EMEEQUIS.– El accidente que le quitó la vida a 26 personas hace exactamente un año en la Línea 12 del Metro era su responsabilidad institucional, pero Florencia Serranía Soto tiene más que suerte: su amiga es la jefa del Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo.
Una serie de intentos fracasaron para que Serranía enfrentara la responsabilidad que le atañe en el siniestro. Tras la tragedia, familiares de las víctimas pidieron cárcel para la entonces directora del Metro, pero Serranía Soto evadió los tribunales; la bancada de Morena en San Lázaro impidió que la entonces funcionaria se presentara a rendir cuentas ante el Congreso de la Unión, donde se exigía su comparecencia inmediata.
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Y en la Cámara de Diputados de la Ciudad de México, también en los días posteriores al desplome, ante la insistencia opositora y la presión pública, la diputación morenista admitió que Serranía compareciera solamente si lo hacía “por carta o teleconferencia”, lejos de los previsiblemente incómodos cuestionamientos de la oposición.
En aquellas horas, en el Congreso de la Unión la mayoría obradorista cerró el paso también a la petición de una comparecencia de Serranía. El bloque oficialista la blindó de tal modo que incluso impidió con su mayoría la creación de una comisión investigadora del accidente de la Línea 12.
Claudia Sheinbaum sostuvo por 57 días más a Serranía Soto en el puesto de directora del Metro y la separó del cargo prácticamente laureda, pues le agradeció “su esfuerzo y dedicación”.
Ante el blindaje de hierro que protege a Serranía ―y a otros funcionarios―, un grupo de familiares de los fallecidos llevó el caso a la Corte suprema de Nueva York, en EU. Quieren justicia, también, respecto de las constructoras implicadas en la obra fallida.
Este emblemático 3 de mayo Claudia Sheinbaum explicó la falta de culpables llevados ante la justicia: “En vez de emprender un largo camino de juicios, era necesario facilitar el proceso de reparación integral que permite el propio sistema penal, claro, siempre de acuerdo con cada una de las víctimas”, señaló en un video la jefa de Gobierno.
Familiares de víctimas en el memorial este 3 de mayo de 2022. Foto: Mario Jasso / Cuartoscuro.com.
MOCIÓN DE ENCUBRIMIENTO
Desde la sesión ordinaria del 12 de mayo de 2021, Morena y sus aliados impusieron su mayoría en la Cámara de Diputados de la Ciudad de México para impedir la comparecencia presencial de Florencia Serranía.
Los legisladores obradoristas se acogieron a la figura de “pregunta parlamentaria”, que más que comparecencia es una “solicitud de información”, de acuerdo con el artículo 34 de la Constitución Política de la Ciudad de México.La Junta de Coordinación Política (Jucopo) del organismo local ratificó el formato de preguntas por escrito.
Así como ocurrió también en el Congreso de la Unión el 6 de mayo, apenas tres días después del desplome, en la legislatura capitalina también se impuso la aplanadora obradorista y rechazó la creación de una comisión especial para investigar las causas del siniestro del 3 de mayo de hace un año, en la Línea 12.
Rechazaron, además, la propuesta del PAN para citar de inmediato a Florencia Serranía a comparecer ante el pleno del Congreso local.
Fue así como Serranía evadió enfrentar la responsabilidad ante los órganos legislativos, a pesar de la gravedad de la tragedia, del deterioro evidente de la infraestructura y de la operatividad del Metro de la Ciudad de México bajo sus gestión, de los más de 15 episodios de averías y accidentes.
Serranía nunca fue llevada a juicio por su presunta responsabilidad en el accidente. Foto: Cuartoscuro.com.
AMIGUIS AMIGUIS
Serranía es un personaje típico del círculo político obradorista. Vive en una mansión con valor de 31.4 millones de pesos, en el barrio capitalino de Coyoacán. Tiene embarcación propia para bogar en playas de los Estados Unidos. Sus ingresos declarados rebasan los 4 millones de pesos anuales, después de impuestos.
Es el estilo de vida de Florencia Serranía, consignado en su declaraciones patrimonial y de intereses, que contrasta con la imagen sobria que se esmera en proyectar como funcionaria.
Ingresó al circuito de poder de la Ciudad de México de la mano de su amiga, Claudia Sheinbaum, y se integró al gobierno de Andrés Manuel López Obrador en la capital.
Sheinbaum y Serranía eran vecinas, luego amigas y correligionarias. Terminaron formando parte del mismo bloque político, primero dentro del PRD y después en Morena.
“Un día conocí a Claudia Sheinbaum, era mi compañera de edificio; las dos acabábamos de regresar y éramos las jóvenes recién doctoradas, siempre me cautivó su inteligencia. Al cabo del tiempo nos hicimos amigas. Ella fue la que me invitó a colaborar en el DF; yo le dije que no me imaginaba como funcionaria pública. Recuerdo que pocos días después estaba en mi casa viendo la televisión y Andrés Manuel López Obrador estaba presentando su gabinete: el 60% eran mujeres. Pensé: ‘resulta que este hombre va a gobernar la ciudad con mujeres y yo por comodidad he dicho que no’. Ese día por la tarde le pregunté a Claudia si la oferta que me había hecho seguía en pie, y me dijo que no, pero Jenny Saltiel, la secretaria de Transporte y Vialidad, requería de apoyo. Jenny me dio una cita y automáticamente hicimos química; ella es una mujer muy pragmática e inteligente, así que me invitó a la Dirección General de Planeación de Transporte. Siempre agradeceré que hubiera confiado en mí”.
Ese es el relato que se publica en el perfil de Serranía en la página del Instituto de Ingeniería de la UNAM.
En el 2000, a sus 37 años –nació en junio de 1963–, fue nombrada directora general de Planeación de Transporte a la secretaría de Transporte y Vialidad, que dirigía Jenny Saltiel Cohen, esposa de Ignacio Marván, asesor vitalicio de López Obrador.
De 2001 a 2004 fue directora General de Servicios de Transportes Eléctricos de la Ciudad de México. De 2004 a 2006 fue por primera vez directora del Metro. Sólo cuatro años más tarde fundó Urban Travel Logístic (UTL), enfocada, desde luego, al sector transporte.
EN 2024, EN EL GRUPO COMPACTO DE SHEINBAUM
Florencia Serranía es una de las piezas más relevantes del grupo político de Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México. Otra de ellas es Manuel Santiago Quijano, director de Gestión Estratégica y Enlace del Fondo Nacional de Turismo (Fonatur), y en los hechos, de acuerdo con una fuente interna de esa dependencia, administrador principal de los contratos del Tren Maya hasta hace muy poco tiempo, cuando se registraron los cambios en Fonatur.
Santiago Quijano fue director de Obras y Desarrollo Urbano de la Delegación Tlalpan durante la administración de Carlos Ímaz, cuando éste era aún el esposo de Sheinbaum.
De ahí, Santiago Quijano saltó a la titularidad de la Setravi, en el gabinete de Alejandro Encinas, que en agosto de 2005 sustituyó a López Obrador en la jefatura de Gobierno del Distrito Federal.
Santiago quedó así en el mismo círculo de la administración en el que se hallaba Serranía, directora del Metro y, de hecho, como parte de la expansión del grupo de influencia de Claudia Sheinbaum.
De ser la elegida de AMLO para 2024, estos personajes formarían parte del primer círculo de Sheinbaum.
EXITOSA FERROVIARIA PRIVADA
En 2000, Florencia Serranía fue directora de Planificación en la Secretaría de Transportes y Vialidad (actualmente Secretaría de Movilidad), y dirigió el Metro por primera vez de 2004 a 2006, bajo las gestiones de AMLO y de Alejandro Encinas.
Poco después pisaría fuerte dentro de la industria privada ferroviaria. Como CEO y confundadora de Urban Travel Logistics obtuvo la operación del Tren Turístico Puebla-Cholula; de la Etram Ciudad Azteca y de la Etram Cuatro Caminos. Serranía también ha formado parte del proyecto Smart Passenger, un sistema de prepago electrónico para transporte público, y de Smart Parking, un sistema electrónico de pago para estacionamientos públicos de manos libres, con la Plataforma IAVE.
La página web de la compañía de Florencia Serranía detalla que UTL “estuvo a cargo de todos los aspectos relacionados con la movilidad, incluida la consulta sobre el diseño arquitectónico del área de transferencia, negociaciones con proveedores de servicios de transporte privado, negociaciones con agencias gubernamentales relevantes, y el diseño y desarrollo de la plataforma de software para el sistema de operación y pago automático para el sistema de operación y pago automático”.
UTL, que fue fundada por Serranía el 18 de agosto de 2010, de acuerdo con su acta constitutiva, especifica que ejecutó los trabajos referidos durante el periodo “2010-2014”.
Aunque el entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, inauguró el Mexipuerto en diciembre de 2010, sólo cuatro meses después de que UTL se integrara al proyecto de la terminal.
Serranía había emprendido su carrera en los negocios con el pie derecho. Se había sumado a un proyecto en el que estaba implicado José Miguel Bejos, uno de los empresarios más favorecidos durante el sexenio de Peña Nieto.
Familiares recordaron la tragedia este 3 de mayo. Foto: Mario Jasso / Cuartoscuro.com.
EL SOCIO PEÑISTA DE SERRANÍA
Jesús Alfredo Miguel Afif, padre de José Miguel Bejos, es fundador de Grupo Miguel (Contrataciones y Servicios Grupo Mina, Servicios Ejecutivos de Personal, Grupo Integral de Personal), así como del consorcio Compañía Inversora Corporativa (CIC), que agrupa Helicópteros Bell de México, Heliservicio, Heliservicio Campeche, Servicio Técnico Aéreo de México, Imágenes y Muebles Urbanos, y la inmobiliaria Grupo Proasa.
Javier García Bejos había sido coordinador general de Asesores y Enlace Institucional de Ernesto Martens, secretario de Energía en la administración presidencial de Vicente Fox.
En 2002, Javier García Bejos se despidió de la Sener para asumir la dirección corporativa de CIC y la dirección de la Administradora Mexiquense del Aeropuerto Internacional de Toluca, la cual también tenían concesionada.
En 2006, cuando los Miguel se asociaron con Promotora Ideal en Comursa, García Bejos asumió la presidencia del Consejo de Administración de esta última. En 2008 ingresaron al consejo los hijos de José Alfredo Miguel Afif: Alfredo y José Miguel Bejos.
En 2010, Miguel Afif y su hijo José Miguel Bejos se asociaron con el monstruo corporativo lusitano para formar Mota Engil México, la filial creada en enero de ese año.
El primero de agosto de 2011, un mes antes de que Peña Nieto concluyera su gestión como gobernador del Estado de México, los Miguel fundaron Grupo Promotor de Desarrollo e Infraestructura (Grupo Prodi).
Formada por Controladora Central de Participaciones y por Controladora de Empresas de Servicios, Grupo Prodi tenía como sus primeros apoderados a José Miguel Bejos, Alfredo Miguel Bejos y Javier García Bejos, según documentos notariales.
La cercanía de José Miguel Bejos con el presidente Peña Nieto se vería reflejada no solamente en los campos de golf, donde el empresario era maestro del mandatario. También sería fructífero en contratos públicos para Grupo Prodi.
Según registros de Compranet, Grupo Prodi participó de un presupuesto de mil 086 millones de pesos en contratos para obras carreteras, en tanto que Mota-Engil accedió a una bolsa de 5 mil 403 millones de pesos por concepto semejante.
Grupo Prodi y Mota-Engil no sólo fueron por la infraestructura carretera. También consiguieron contratos ferroviarios: más de 10 mil millones de pesos en contratos relacionados con el Tren Ligero de Guadalajara en el sexenio pasado.
Después vendría el proyecto turístico de Mota-Engil y Prodi: el paraíso privado de José Miguel Bejos, Costa Canuva, en la Riviera Nayarita. Ahí, los Miguel no sólo tienen como socios a los portugueses sino también a CIBanco, de Walton Street Capital, un fondo de inversión asociado, a su vez, con Grupo Chartwell, de los hermanos Ancira Elizondo.
En CIBanco, por cierto, Florencia Serranía tiene una cuenta de más de medio millón de pesos, de acuerdo con su declaración patrimonial.
UN “CAPITAL SEMILLA” DE 100 MDP
Después de su participación en las obras de la terminal intermodal del Metro Ciudad Azteca, UTL, la empresa de Serranía recibió un impulso de más de 93 millones de pesos en contratos públicos, provenientes de gobiernos estatales y de la administración de Peña Nieto.
Con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), comandada por Gerardo Ruiz Esparza, facturó 35.69 millones de pesos.
En 2015, obtuvo dos contratos para efectuar las gestiones para la liberación de derechos de vía en distintos libramientos en el estado de Guerrero, uno por 6.44 y otro por 6.62 millones de pesos; en 2016, para la liberación de derecho de vías en tramo de la autopista Tuxpan-Tampico, en Veracruz, por 3.09 millones de pesos; en 2017, para la concreción de gestiones destinadas a la escrituración de una propiedad particular, relacionada el Libramiento Villahermosa, en Tabasco, dos contratos, uno por 6.6 y otro por 7.68 millones de pesos; y dos contratos para la consumación de gestiones para la escrituración de predios afectados por el derecho de vía del Paso Exprés de Cuernavaca, de 2016 y 2018, por 2.66 y 2.60 millones de pesos, respectivamente.
Después de aquel impulso sostenido, UTL amplió su cartera de servicios y se internacionalizó.
Entró al negocio de bicicletas compartidas –tipo Ecobici–, así como el diseño de infraestructura para el funcionamiento de ciclovías, en México y el resto de Latinoamérica; también en el desarrollo e implementación de software y gestión de redes de parquímetros y estacionamientos; y operación de sistemas logísticos para el transporte de mercancías.
Y se especializó sobre todo en el desarrollo de centros de control y gestión de tráfico, implementación de software de monitoreo, trazo y seguimiento de rutas y puntos de supervisión, así como en el equipamiento tecnológico de unidades de transporte.
EL TREN PUEBLA-CHOLULA
Pero uno de los contratos más preciados para la empresa de Florencia Serranía llegó al cierre de 2016: la puesta en servicio, operación y mantenimiento del Tren Turístico que va del Museo del Ferrocarril en el Centro Histórico de Puebla a la zona arqueológica de Cholula.
Para la consecución de dicho contrato con el gobierno de Puebla, Serranía puso en marcha sus habilidades de arquitecta financiera y agrupó a ejecutivos de distintas empresas con experiencia en el sector ferroviario -y en las contrataciones públicas-, sin dejar de lado, desde luego, a Grupo Prodi, de su amigo José Miguel Bejos.
El resultado fue Operadora de Ferrocarriles Mercurio (OFM), creada el 22 de noviembre de 2016. Está conformada por dos empresas, con participación al 50%: UTL de Florencia Serranía, y Mercurio Leasing.
UNA EBRARDISTA EN EL CONSEJO DE SERRANÍA
Serranía también fue directora de Operadora de Ferrocarriles Mercurio (OFM), al menos hasta 2018. El consejo de administración quedó conformado por Juan Manuel de León Tavallas como presidente. Tavallas ha sido administrador de Mercurio Leasing y representante legal de Didimex, una manufacturera de derivados del petróleo y la industria química con capital ibérico.
Destacan dos comisarias en el Consejo de Operadora de Trenes Mercurio: Marcela Mora Gallardo, que es comisaria también de Mercurio Leasing, y representante legal de Mora Orozco y Asociados; e Irma Velasco Salvatierra, que fue subdirectora de Administración de Redes de la Secretaría de Transporte y Vialidad (Setravi), durante el gobierno de Marcelo Ebrard en la Ciudad de México.
Y Ubaldo Juárez García, quien es secretario del Consejo de Administración de OFM, representante legal de UTL, donde ha sido gerente de licitaciones; y gerente de Procesos Estratégicos de Grupo Prodi.
La directora general de OFM era Florencia Serranía, al menos hasta diciembre de 2018, cuando asumió, por segunda vez, la dirección del Metro.
SU LISTA DE ACCIDENTES EN EL METRO
6 de diciembre de 2019. Un tren de la línea 7 que circulaba de la estación San Joaquín a Tacuba se quedó atrapado por incendio. Pasajeros que iban en ese convoy reportaron que estuvieron en el túnel más de una hora en medio del humo.
8 de mayo de 2020. Un tren de la línea 12 se quedó atrapado en el túnel que une las estaciones Culhuacán y Atlalilco por falla eléctrica.
2021
5 de enero. Un tren despidió gran cantidad de humo en la estación Tepalcates de la línea A, por haberse quedado pegadas zapatas del sistema.
9 de enero. Un corto circuito ocasiona un incendio que consume el Puesto Central de Control I, el cual provee energía y comunicación a un gran número de líneas del sistema. El saldo, una persona muerta y 31 lesionadas.
12 de enero. Los vagones traseros de un tren de la Línea 7 presentan llamas y una gran humareda negra, por lo que usuarios son desalojados.
15 de enero. Otro tren de la Línea A presenta fallas, nuevamente, por zapatas pegadas, lo que causa humareda.
16 de enero. En la estación Cerro de la Estrella, de la línea 8, se registró una humareda, según el STC por un objeto arrojado a la zona de vías.
1° de febrero. Otro tren, pero de la estación Miguel Ángel de Quevedo de la Línea 3, presenta humareda también por zapatas pegadas.
10 de febrero. Un tren presenta un flamazo en los andenes de la estación Indios Verdes de la Línea Tres.
20 de abril. Fallas en la caja de vías de Línea 1 impidieron que los trenes salieran del garaje. Se afectó el funcionamiento de Pantitlán a Observatorio.
23 de abril. Un incendio ocurrido entre las estaciones Río Consulado y Canal del Norte, propicia que se suspenda el servicio en toda la Línea 4, que va de Martín Carrera a Santa Anita.
28 de abril. Usuarios de la línea 8 caminan por las vías para desalojar un tren que quedó varado entre las estaciones Atlalilco y Escuadrón 201 por averías.
3 de abril. Después de las 22 horas colapsó uno de los pilares que sostenía la estructura elevada cuando corría un convoy en dirección a la estación San Lorenzo Tezonco. Dos vagones cayeron sobre vehículos que transitaban sobre la Avenida Tláhuac. Al menos dos decenas de personas muertas y cerca de 70 heridos se reportaron en las primeras horas.
3 de mayo de 2021. Colapsa la trabe de la Línea 12 del Metro. El accidente causa la muerte de 27 personas. Un año después no hay responsables penales.
@estedavid