EMEEQUIS.– En su afán de convertirse en la candidata de Morena para tomar el puesto que actualmente ostenta Martí Batres e CDMX, a Clara Brugada le surgió un obstáculo, curiosamente, por el acuerdo de paridad del INE.
Con los parámetros del órgano electoral para cumplir la cuota de género, surge un escollo para Clara Brugada, pues no sólo se trata de postular a 5 mujeres para las 9 entidades que estarán en disputa, como se votó el día de ayer, sino también entra en juego el aspecto de la alternancia de género.
Y es que el acuerdo del INE dice: “Asimismo, se mandata a los partidos políticos locales para que respeten el principio de alternancia de género que hubieran postulado en la última elección en cada gubernatura y Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México”.
Es decir, como en 2018 Morena postuló a una mujer en CDMX, nada menos que la propia Claudia Sheinbaum, tocaría ahora nominar a un hombre para cumplir con el principio de alternancia.
En ese sentido, parecería que todos los planetas se le han alineado en favor de Omar García Harfuch.
Curiosamente, la oposición –que tiene mejores cuadros entre sus mujeres–, puede elegir entre ambos géneros, ya que en 2018 el PRI postuló a Mikel Arriola y el PAN-PRD, a Alejandra Barrales.
Lo que dice el Tribunal Electoral sobre el principio de alternancia.
YA HASTA EL ASPIRACIONISMO ES BUENO
Pero Clara Brugada sigue en lo suyo. Y en su intento de competir por las simpatías de la clase media con quien estuvo a cargo de la seguridad en la capital, la alcaldesa con licencia de Iztapalapa, quien también lideró la Unión de Colonos de San Miguel Teotongo y cofundó la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata (UPREZ) incluso ha dado un giro discursivo “antinatura” con el obradorismo.
Brugada pateó el árbol de donde salieron sus cargos cuando salió a decir que “no es tan malo ser aspiracionista”, algo que AMLO abomina; y la alcaldesa hasta habla ahora de “rescatar la clase media”.
Bueno, ha llegado a la audacia de sugerir que “en toda Ciudad de México” quiere clase media.
En un post de Twitter (ahora llamado X), Brugada puso: “Una ciudad de clases medias, donde derribemos los muros invisibles que separan al poniente del oriente, es nuestra visión. Vamos a ganar la encuesta para defender la 4T y dar continuidad a la transformación de la Ciudad de México iniciada por la Dra. Claudia Sheinbaum”.
Eso sin mencionar sus declaraciones en el noticiero de Luis Cárdenas en El Heraldo, donde contó su historia como la de una clasemediera típica en la que explica que era una chica de dieces en la escuela, y que ella no llegó a Iztapalapa, sino que Iztapalapa llegó a ella a través de la UAM, donde estudió economía.
Y es que el equipo de Brugada ya cayó en cuenta de que el arrastre en las clases populares no le va a alcanzar, ya no digamos para ganar la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, tal vez ni siquiera para ganar la encuesta interna de Morena.
Así lo demuestran las encuestas conocidas hasta ahora, en las que Harfuch gana a Brugada ―en el estilo de la casa: amplias ventajas de los favoritos, nada de empates técnicos― con más de 10 puntos arriba en una encuesta de El Economista.
Nada menos, Mitofsky le da 35.4% de la preferencias a García Harfuch contra 24.2% de Brugada.
@emeequis
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