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EMEEQUIS.– No resistió más. Ya no le dio tiempo para el trasplante de hígado. El señor Leonardo, a sus 63 años, perdió la vida en espera de la operación, que ya estaba programada para abril pasado, pero que se suspendió a finales de marzo.
El hospital donde iba a realizarse el procedimiento, el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, se había convertido en centro de atención Covid-19, cuenta su sobrino Víctor a EMEEQUIS.
Su tío ya estaba en una etapa de cirrosis avanzada a causa de la hepatitis C. Su hígado ya no respondía y otros órganos como los riñones comenzaban a fallar también. En enero tuvo una recaída que lo tuvo dos semanas internado en el hospital; un mes antes, los doctores habían determinado que necesitaba el órgano urgentemente.
Fue a finales de abril pasado cuando se puso muy grave. Pese al esfuerzo de sus médicos para ver si podían realizarle el trasplante, el virus no tuvo piedad. Víctor se lamenta y su familia también, pues eran muy unidos. “Tal vez si hubiera tenido su nuevo hígado a tiempo seguiría con ellos”. Murió a principios de mayo en espera de su trasplante.
En marzo, el Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra) lanzó la recomendación de que se suspendieran todos los programas de donación y trasplante de órganos y tejidos en todo el país por la pandemia.
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Esto ha impactado de manera importante la vida de muchos pacientes que estaban por tener un nuevo órgano, como el caso del familiar de Víctor, quien con tono de desilusión comenta: “Mi tío ya iba a recibir un hígado, pero desafortunadamente falleció”.
Pero el gobierno federal ya ha lanzado su Plan de Reactivación de los Programas de Donación y Trasplantes, el cual se llevará a cabo de manera gradual. La decisión será de los comités internos de los hospitales.
LA CAÍDA
Derivado de la suspensión de procedimientos por la Covid-19, los procedimientos de trasplantes de órganos (hígado, corazón, córnea y riñón) cayeron 54% en el primer semestre del año, en relación con igual periodo de 2019.
En los datos del Cenatra se observa que los trasplantes que se vieron más afectados fueron los de hígado: se realizaron solamente 42, contra 103, un 59.2% menos.
Nada más se realizaron operaciones en cinco entidades del país: 26 en la Ciudad de México, seis en Nuevo León, seis en Jalisco, tres en Querétaro y una en Sonora. De acuerdo con la lista de espera de pacientes que requieren un hígado, son 317 que aguardan por uno.
Respecto a los trasplantes de riñón, que fueron los segundos más afectados, cayeron 54.7%, al pasar de mil 435 a 649 en el periodo que se compara. Los de córnea en 53.4% y los de corazón en 14%.
El mismo Cenatra reconoce que hay un descenso en la actividad registrada, principalmente en los meses de abril, mayo y junio, por la suspensión temporal de los programas. En total, los receptores en lista de espera, al primer semestre de 2020, ascienden a 23 mil 370 personas.
Al igual que los trasplantes, las donaciones de órganos también se derrumbaron. De enero a junio se concretaron 557 donaciones de personas fallecidas, 54.6% menos que en el mismo lapso de 2019 (mil 227).
Hay entidades que registran una sola donación en la primera mitad del año, son los casos de Nayarit, Tabasco, Morelos y Baja California Sur.
En otras no superan ni la decena como: Michoacán, San Luis Potosí, Hidalgo, Chihuahua, Zacatecas, Quintana Roo, Baja California y Guerrero.
Por el contrario, los estados con niveles más altos de donantes cadavéricos son el Estado de México, con 145, y la Ciudad de México, con 129, concentran 50% del total.
EL CALVARIO
Para la familia de Víctor ha sido muy difícil asimilar este proceso. Para él todo esto es increíble, perder a su tío, a quien recuerda como un hombre muy apegado a sus seres queridos y consentidor, lo deja con una tristeza inexplicable.
Hace apenas unos meses tenían la esperanza que con el trasplante les durara unos años más. Incluso Víctor dice que ya había ido a donar sangre para la operación de su tío, le requirieron 40 donadores, de los cuales ya llevaba 25.
Cuando le avisaron del hospital a su tío de la suspensión le dijeron que mantuviera contacto con su médico y en trabajo social para dar seguimiento, pero nunca se imaginaron que todo se complicaría.
Al no poder ser atendido en el Salvador Zurbirán, la familia tuvo que llevarlo a una clínica privada, en la cual, cuando llegó, le pidieron un medicamento de muy alta especialidad (albúmina humana sintética), mismo que estaba escaso y que tuvieron que hacer lo imposible por conseguir.
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“El 29 de abril empieza a fallar todo, el medicamento se consigue a sobreprecio, pero tuvo un choque (hepático) el 9 de mayo; se le estabilizó, pero finalmente falleció el 11 de mayo”, señala Víctor. Toda esta atención en la clínica significó un desembolso importante para sus primos, el cual calcula que fue de 80 mil pesos por lo menos.
Incluso los gastos funerarios tuvieron que ser absorbidos por la familia de la mamá Víctor, en la que todos dieron una aportación.
“La funeraria fue lo más cabrón, pues están los protocolos de Covid-19, se llevó al lugar directamente, estuvo como seis horas y en la inhumación sólo dejan pasar a 15 personas”, algo complicado para su familia, que era muy apegada a él y no pudieron estar todos. Era el único hermano.
El señor Leonardo falleció por falla hepática, pero aún así, los protocolos de Covid se mantuvieron para su entierro. Además, los trámites para obtener el acta de defunción fueron un martirio, les tomó bastante tiempo. Víctor dice que pudo percatarse de coyotes que piden dinero para agilizar todo, pero ellos decidieron hacerlo por la derecha. “Todo ha sido un desgaste tremendo”.
LA REACTIVACIÓN
El pasado 29 de junio se emitió el Plan de Reactivación de los Programas de Donación y Trasplantes. El Cenatra apunta hacia una necesidad de seguir atendiendo a los pacientes en la lista de espera de un órgano.
“La reactivación de los programas considera una transición gradual y coordinada, en función del control de la epidemia de cada entidad federativa y su comportamiento y disponibilidad de recursos en los establecimientos, buscando el mayor beneficio y seguridad para los receptores y donadores de órganos y tejidos, así como del personal sanitario que interviene en estos procesos”.
Es así como indica que la evaluación, decisión y responsabilidad de reactivar los programas hospitalarios es de los Comités Internos de Trasplantes de los establecimientos autorizados.
Detalla que los hospitales públicos y privados de las entidades federativas deberán reportar al Centro o Consejo Estatal correspondiente. Mientras que los hospitales de Instituciones de Seguridad Social como IMSS, ISSSTE, Pemex, Sedena, Semar darán cuenta a la Coordinación Institucional correspondiente.
¿QUÉ SE DEBE CONSIDERAR?
El Cenatra destaca que cada comité interno debe analizar la situación epidemiológica particular del establecimiento, así como la disponibilidad de recursos humanos, financieros, tecnológicos y materiales suficientes para que los procesos se realicen con calidad y seguridad.
La reactivación de trasplantes también dependerá de un semáforo, en el que los colores significan lo siguiente:
En rojo se atenderán las urgencias nacionales, asignaciones prioritarias y trasplantes de donador fallecido en pacientes graves, evaluados caso por caso.
En naranja, trasplantes pediátricos de donador fallecido y corneal en pacientes de bajo riesgo, con manejo ambulatorio.
En amarillo se añaden los trasplantes pediátricos de donador vivo, en adultos de donador fallecido, en adultos de donador vivo sin factores de riesgo y de córnea en pacientes de bajo riesgo hospitalizados.
Y en verde se abre la posibilidad de los trasplantes sin restricciones.
Se determina que los hospitales donde se vayan a realizar los trasplantes tengan circuitos libres de Covid-19, así como la disponibilidad de camas de hospitalización, de unidades de cuidados intensivos, estudios de laboratorio y gabinete.
También se debe contar con los recursos humanos que deberán portar su equipo de protección personal. Los médicos que van a estar en los trasplantes no pueden encontrarse rotando por áreas Covid-19.
El señor Leonardo, lamentablemente, no pudo contra la muerte y ya no le tocó alcanzar esta reactivación. Víctor y su mamá ya no reciben las llamadas sorpresivas que solía hacerles su tío para echar el cotorreo. Ahora su ausencia pesa…
@ptcervantes
