EMEEQUIS.– Secan una y otra vez el sudor de su cara con sus propias manos, con las mismas que minutos antes cargaron bloques de cemento y manipularon herramientas, es la postal que vemos con frecuencia entre los albañiles, que están a cargo del trabajo más pesado dentro del sector de la construcción.
El semáforo está en rojo en prácticamente todo el territorio nacional, indicando un riesgo máximo por Covid-19. No obstante, para la construcción la luz ya está verde para que este 1 junio reactive sus operaciones, al igual que la minería y fabricación de equipo de transporte.
La Secretaría de Salud la incluyó dentro de las actividades esenciales en su decreto emitido el pasado 14 de mayo y con ello millones de trabajadores regresarán a laborar mientras la curva epidemiológica sigue creciendo.
De acuerdo con el reporte de este domingo, van 9 mil 930 decesos y 90 mil 664 contagios acumulados desde que empezó el brote en México el 28 de febrero. El total de casos activos, los que son capaces de transmitir la enfermedad, es de 16 mil 962.
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México ocupa el séptimo lugar a escala mundial en decesos por coronavirus. El mismo gobierno federal indica que la reapertura económica no implica que la epidemia esté superada.
Hasta ayer, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), reportaba 18 mil 560 compañías registradas para obtener autorización, 55% pertenecientes a la construcción. La mayoría se trata de pequeñas empresas, las cuales buscan la autorización para el Sano Retorno, pues la Jornada Nacional de Sana Distancia, que empezó el 23 de marzo, concluyó este sábado 30 de mayo.
A pesar de los riesgos, esto es una bocanada de aire puro para este sector, que ha sido de los más afectados por la pandemia, pues desde antes ya se enfrentaba a una débil actividad económica y al poco gasto del gobierno en obra pública.
SU NUEVA NORMALIDAD
“No vamos a volver al estado anterior probablemente nunca, esta pandemia si algo bueno nos tiene que dejar es la enseñanza de cómo es más sano el relacionarnos y qué tipo de protocolos tenemos que cumplir de ahora en adelante para proteger a los trabajadores”, asegura Luis Olguín, director de desarrollo urbano de la empresa Quiero Casa.
Apegados a los Lineamientos Técnicos de Seguridad Sanitaria en el Entorno Laboral, el sector de la construcción, al igual que en otros sectores, debe seguir las principales directrices. Para los constructores serán la distancia, 1.5 metros entre cada persona, tendrán que evitar el hacinamiento y una estricta higiene tanto personal como del lugar de trabajo y herramientas.
Dentro de los protocolos planteados por la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción, la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo (CMIC) y Promoción de Vivienda (Canadevi), así como la Cámara Nacional de Cemento (Canacem), en cada obra se tendrá un punto de revisión para checar la temperatura de los trabajadores y detectar casos sospechosos. Las entradas y salidas serán limitadas, así como horas escalonadas de trabajo y para la comida. Justamente uno de los rituales más tradicionales de los trabajadores de la construcción, que se reúnen para compartir sus alimentos.
Asimismo, las empresas están obligadas a proporcionar a los trabajadores el equipo de protección personal (mascarilla, caretas, lentes de protección y guantes).
“Estamos buscando generar las mejores prácticas, que tengan un nivel estándar los protocolos, para que los millones de mexicanos vuelvan a un trabajo seguro”, señala Olguín.
Sin duda el sector va a necesitar de un periodo de adaptación, que a decir del director de desarrollo urbano de Quiero Casa, en el caso de los profesionales se logrará con éxito, no así para los que están en obras informales, donde la situación puede ser más “traumática”.
De acuerdo con los últimos datos de medición de la economía informal del INEGI, 56.7% de la población está empleado en la informalidad. Del PIB generado en México en 2018, 22.5% corresponde a este sector.
Por actividad económica las que más tienen participación en esta informalidad son: el comercio al por menor, con 24%; la construcción, con 15.8%, y las industrias manufactureras con 13.1%.
UN REGRESO NECESARIO
Aún sin un impacto de lleno por el Covid-19, en marzo el valor de producción de las empresas constructoras se situó en 25.7 mil millones de pesos, una caída de 17.1% en su comparación anual, este valor es el más bajo que tiene el INEGI desde que tiene registro (2006).
De acuerdo con los registros en el IMSS, entre enero y abril, la industria de la construcción promedia un millón 556 mil 235 puestos de trabajo.
En abril fue una de las actividades económicas en donde más se destruyó el empleo: fueron 197 mil 155 puestos de trabajos que se perdieron por la parálisis del sector ante el Covid-19. Desde ese mes, la CMIC, que preside Eduardo Ramírez Leal, intensificó sus llamados al gobierno federal para ser considerados como esenciales, ya que más de 90% de las empresas son micro, pequeñas y medianas. Su situación se estaba tornando insostenible, con una alta probabilidad de declararse en quiebra.
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De hecho, apenas el miércoles 27 de mayo, la Cámara lanzó otra petición: ahora es que se agilicen las autorizaciones del IMSS para la reactivación, ya que el proceso estaba siendo lento.
El director general del IMSS, Zoé Robledo, ha aceptado que para este sector el proceso de validación ha sido lento, porque se trata del número más grande de empresas y son particularmente de tamaño pequeño, por lo que iba en alrededor del 6% hasta el viernes pasado.
Luis Olguín considera que el regreso de la construcción es positivo, toda vez que la industria emplea a millones de mexicanos y porque las inversiones se van a reactivar, algo que es importante, pues con esta contingencia sanitaria se espera un golpe fuerte para la economía del país.
El Banco de México indicó que para este año la contracción de la economía puede ser de hasta 8.8% con una pérdida de 1.4 millones de puestos de trabajo. Hay otra previsión del PIB más desalentadora, que es la de Bank of America, con un -10%.
CONFIANZA CIEGA
Las autorizaciones se están dando en un tono de confianza ciega a las empresas, pues a la hora de que se registran a la plataforma se está confiando en que van a cumplir con sus protocolos de seguridad e higiene. En la parte de autoevaluación, cuando envían su información, están bajo protesta de decir la verdad.
“Nosotros confiamos que todas las empresas ya han hecho esto y están listas y están preparadas y les creemos”, dijo Zoé Robledo el viernes 29 de mayo.
Pero, de cualquier forma, se van a estar realizando inspecciones por parte de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, que ya cuenta con una autorización presupuestal para realizar 5 mil verificaciones, en esto también lo realizarán con autoridades de los gobiernos estatales.
Y por otra parte el IMSS realizará monitoreos a través de las incapacidades que se vayan dando, “cada vez que veamos que en un centro de trabajo empiece a haber muchas incapacidades por enfermedad respiratoria o el permiso Covid, pues entonces tendríamos que entrar”.
Además, se pide a los trabajadores denunciar en caso de que su empresa no esté cumpliendo y ponga en riesgo su salud. En el supuesto en que las empresas incumplan se procederá a la clausura.
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