el INSABI y el ISSSTE, que son 6 mil 600 médicos y 12 mil 300 enfermeras.
Este lunes y martes, centenares de candidatos para los puestos de médicos y enfermeras se aglutinaron en las oficinas de la Sección 33 del Sindicato del IMSS, ubicadas en la alcaldía Venustiano Carranza en la Ciudad de México. Sin importar la sana distancia, la gente llegó desde muy temprano y fueron 400 fichas las que se entregaron a los solicitantes en cada día.
No obstante, la convocatoria era para contratar sólo a 300 personas para la Ciudad de México. Pero este mismo ejercicio se replicó en otras delegaciones del IMSS en el país.
A raíz del crecimiento de contagios en el país, el personal médico de varias delegaciones del IMSS ha denunciado y hasta realizado protestas contra la falta de material y las malas condiciones de muchos de los hospitales y unidades.
El Instituto ha reconocido cinco brotes en algunos de sus hospitales. En el de San José del Cabo, en Baja California Sur, con 42 casos; en el de Monclova, Coahuila, con 41; en Tijuana, con 24; en el de Tlalnepantla, en el Estado de México, con 19, y uno más en el que no se da cifra es en el Hospital General 27 de Tlatelolco, en la Ciudad de México.
LAS DENUNCIAS
El personal de muchas de estas unidades del IMSS ha denunciado la situación. El pasado 8 de abril, médicos residentes e internistas del hospital de Tlalnepantla mandaron una carta dirigida al secretario de Salud, Jorge Carlos Alcocer Varela, quien se ha mantenido en segundo plano, pues la batuta en el combate al COVID-19 la ha llevado el subsecretario López-Gatell.
En el escrito, le describen su preocupación, pues desde el primer caso de coronavirus, que fue el 23 de marzo, no se han llevado los procedimientos adecuados para la identificación de contagios. Además, han tenido que poner de su bolsillo para la compra de material.
Pero lo más grave fue cuando el personal comenzó a tener la sintomatología y pidió ayuda a sus “autoridades cercanas”, sin que fuera tomado en cuenta.
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“A lo anterior siguió un alto ausentismo en nuestros maestros médicos de base y personal de otras áreas, por lo que a finales del mes de marzo quedamos prácticamente solos en guardias de dos o un residente para 85 pacientes”, se lee en la carta.
En otro de los brotes que reconoce el IMSS, que es el de Tijuana, el medio The San Diego Union-Tribune relata que en ese hospital las salas ya están llenas y que los trabajadores están cubriendo hasta triple turno. Tienen que atender a pacientes hasta en la recepción y vestíbulos. En tanto, el personal médico no tiene pruebas (para detectar la enfermedad) ni ventiladores.
JAIME BONILLA: COMO MOSCAS
El gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, quien ha sido respaldado por el presidente López Obrador, indicó que los médicos del IMSS estaban cayendo “como moscas”, porque no se les dio protección, y que al menos en esa entidad, el Instituto que lidera Zoé Robledo “no se ha puesto las pilas…y no se puede tapar el sol con un dedo”. Invitó a Robledo a dar una conferencia aceptar las pésimas condiciones.
“Yo sabía que nuestro talón de Aquiles iba a ser el Seguro Social, porque yo veía mucho desprendimiento, no había la preocupación”, indicó Bonilla.
En redes sociales, siguen circulando denuncias de médicos que están desprotegidos, esto a pesar de que el gobierno federal ha traído ya dos cargamentos de insumos médicos de China, tales como: productos de higiene y desinfección, protección personal, mascarillas, guantes, ventiladores.
Estos insumos, según López-Gatell, se distribuyeron de manera inmediata a las unidades en todas las entidades del país. En la primera entrega dijo que fueron seis millones de insumos, pero dejó entrever que hay mano negra que impide que lleguen a su destino final. Y se esperan otros nueve vuelos.
“Nosotros podemos decir, con evidencia en la mano, que los equipos fueron adquiridos, que los equipos fueron transportados y que los equipos fueron entregados. Si localmente no llegan a donde deben estar, que es en la cama del paciente para que los use el médico, la médica, el enfermero y la enfermera, entonces alguien está obstaculizando”.
Pero el personal de sanidad no se ha quedado callado. En Veracruz, una enfermera culpó al IMSS por su contagio de coronavirus, porque no recibieron a tiempo el equipo para atender a los pacientes, de acuerdo con lo publicado por Reforma.
Melissa Mora denunció que con ella ya son 10 compañeros que son enviados al módulo de COVID, pues la cantidad de pacientes sospechosos fue aumentando y siguieron dando la atención sin la protección adecuada.
Aspecto del IMSS en Tijuana. Foto: Cuartoscuro.com
UN BONO POR SI ACASO
No hay suficiente material para atender y el equipo necesario para protegerse, pero el IMSS trató de suavizar el drama con un bono. Se les dará a aquellos trabajadores que se dediquen a la atención de pacientes infectados.
Dicho bono será equivalente hasta el 20% de su sueldo. Esta propuesta fue aprobada por el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social hace dos días. Esta bonificación también será para camilleros y personal de limpieza.
Mientras tanto, el Instituto está violando el Contrato Colectivo de Trabajo al no dar los insumos vitales. La cláusula 70 indica que “el IMSS se obliga a suministrar oportunamente, sin costo alguno para sus trabajadores, equipo adecuado, útiles, instrumentos de trabajo, material, herramientas y la tecnología vigente que sean necesarios para el desempeño de las labores y acorde a las necesidades de los servicios para su protección, seguridad, comodidad, todos ellos de buena calidad”.
Durante la semana, EMEEQUIS recogió varios testimonios de estos trabajadores de la salud, los cuales tienen que desembolsar entre 500 y 4 mil 500 pesos al mes para comprar cubrebocas, goggles, caretas, trajes especiales desechables y trajes quirúrgicos reutilizables.
UN PRESUPUESTO LIMITANTE
Si bien el presupuesto para el IMSS ha ido aumentando año con año, la mayor parte de este es absorbido por pensiones y jubilaciones, así como en gasto corriente, mientras que una pequeña porción se va a inversión física.
Para 2020 se le destinó un presupuesto de 825 mil millones de pesos, 10.5% superior al de 2019. Pero de este, 488.6 mil millones son para las pensiones, 323.7 mil millones para gasto corriente y sólo 12.7 mil millones para inversión física (para obras y los bienes y servicios relacionados a estas).
Se observa que, del primer año de gobierno de Enrique Peña Nieto (2013), a este año, el presupuesto para el Instituto se ha duplicado, pero la infraestructura, equipo y personal siguen sin mejorar.
En el Informe al Ejecutivo Federal y al Congreso de la Unión Sobre la Situación Financiera y los Riesgos del IMSS 2017-2018, se indica que la obsolescencia del equipo médico del instituto tiene que ver con el tiempo que lleva operando en las unidades médicas. El IMSS se fundó hace más de 70 años, además, muchos aparatos se han quedado sin vigencia por el surgimiento de nuevas tecnologías.
Esta obsolescencia explica que puede deberse a falta de refacciones, accesorios y consumibles, o por descomposturas frecuentes que disminuyen la productividad del equipo.
En 15 años el Instituto solamente invirtió 34 mil 459 millones de pesos en altas de mobiliario y equipo médico.
¿Y EL APOYO A LOS PATRONES?
Aunque el Consejo Técnico del IMSS acordó difundir los instrumentos legales y administrativos con los que cuenta para facilitar el correcto pago de las cuotas obrero-patronales, no hay claridad sobre cómo se va a aplicar, explica el especialista en auditoría, Alejandro Lara.
“Se anunció el jueves, creo que en estos días deben de salir las reglas de operación de este acuerdo del Consejo Técnico”.
Lo que se dice es que al patrón se le va a dar un plazo de hasta 48 meses para pagar la cuota patronal, pero se tiene que cubrir un importe inicial de 20%. Lo que corresponde a la cuota obrera se tiene que pagar en su totalidad
“Pero esas parcialidades van a causar un recargo, quizá con la tasa prevista para este tipo de pagos. Esto da lugar a que necesariamente tengan que hacer una actualización del SUA (el sistema donde los patrones tienen que efectuar el pago de sus obligaciones)”.
Según el IMSS, el beneficio de suscribir este convenio es que la tasa de interés por plazo mensual oscila entre 1.26 y 1.82% en función del periodo elegido (12, 24 y más de 24 meses) desde el momento de su formalización.
Cabe destacar que este mecanismo ya se encontraba contemplado en los artículos 40-C y 40-D de la Ley del Seguro Social.
CONTRATOS DE ÚLTIMA HORA
Según los registros de Compranet revisados por este medio digital, el IMSS ha otorgado, entre el 23 de marzo y el 6 de abril, 50 contratos por adjudicación directa para cubrir diversas necesidades relacionadas con COVID-19.
Esto suma más de mil 900 millones de pesos. Con la premura que implica riesgos de opacidad.
La mayor parte de este monto corresponde a un contrato por 80.7 millones de dólares (alrededor de mil 886 millones de pesos) a la empresa Levanting Global Servicios SA LLC, justamente para la adquisición de los 2 mil 500 ventiladores, cuyo dueño está ligado a posibles fraudes.
Una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción menciona que Baldemar Pérez Ríos, fue sentenciado en 2017 por fungir como prestanombres en un fraude millonario, por lo que fue denunciado por la autoridad reguladora de mercados de valores.
“MCCI revela que la proveedora del equipo médico es una empresa de servicios petroleros que fue constituida el 24 de febrero de 2015 en Missouri City, en la zona conurbada de Houston”. Este personaje también suma un cargo ficticio en Pemex y otra de sus empresas fue inhabilitada por la Secretaría de la Función Pública por falsificar documentación para un proceso de contratación.
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Además de este contrato, otros insumos de los que se ha hecho el IMSS por adjudicación directa son artículos y químicos de aseo, así como material de curación y de protección para el personal médico. En esto se gastó alrededor de 14 millones de pesos.
Así, con déficit en médicos, camas y ventiladores, el Seguro Social encara lo que podrían ser las horas más difíciles de su historia. La prisa alcanza a verse en los contratos de última hora y las contrataciones exprés que probablemente debieron ser cubiertas hace mes y medio, cuando se presentó el primer caso de COVID-19 en México.
Hasta el martes 14 de abril, las autoridades de salud habían confirmado poco más de 5 mil contagios y 406 personas fallecidas.
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