Nerviosismo e incertidumbre predomina en el sector energético mexicano, pues el éxtasis por invertir se evaporó con la cancelación e interrupción de decenas de proyectos que implicaban varios miles de millones de dólares.
Aunque el jefe de la Oficina de Presidencia, Alfonso Romo, ha dejado ver un cambio en la estrategia de Andrés Manuel López Obrador, en el que la iniciativa privada tome un papel relevante en la planificación e inversión, hasta el momento no existe claridad.
De acuerdo con la plataforma de Proyectos México –una iniciativa del gobierno federal a cargo del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) para promover infraestructura que requieren de capital privado–, se registran 40 proyectos de energía clasificados como preinversión, esto significa que aún no se sabe si se licitarán, pues la nueva administración tiene que evaluarlos y confirmarlos.
De estos 40 proyectos, en 28 hay información disponible sobre la inversión, la cual asciende 2 mil 514 millones de dólares (alrededor de 50 mil millones de pesos). Del total de proyectos, 39 son promovidos por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), principalmente líneas de transmisión y distribución, así como subestaciones eléctricas, y sólo dos por el Centro Nacional de Control del Gas Natural (Cenagas), en los que resalta el Gasoducto Jáltipan–Salina Cruz (Corredor Interoceánico), que pretende ampliar de 12 a 24 pulgadas para el transporte de 250 millones de pies cúbicos diarios, con una inversión estimada de 12 mil 860 millones de pesos.
“Como resultado del cambio de administración federal, los proyectos incorporados en la plataforma Proyectos México están sujetos a revisión y, en su caso, ratificación o cancelación por parte de las nuevas autoridades”, es un extracto del anuncio que lee en su página web.
A estos proyectos que se encuentran en espera, se suman los que han sido cancelados por el nuevo gobierno, como lo son las rondas para la exploración y extracción de hidrocarburos y las subastas eléctricas para detonar el uso de energías limpias. En puerta se quedaron las rondas 3.2 y 3.3 y la cuarta subasta eléctrica, en conjunto se estimaba una inversión por 7 mil 230 millones de dólares.
La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) anunció la conclusión de las rondas el 11 de diciembre de 2018, mientras que el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) lo hizo el 31 de enero de este año.
La reforma energética abrió al capital privado la oportunidad de invertir en toda la cadena del sector de hidrocarburos y el eléctrico, siendo sumamente atractivo para empresas nacionales y extranjeras. Entre 2015 y 2018, de acuerdo con datos de la Secretaría de Energía (Sener), se logró comprometer una inversión de alrededor de 200 mil millones de dólares. La mayor parte de ésta (168 mil 499 millones), fue gracias a las rondas de exploración y extracción de hidrocarburos y a las subastas eléctricas, un promedio de 42 mil millones por año, mismos que en este 2019 no se tendrán por la anulación de dichos mecanismos.
Por su parte, la CFE canceló uno de los principales proyectos en materia eléctrica, la línea de transmisión de corriente directa “Ixtepec Potencia–Yautepec Potencia”, la cual se encontraba en concurso de licitación y su fallo estaba previsto para el 14 de diciembre de 2018, éste representaba una inversión estimada de mil 700 millones de dólares.
Respecto a las rondas 3.2 y 3.3, la cuarta subasta eléctrica y la línea de transmisión de corriente eléctrica, en la plataforma de Proyectos México, se destaca la siguiente leyenda en cada uno de éstos, “este proyecto ha dejado de ser una oportunidad de inversión y no se mantiene actualizado”.
En Petróleos Mexicanos (Pemex), las cosas no son diferentes, luego de que se cancelaran los farm-outs (alianzas estratégicas de exploración y producción), así como las temporadas abiertas de su infraestructura para el transporte de petrolíferos, mecanismo que le permitía capitalizarse al tener un ingreso de privados por el uso de sus ductos y terminales de almacenamiento a privados.
DOS BOCAS ACAPARA LA ATENCIÓN
Son varios los casos de proyectos que se encuentran en vilo, no sólo los del gobierno federal, hay propios de la iniciativa privada que están a la expectativa de saber qué sucede con otros proyectos, ejemplo de ello, es el plan para construir nueve refinerías modulares que estaba impulsado Refmex, con una inversión de 11 mil 626 millones de dólares, el capital oscilaba entre los mil y dos mil millones por complejo.
Se esperaba que en 2018 la primera de éstas pudiera consolidarse en Campeche; sin embargo, hasta ahora este modelo no ha podido asentarse en México, incluso la información que se encontraba en la pagina web de la empresa en la que se detallaba las ubicaciones, capacidad de producción e inversión ya no se encuentra disponible.
Mientras tanto, la administración de López Obrador está apostando por la construcción de una gran refinería Dos Bocas en Tabasco a cargo de Pemex, con una capacidad de procesar 340 mil barriles de petróleo al día; para su construcción se proyecta una inversión de 8 mil millones de dólares.
Consultado sobre el tema, Jorge Luis Lavalle, socio experto en temas de energía del despacho Accuracy Legal & Consulting, apunta que Refmex no logró aterrizar sus proyectos, “tenían la intención de entrar en varios estados del país, la estrategia de ellos era muy diferente a la de la refinería de Pemex, era ser más competitivos acercando refinerías más chiquitas a los puntos de abasto”. A pesar de la falta de certeza, asegura que hay otras tecnologías similares tratando de establecerse en el país, pero no se ha terminado de concretar ninguna.
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), refiere que es de su conocimiento que la Secretaría de Economía tiene registrados 65 proyectos de infraestructura, principalmente para transporte, almacenamiento y distribución de petrolíferos, los cuales representan una inversión por 84 mil millones de pesos (4.4 mil millones de dólares), pero sólo 12 se encuentran en operación.
De acuerdo con el organismo empresarial, si todos estos proyectos se concluyen, se puede aumentar 2.5 veces la capacidad de almacenamiento de petrolíferos en México.
Edmundo Rodarte, presidente de la Comisión de Energía de Coparmex, indicó que para los próximos seis años se requieren para infraestructura de petrolíferos 250 mil millones de pesos (alrededor de 13 mil millones de dólares), esto para garantizar un suministro eficiente y alcanzar las metas planteadas para incrementar el inventario de combustibles a 11 días en 2025, ya que actualmente sólo se cuenta con tres días.
SOMBRAS EN LA TECNOLOGÍA SOLAR
Antes de asumir la presidencia, Andrés Manuel López Obrador manifestó inconformidad con la reforma energética, misma que se ha mantenido bajo su mandato. La ha expuesto como un mecanismo que fomenta la corrupción, el desmantelamiento y la ineficiencia del sector. Acusa que los contratos que se firmaron han aumentado la deuda de las empresas productivas del Estado.
La Sener explicó que decidió cancelar las rondas petroleras para examinar los contratos vigentes de las nueve rondas que se llevaron a cabo en el sexenio pasado y evaluar los resultados, que hasta el momento no le son satisfactorios, ya que argumenta que las empresas no han aportado algo significativo a la producción nacional de crudo.
Para Lavalle no es del todo negativo la evaluación de los proyectos. “El gobierno está en todo su derecho de revisar y analizar las cosas que hicieron los anteriores. En estos casi seis meses, seguimos dentro de ese plazo, pero sí, los capitales están esperando a ver cómo se van dando las cosas para decidir si se van a asentar en México o no”.
Lo mismo sucede para las subastas eléctricas, que se encuentran bajo revisión, pues hay una gran cantidad de proyectos que se adjudicaron en la primera, segunda y tercer subastas y que no han sido puestos en marcha, en el que predomina la tecnología solar. Además, se busca que la CFE construya su propia infraestructura para energías renovables.
Javier Romero, secretario de asuntos industriales de la Asociación Nacional de Energía Solar (Anes), estima que 30 por ciento de los proyectos solares que se adjudicaron en la primera y segunda subastas eléctricas va a sufrir para entrar en construcción, pero también es muy difícil que la CFE tenga la capacidad financiera para construir nuevas plantas.
“Los proyectos que no van a realizarse son los mismo que veníamos viendo en el anterior gobierno, es decir, aquellos proyectos o que calcularon mal sus costos o que tuvieron problemas con los permisos, y ahí, honestamente, sí creo que se les da la oportunidad de empezar a culpar a la CFE o a la nueva coyuntura nacional por sus malas decisiones”.
Romero explica que con la cancelación de las subastas eléctricas el panorama no es muy alentador por lo menos en el mercado eléctrico mayorista que es en el que entraban estos contratos para estos grandes parques, tanto para empresas mexicanas como extranjeras que iban con capacidades de cientos de megavatios.
PRONÓSTICOS DE CRECIMIENTO, EN RIESGO
De no ver señales que vayan encaminadas a destrabar los proyectos, los principales riesgos que ven expertos del sector energético es que difícilmente se va a lograr el crecimiento económico planteado en el sexenio de 4% en promedio anual, de acuerdo con el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024.
“Si esto no se logra, no van a haber los empleos necesarios y no se va a reducir la pobreza como se plantea, entonces nos vamos a meter en un círculo vicioso en vez de en uno virtuoso”, declara Rodarte.
El Banco de México ha recortado en los cinco más recientes informes trimestrales el pronóstico de crecimiento económico de este año. El pasado 28 de agosto, la Junta de Gobierno del instituto redujo la proyección del PIB a un rango de entre 0.2 y 0.7 por ciento para este 2019.
Representantes del sector privado han mantenido reuniones tanto con el presidente López Obrador y con la titular de la Sener, Rocío Nahle, para tratar de darle continuidad a los mecanismos de la reforma energética, incluso han alertado sobre los riesgos que implica que los proyectos se encuentren suspendidos y que otros no tengan certeza.
La Comisión de Energía de la Coparmex, ha hecho peticiones que están alineadas a ciertos objetivos del PND y en las cuales indican que de no reanudarse las rondas y las subastas va a ser prácticamente imposible cumplir con los objetivos planteados en cuanto a seguridad energética se refiere.
Quien también ha estado constantemente presente es Alberto de la Fuente, presidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi), agrupación que representa a 45 empresas del sector petrolero. Las demandas no son tan diferentes. También abogan por la continuidad de las rondas, especialmente para los recursos no convencionales y la construcción de más infraestructura energética.
La Amexhi ha advertido que, de no realizarse más rondas para exploración y extracción de hidrocarburos, la producción de crudo presentará una reducción hacia el final del sexenio, por ello se requiere de la participación privada. La producción de crudo presenta una permanente declinación, en el primer año de la gestión de Enrique Peña Nieto, en promedio se ubicaba en 2 millones 522 mil barriles diarios y para el último año en un millón 813 mil, 709 mil menos. Mientras que de enero a julio de este año es de un millón 670 mil barriles al día.
Otras demandas de la iniciativa privada hacia el gobierno son: estabilidad regulatoria y certeza jurídica, ya que sin esas dos es muy difícil que los proyectos concluyan y sigan las inversiones al ritmo que se espera.