EMEEQUIS.– Entre los protagonistas de la mayor crisis de credibilidad que el PRI haya enfrentado en su historia, ya saltaron aquellos que quieren “salvar” a la República en calidad de candidatos presidenciales.
Con un dirigente con su legitimidad cuestionada, con un buen número de sus senadores y casi todos sus diputados alineados con el oficialismo, y a punto de caer la alianza opositora, el PRI quiere jugar por la Presidencia en 2024.
La “caballada” es, como se dice, “lo que hay”:
―El dirigente del comité nacional del PRI, Alejandro Moreno (a) “Alito”, con un historial de manejos sospechosos desde su juventud, quien dinamitó la alianza opositora y armó un montaje para arropar la seguridad militarizada de Andrés Manuel López Obrador.
―Ildefonso Guajardo, crítico de las consecuencias de la Ley de la Industria Eléctrica obradorista, de su naturaleza violatoria al T-MEC, y de las consecuencias financieras para México… que sin embargo votó a favor de la misma militarización.
―Alejandro Murat, quien dejó Oaxaca en el segundo sitio nacional en rezago social y en una severa crisis de feminicidios, lo que fue el caldo de cultivo para entregar el gobierno estatal a Morena; y que salió de su gestión directo a las portadas en revistas del corazón.
―Enrique de la Madrid, con fama de alumno aplicado y funcionario eficiente, pero sin experiencia en campaña a ras de suelo y con poca conexión con asambleas populares, lo que traería severas dificultades para enfrentar a un mastodonte del populismo como AMLO, que es el que apoyará en campaña a su posible relevo.
―Beatriz Paredes Rangel, surgida del echeverrismo, gobernadora delamadridista de Tlaxcala, alzó la mano y propuso una elección abierta para una contienda equilibrada. En la víspera de sus 70 años, busca ser candidata presidencial. “Expreso con humildad y con decisión que aspiro a ser candidata a presidenta de la República”, dijo.
Beatriz Paredes… ¿un poco tarde?
ALITO Y SU PASADO
Alejandro Moreno Cárdenas enfrentaba críticas dentro del PRI, incluso antes de que lo acusaran de traición al entregar los votos de la mayor parte de su bancada a la seguridad militarizada de AMLO.
El excandidato presidencial priísta, Francisco Labastida Ochoa, ya vaticinaba el desenlace, al señalar la calaña del campechano: “Yo conozco a Alito desde hace muchos años, lo conocí cuando era regidor. De repente llega una reunión en un auto de lujo, seguido por un coche atrás donde venían cuatro guaruras. Tiene veintitantos años de esto y yo dije quién era ese personaje, para saber. Era simplemente un regidor, pero que hacía negocios, negociando contratos con Pemex. Dije, bueno, este señor no tiene la estatura moral para sacar al PRI del problema que trae”.
Dijo en una entrevista que Alito sería el sepulturero del PRI, y condenó el hecho de que su arribo a la dirigencia nacional haya sido producto de un acuerdo con AMLO. Fueron los días en que los audios exhibidos por la no menos impresentable campechana morenista, Layda Sansores, acosaban al dirigente tricolor. Y le empezaron a amagar con un juicio político.
Pero cuando se pensaba que nada podía salir peor, Moreno Cárdenas armó un número para que su incondicional, la diputada Yolanda de la Torre, se inventara una iniciativa para cumplir la extensión de la seguridad militarizada hasta 2028.
En trabajo conjunto con el también cuestionado Rubén Moreira, consiguieron que toda la bancada votara por el proyecto que, más tarde, el tabasqueño López Obrador, en plena mañanera, reconoció que era una idea propia.
Aún así, Alejandro Moreno ha dicho que no renunciará a su deslegitimada dirigencia, que quiere seguir en la alianza y que aspira a la nominación.
Murat: desde la trinchera de las revistas del corazón.
MURAT, ESTRELLA DEL JET SET
Alejandro Murat compite con Moreno en cuanto a declaraciones cuestionadas. Los últimos boletines de su gestión y su informe final cuentan una realidad de Oaxaca, en la que según él se abatió la pobreza.
Pero lo cierto es que el Índice de Rezago Social 2020, último elaborado por el Centro Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval), encontró que Oaxaca es el segundo estado más rezagado, solo superado por Chiapas.
De sus más de 500 municipios, 76 fueron calificados con muy alto rezago social; 142 con alto rezago y 176 más con rezago medio.
Además, 232 feminicidios, homicidios dolosos y culposos. El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública colocó al estado como el décimo en feminicidios, teniendo una tasa de 1.53 crímenes de este tipo por cada 100 mil habitantes.
Desde luego, el electorado cobró al priísta la desastrosa gestión, y Murat hubo de entregar a Morena la gubernatura, en manos de Salomón Jara.
No obstante, salió de la gubernatura como un verdadero triunfador, presumiendo logros cuestionables.
Después vino su campaña en revistas. Apareció con su esposa, Ivette Morán, muy sonrientes, en la portada de la revista Quién de julio pasado. El cabezal de la publicación reproduce una frase del exmandatario: “Soy la mejor alternativa para México”.
Más tarde, repitió el espectáculo en la portada de la revista Líderes Mexicanos, en una edición que habló con gran elocuencia del trabajo de Alejandro Murat al frente del gobierno de Oaxaca. “Soy la mejor opción para 2024”, era el título de la portada.
Y en un sumario: “Está transformando a su estado con la aplicación del Modelo Oaxaca, que consiste en generar consenso a través del diálogo para mejorar las condiciones de bienestar social y gobernabilidad”, refirió la publicación a través de sus redes sociales”.
Encima, como lo demostró EMEEQUIS, Murat se negó a transparentar el costo de esa campaña. (Murat en todos lados… pero Oaxaca se niega a transparentar gastos de difusión).
Ahora, Murat parece convencido de que, con el apoyo de AMLO, puede ser candidato del PRI.
GUAJARDO
El diputado priísta Ildefonso Guajardo era un crítico declarado de las consecuencias de la Ley de la Industria Eléctrica obradorista, de sus naturaleza violatoria al TMEC, y de las lesivas consecuencias financieras para México.
Desplegaba hasta hace poco sesudas disertaciones sobre la irresponsabilidad del gobierno obradorista al tomar decisiones ligeras en relación con el litigio derivado de las violaciones al TMEC.
Exsecretario de Economía, jefe del equipo mexicano negociador del T-MEC, reconocido por sus capacidades técnicas y su seriedad como funcionario, votó, sin embargo, a favor de la misma militarización.
Su fama de hombre serio parece haberse desplomado, pues en las redes sociales le reclaman a cada paso, o más bien a cada publicación que hace, su voto contra a favor de AMLO.
BEATRIZ, LA CONSENTIDA DEL ECHEVERRISMO
Seis veces presidenta del Congreso, Beatriz Paredes es una de las legisladoras más curtidas en activo que ha dado la hsitoria del tricolor. Fue uno de los valores juveniles lanzados por el echeverrismo, que la convirtió en diputada local y presidenta de la gran comisión del Congreso de Tlaxcala a sus 22 años.
A los 26 presidió la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, y respondió en 1979, el informe de gobierno de José López Portillo. En 1987, a los 35 años, se convirtió en gobernadora de Tlaxcala, por voluntad del presidente Miguel de la Madrid.
Articulada debatiente, experimentada legisladora, presidió el PRI nacional, y se desenvolvió con destreza en las lides parlamentarias durante la era en que su partido no fue gobierno. Se le vislumbraba encabezando una sólida candidatura presidencial… hace unos cuantos años.
Enrique de la Madrid. Le falta barrio.
DE LA MADRID
Y está Enrique de la Madrid, exsecretario de Turismo. Con fama de cordial, alumno aplicado y funcionario eficiente, no tiene, sin embargo, experiencia en campaña a ras de suelo, lo que implicaría dificultades para enfrentar a quien quede en Morena, pues estaría apoyado o apoyada por el presidente.
“NO TENGO MIEDO”
La senadora Claudia Ruiz Massieu se sumó a la pasarela con emotivo discurso: “¡No tengo miedo, sí me atrevo y estoy lista!”, señaló.
Parte del discurso de Ruiz Massieu.
@emeequis
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