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“Somos invisibles”. Los Pandemials: una generación atrapada en la incertidumbre

Niños, niñas y adolescentes son el grupo menos golpeado físicamente por la Covid, “pero el que más se verá afectado a corto y largo plazo”, advierten especialistas. ¿Cómo luchan los menores mexicanos por hacerse escuchar? ¿Qué sienten cuando se enteran que no están incluidos en la vacunación? ¿Cómo aprenden vía remota?

Por Emequis
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“Los hombres y las mujeres somos las preguntas que nos hacemos. 

A veces se nos olvida que las preguntas de los científicos, 

artistas o escritores vienen de las que se hicieron en la infancia.

 A lo largo de la vida regresamos a ser niños

 y a la hora de la muerte 

somos muchos los que llamamos a nuestra mamá, 

aunque tengamos ochenta años o más”.

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 ELENA PONIATOWSKA.

EMEEQUIS.– ¿Cómo han vivido los menores de edad la emergencia sanitaria por Covid-19? Han sido olvidados del discurso oficial y protocolos de salud. Su opinión no es tomada en cuenta: están “invisibilizados” en la pandemia, toman clases como pueden y el aprendizaje en muchos casos, se ha vuelto difícil.

Están frustrados porque ha tardado mucho la llegada de vacunas seguras para ellos en México.

En las noticias se percatan que el gobierno pocas veces los menciona en el contexto de la pandemia, a excepción del Día del Niño en 2020, cuando el doctor Hugo Lopez-Gatell  contestó preguntas de algunos niños acerca del virus.

Para 2021, el subsecretario Hugo Lopez-Gatell se refirió al tema en la conferencia matutina de López Obrador del 27 de abril, pero sólo a instancias de un reportero.

“En cuanto a números, para no dejarle con la inquietud, como se sabe perfectamente, lo hemos publicado, no se necesita un registro especial, lo hemos estado monitoreando desde el inicio de la epidemia en todas las edades, tenemos cerca de 600 personas en la edad infantil que han perdido la vida de manera directa por el Covid, lo que muestra, comparados con las cantidades importantes en personas adultas, que es una afección limitada en ese aspecto”.

“Los niños y los jóvenes tienen valor en la sociedad, se me hace muy injusto que los adultos crean que porque no tenemos 18 años no podemos participar en la sociedad y, mientras, somos invisibles”, comenta enojado  Miguel Ángel, estudiante poblano del CBTIS.

En el acumulado de fallecimientos en este grupo poblacional de abril de 2020 hasta febrero de este año (2022) suman 855. Pese a esto, y a un aumento del 57% en los diagnósticos de covid en menores respecto a enero de 2021, no se les ha incluido en el Plan Nacional de Vacunación. 

Para Juan Martín Pérez, exdirector ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) y actual coordinador en #TejiendoRedesInfancia, el gobierno podría hacer mucho más en cuanto a los menores de edad y la pandemia.

“Lamentablemente hay una actitud criminal por parte del Estado mexicano, con los recortes, con la invisibilidad y claramente con el hecho de no priorizarlos, dejarlos a un lado, para colocarlo esto en un tema de adultos. Estamos en la puerta de una catástrofe generacional. Dicho con estas palabras por António Guterres, el secretario general de Naciones Unidas”.

La doctora Susana Sosesnki, historiadora y académica especializada en historia de la infancia en México, asegura que éste confinamiento ocasionado por el Covid-19 “es el mayor encierro de las infancias, nunca antes visto en la historia de la Humanidad”.

La generación de los Pandemials. 

LAS ETIQUETAS DE LAS GENERACIONES

Ya se les conoce como la generación de Pandemials, Coronnials o Cuarentennials. Han tenido que modificar sus costumbres, su convivencia escolar o familiar ha sido casi nula.   A algunas personas las marcará como un hecho de nacimiento y por eso son los llamados: bebés coronnials o cuarentennials. Crear etiquetas para nombrar y conjuntar a grupos sociales que viven procesos y comparten características viene de la sociología. Dichas características en común conforman la identidad de un grupo o una generación.

Federico Domínguez, autor del libro La Rebelión de los Pandemials. Los Ciclos Humanos y la Década de las Turbulencias (Editores Argentinos) dice en entrevista por Zoom desde Argentina: “Pandemial es un término que propongo, porque define mejor a los chicos que (hasta antes de la emergencia sanitaria eran la Generación Z o Centennials) encontrarán un nuevo mundo generado por la pandemia”. Para él, las personas que tengan entre 10 y 26 años en el 2030, es el rango etario que entra en esta denominación. “Este grupo que estará saliendo al mercado laboral es el más afectado por la década que viene y que yo la llamo “década de las turbulencias” (de 2020 a 2030), por todos los cambios de los ciclos humanos que están sucediendo a la vez”.

En su libro menciona cuatro ciclos humanos que se acelerarán con la irrupción de la pandemia en el mundo: el Ciclo de la Inequidad, de la Madre Naturaleza, Tecnológico y del Espíritu Humano. Afirma que con los efectos de la crisis por la Covid-19 la inequidad se agudizará, las nuevas tecnologías se consolidarán más rápido, el cambio climático tendrá una última oportunidad para frenarlo, la pandemia se unirá a las epidemias de depresión, ansiedad, soledad, creando una crisis del espíritu humano. Es el contexto con el que se encontrará esta generación en el momento de su adolescencia. 

Papi: ¿Cuándo vamos a empezar a vivir otra vez?: Fanny

Para el antropólogo de la Universidad de Extremadura (España), Alfonso Vázquez Atochero, “Pandemial es la persona que con conciencia social vive una situación para la cual no se tiene memoria histórica ni se estaba preparado”. Y asegura que es una etiqueta en evolución, “aún estamos inmersos en el proceso social que la está generando”, apunta en entrevista por Zoom. Para el especialista, esta etiqueta social también puede ser transgeneracional y abarcar a todos quienes estén viviendo la pandemia (con diferentes edades) y a aquellos que logren superarla. Comenta que tanto la revolución social y tecnológica que arrancó hace unas décadas, aunada al punto de inflexión que marca la crisis sanitaria, van a determinar una nueva forma de ver la vida: “Nuestros niños y adolescentes se van a encontrar un mundo diferente tras la pandemia”. 

“Pandemial es la persona que con conciencia social vive una situación para la cual no se tiene memoria histórica”: Vázquez Atochero.

Vázquez Atochero enumera algunas características de esta generación: reinvención es la palabra que los puede definir, tienen la capacidad de aceptación de nuevas realidades, resiliencia y adaptabilidad. Federico Domínguez señala otras características que les son afines: capacidad de administración del dinero, conciencia ecológica, equidad de género, rechazo a la violencia y el machismo, amor libre, prácticas espirituales personales alejadas de la religión o prácticas comunitarias. Y agrega: “Son la primera generación de un mundo con nuevas instituciones. Tendrán nuevas estructuras sociales y valores, ya no verán un mundo con tantas oficinas, ni el modelo corporativo, estos chicos no tendrán hiperconsumo”. 

“Me he sentido triste y (esa tristeza) se siente por todo mi cuerpo. He tenido dolor de cabeza (…) tengo miedo de que algo le pase a mi familia”: Lenyn. 

El reporte “Impacto Social Covid-19” realizado por Socialsuite encontró que esta generación es la más estresada debido a su adaptación a la teleeducación y la incertidumbre por el futuro. Otra característica es su pesimismo y desesperanza dada por el impacto de la crisis en sus hogares, según el barómetro Kantar Covid-19. Pero también es la generación de la empatía, de la solidaridad, desmarcándose del egoísmo y actitud apática de sus predecesores. 

El estudio “Youth in pandemic” informa que esta generación se mantiene informada y prefiere las fuentes de organizaciones mundiales o científicas y hacen uso del humor, los memes, distracciones y eventos online para hacer frente a lo que están viviendo como alternativa terapéutica. 

“Lo que más he extrañado (durante la cuarentena) es poder ir a Acapulco”: Robertito. 

Si bien, de acuerdo con Vázquez Atochero, todos quienes estamos viviendo este momento histórico sin precedentes tenemos algo de Pandemial, es en los niños, niñas y adolescentes en los que calará con mayor impacto las consecuencias (a mediano y largo plazo) de la pandemia.

“A mí sí me hubiera gustado tener más información”, dice Martina, de 9 años. Catalina, de 11, se inclina por el optimismo: “Nada dura para siempre y esta situación se va a terminar”. Sofía, de 16 años, se la pasa mal: “Le quitaron todo lo bueno a la escuela y dejaron lo peor, no me gusta nada”. Son niños y adolescentes mexicanos que comparten con EMEEQUIS sus angustias, enojos y sugerencias para salir del atolladero.

MÁS DE 30 MILLONES DE MEXICANOS DESPROTEGIDOS

Según las cifras del Censo 2020 publicadas por INEGI, en 2020 habían 38.3 millones de niñas, niños y adolescentes en México. Las entidades con mayor número de personas de entre 0 y 17 años en 2020 eran Estado de México, Jalisco, Veracruz, Puebla y Chiapas. En 2022 los niños, niñas y adolescentes de 0 a 17 años representan el 30.2.% de la población total del país.

Son los niños, niñas y adolescentes que abruptamente interrumpieron sus clases presenciales, dejaron de ver a sus abuelos y amigos, tuvieron que usar el cubrebocas, guardar distancia, usar más la tecnología para tener contacto social, resguardarse en casa y enfrentarse a una nueva normalidad.

Ilustración: Maëlle.

México es considerado por el “Ránking de resiliencia covid”, elaborado por Bloomberg, como el peor país para estar durante la pandemia de Covid-19. Nuestro país, además, enfrenta un escenario sindémico (enfermedades concurrentes) en el caso de los niños, niñas y adolescentes, es decir; una pandemia se suma a otras epidemias preexistentes en este sector de la población como la obesidad, la violencia y la infodemia.

LA GRAN PARADOJA

Los niños, niñas y adolescentes viven una paradoja en esta crisis sanitaria, como lo comenta el pediatra y neumólogo Ricardo González Rosas en charla vía Zoom: “Son un sector poblacional que tiene mejor pronóstico de recuperación por contagio del virus, pero las condiciones sanitarias, económicas y sociales que está generando la pandemia en el país les depara un futuro muy incierto; son el grupo menos golpeado físicamente por la enfermedad, pero el que más se verá afectado a corto y largo plazo”.

Al principio de la pandemia, en diversos países, a los menores se les consideró “vectores” o potentes agentes de contagio y se les discriminó, debido a su buena recuperación tras la infección y su baja tasa de mortalidad. Aunque esto último no es el caso de México. González Rosas comenta que en México la tasa de mortalidad infantil por la Covid-19 es más alta que en otros países debido a las comorbilidades que presentan los menores de 18 años, principalmente obesidad y diabetes. 

Para el pediatra y neonatólogo José Guzmán Bárcenas; “no se ha mencionado absolutamente nada de los niños, se ha borrado ese capítulo de un palmazo, pareciera que no hacen número, que no son importantes, los niños no tienen ni voz ni voto en este país”.

Según el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), los contagios acumulados en menores, con resultado positivo confirmado de SARS-CoV-2, desde el 12 de abril de 2020 al 24 de abril de 2022 son 97,388. Esta cifra solo identifica los casos confirmados por laboratorios, no incluye los casos confirmados por asociación clínica. Este sesgo supone un número mayor de contagios. En este mismos periodo el grupo de edad más afectado por los contagios fue el de 12 a 17 años (55.6%), por sexo los niños y adolescentes varones representaron 50.4% del total de casos verificados a partir del resultado positivo confirmado de Covid-19. Al 24 de abril se han registrado 957 defunciones en niños, niñas y adolescentes que dieron positivo a SARS-CoV-2. De acuerdo con el sexo de las defunciones positivas, 445 correspondieron al sexo femenino y 512 al sexo masculino. Las entidades en las que se registran más muertes en este sector de la población a causa de COVID-19 son: Estado de México, Puebla y Ciudad de México.

“Es insoportable estar todo el día en casa. Si escucho hablar del virus me estreso”: Maëlle 

La noción y falsa idea social de que los menores no son un grupo vulnerable a esta enfermedad, que son inmunes o menos propensos al contagio han hecho, a decir de Juan Martín Pérez, exdirector ejecutivo de REDIM y actual coordinador de #TejiendoRedesInfancia, que la pandemia en el caso de niños, niñas y adolescentes “sea una expresión global de invisibilidad” y asegura que ellos y ellas no han sido informados –de acuerdo a su edad y desde las instancias de gobierno– de lo que sucede en el contexto actual. Los Pandemials no han tenido notoriedad en los discursos y conferencias mañaneras ni vespertinas que ofrece el gobierno federal.

“De acuerdo a la ley correspondería al Estado mexicano invertir los recursos prioritarios estratégicos para que niños, niñas y adolescentes no abandonen la escuela, no se vean afectados en su alimentación, no tengan que trabajar, es decir, todo lo que el sentido común podría decir que ayudaría a que el proyecto de futuro de un niño, una niña no se vea truncado”, señala Pérez.

Por su parte, el exsacerdote y activista por los derechos humanos, Alberto Athié Gallo, señala otros factores: “los niños niñas y adolescentes, no solo en el contexto de la pandemia, tienen el problema de ser ignorados, minimizados, despreciados (…), se toman decisiones por ellos, al margen o incluso, en contra de ellos”. Y agregó –en la mesa de debate: “#YaNoMás. El Interés Superior de Niños, Niñas y Adolescentes” organizada por la Fundación Gilberto Rincón Gallardo–  que en México hay faltas graves a los derechos de niños y niñas y al principio rector del Interés Superior de la Niñez. “La Convención sobre los Derechos del Niño dice claramente que los niños, niñas y adolescentes son personas y poseen derechos propios y esos derechos deben ser un eje rector de todas las políticas de Estado”. 

La doctora Susana Sosenski comenta que desde los años 40 hasta nuestros días, en México, el espacio público es peligroso; “y ahora con la pandemia optamos por encerrarlos ¿en qué posición ponemos a los niños para excluirlos del espacio público? Siempre se articula todo en función del riesgo y el miedo. ¿Acaso construimos un espacio público para ellos y ellas? Ante la pandemia: ¿qué espacios públicos les ofrecemos? Solo vivimos un mundo adultocéntrico. Defender el derecho de los niños a estar en los espacios públicos es una responsabilidad estatal ¿en dónde están sus voces? ¿cuándo los vamos a escuchar? Los niños son sujetos políticos y tienen claro lo que sucede. Como historiadora de la infancia me ha costado mucho escribir porque los niños no están en los archivos. Quienes documentaron la historia de México no consideraron que los dibujos, cartas y voces infantiles no merecían ser guardadas. Viven silenciados”. Para abonar al argumento de Sosenski, Juan Martín Pérez acota que durante el proceso de desconfinamiento, primero abrieron los bares y restaurantes y después los parques y espacios recreativos infantiles. 

Por su parte, la activista y defensora de los derechos humanos Lídice Rincón Gallardo comenta: “la palabra de un niño o niña deja de valer cuando hay adultos que dejan de escuchar. Es valioso y formativo escucharlos además de que es muy violento no hacerlo”.

Los niños experimentan sentimientos de angustia en la pandemia. Fotos: Cuartoscuro.com 

HACER VALER LA LEY

Algunos de los derechos que contempla la Convención sobre los Derechos del Niño son: Derecho de prioridad, derecho a no ser discriminados, derecho a una vida libre de violencia y a la integridad personal, derecho a la protección a la salud y la seguridad social, derecho a la educación, derecho a la libertad de expresión y acceso a la información, derecho de participación, entre otros. México suscribió este tratado internacional que reconoce los derechos de los niños y niñas en 1989 y en 1990 la convirtió en ley suprema del país.

La Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (publicada en diciembre de 2014) incluye los derechos antes mencionados y otros más que ya están previstos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

El Interés Superior de la Niñez, es un principio incluido en la Convención y en la Ley General antes mencionadas y éste hace referencia a que en la sociedad se debe dar prioridad a la niñez, no como si fuera un acto de bondad de los adultos o los gobiernos sino por considerar que el crecimiento de las sociedades depende de la capacidad de desarrollar a quienes se encuentran en esta etapa de la vida.

Los derechos humanos de los niños y niñas ya están contemplados en la Constitución, pero falta su reconocimiento a nivel social y cultural, coinciden los especialistas entrevistados, pues también la mayoría de las familias en México tienen una estructura patriarcal, en la que está incluida la formación machista, adultocentrista, clasista y racista lo cual impide la autonomía de niños y niñas que, también en el caso de la pandemia, los invisibiliza y deja fuera de la conversación pública.

¿QUÉ DICEN LOS PANDEMIALS MEXICANOS?

EMEEQUIS entrevistó a varios niños, niñas y adolescentes de diferentes estados del país, edades y niveles socioculturales para saber cómo se sienten, qué piensan, cómo viven y qué desean que suceda en este momento de crisis sanitaria mundial. Los menores entrevistados intentan explicarse lo inexplicable de este momento histórico. En ellos y ellas hay confusión, información a medias, fantasías e incertidumbre acerca de lo que sucede y eso les genera angustia. Sus padres o profesores les han hablado acerca del virus. Los memes y redes sociales también han sido sus fuentes de información.

Miguel Ángel: “Creo que nosotros también somos un grupo vulnerable”. 

Miguel Ángel tiene 17 años, vive en la capital de Puebla, asiste al CBTis 260. Dice que ha trabajado desde los 12 años, no tanto por necesidad, sino porque le gusta aportar a su casa. Está cansado de tantos meses de confinamiento, pero sabe que la salud de su abuela y su hermana menor “está en sus manos” y por eso evita salir a la calle. Tiene la ilusión de poder ir a la universidad. Se enteró de que los menores de 18 años no entrarán en la primera fase de vacunación en México y comenta: “Creo que también nosotros somos grupo vulnerable, porque no tenemos esa fuerza y esa voz para defendernos, y deben vacunarnos porque ¿qué va a ser de nosotros? Vamos a tener ese coraje atorado de no ser tomados en cuenta. Me gustaría que dijeran: ¿saben qué? ustedes van a ser vacunados primero porque merecen regresar a sus clases presenciales y a la vida cotidiana, porque al final somos nosotros los que vamos a estar forjando la nueva sociedad mexicana”.

Martina tiene 9 años, vive en Tepoztlán Morelos y durante la pandemia emprendió un negocio; hace leche de almendra. Su papá le enseñó a hacerla y le puso “Almendrita” a su marca.  Junto con su mamá entrega pedidos a domicilio “usando todas las medidas de protección” y aunque ella le ha explicado lo que sucede y no se ha quedado con ninguna pregunta por hacer, dice: “A mi sí me gustaría tener más información, al principio yo no entendía nada de lo que estaba pasando hasta que en el encierro mis papás me empezaron a platicar de lo que sucedía y cada vez fui entendiendo más. A mí sí me gustaría y sí me hubiera funcionado mucho, si para ese momento (el comienzo de la pandemia en México) las hubiera tenido (más opciones de información)”.

“No he querido preguntarles a mis papás si ellos tienen miedo de esto que está pasando (la pandemia), porque ellos nunca tienen miedo y si me dijeran que sí, ¡wow! entonces si está pasando algo muy grave”. Catalina.

Catalina tiene 11 años, vive en el corazón de la Ciudad de México, dice que el peor momento de esta pandemia fue cuando tembló y tuvo que salir corriendo de su departamento sin tomar todas las medidas necesarias y con el temor de contagiarse al estar cerca de muchas personas. Está convencida de que “nada dura para siempre y esta situación se va a terminar”. Sin embargo, no cree que el manejo de la pandemia en nuestro país esté del todo bien: “Está bastante mal porque mucha gente no sabe cómo se usa correctamente el cubrebocas, esperan que la gente se cuide pero no dicen cómo, deberían enseñarte qué hacer si alguien cercano tiene el virus, esperan que tú lo sepas instintivamente”. Con cierta reserva dice que su papá le tiene odio a AMLO y por eso “no veo mucho las noticias y cuando él está en la tele evito estar cerca de mi papá porque se enoja mucho, así que no sé cómo está actuando el presidente”.

Para Bruno (de 7 años) todo esto comenzó en China, con una sopa de murciélago que –aclara– “a mí me hubiera resultado asquerosa”. Dice que estar en casa ha sido terrible, aburrido, aunque por otro lado este tiempo le ha permitido descubrir nuevos intereses como la ciencia “descubrí un nuevo animal; el pie de niño”. Ir al cine y viajar es de lo que más ha extrañado en este confinamiento. Con la escuela en línea ha tenido que aprender a usar plataformas digitales y estar tanto tiempo frente a la computadora le cansa y asegura que “antes escribía bien y ahora ya no tanto”. Al respecto de niños y niñas que no tienen la oportunidad de tener escuela en línea y que por el contrario, tienen que salir a trabajar Bruno opina: “Todos los niños deben tener las mismas oportunidades en especial, en este momento”. También está muy emocionado porque asegura que leyó en un diario digital acerca de la vacuna y no lo duda “¡por supuesto que me la pondría!”.

“Tengo miedo de salir a la calle, que un perro tenga Covid y me muerda” . “¿Cuántos virus se necesitan para estar completamente enfermo?”: Bruno. 

Sofía tiene 16 años y aunque la pandemia ha sido dura para ella, porque extraña a sus amigas y familiares, nota que durante el confinamiento tiene menos miedo de salir a la calle, ya que sufre menos acoso callejero, porque no hay tantos hombres en las calles. Asegura que con respecto a la escuela en línea “le quitaron todo lo bueno a la escuela y dejaron lo peor, no logro concentrarme”. A medida que el confinamiento se fue alargando ha comenzado a sentir más incertidumbre y angustia y está convencida que la lección que debemos aprender de esto que está sucediendo es “dejar de pensar por sí mismos y no dar nada por sentado, a mí antes ir por un café, salir a pasear o ir a la escuela lo daba por sentado y no lo valoraba y ahora no sabes lo que daría por hacer algo de eso”.

“Además de la pandemia, a mí me preocupa mucho la violencia en contra de las mujeres que están en confinamiento”. Sofía.

Danna tiene nueve años, cursa el cuarto año de primaria en una escuela Montessori. De grande quiere ser anarquista y comenta: “Había veces en las que no sé si me deprimía o me estresaba y me rasguñaba muy feo, me dolía mucho porque me hacía así (mientras se rasguña fuerte los brazos) o me hacía así (se rasca fuerte la cabeza) luego no podía respirar de tanto que había llorado no sé, creo que por tantos mocos”. El no poder salir a jugar con algún amigo del vecindario, con la rutina revuelta y el hastío de las clases en línea… “solo podía utilizar los aparatos electrónicos y creo que eso me hizo cambiar, pero no siento que me haya hecho cambiar para bien porque ahora intento dejarlo pero como que siempre estoy ahí (en el celular o el Ipad) viendo todo el tiempo cosas ahí en la pantalla. A veces mi mamá me regaña, pero es difícil, muy difícil para mí”.

 “A veces me siento como chiquita, como pequeñita, como en un rinconcito”. Danna. 

Emiliano tiene  13 años y vive en Bogotá, Colombia, desde hace siete años. Nació en la Ciudad de México y su pasión es jugar fútbol, de grande quiere ser como Messi o Neymar Jr. Fue precisamente en uno de sus entrenamientos en una cancha que se enteró de que se había contagiado de Covid-19: “es una mezcla entre tristeza, coraje, frustración, miedo por no saber cómo va a reaccionar el cuerpo frente al contagio… son muchos sentimientos encontrados. Pero, sobre todo, enojo porque me había cuidado mucho. Y tú al ser mexicano y estar en otro país, en una pandemia, es más difícil porque nunca piensas en que te puede llegar tu momento en otro lugar”. Y agrega que lo que deja esta pandemia es que lo más importante es la salud; “nada de que, si eres rico o pobre, porque al final ¿cómo mueren todas las personas? todos mueren igual: en un huequito y nada más”.   

 “Al escuchar la palabra coronavirus es como un impacto para mi, como volver al pasado y recordar esos momentos difíciles”. Emiliano

Valentina cumplió 15 años, y en su cumpleaños hizo un viaje a Estados Unidos, no tanto para festejar sino para ir en búsqueda de la vacuna contra la Covid, pues en México aún no está disponible y sabe que allá “te la ponen hasta en el Wal-Mart”. “Yo me veía terminando la secundaria, sin una pandemia mundial de por medio, creía que todo iba a ser normal, iba a seguir en mi casa, en mi escuela, con mis amigos y seguramente después buscaría una prepa, obvio en México y ya. Pero todo cambió, y el mundo se puso de cabeza, me mudé de casa, de escuela y ahora vivo en Estados Unidos”. Valentina descubrió, casi por serendipia, algo en lo que nunca antes había reparado: “un día está una persona a la que quieres, la ves, estás conviviendo con ella y al otro día ya no está. Eso nunca me lo había planteado, no me había dado cuenta de eso”, comenta al recordar que su abuela murió por Covid-19 en la segunda ola de la pandemia en México.

“Con la pandemia descubrí que un día estás y al otro no, eso nunca me lo había planteado”. Valentina.

Jorge Barudy, psiquiatra infantil, terapeuta familiar y autor de “Los buenos tratos a la infancia”, asegura que “el bienestar infantil es el resultado de las acciones de toda una comunidad, que se necesita toda la tribu para asegurar el bienestar de un niño o niña. Además deberíamos recordarnos siempre que nuestras prácticas pueden ser parte del sufrimiento de los niños y niñas o al contrario una fuente de bienestar y resiliencia”. De manera que el bienestar infantil no es un regalo o un acto bondadoso sino una responsabilidad que implica un esfuerzo conjunto entre la sociedad y el Estado.

A pesar del susto o temor del que la mayoría de los niños, niñas y adolescentes entrevistados dijeron tener por la pandemia actual en la que vivimos, en ellos y ellas habita una visión esperanzadora y optimista sobre su futuro post Covid-19. Han demostrado una capacidad de adaptabilidad y resistencia que los ha sacado a flote en esta crisis sanitaria, cuando están viviendo momentos clave de su desarrollo endócrino-físico, mental y emocional en medio de un confinamiento nunca antes visto. Sin embargo, su confianza, sueños y deseos de un mejor futuro se mantienen intactos.

Esto contrasta con las opiniones adversas de especialistas, estimaciones de institutos nacionales y de ONG’s que trabajan en favor de la infancia quienes ven un futuro desalentador y complejo para los Pandemials. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en su reporte por el Día Universal de la Niñez, hizo un llamado para la sociedad mexicana: “Debemos evitar la generación perdida de la Covid19”. La moneda está en el aire.

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