EMEEQUIS. “Yo sólo soy una más del montón”, dice María Herrera Magdaleno, madre buscadora originaria de Pajacuarán, Michoacán quien fue seleccionada por la revista TIME como una de las 100 personas más influyentes del mundo. “Soy una de las miles de madres que buscan con dolor a sus hijos en México”.
Su lucha comenzó en 2008 cuando perdió el rastro de sus hijos Jesús Salvador y Raúl Trujillo Herrera en el estado de Guerrero; dos años después Gustavo y Luis Armando fueron vistos por última vez en Veracruz.
Encaró al ex presidente Felipe Calderón por originar la guerra que le quitó a sus hijos, se enfrentó con las autoridades por su omisión ante la crisis humanitaria que enfrenta el país, incluso su caso fue llevado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Su nombre y las batallas que ha sorteado por más de 15 años fueron reconocidos junto a una lista de famosos a nivel internacional; donde destacan el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el de Colombia, Gustavo Petro; las famosas actrices Salma Hayek y Jennifer Coolidge, el futbolista Leonel Messi, entre otros.
“Este reconocimiento es de cada una de las madres buscadoras, de las personas que tienen un familiar desaparecido y están en esta incansable lucha. No soy yo, son miles de hogares que están sufriendo esta desgracia. En este reconocimiento estamos representadas todas estas familias que estamos sufriendo este dolor tan cruel”, cuenta en entrevista con EMEEQUIS.
La forma en que María Herrera describe lo que significa tener a un familiar desaparecido en México es “un dolor que traspasa todo lo humano”, en el que para sobrellevarlo y hacer posible la esperanza de que los suyos regresen a casa, se han unido en un mismo dolor entre familias y madres despojadas de sus hijos.
Ha aprendido a abrazar y acompañar la búsqueda de los más de 100 mil desaparecidos que se reportan en el país. María Herrera Magdaleno y su familia participaron en la conformación del Movimiento por la Paz con Justicia y DIgnidad (MPJD) en 2011, así como en la fundación de la Red de Enlaces Nacionales (REN), donde se agrupan 192 colectivos de familiares de personas desaparecidas a nivel nacional.
Organizarse y salir a buscar, entre los montes, a cielo abierto. Con palas y picos que escudriñan entre la tierra para conseguir los restos, o algún indicio sobre el paradero de los que no se sabe dónde están desde hace muchos años.
EL CASO QUE DENUNCIÓ A MÉXICO ANTE LA CIDH
Por la omisión y violaciones por parte de las autoridades que ha sufrido María Herrera y su familia durante todo el proceso de la búsqueda de sus cuatro hijos, ella denunció el año pasado al Estado mexicano.
Su caso fue llevado ante la Comisionada Relatora para México y la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, como parte de una petición individual contra México.
Con la representación jurídica del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), se denunció la participación de las autoridades junto al crimen organizado por la desaparición forzada de sus hijos.
“Aun sabiendo que el caso está en la ONU no ha habido ningún avance, las cosas siguen igual”, relata Herrera Magdaleno en entrevista. Confía en las instituciones internacionales para exigir justicia, aunque sabe que será un proceso largo.
Con esta denuncia espera que los ojos del mundo se enfoquen en México, para presionar y exigir atención de las autoridades mexicanas ante el horror que crece todos los días las cifras de personas desaparecidas en el país.
El Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas contabiliza más de 112 mil personas que no han sido localizadas desde 1964. En tanto, el Comité contra las Desapariciones Forzadas de la ONU reveló que la crisis forense detiene la posibilidad de encontrar desaparecidos con más de 52 mil cuerpos no identificados, que esperan en fosas comunes, servicios forenses y universidades.
EL JUICIO A LA GUERRA CONTRA EL NARCOTRÁFICO
María Herrera reconoce que uno de los responsables por la desaparición de sus hijos y de miles que no han vuelto a casa, es el ex presidente Felipe Calderón por la configuración de la guerra contra el narcotráfico que nos dejó en un “horno ardiendo” que nadie ha podido parar.
“Él fue el que desató esta guerra, según, en contra el narcotráfico, pero en realidad fue una guerra en contra de nuestras familias, de nuestros hogares”, dice aunque refiere que no es el único y aún falta que se investigue la participación contra otros funcionarios. Está de acuerdo que el enjuiciamiento por crímenes de estado llegue hasta la silla presidencial.
Lo que es de mayor importancia para ella es la localización de las miles de personas desaparecidas que, si bien es una obligan del Estado, han tenido que sustituir las familias y madres buscadoras de manera independiente, entre la falta de recursos y peligro por enfrentarse al crimen organizado.
“Las familias somos las que nos estamos arriesgando. Necesitamos tener una respuesta y saber dónde están”. Ante la cruzada de búsqueda por todo el país, ella y su familia han recibido amenazas e intimidación por dejar su labor.
Entre la carestía por organizar búsquedas de campo con sus propios recursos, también exponen su vida. Tan sólo durante el año pasado cinco madres buscadoras fueron asesinadas.
Esmeralda Gallardo fue asesinada en Puebla el 4 de octubre de 2022; Rosa Lilián Rodríguez el 31 de agosto en Sinaloa; Ana Luisa Garduño Juárez fallecida el 28 de enero en Temixco, Morelos; Brenda Jazmín Beltrán Sonora quien fue torturada y asesinada el 21 de julio en Sonora; y María Carmela Vázquez el 14 de junio.
La guerra no se ha detenido, las desapariciones no han bajado, ni ellas logran encontrar a los suyos. “Que México va bien, que va saliendo de los problemas, sabemos que es una mentira”, se refiere a las acciones emprendidas por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
“No sé de qué país habla el presidente. Estamos hundidos en un mar de sufrimiento y sangre. Nadie lo ha podido parar”, afirma la buscadora, quien le cuestiona el presidente ¿dónde está el cambio? Sumidos en el engrose de la militarización del país en actividades de seguridad pública, ella está segura que las balas no resolverán la crisis.
“Mi mensaje lo dirijo a la sociedad. Que no sean ciegos, no volteen a otro lado pensando que esta situación no les va a alcanzar. Nosotros no queremos que más familias caigan en este dolor”, dice Herrera.
@GloriaPE_
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