Por Óscar Balderas
EMEEQUIS.– Cerca del mediodía del 4 de junio pasado, un hombre arriesgó su vida con tal de intentar recuperar maderas preciosas que el crimen organizado en México pensaba vender en el mercado negro asiático. Y no lo logró.
Ese viernes, desde una ubicación desconocida, aquel hombre de entre 30 y 40 años hizo una llamada al número de denuncias anónimas habilitado por la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO) y en unos pocos segundos contó una historia que llamó la atención de los investigaciones en Yucatán: un grupo criminal había logrado extraer ilegalmente de los bosques mayas varias toneladas de troncos y barras de palo de rosa (o granadillo, como también se le conoce) y las tenían escondidas en contenedores en Puerto Progreso, listas para sacarlas del país.
El palo de rosa, recordó el denunciante a quien tomó su llamada, es una especie de flora endémica que está en peligro de desaparecer en México y, por ende, en el mundo. Las empresas de lujo en China ambicionan esa madera por su extravagante tono rojizo que se ha vuelto el fetiche de los millonarios.
Debido a que la madera ya estaba en contenedores, a la orilla del mar y a punto de zarpar, los agentes de la FEMDO –que pertenece a la Fiscalía General de la República– sabían que no había tiempo que perder: si se tardaban un poco, el cargamento entraría a aguas internacionales y su recuperación se volvería una tarea imposible.
Al día siguiente, agentes federales ya inspeccionaban cada esquina en Puerto Progreso, uno de los puertos más importantes del sureste mexicano por su conexión por su ubicación privilegiada en el Golfo de México y por los más de 8 mil 900 kilómetros de carretera que conectan bosques madereros con el mar caribeño.
A la tarea se sumó policía federal ministerial, personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y marinos de la Unidad de Inteligencia Naval y del Centro de Fusión de Inteligencia de la Secretaría de Marina. La cantidad de investigadores y sus rangos hacían evidente que, de ser cierta la información, estaban frente a un peligroso grupo de la delincuencia organizada.
Durante cinco días –del 5 al 9 de junio– ese pelotón abrió tantas bodegas y contenedores como les fue posible. De amanecer hasta anochecer. Hasta que el siguiente miércoles después de la llamada anónima dieron por terminada la misión.
El denunciante anónimo tenía razón: en Puerto Progreso, personal federal incautó 25 contenedores con palo de rosa con un valor, al menos, de 72 millones de pesos.
La Fiscalía General de la República celebró el golpe al crimen organizado en el comunicado 228/21 que se publicó hasta el 19 de junio, pues había que cerciorarse que la madera confiscada sí estuviera sancionada pora Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres. Una vez seguros emitieron el boletín a la prensa, incluyendo fotografías de la madera recuperada.
Sin embargo, la celebración se volvería resaca muy pronto, pues sus dueños no iban a dejar perder, tan fácil, su valioso cargamento.
El comunicado sobre el cargamento que se decomisó y luego se liberó.
LIBEREN LA MADERA
El 8 de septiembre de 2021, desde la FEMDO se redactó un oficio que sacudió a Puerto Progreso. El documento –al que tuvo acceso EMEEQUIS, pero que no se puede revelar por seguridad de la fuente– iba a dirigido al contralmirante Armando Caballero Vázquez, el nuevo administrador de la Aduana Marítima de Progreso y primer militar en el cargo desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó militarizar puertos y aduanas.
El mensaje contenía una orden: había que liberar, inmediatamente, el contenedor HASU4437757, asegurado por contener palo de rosa.
Las razones, argumentaron los subalternos del fiscal general Alejandro Gertz Manero, es que un segundo peritaje había determinado que lo descubierto no era madera preciosa, sino otro tipo de troncos y barras –sin especificar su origen– que no están en la lista de especies protegidas. Es decir, la madera era supuestamente legal y había que devolverla.
El mensaje contradecía el primer peritaje de la Profepa, que había confirmado que se trataba de flora protegida. Y asestaba un duro golpe al ánimo de los investigadores federales, que creían haber vencido a los traficantes de madera.
Esos traficantes de madera ganan millones de dólares cada año deforestando la zona maya y enviando el palo de rosa a China y Hong Kong, donde se vende para elaborar muebles finos y exóticas casas de descanso de los millonarios asiáticos, entre otros usos.
El palo de rosa también es usado para la elaboración de tableros de vehículos de lujo: los Rolls-Royce, Cadillac y Lincoln de los hombres más poderosos en Asia suelen tener madera rojiza traficada ilegalmente que embellece sus autos, pero que empobrecen a los bosques mexicanos.
Es un crimen que forma parte del mercado negro de maderas preciosas en el mundo y que representa unos 11 mil millones de dólares anuales, según Naciones Unidas. Un delito teñido de sangre, porque detrás de los traficantes están decenas de homicidios en Yucatán de quienes protegen esos recursos naturales.
Por eso, el oficio del 8 de septiembre de 2021 redactado en la FEMDO, desde la Ciudad de México, levantó sospechas de inmediato en Puerto Progreso: ¿quiénes y cómo habían logrado recuperar la madera?
UN POSIBLE SOBORNO MILLONARIO
La respuesta a la pregunta la tiene una persona que trabaja dentro de la Fiscalía General de la República. No se puede revelar su nombre ni su cargo, pero se identificó plenamente durante la primera cita. La fuente actuaría en las reuniones siguientes con las precauciones naturales que tiene la gente que está por contar un secreto que puede arruinarles la vida.
La fuente, quien en todo momento mostró documentos internos, aseguró que el oficio del 8 de septiembre se emitió después de que un grupo de abogados de empresarios chinos viajó a la capital mexicana para pedir “la atención” de los subalternos de Gertz Manero para recuperar la madera.
El trueque era sencillo: que en la Fiscalía General se “perdiera” el primer dictamen que confirmaba que la madera incautada era palo de rosa para que se tuviera que hacer un segundo peritaje, en el cual se establecería que el producto era legal y podía salir sin problemas del país.
A cambio, los abogados de los empresarios chinos habrían de pagar una cantidad considerable de dinero como “agradecimiento” a las “atenciones” del personal de FEMDO, tanto en Ciudad de México como en Yucatán.
“¿Cuánto pagaron? No podría decirte, pero sí fueron millones de pesos. Estamos hablando de mucho dinero”, contó la fuente, quien desde el inicio del caso se ha mantenido cerca de las investigaciones.
Así, la “mafia china del palo de rosa” ha logrado sacar, según sus cálculos, la mayoría de los 25 contenedores incautados en Puerto Progreso, pues desde aquel 8 de septiembre más oficios han llegado hasta la oficina del contralmirante Armando Caballero Vázquez pidiendo la liberación de más contenedores con folio específico.
EMEEQUIS solicitó una respuesta al Área de Comunicación Social de la Fiscalía General de la República, pero hasta la publicación de este texto no hubo respuesta.
“El fiscal (Gertz Manero) debe poner atención a lo que está pasando en el sur del país. Esta gente ya se metió hasta la cocina de las oficinas en Yucatán”, lamenta la fuente. “Y si los dejamos, van a arrasar con los bosques en unos años.
“¿Sabes qué es lo que más me preocupa? Que para cuando la gente lea esto es probable que el último contenedor ya haya sido liberado… y el palo de rosa ya esté rumbo a Asia”.
@oscarbalmen