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EMEEQUIS.– Ante la inusual crisis de violencia que vive Zacatecas, el gobierno federal alista una receta ya vista: más militares, más agentes federales, más equipo de alto poder… pero por un tiempo limitado.
Junto al presidente Andrés Manuel López Obrador, el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, anunció los detalles del “Plan de apoyo a Zacatecas”, que busca frenar el alza de homicidios –reflejado en los recientes hallazgos de cadáveres colgando de puentes y árboles– y compensar la falta de policías locales por miedo a ser asesinados por integrantes del crimen organizado.
Dicho plan establece el envío a la entidad de 460 elementos federales extra —210 del Ejército y 250 de la Guardia Nacional— para fortalecer las tareas de seguridad, quienes serán apoyados por tres helicópteros artillados y blindados para labores de vigilancia y reacción.
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De ese modo, el estado minero tendrá el apoyo, en total, de 3 mil 848 gendarmes y miembros de la Defensa Nacional, que estarán apostados principalmente en la zona norte, centro y sur del estado, donde cuatro grupos criminales pelean el territorio: Cártel Jalisco Nueva Generación, Cártel de Sinaloa, Cártel del Golfo y Los Talibanes, una escisión de Los Zetas.
Como una medida extra, habrá 90 agentes federales más en los límites de Aguascalientes, San Luis Potosí, Guanajuato y Jalisco, las fronteras con mayores índices delictivos.
El “Plan de apoyo a Zacatecas” sólo tendrá una duración de 30 días, según el propio general Luis Cresencio Sandoval, y después se evaluará su permanencia o sus ajustes.
UN ALCALDE SIN INVITACIÓN
La estrategia de seguridad llega a tres años después de una violencia creciente: en 2019, la fiscalía general zacatecana registró 560 homicidios dolosos; en 2020, 920; y en 2021 van mil 277. De continuar la tendencia, Zacatecas podría cerrar el año hasta con mil 500 asesinatos.
Y también llega tarde a un fenómeno que inquieta a los habitantes de los municipios más golpeados por la violencia: ocho de ellos ya no cuentan con policías municipales, quienes han presentado sus renuncias o abandonaron sus cargos tras recibir amenazas de muerte contra ellos y sus familias.
“El Plan de apoyo a Zacatecas” también ha recibido críticas incluso dentro de militantes de Morena, como el alcalde de Fresnillo, Zacatecas, Saúl Monreal –hermano del gobernador David Monreal–, quien no fue invitado a la reunión de seguridad de alto nivel, a pesar de que él gobierna el municipio más golpeado por la violencia.
Saúl Monreal lamentó que el nuevo plan anticrimen no haya contemplado acciones de prevención del delito o apoyo para policías municipales y que se haya limitado al envío de fuerzas federales con más armamento.
“No fui invitado al evento con el presidente, lo cual lamento mucho, porque Fresnillo, ustedes saben, tuvo ocho colgados, tiene una crisis de seguridad grave.
“Andan inaugurando (cuarteles) de la Guardia Nacional en otro lado y aquí en Fresnillo tenemos ocho muertos ¡donde debe estar la Guardia Nacional es aquí en Fresnillo! (…) El secretario de Seguridad, ¿cuándo lo nombraron? Hace cinco días y yo no lo conozco, no se ha comunicado ni creo que se comunique”, se quejó el alcalde morenista.
Elementos de la Guardia Nacional vigilan con camionetas artilladas las inmediaciones del Palacio de Convenciones de Zacatecas, en donde se realizó un evento del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Foto: Cuartoscuro.com.
CONTENER, NO RESOLVER
Quien también se sumó a las críticas fue el excomisionado general de la Policía Federal, Manelich Castilla, quien aseguró en su cuenta de Twitter que la estrategia federal sólo va a contener la violencia en Zacatecas.
“No es con más presencia federal como se resolverá violencia. Presencia de @GN_MEXICO_ y militares debe aprovecharse para fortalecer corporaciones, investigación e inteligencia en el orden local. No hacerlo es contener, no resolver la crisis. #Zacatecas”, tuiteó.
Zacatecas es considerado un estado estratégico para el trasiego de drogas, armas y migrantes indocumentados por su ubicación: por su territorio cruza la Autopista Panamericana, que conecta a Centroamérica con la frontera con Estados Unidos, y la Carretera Federal 54, que conecta al puerto de Manzanillo –recipiente de drogas desde Asia– con la frontera chica.
Además, tiene un aeropuerto internacional que conecta a la ciudad con los principales mercados de droga y armas en Estados Unidos, como Dallas, Texas; Chicago, Illinois; y Los Ángeles y San José, California.
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Y es sede de importantes empresas de la industria minera, ganadera, constructora y de cultivos de exportación, lo que hace atrae a cárteles que buscan diversificar sus negocios criminales hacia la extorsión y el lavado de dinero a través de empresas legalmente establecidas.
@emeequis
