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EMEEQUIS.– Tras el logro de una sentencia condenatoria que tardó casi 10 años en llegar, ahora la defensa del agresor busca revocarla.
Carmen Sánchez, sobreviviente de violencia ácida, festejó el pasado 11 de mayo, cuando el Tribunal Superior de Justicia del Estado de México le dio al hombre que la agredió con ácido una condena de 46 años y 8 meses en prisión.
Ese festejo es utilizado por la defensa como argumento en contra de la víctima.
Se trata de la primera sentencia ejemplar en un caso de ataque con ácido, fuego o sustancias corrosivas en México y América Latina. Se realizaron diversos peritajes bajo investigación de perspectiva de género para demostrar que las lesiones causadas por la sustancia tenían el objeto de asesinarla.
Afuera del penal de Chalco exigiendo justicia. Foto: @ximenacanseco.
Con regularidad, estos casos son considerados sólo un delito de lesiones simples que no tardan más de 30 días en sanar. Cuando la realidad es distinta: estas agresiones trastornan la vida de mujeres sobre su salud, calidad de vida y afectaciones emocionales causadas por las heridas de gravedad.
El caso de Carmen ha sido uno de los primeros en juzgarse bajo la figura de tentativa de feminicidio, al ser agresiones de extrema violencia que tienen la intención de asesinar a una mujer. La mala clasificación del agravio obliga a las víctimas a iniciar una batalla legal para reclasificar las carpetas de investigación.
Tras una lucha que se extendió en casi 10 años, de ellos siete en los que el agresor estuvo libre, la defensa de Carmen logró una condena pionera para sancionar la violencia ácida.
El festejo era inminente. Desde que fue agredida en 2014, Carmen sorteó violencia institucional, la reclasificación de su carpeta de investigación, el temor de volver a ser agredida y los señalamientos de la defensa Efren “N”, que invalidaban su denuncia, ya que él se sigue reconociendo “inocente”.
“El defensor jurídico de este criminal no sólo pide revocar la sentencia y dictar otra para que Efrén quede absuelto de todos los cargos, también ha dicho que no tengo traumas psicológicos porque festejé la sentencia al salir del penal. Ahora resulta que las víctimas no podemos festejar porque automáticamente dejamos de ser víctimas, las víctimas que ellos quieren”, explica Carmen Sánchez en entrevista con EMEEQUIS.
Dejar sin efectos esta sentencia histórica tendría repercusiones para los demás casos de mujeres sobrevivientes de ataques químicos que aún esperan justicia.
El 90% de estas agresiones quedan en impunidad. De 43 procesos contabilizados por la Fundación Cármen Sánchez sólo tres tienen una sentencia contra los agresores y cuatro fueron vinculados a proceso. El resto están prófugos, en libertad o absueltos del delito.
El festejo por la sentencia que ahora la defensa usa en contra de la víctima. Video: @ximenacanseco.
SENTENCIA HISTÓRICA EN PELIGRO
Ocho meses en el hospital, 65 cirugías reconstructivas, tratamientos psicológicos, años de juicios. La lucha de Carmen Sánchez tiene apenas una luz de justicia al dictarse sentencia a su agresor.
Sin embargo no sólo está el riesgo de que el agresor sea absuelto de los cargos, también de que Carmen consiga una reparación integral del daño que intenta resarcir las afectaciones de salud, emocionales y económicas por las heridas, pero también por lo que la agresión le impidió a remunerar en el trabajo.
“La jueza no había aceptado el monto de reparación que había metido la abogada de Carmen… La reparación integral no estaba tomando en cuenta el daño económico y en su proyecto de vida”, explica Ximena Canseco, fundadora de la Fundación Carmen Sánchez.
La jueza del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México, María de Jesús Sánchez Cabrera, negó la posibilidad de Carmen de recibir una remuneración económica acorde a su nivel de afectación. Una de las muestras de la violencia institucional que le han impedido a la víctima dejar la carrera por la justicia.
“Además lidiar con la violencia institucional, la discriminación laboral, el estigma social y la precarización económica. Casi una década que llevo exigiendo justicia sin la oportunidad de procesar mi duelo”, afirma Carmen, quien se dice cansada de la batalla contra su agresor y la falta de empatía de las autoridades.
El próximo 25 de agosto será la audiencia que determine si la sentencia por tentativa de feminicidio contra Efren “N” queda firme o se absuelve, además de que será revisada la propuesta de reparación para la sobreviviente.
El absolver al agresor de Carmen Sánchez enviaría un mensaje de impunidad para los agresores que utilizan sustancias químicas para agredir a las mujeres, asegura Ximena Canseco, es por ello que exigen que el Poder Judicial sostenga la condena, para que cada vez haya menos mujeres pasando esta violencia.
“Esta sentencia pone en evidencia lo que se ha negado por años, para Carmen y para muchas otras mujeres. Los ataques con ácido y la violencia química en general, son violencias feminicidas y ponen en peligro la vida de las mujeres. No es una lesión simple o lesión calificada o violencia familiar, como se ha asentado en las otras carpetas de investigación”, dice a EMEEQUIS.
VIOLENCIA QUÍMICA EN IMPUNIDAD: SÓLO TRES SENTENCIAS CONDENATORIAS
Si el agresor de Carmen es absuelto, sólo dos agresores de violencia química tendrían una sentencia condenatoria en México.
De 43 casos de ataques químicos qumantienen un proceso penal, sólo cuatro agresores están vinculados a proceso y hay tres tienen sentencia condenatorias, de acuerdo con registros de la Fundación Carmen Sánchez.
La sentencia contra Efren “N”, es la primera en juzgarse como tentativa de feminicidio. Otro caso que se juzga bajo esta figura es la agresión que sufrió la saxofonista, María Elena Ríos, sin embargo hay un agresor detenido sin sentencia y otro prófugo.
Las otras dos sentencias que han logrado sobrevivientes de ataques con ácido, son por agresiones previas o posteriores, pero no por el delito con sustancias químicas.
Por la agresión de la que sobrevivió Yazmín Hernández hay cuatro carpetas de investigación, tres previas al ataque químico, y una después. Su expareja tiene una sentencia por violencia familiar, pero no se le juzga por la agresión química, sino por violencias previas.
Del ataque químico que sufrió el 28 de mayo de 2021, hay dos líneas de investigación, una de ellas vinculada a su expareja, pero no hay ningún sancionado por ello. Él estuvo en prisión un periodo menor a 10 meses y se fijó una reparación del daño de 7 mil pesos para pagar terapias psicológicas.
Elisa Xolalpa tiene dos carpetas de investigación, una por violencia familiar y la otra por tentativa de homicidio por el ataque del que fue víctima en noviembre de 2001.
Javier “N”, su agresor, fue sentenciado a siete años de prisión, pero por el delito de violencia familiar por agresiones cometidas años después del ataque químico. Con esta sentencia, Elisa pudo lograr la justicia que no obtuvo en 21 años, pero no fue juzgado por el ataque químico.
De los casos que ha identificado la Fundación Carmen Sánchez, seis resultaron en feminicidios a causa de lesiones con sustancias químicas. Sin embargo, los casos también se mantienen en impunidad.
Las sobrevivientes de violencia química la consideran una de las más extremas, tan sólo por debajo de los feminicidios.
“Debemos obligar a las autoridades de justicia a que den atención, investiguen e impartan justicia con perspectiva de género, con el enfoque particular que nos ponen en el centro a las mujeres que hemos sido agredidas”, afirma Carmen Sánchez.
@GloriaPE_
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