Por Miguel Ángel Teposteco Rodríguez y Maricarmen Gutiérrez Romero
EMEEQUIS.– El mundo puso los ojos sobre Perú luego de horas de giros políticos que han resultado en el arresto del ahora ex presidente Pedro Castillo. Apenas unas horas antes, al filo del mediodía, el entonces presidente había disuelto el Congreso y decretado un estado de excepción.
Rosy Olarte Caceres, consultora política peruana y politóloga por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, dijo en entrevista para EMEEQUIS que “la situación actual es de rechazo al ex presidente del Perú”. La experta señaló que las acciones de Castillo fueron un “acto inconstitucional” que sorprendió a muchos peruanos.
“Algo también importante es que es una pena para los hijos de Castillo, quienes salieron del Palacio de Gobierno por la puerta trasera, con ropas en bolsa y mochila”.
La caída de las fichas de este efecto dominó llegó desde el Congreso, debido a que este miércoles se iba a discutir por la tarde una moción para la destitución del presidente de izquierda. El argumento, la “permanente incapacidad moral”, fue aprobado por 73 legisladores en una cámara de mayoría opositora.
En un mensaje a millones de peruanas y peruanos, Castillo expresó en transmisión televisiva que su gobierno tomó la decisión de decretar “un gobierno de excepción orientado a restablecer el estado de derecho y la democracia”.
Castillo, detenido; Boluarte rinde protesta. Fotos: Especial.
CON LAS MANOS TEMBLOROSAS
Mientras sostenía unas hojas con manos temblorosas, el mandatario enlistó disolver “temporalmente el Congreso” y “convocar en el más breve plazo a elecciones para un nuevo Congreso con facultades constituyentes que elaborará una nueva constitución” (en un plazo no mayor a 9 meses).
Agregó que se gobernaría por “decretos ley” y que habría un toque de queda a nivel nacional desde las 22:00 horas hasta las 4:00 horas. “Se declara en reorganización” del poder judicial.
Finalmente, dijo que la policía y las fuerzas armadas dedicarían “todos sus esfuerzos” al combate real de la delincuencia, la corrupción y el narcotráfico”.
Sin embargo, el Congreso adelantó su sesión para las 12:30 horas, en medio de una ola de dimisiones del gabinete presidencial. A esto siguió que la Policía Nacional y el Ejército dieran la espalda a Castillo.
LA DEBACLE EN CUESTIÓN DE MINUTOS
El curso de los acontecimientos había tomado una dirección contraria a los deseos del presidente, ya que con 101 votos a favor, 6 en contra y 10 abstenciones, Castillo fue destituido y se citó a la vicepresidenta Dina Boluarte (quien catalogó las acciones de su jefe como un “golpe de Estado”), para que asumiera el cargo como la primera presidenta de la República. Un hecho histórico tras otro.
“Rechazo la decisión de Pedro Castillo de perpetrar el quiebre del orden constitucional con el cierre del Congreso. Se trata de un golpe de Estado que agrava la crisis política e institucional que la sociedad peruana tendrá que superar con estricto apego a la ley”, escribió en Twitter la ahora titular del gobierno peruano.
Medios locales transmitieron la detención.
Posteriormente, se difundieron las imágenes de Castillo arrestado por la Policía Nacional. En un tuit la institución dijo que “efectivos PNP intervienen al expresidente Pedro Castillo”. Por la tarde, Dina Baluarte se volvió oficialmente la presidenta, la primera en 200 años de historia de la república de Perú.
Según medios locales como América TV, Castillo planeaba solicitar asilo político a la embajada mexicana, pero fue detenido antes de llegar. Por su parte, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, desmintió que Castillo hubiera solicitado apoyo al gobierno mexicano. En entrevista con Denise Maerker, el canciller aclaró que “si Pedro Castillo pide asilo a México se lo damos, pero no lo ha solicitado”.
La postura de López Obrador es favorable a Castillo, pero reconoce que sus adversarios se aprovecharon de sus decisiones.
Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo a través de Twitter que si bien el “un principio fundamental de nuestra política exterior es la no intervención y la autodeterminación de los pueblos”, el presidente consideró “lamentable que por intereses de las élites económicas y políticas, desde el comienzo de la presidencia legítima de Pedro Castillo, se haya mantenido un ambiente de confrontación y hostilidad en su contra”.
AMLO justificó que estas presiones llevaron a Castillo a “tomar decisiones que le han servido a sus adversarios para consumar a su destitución con el sui géneris precepto de ‘incapacidad moral’”.
LAS HORAS DE INCERTIDUMBRE
Por su parte, Juan Sánchez, ingeniero mecánico peruano, narró en entrevista para EMEEQUIS que él vio el mensaje televisado de Castillo mientras estaba en el trabajo. “Sentí un poco de tristeza”, explica, “nos estaba yendo un poco bien; al escuchar eso, se cierran las puertas para muchos peruanos que están queriendo emprender”.
Detalla que durante la tarde hubo un anuncio de las fuerzas armadas que “nos dio tranquilidad” ya que se mandó el mensaje “a todo el pueblo peruano” de que las Fuerzas Armadas apoyarán al país.
El arresto de Castillo generó protestas en las calles de Lima.
“Era una mala gestión por parte del partido; muy mala desde el ingreso, ya venía en picada, ya se venía diciendo, meses atrás (el tema de la destitución)”.
La disolución del Congreso en este país no es un tema nuevo. En septiembre de 2019, Martín Vizcarra Cornejo, el antecesor de Pedro Castillo, disolvió el parlamento y convocó a elecciones parlamentarias.
Antes de él, el 5 de abril de 1992, Alberto Fujimori declaró la reorganización de todas las instituciones principales del Estado, disolviendo temporalmente el parlamento. Desde 1872, se han registrado nueve golpes de estado en Perú, contando el encabezado por Pedro Castillo, pese a su brevedad y aparatoso final tras las rejas.
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