EMEEQUIS.– La muerte –accidental, hasta ahora– de una mujer en la alcaldía Álvaro Obregón, en la Ciudad de México, está por generar un duro golpe a más de 2 mil 500 kilómetros de distancia contra Genaro García Luna (el exsecretario de Seguridad Pública federal en tiempos de Felipe Calderón) acusado de colaborar con el crimen organizado.
La mañana de este jueves, una camioneta blanca que circulaba a exceso de velocidad sobre la Avenida Insurgentes impactó a una mujer de 46 años que cruzaba la calle; por la velocidad y el peso del vehículo, la transeúnte sufrió al instante un traumatismo craneoencefálico que acabó con su vida cerca del campus central de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El conductor del vehículo con placas de Puebla resultó ser uno de los hombres más buscados en la trama para indagar hasta qué punto el Cártel de Sinaloa se infiltró en el gobierno federal: Facundo Rosas, exmano derecha de Genaro García Luna y excomisionado de la extinta Policía Federal.
La sorpresiva captura orilló al gobierno mexicano y de la Ciudad de México a acelerar este mismo jueves los trámites burocráticos para convertir un hecho de tránsito en uno de los arrestos más importantes del sexenio y no dejarlo en libertad mientras se desempolvan viejas indagatorias para imputarle cargos similares a los que su exjefe enfrenta en Estados Unidos.
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EMEEQUIS ha conocido que, cerca de las las 2 de la tarde de hoy, se giró una orden de aprehensión contra Facundo Rosas por su presunta participación en el fallido operativo “Rápido y Furioso”, que amerita encarcelarlo preventivamente en una prisión federal, mientras se desahogan pruebas para llevarlo a una sentencia de hasta 40 años en prisión.
Mientras tanto, personal de la Fiscalía General de la República ha buscado a autoridades de Estados Unidos para saber si hay una orden de extradición pendiente para que sea juzgado por su presunta colaboración con el Cártel de Sinaloa para enviar drogas del otro lado del Río Bravo.
Imágenes del accidente y captura de Facundo Rosas.
SACUDE LA ESTRATEGIA LEGAL DE GARCÍA LUNA
En ambos casos, ya sea que el excomisionado de la Policía Federal se quede en México o en Estados Unidos, se trata de una noticia que sacude la estrategia legal de Genaro García Luna, cuyo juicio está programado para octubre de 2022.
Si Facundo Rosas advierte que su destino está eminentemente ligado al de Genaro García Luna en Nueva York, podría negociar su conversión en un testigo colaborador o protegido para reducir su pena o mejorar condiciones de reclusión.
A cambio, debería revelar los secretos sucios de su exjefe y, a su vez, mano derecha del expresidente Felipe Calderón, quien desde que se supo el accidente de tránsito no ha tuiteado sobre el arresto de su subalterno y sí sobre otros temas, como las recientes defunciones por Covid-19.
“Él (Facundo Rosas) no tenía intenciones de delatar a García Luna y queda claro porque nunca se acercó a la Fiscalía General de la República para ofrecer información a cambio de algo. Pero eso puede cambiar en las próximas horas”, aseguró una fuente a EMEEQUIS.
El arresto fortuito podría convertir a uno de los más cercanos colaboradores del exsecretario de Seguridad Pública federal en un inesperado delator que confirme las sospechas de jueces en México y en Estados Unidos: la administración federal entre 2006 y 2012 pactó con el crimen organizado.
LA TRAMA DE “RÁPIDO Y FURIOSO”
La noticia del arresto de Facundo Rosas ocurre a 18 días de que un juez federal ordenó la aprehensión de siete exaltos funcionarios de la Policía Federal por su participación en el caso denominado “Rápido y Furioso”, que permitió la entrada de armas de alto poder desde Estados Unidos a manos de grupos criminales para supuestamente rastrearlas y generar información de inteligencia criminal.
Entre los imputados están Genaro García Luna y el excoordinador de Inteligencia de la extinta Policía Federal, Luis Cárdenas Palomino, ambos amigos cercanos de Facundo Rosas y hoy encarcelados en Estados Unidos y México, respectivamente.
No es su único escándalo: el narcotraficante ligado al clan de los Beltrán Leyva, Édgar Villarreal, “La Barbie”, mencionó a Facundo Rosas en una carta fechada en 2012 como uno de los protectores del “Chapo” Guzmán.
En 2014, como jefe de la policía en Puebla, ordenó un violento desalojo de manifestantes en San Bernardino Chalchihuapan que dejó como saldo la muerte del niño José Luis Tehuatlie Tamayo, de 13 años, cuya muerte desató una recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Y mientras estaba en dicho cargo, elementos de Ejército capturaron en el municipio de Tepeaca, Puebla, un vehículo que transportaba hidrocarburo ilegal custodiado por dos de sus más cercanos excolaboradores –el entonces director de la Policía Estatal y el entonces jefe del Grupo de Operaciones Especiales– acusados de colaborar con grupos dedicados al huachicoleo.
Delatar, o no, a su exjefe García Luna ante una inminente orden de aprehensión exprés derivada de un accidente vehicular es la disyuntiva que esta tarde tiene enfrente Facundo Rosas, el que se presumía intocable.
@emeequis