EMEEQUIS.– Las alarmas se han disparado en los partidos de la alianza opositora debido a la crisis interna de Acción Nacional, en cuyas entrañas se desplaza un movimiento telúrico de pronóstico imposible.
Los análisis internos hablan de un callejón sin salida para Marko Cortés, quien con sus sombríos vaticinios rompió la cohesión partidista y le dio armas a la coalición gobernante.
Las palabras del líder panista Marko Cortés Mendoza sobre un panorama electoral adverso para la oposición en 2022, cuyo audio fue filtrado a la redes sociales la semana pasada, siguen haciendo daño no sólo en el ámbito del blanquiazul, sino que se han extendido a todo el bloque antiobradorista.
De entrada, han debilitado la fuerza del discurso de Cortés Mendoza, que ayer intervino en una reunión que encabezó, junto con los dirigentes del PRI, Alejandro Moreno, y del PRD, Jesús Zambrano. Las palabras de Cortés fueron algo así como una advertencia al gobierno de AMLO y a Morena de que si iban a querer reformas constitucionales en el futuro inmediato, debían negociar el presupuesto.
Pero las frases del dirigente panista causaron tanta sensación en la prensa como angustia en Palacio: se fueron a la página de honor de los diarios, allá por la 82. Después criticó a López Obrador por su participación en la ONU, y aunque tuvo más respuesta, tampoco fue del calibre esperado.
Y es que el discurso derrotista de Cortés ha sido como una bola de billar cuyo impulso de lanzamiento no se ha agotado y sigue golpeando bandas, metiendo puntos en las esquinas equivocadas, haciendo daño dentro y fuera de la institución partidista.
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Para empezar, hay una discusión sobre el ámbito en que ha de debatirse la pifia del líder, si en la penumbra de los estacionamientos de las sedes partidistas, en los órganos del partido, o en la mesa de las discusiones públicas.
Pero lo que no admiten algunos conspicuos líderes albiazules, según nos confían, es que se adopte el estilo cuatroteísta, donde puede caerse un tren de las vías elevadas y en el gobierno hacen como si no pasara nada, sin consecuencias para funcionario alguno.
SEVEROS DIAGNÓSTICOS INTERNOS
Y es que, en un análisis ejecutivo que circula de manera restringida entre adversarios internos de Cortés, se plantea que lesionó su capacidad de liderazgo, rompió la cohesión partidista, desalentó a la estructura electoral del blanquiazul, dañó la imagen externa, dio parque al sector oficialista, marcó un precedente negativo para competitividad electoral en 2022 y exhibió debilidades de su equipo.
Porque, reclamo aparte, echan en cara que su estructura de comunicación no manejó adecuadamente la crisis desatada.
Si la estrategia de Cortés era movilizar a las estructuras a partir del miedo, pues era una idea bastante … inocente. Eso es lo que creen los adversarios de Cortés.
Como se recordará, Marko Cortés anunció un escenario electoral catastrófico para su partido en 2022, cuando se disputarán seis gubernaturas. El panista aseguró que sólo tienen “posibilidades reales” de ganar Aguascalientes.
“Se los digo en casa, la única gubernatura que tenemos posibilidades de ganar reales, auténtica y bien ganadas, es ésta (Aguascalientes). No hay más. Está muy complicado Durango, Tamaulipas, Quintana Roo, Durango ¡y Oaxaca qué les cuento!”, fue la frase que Cortés soltó en el cónclave albiazul hidrocálido y que se filtró.
Y, para colmo, anunció la derrota en 2024, según revelación del gobernador de Aguascalientes, Martín Orozco. Según el mandatario blanquiazul, Cortés le comentó: “Buscaremos impulsar y motivar a Diego (Sinhue, gobernador de Guanajuato), a Mauricio Vila y a Maru, gobernadora de Chihuahua, para ver qué rescatamos en 2024”.
El propio Orozco consideró un subido caso de “descaro y desfachatez” el de Cortés, por haberse postulado a reelegirse como dirigente nacional, si tan convencido estaba de que fracasaría en su gestión.
La tlaxcalteca Adriana Dávila, que contendió contra Cortés por la dirigencia, reprobó que el michoacano se diera por vencido y consideró “peligrosa la rendición anticipada”.
El exgobernador queretano, Francisco Domínguez, consideró que la actitud de Cortés rezumaba “mediocridad y entreguismo”. El expresidente Gustavo Madero consideró desafortunada la pifia de Cortés, y criticó que se niegue “a corregir y ceder el control” del partido.
De modo que en efecto la cohesión partidista no goza de cabal salud, pues también en su propio Comité Ejecutivo causó malestar, si bien no fue manifiesto.
DESLEGITIMACIÓN ACELERADA
Dicha falta de cohesión se suma a una deslegitimación acelerada del liderazgo de Cortés: si un líder no cree que ganará, no hay razón para seguir ahí. Esos aspectos le quitan de inmediato margen de maniobra al liderazgo de Cortés, que ya comenzó a pagar factura con la debilidad de su discurso, pero que no parece limitarse a ello.
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Deslegitimada la voz del líder, también se debilitan las posturas oficiales del partido, lo que además dota de discurso y obuses al oficialismo. Sirva de ejemplo el hecho de que Mario Delgado “ya lo agarró de bajada”.
Eso, por no hablar de cómo las afirmaciones derrotistas desalientan a la estructura panista que no terminaba de convencerse de su fuerza fuera del ámbito de la Ciudad de México y del estado de México, donde tuvo los avances más significativos en junio de 2021.
Los severos diagnósticos internos también lamentan que el manejo comunicacional para atender la crisis haya sido “tan torpe” por parte del CEN. Ya no reclaman mística a los integrantes “que buena falta les hace”, sino al menos “reflejos, pragmatismo y eficiencia” ante el manejo de la crisis. “Y ahí tienes a diputados locales y legisladores federales defendiendo Cortés, aunque se tragando sapos, ante la paralización de la Secretaría de Comunicación”.
ALIANCISTAS: LIDERAZGOS DAÑADOS
Siendo el PAN el partido más fuerte de la alianza opositora, el dislate de Marko Cortés no podía escapar de las sumas y restas del PRI y del PRD. Para empezar han surgido preguntas no tan sibilinas de parte de los aliancistas: por ejemplo, ¿la dificultad para ganar elecciones en 2022 es planteada por el panista para quién y quién?
El único punto que salva a Cortés de críticas mayores es que ¡ellos traen su propio infierno!
Alito Moreno fue seriamente cuestionado por sus requiebros con AMLO en el contexto de las ofertas presidenciales no tan veladas para comprar mayorías legislativas disponibles. La militancia hizo recular al campechano que ya iba directo a los brazos del tabasqueño.
Y en cuanto a Jesús Zambrano, este ha sido cuestionado ya en el pasado por temas, incluso, relacionados con el ascenso indebido de candidatos reprochables a partir de nominaciones bajo arreglo.
Sólo hay un dato de consuelo para los líderes aliancistas: el dirigente de Morena es Mario Delgado. De modo que está a la altura.
@emeequis