EMEEQUIS.– El terremoto que provocó Lilly Téllez en el Senado de la República, al abandonar la bancada de Morena para irse el PAN, causó el derrumbe de la bancada del PRD en la Cámara Alta y, a la par, ha obligado al exjefe de gobierno Miguel Ángel Mancera a buscar un techo sobre su cabeza.
Nos cuentan que horas después de que la periodista sonorense anunciara su adhesión formal a Acción Nacional, el senador Ricardo Monreal sacudió la Cámara de Senadores para fortalecer a Morena ante la inminente curul perdida.
Para hacerlo, el zacatecano usó una carta que tenía escondida bajo la manga hace varios meses: invocar la Ley Orgánica del Congreso de la Unión que establece que una bancada solo puede conformarse con, al menos, cinco senadores. De lo contrario, debe ser disuelta y perderá todos sus privilegios, como recursos públicos y participación en comisiones clave.
TE RECOMENDAMOS: LILLY TÉLLEZ VA POR SONORA Y CONTRAPESOS A AMLO
Ricardo Monreal tiene guardada esa carta desde septiembre del año pasado, cuando la bancada del Partido Encuentro Social (PES) se quedó con solo cuatro integrantes dada la migración de la legisladora María Antonia Cárdenas hacia Morena. En aquel mes, Ricardo Monreal, y la ahora presidenta del Senado, Mónica Fernández, hicieron un “pacto de palabra” con el PES para que sus prerrogativas permanecieran intactas a cambio de votos a favor de las iniciativas del presidente Andrés Manuel López Obrador.
EL FIN DEL PACTO
Pero ese pacto se terminó este miércoles. Ricardo Monreal habría visitado a la minibancada del PES para decirles que su tiempo se había terminado: ante la salida de Lilly Téllez de Morena, serían disueltos y se integrarían a la bancada oficialista para fortalecerla y no arriesgar su mayoría.
Sin embargo, aplicar al pie de la letra la Ley Orgánica del Congreso de la Unión tendría otra consecuencia: obligar la disolución del PRD, que desde septiembre de 2019 tenía vida artificial como bancada con solo tres integrantes, tras las renuncias del mexiquense Juan Zepeda y Leonor Loyola.
Así, de un plumazo, el terremoto Lilly Téllez deshizo a dos bancadas en el Senado.
Y el mayor damnificado fue el aún perredista Miguel Ángel Mancera, quien sin grupo parlamentario ya no puede integrar la Comisión Permanente de la Cámara Alta. En solo dos años, el exjefe de Gobierno habría pasado de presidenciable a un senador cualquiera.
LA OFERTA DEL PAN
Ahora Miguel Ángel Mancera tiene solo tres opciones para seguir políticamente vivo: la primera es resguardarse en las ruinas del sol azteca tratando de sumar desesperadamente a dos legisladores para reconstruir una bancada a la que nadie, cuentan, quiere sumarse.
Dos, encontrar refugio en el único partido de izquierda que sí tiene bancada sólida en el Senado, es decir, Movimiento Ciudadano. Pero cercanos y lejanos del exjefe de Gobierno dicen que esa opción parece lejana por la pésima relación que mantiene con Juan Zepeda, el experredista que lo traicionó para despintarse de amarillo y pintarse de naranja.
La tercera opción es la que, dicen en los pasillos del edificio de Paseo de la Reforma, es la más factible: Miguel Ángel Mancera se iría a la bancada de Acción Nacional para asegurar sus posiciones de poder en la Cámara Alta, proteger sus prerrogativas y participaciones en comisiones y apuntalarse, desde ahora, como abierto opositor a la Cuarta Transformación desde la derecha.
Incluso, nos narran, Miguel Ángel Mancera ya tiene en sus manos un ofrecimiento formal enviado esa misma tarde por el presidente nacional del PAN, Marko Cortés. La oferta, cuentan veteranos de la Cámara Alta, es tan irresistible que solo un político novato la desecharía.
Solo falta que el exmandatario capitalino decida cuál es su próxima movida después del terremoto político de este miércoles: sobrevivir en las ruinas, buscar cobijo en la casa naranja de un viejo enemigo o mudarse a la casa azul que quiere tomar por asalto a la 4T en las próximas elecciones.
Tic, tac. Son horas decisivas para Miguel Ángel Mancera.
@emeequis