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La encrucijada de MC en 2024: compartir el poder o pavimentar la continuidad obradorista

El discurso central de los dirigentes de Movimiento Ciudadano ha insistido en que participarán con un candidato presidencial propio y sin alianzas en 2024. En el cuarto de guerra naranja se barajan nombres: Samuel García, Enrique Alfaro, Luis Donaldo Colosio y hasta Ricardo Monreal.

Por Emequis
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EMEEQUIS.– Movimiento Ciudadano (MC) fue la primera formación política que se escindió del núcleo de partidos obradoristas –en 2018–, pero ahora tiene el alma partida en tres.

El discurso central de sus dirigentes ha insistido en que participarán con un candidato presidencial propio y sin alianzas en 2024. Pero, por un lado, se han alineado de manera natural con el líder morenista en el Senado y precandidato presidencial autonominado, Ricardo Monreal, en su guerra contra el gobernador veracruzano, Cuitláhuac García. Una alineación que podría solidificarse con fines electorales.

Por otro flanco, los emecistas resisten los embates seductores de la alianza opositora (PAN-PRI-PRD) que desde la elección intermedia busca sumar a los naranjas, lo mismo en contiendas electorales que en votaciones legislativas. También busca lograrlo en 2024.

Los resultados previsibles de la consolidación de cada una de las opciones, derivan en escenarios altamente diferenciados. La apuesta de MC podría ser crucial, tanto para dicho partido como para el resto de los jugadores en el volátil proceso sucesorio que, a 23 meses del alumbramiento de candidatos, ya despide un inquietante olor a gasolina.

Enrique Alfaro y Luis Donaldo Colosio durante la Convención Nacional de MC en la Ciudad de México. Foto: Mario Jasso / Cuartoscuro.com.

SAMUEL, ALFARO, COLOSIO

En el war room de los naranjas ya están desplegados los mapas y alfileres de colores, y hasta los couch han trazado en la pizarra algunos de los escenarios, que gustan describir en términos deportivos.

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La convicción mayoritaria de la plana mayor emecista es que la estrategia parlamentaria de dar la espalda al bloque PRI-PAN-PRD en el Congreso, y jugar en solitario una oposición testimonial contra el obradorismo, por segunda legislatura consecutiva, ha colocado a MC con buena posición de campo.

El costo no deja de ser alto, pues esa estrategia los ha lesionado en cuanto al control de comisiones, presupuestos, e incluso los excluyó de la Comisión Permanente en el actual periodo de receso. Pero según ellos ha valido la pena, aunque no hay evidencia empírica de la conexión entre ambos hechos.

Como sea, es la especie que persuade a la élite naranja de apostar por el lanzamiento de un candidato propio, que saldría de entre el gobernador de Nuevo León, Samuel García; el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro; e incluso el alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas, en ese orden de posibilidades.

Samuel García, de 34 años, ha resultado un político que conquista con relativa facilidad a los millennials. Algo les dice, aunque no queda muy claro qué: acaso sea su imagen de éxito financiero y mediático, cuyo mejor filón explota en las redes virtuales. También demostró movilizar cierto nicho de votantes maduros más identificados con el deseo de vientos nuevos que con el personaje. Y, al menos en Nuevo León, funcionó.

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Está después Enrique Alfaro, que exhibió sus cartas muy temprano y aún opera un control de daños de su prematuro afán, pues acabó por sobreexponer los huecos en su administración estatal, que han resultado bastantes. Con todo, parece el emecista con las cualidades más adecuadas para responder con algún nivel de acierto a los obuses que lance cotidianamente AMLO, que sería el jefe de campaña de Claudia Sheinbaum o de cualquier otro que decida lanzar por Morena.

Y Luis Donaldo Colosio Riojas, alcalde de Monterrey en los primeros meses de ejercicio, que no tiene más experiencia política que la de haber sido diputado local, pero que lleva en el apellido una marca reconocida en el mercado político-electoral, que además de ser ampliamente aceptada, suscita entre cierto tipo de votantes el deseo de ajustar cuentas con la historia. Esa marca es desde luego la de su padre, el candidato priísta asesinado en plena campaña, en 1994, Luis Donaldo Colosio Murrieta.

En el fondo, Samuel podría carecer de una propuesta política real, sólida, y quedarse imagen, superficie, oropel. Alfaro, que ya  lleva la mitad de su administración en Jalisco, quizá atraería la persecución de la justicia federal dispuesta a perseguirlo incluso por una infracción de tránsito, cuanto más si topa con algún dato de mayor envergadura.

Y Colosio, con todo y su marca, podría naufragar en las aguas de la inexperiencia, repletas de tiburones de todos los mares convocados a la contienda, comenzando por el que nada en la alberca de Palacio.

A pesar de todo, los estrategas emecistas calculan que con cualquiera de ellos pueden conseguir la acumulación de un importante yardaje, muy relevante para el financiamiento del futuro político del partido y para obtener un crecimiento más en el tamaño de su representación en el Congreso. Sí, pero sin ganar el partido. 

MONREAL: EL REGRESO A MC

En una cancha aparentemente distante de la sucesión, el senador morenista Ricardo Monreal libra una batalla contra su correligionario, el gobernador veracruzano, Cuitláhuac García Jiménez, que mandó confeccionar una legislación penal a modo para poder encarcelar sin mayores averiguaciones a sus opositores y a cualquier personaje incómodo: infló el delito de “ultrajes a la autoridad” en el código penal local.

Monreal tomó como bandera la defensa de algunas víctimas del mandatario jarocho y éste respondió encarcelando a un colaborador del senador zacatecano: el secretario técnico de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado, José Manuel del Río Virgen, bajo imputaciones de homicidio.

Y Del Río Virgen resultó ser un distinguido emecista, lo que lanzó a los grupos parlamentarios de MC en el Congreso a una lucha contra Cuitláhuac García en la que se hermanaron sin falsos resquemores, a Monreal. 

Después de todo, todavía a principios de 2014, Ricardo Monreal no solo formaba parte del grupo parlamentario del movimiento naranja en San Lázaro, sino que lo coordinaba. En el grupo estaban además Ricardo García Berdeja (vicecoordinador), María Luisa Alcalde, y Alfonso Durazo, entre otros.

El conflicto entre Monreal y Cuitláhuac demostró que el cemento entre el emecismo y el monrealismo es aún demasiado fresco. 

Pero, ¿alcanzaría para una candidatura presidencial exitosa, ganadora, o sólo para que el zacatecano aparezca en la boleta y ensanche la representación naranja sin lograr el touchdown?

El líder morenista en el senado, autoproclamado precandidato presidencial, excluido de las listas de AMLO, “rebelde leal” al tabasqueño, podría acaso llevar a MC al siguiente nivel.

No faltan los agoreros de un fracaso, aún con esas adhesiones, y pronostican que no le alcanzaría para el triunfo, y acaso terminaran a un gol de campo de la victoria. Pero después de dispersar suficientemente el voto para beneficiar a la candidata o candidato oficial.   

ALIANCISTAS BUSCAN A UN EMECISTA

Lo más curioso es que en la línea de golpeo de los aliancistas (PAN-PRI-PRD) buscan ganar para su causa a MC a cualquier precio, incluso, si es preciso, abanderando a un candidato naranja. Sí, a cualquiera de los antes mencionados.

Es tal el ayuno de figuras entre los aliancistas opositores, o bien, tan estrechos los límites hasta donde alcanza a ver la curiosa dirigencia de ese espectro político, que no ven más allá de candidatos locales que no han mostrado ser figuras conocidas realmente a nivel nacional. Incluso aunque las haya.

Por eso los estrategas naranjas se preguntan, acaso erróneamente, si MC necesita a la alianza o la alianza a MC. 

Pero para los aliancistas todo son los números, comentan los estrategas emecistas. Es decir, están seguros aritméticamente de ganar si suman a MC a su causa, o viceversa.

Monreal acude al penal de Pacho Viejo en Veracruz a mostrar respaldo a Del Río Virgen. Lo acompaña Dante Delgado. Foto: Yerania Rolón / Cuartoscuro.com.

CUARTA VÍA

Pero hay una opción más, no para los aliancistas sino para MC, no por inesperada menos probable, y esta consistiría en llevar a Monreal pero sumando más siglas al lado de MC.

A principios de la legislatura hubo un curioso encuentro entre viejos líderes obradoristas. Unos formaron parte de la coalición gobernante del tabasqueño, incluso a regañadientes.

Otros han caído de la gracia cuatroteísta, por más que aún gravitan en ese ámbito. Y pertenecen a MC, como Dante Delgado y Amalia García. Pero también al PT, como Alberto Anaya. Y muchos más.

Todos tienen resquemores respecto de su trato con Palacio. La suma de estos líderes a una eventual candidatura de Monreal, dicen, ampliaría las posibilidades del triunfo a MC y su coalición. 

Hay resistencias a nivel interno, pero sólo de los liderazgos más jóvenes, que a fin de cuentas serían disciplinados con la directriz de Dante. 

A muchos no les suena, pero probarlo, se arguye en la mesa de estrategas naranjas, que hasta Amalia García, que sostuvo una pelea a muerte con Ricardo Monreal, difundió recientemente todo un alegato jurídico para defender a Del Río Virgen, el hombre cercano de Monreal.

@emeequis 



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