Ni sí ni no, sino lo opuesto pero al revés: las trivias indispensables para conducir al INE

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EMEEQUIS.― En los miembros del Comité Técnico de la Cámara de Diputados para elegir a los nuevos consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) hay vocaciones latentes que podrían poner en aprietos a los genios de la industria de los juegos de mesa.

Y no es porque los esclarecidos integrantes de dicho cuerpo colegiado hayan logrado poner a trabajar a sus amigos diputados en alguna iniciativa de ley referente a ese sector.

Nada de eso, lo que ocurre es que numerosas preguntas del examen aplicado el pasado 7 de marzo dejaron en terapia a gran parte de los 531 aspirantes a las posiciones disputadas en el Consejo General del órgano encargado de la organización de los comicios mexicanos. 

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Los pobres desarrollaron una especie de estrés postraumático y se devanaban los sesos, todavía días después, en la ducha, en el alto del semáforo, en las horas de insomnio. Recordaban cómo recorrían con la mirada angustiada las opciones propuestas como respuestas por esos genios del Comité Técnico, sin atinar bien a bien cuáles eran las respuestas.

Y es que los genios que diseñaron los reactivos, que bien podrían salir del encargo que depositó en ellos la sociedad a través de los representantes populares, directamente a triunfar en Hasbro, Lúdilo, o alguna otras de las firmas que ganan millones dólares anuales con el diseño de preguntas sin respuesta, capciosas y de respuestas polivalentes, para juegos de mesa.

De hecho, ésta última firma tiene un juego de mesa cuyo título bien podría ser el del examen en cuestión: “Ni sí ni no. ¡350 preguntas con trampa!”.

¿ME PUEDE REPETIR LA PREGUNTA?

Gran parte de los reactivos de la prueba, diseñados bajo la escrupulosa supervisión de María Esther Azuela Gómez, Sergio López Ayllón, Ernesto Isunza Vera, Araceli Mondragón González, Enrique Galván Ochoa, Evangelina Hernández Duarte y Andrés Norberto García Repper Favila, miembros del comité técnico, han visto ya la luz del día en redes sociales, compartidas por los aspirantes mismos.

Aquí un ejemplo compartido por uno de los aspirantes: 

PREGUNTA 23: “¿Por qué en la década de los noventa las propuestas de educación para la construcción ciudadana en México no se relacionaron con los derechos humanos?

Opciones de respuesta: 

1. Porque eran actividades puntuales y centradas en la observación electoral.
2. Porque no existían experiencias en ese sentido.
3. Debido a que las organizaciones se encontraban divididas por percepciones políticas.
4. Porque no consideraban de importancia el tema”.

Ensayen, lectores, la respuesta. ¿Listos? Bueno. Según el doctor en integridad electoral, Miguel Ángel Lara Otaola, que es uno de los aspirantes que presentó el examen, comentó en su cuenta de Twitter: 

“Las preguntas incluidas no fueron elaboradas por una institución académica ni por especialistas en evaluación. Esto quiere decir que no hubo una revisión experta donde se haya cuidado el fraseo, el vocabulario, y el contenido de la opción múltiple. Por tanto, hubo ambigüedad. (…) Buena parte de las respuestas oficiales, o no son correctas o admiten otras opciones o están sujetas a interpretación”.

Sí, él también se equivocó. Respondió “C”, cuando la buena era la “A”. 

Otro ejemplo: 

PREGUNTA 7: La democracia participativa se practica en procesos como:

1. Presupuestos ciudadanos
2. Opinión pública
3. Mecanismos electorales
4. Plebiscitos y referéndums

Incluso curtidos personajes de la política nacional fallaron aquí. Por ejemplo, la diputada panista Margarita Zavala y su correligionaria, Xóchitl Gálvez, respondieron con la opción “d”, pero no, esa no era la respuesta. La buena era la “a”.

En su programa digital, la diputada Zavala comentó: “Cualquiera que estudie derecho electoral hubiera respondo ‘plebiscitos y referéndums’, y no digo que no sea presupuesto ciudadano, (…) pero que te contesten ‘plebiscitos y referéndums’ ¡y la consideres incorrecta!, no se vale”.

Y muchos ejemplos más. El doctor Miguel ángel Lara Otaola, después de apostillar una cantidad abrumadores de ejemplos semejantes, comentó: “En una prueba como esta deben primar la certeza, la transparencia y la objetividad. Lo anterior demuestra que no fue el caso.”

Pero fue mucho peor cuando le preguntamos a la tía Tencha antes de acometer este texto. Ella espetó: “¡A mí no me vas a ver la cara con tus chanzas! ¿Quieres hacerme creer que son tan tarugos los señores del gobierno como para poner esas babosadas? Si hasta don Pepe, el de las carnitas, se daría cuenta de la trampa. A menos que adrede quisieran hacerse mensos… Pero no lo creo, ¿verdá?”.

LOS ADELANTADOS, DE LA 4T

Pero algunos de los aspirantes se abrieron paso en ese brumoso camino, y se hicieron de los primeros sitios en cuanto a puntaje. De un total de 80 aciertos posibles, esta fueron sus marcas: 

Jaime Castañeda Salas, criatura de Horacio Duarte, coordinador de campaña de Delfina Gómez, 79 puntos.

Armando Ocampo Zambrano, de las frondas de Raquel Buenrostro, secretaria de Economía, 78 puntos. 

Bertha María Alcalde Luján, hermana de la secretaria del Trabajo y Previsión Social, e hija de Bertha Lujan, encumbrada morenista, 74 puntos. 

Maday Merino Damián Maday, del grupo de Adán Augusto López, secretario de Gobernación de AMLO, 74 puntos. 

Además de uno o dos colados. Es verdad que don Jaime Castañeda lo bajaron, eso fue por dobletear sueldo y liquidación neoliberal en el INE.

Pero fuera de eso, como puede observarse, los más adelantados resuman una no muy escondida inclinación morenista, pero se presume que no es mérito exclusivo de estos postulantes, sino que contaron con asesoría de Mafe Walker.

Y es que es cosa de sintonizarse con los tiempos que corren en esta patria ordenada y generosa.

Si la democracia es una tómbola, el bagaje necesario para organizar las elecciones de un país de 127 millones de habitantes no debe buscarse en manuales técnicos, logísticos, ni en complejidades teóricas propias de los cubículos académicos que, ¡encima!, demandan años de esfuerzos. Todo se resuelve en una trivia.

Y ni se espanten: la próxima ronda se define consultando a Charly -Charly.

¡Es un honor…! Etcétera…

@emeequis

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