EMEEQUIS.- Francisco Guerrero Romero, padre de Israel, joven de 24 años que murió por el colapso de un andamio en la obra del viaducto Vicente Guerrero, parte del tramo carretero Real del Monte-Huasca, exigió a las autoridades identificar posibles responsables del siniestro, ya que, aseguró, trabajadores habían advertido que la cimbra crujía y no debían agregar más cemento, cuyo peso causó el desplome.
“Dicen que sí les advirtieron allá (que no depositaran más mezcla, cuando, afirma, habían depositado más de 20 ollas, cada una de ocho metros cúbicos), pero que presuntamente la ingeniera (de la empresa responsable) dio la orden que continuaran”.
La versión oficial dice que cuando llevaban a cabo una tarea de colado de concreto en un ala, ocho empleados que se encontraban en la corona de la pila, a más de 15 metros de altura, cayeron tras el desplome por el peso.
Suma que el avance era de 80% en el colado. El cemento se vino encima y también cayó sobre los trabajadores. Fueron, afirma, 40 metros cúbicos los que los sepultaron, más varilla, maderas y concreto.
Francisco, dedicado a la albañilería como su hijo, considera que en los hechos hay probable negligencia de la constructora a cargo, Vise, con sede en León, Guanajuato, porque ellos fueron los que indicaron la cantidad de concreto y, asegura, dieron la orden de continuar cuando se escuchaba el crujido de la estructura.
Él e Israel, añade, laboraban para la concretera Conaco, con sede en Acolman, Estado de México, contratados por Vise.
Explicó que el armado, la estructura y la madera la colocó Vise; el concreto, Conaco. Cuando ocurrió el desplome, los que cargaban el cemento (él entre ellos), distintos a los que lo depositaban ya en la obra (su hijo estaba hasta la punta del andamio) corrieron al sitio cuando supieron del derrumbe, aunque no dimensionaban los hechos.
Francisco dice que tuvo temor porque conocía que su hijo estaba ahí. Al llegar, lo vio sepultado entre concreto y varillas, aún vivo, clamando que lo ayudaran. Las demás víctimas, dice, estaban sepultadas en los escombros.
“Ellos no tienen ninguna responsabilidad porque, cuando los contratan, les dicen aquí tiren el cemento tantos metros y lo tiran, sin saber cómo está la cimbra, porque ese no es el trabajo de ellos”, sostiene.
El director general del centro de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) en Hidalgo, Ernesto Jáuregui Asomoza, declaró un día después de los hechos, cuando continuaban labores de rescate para recuperar un cuerpo entre el cemento que ya se había hecho piedra, por lo que usaban herramienta para fragmentar ese concreto, que el accidente no es una falla de alguna estructura.
“Al suceder eso se cae el andamio con la cimbra, el acero, el concreto y caen seis trabajadores”, expuso, además de confirmar cinco muertes, cuatro de empleados que eran originarios de Michoacán y uno de Omitlán, poblado en el que se realiza la obra, pero en la carretera federal. Se trata de Israel, originario de la comunidad rural El Perico.
Además, tres más resultaron heridos, aunque no precisó la gravedad de las lesiones, que tienen aún a dos hospitalizados.
“Que se investigue para llegar a los responsables, porque sí debe de haber. No se debe quedar así”, dijo Guerrero Romero en entrevista.
Su hijo, especificó, contaba con seguro médico, pero no de vida. El cuerpo fue rescatado entre las 3:00 y 3:30 de la tarde del sábado (el percance fue a la 1:30), y se los entregaron a las cinco de la mañana del domingo, tras una autopsia que reveló muerte por asfixia, mientras estuvo aprendido entre las ruinas de concreto. Hasta la tarde de ayer, no habían recibido ningún apoyo o notificación ni del gobierno ni de la empresa, que afirmó cubriría los gastos y cumplirá la indemnización a la que está obligada.
@axelchl
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