EMEEQUIS.– Con un promedio de 72 homicidios dolosos cada día, durante 2022 la tendencia de muertes violentas se mantuvo en los niveles que, desde hace cuatro años, prevalecen en el país, aún con la nueva estrategia de seguridad de la actual administración, denominada por el presidente Andrés Manuel López Obrador como “abrazos, no balazos”, que, en palabras del mandatario, consiste en no combatir la violencia con más violencia.
El número, aunque muestra una ligera disminución hasta los últimos registros del año anterior, supera las cifras del lapso comprendido entre 2015 y 2018, y se equipara con las de los años siguientes. Además, a estos se suman los 856 feminicidios investigados –el promedio anual con este gobierno es de 900– en los primeros 11 meses de 2022.
Con base en los registros del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) –que contiene datos de las fiscalías y procuradurías generales de los estados–, entre enero y noviembre de 2022 se documentaron, por número de carpetas de investigación iniciadas, 24 mil 100 homicidios dolosos; 16 mil 711 de ellos, que equivale al 69.3%, cometidos con arma de fuego.
Hasta el mismo periodo de 2021, el número de casos ascendía a 26 mil 005; es decir, un promedio de 78 al día. En ese lapso, que representa 334 días, en 2020 hubo 26 mil 578 homicidios dolosos; en 2019 –primer año completo del gobierno de López Obrador–, 27 mil 67, la cifra más alta de este periodo (81 al día), y en 2018, año de alternancia en la administración federal, 26 mil 617.
De hecho, el primer mes que ejerció la denominada Cuarta Transformación el SESNSP contabilizó 2 mil 472 homicidios dolosos: 80 diarios.
Elementos del Ejercito llegan a una escena de un crimen en Cuernavaca. Foto: Margarito Pérez Retana / Cuartoscuro.com.
Los datos muestran una media de disminución de 2 mil casos entre enero y noviembre de 2022 en comparación con los años previos, a falta de contabilizar diciembre. Sin embargo, superan los 22 mil 813 del mismo periodo de 2017 –último año completo del mandato de Enrique Peña Nieto–, que significaron 68 asesinatos violentos diarios, así como los 18 mil 349 de 2016 (55 por día) y los 14 mil 754 de 2015 (44 diarios).
En septiembre pasado, el presidente afirmó en su conferencia matutina que la estrategia “abrazos no balazos” ha dado resultados. Asimismo, minimizó los hechos violentos y responsabilizó de esta situación a los gobiernos anteriores.
“Sin duda están exagerando nuestros adversarios (…) No hay ningún problema mayor, pero sí quieren agarrar esta bandera de la violencia”. También declaró: “no vamos a cambiar la estrategia de seguridad, está dando resultados”.
FEMINICIDIOS, OBSTRUCCIÓN DE LA JUSTICIA E IMPUNIDAD
De acuerdo con los datos proporcionados al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública por las fiscalías y procuradurías generales de los estados, entre enero y noviembre de 2022 se iniciaron 3 mil 448 carpetas de investigación por muertes violentas de mujeres; sin embargo, sólo el 25% fue indagado finalmente como feminicidio.
La cifra se conforma de 2 mil 592 homicidios dolosos y 856 carpetas por feminicidio; 200 de éstos, cometidos con armas de fuego; 204, con arma blanca; 369, con otro elemento, y en 85 de los casos no se especificó la manera en la que los victimarios privaron de la vida.
No obstante la cifra nacional, tres estados concentraron el 25% de los feminicidios perpetrados el año que recién concluyó: Veracruz, con 63, que equivalen al 7.3% de los cometidos en todo el país; Ciudad de México, con 70 (8.1 %); Nuevo León, con 85 (9.9%).
Lo anterior significa que uno de cada cuatro asesinatos violentos de mujeres que fueron categorizados como feminicidios ocurrieron en estos territorios, gobernados por Cuitláhuac García Jiménez (Morena), Claudia Sheinbaum (Morena) y Samuel García (Movimiento Ciudadano).
Hasta noviembre, en 2021 se registraban 799 feminicidios (57 menos que en 2022).
En 2020, en los primeros once meses, la cifra ascendía a 864; en 2019, a 851; en 2018, a 799 –el número más alto hasta el momento con el actual gobierno. Incluso, ese año concluyó con 899 casos y es el año más violento en cuanto a carpetas de investigación iniciadas como feminicidio.
En 2017, el número oficial final de feminicidios fue 742 (688 hasta noviembre), mientras que 2016 y 2015 cerraron con 608 y 412.
En cuanto a incidencia durante el año recién concluido, también figuran Chiapas, con 42 carpetas iniciadas por feminicidio; Oaxaca, con 40; Chihuahua, 35; Michoacán, 32; Jalisco, 31; Morelos, 30; Sonora, 25; Coahuila, 24; Baja California, 22; Guanajuato, 20; Puebla y Tamaulipas, con 19 cada uno, y Colima, Durango y Sinaloa con 17, de manera respectiva.
Después de ellos, Zacatecas y Tabasco registraron 15; Guerrero y Quintana Roo, 12; Hidalgo y Querétaro, 11; Campeche, con diez, mientras que San Luis Potosí y Aguascalientes, nueve.
Este año no hubo un solo estado que no tuviera, al menos, un feminicidio; sin embargo, las entidades con menos carpetas de investigación registradas fueron: Baja California Sur, con seis; Yucatán, con cuatro; Tlaxcala, con tres, y Nayarit, con dos.
Los siguientes son algunos de los feminicidios que, por las características con las que fueron cometidos, o por irregularidades en la investigación denunciadas por familiares u otras víctimas indirectas, trascendieron a nivel nacional durante el año anterior:
Capilla ubicada en el ejido la Laguna municipio de Galeana Nuevo León, con los restos de Debanhi. Foto: Cuartoscuro.com.
DEBANHI ESCOBAR
El feminicidio de Debanhi, de 18 años, evidenció los fallos de la Fiscalía de Nuevo León, que, a casi nueve meses de lo ocurrido, derivaron en que no haya un detenido por la muerte de la joven, además de que la escena fue manipulada y perdidos posibles elementos que permitirían esclarecer el caso.
El 9 de abril de 2022, Debanhi desapareció frente al motel Nueva Castilla, en la carretera que va de Monterrey a Nuevo Laredo. Dos semanas después, las autoridades estatales reportaron que habían encontrado el cuerpo en una cisterna de ese mismo motel, lo que mostró, al menos, la negligencia en la indagatoria y la función pericial, ya que ese sitio había sido inspeccionado desde el lunes 11 de abril, recién se dio a conocer la desaparición.
Según las notificaciones de la Fiscalía, el lugar donde fue localizada la joven fue cateado al menos en cuatro ocasiones, pero no arrojó resultados la búsqueda hasta que empleados del hotel notificaron a la policía estatal por un olor fétido cerca de la cisterna. La noche del 21 las autoridades dieron a conocer el hallazgo de un cadáver en el sitio, y al día después confirmaron que correspondía a Escobar.
El 18 de julio, 68 días de que Debanhi fuera sepultada, el gobierno federal –que tomó parte de las pesquisas por la presión social debido a las inconsistencias de la investigación– exhumó el cuerpo de la joven y realizó una nueva autopsia, en la que se concluyó que Debanhi murió por “asfixia por obstrucción de los orificios respiratorios”, es decir, pudo ser estrangulada.
YOLANDA MARTÍNEZ
Como el de Debanhi, el de Yolanda es uno de los 85 feminicidios investigados en Nuevo León, la segunda entidad con más casos en el país.
Yolanda fue reportada como desaparecida el 31 de marzo y su cuerpo fue encontrado sin vida el 8 de mayo. El papá de la joven se había unido a la búsqueda de colectivos de feministas y defensores de derechos humanos emprendieron por Debanhi.
Para la Fiscalía nuevoneolesa la principal línea de investigación apuntaba a que se trataba de un suicidio; no obstante, el papá de Yolanda acusó negligencia en las pesquisas y posible fabricación de evidencias para alinear las supuestas “pruebas” con la versión oficial.
Yolanda, de 26 años, era madre soltera de una niña de tres años. Fue vista por última vez el mediodía del pasado 31 de marzo, cuando dejaba la casa de su abuela, en San Nicolás de los Garza en Monterrey, para supuestamente buscar trabajo por la zona.
Este caso también mostró la revictimización y responsabilidad que las autoridades atribuyen a las víctimas de los hechos que les ocurren, en declaraciones como las que el gobernador de Nuevo León, Samuel García, realizó el 5 de mayo, cuando afirmó que la desaparición de la joven podía tener que ver con una salida de su domicilio por un caso de violencia familiar, supuestamente de “un tío, hermano de la mamá, muy violento”, sin, hasta ese momento, considerar que la víctima había sido forzada para salir y su desaparición posiblemente estaba relacionada con un feminicidio.
ARIADNA FERNANDA
La joven Ariadna Fernanda López Díaz murió, según los dictámenes periciales, por lesiones causadas por golpes.
De 27 años, madre de un niño de siete, Ariadna trabajaba como mesera en Sixties Bar, un establecimiento ubicado en la colonia Condesa, en Ciudad de México.
En el caso intervinieron las fiscalías de Justicia del estado de Morelos y de Ciudad de México. La primera dependencia descartó un feminicidio, pero la institución capitalina acusó a su contraparte de encubrimiento.
En este feminicidio se evidenció el intentó de los posibles responsables de tergiversar los hechos y la presunta complicidad de las autoridades de Morelos, por la supuesta intervención del poder político.
Con base en la reconstrucción de los acontecimientos a través de cámaras de vigilancia, el 30 de octubre, después de reunirse con un grupo de amigos en el restaurante Fisher’s de la colonia Roma Norte, Ariadna y parte de los acompañantes se dirigieron al departamento de Rautel Astudillo.
De acuerdo con videos relacionados con los hechos, poco antes de las 20:00 horas, Ariadna, una amiga identificada como Vanessa y Rautel Astudillo habrían quedado solos dentro del departamento. Después, las cámaras captan cuando Rautel camina cargando el cuerpo de una mujer –con la misma ropa que vestía López Díaz– y la sube a su camioneta negra.
El cuerpo de la víctima fue localizado por unos ciclistas a un costado de la carretera La Pera-Cuautla. Rautel y Vanessa, con base en conversaciones difundidas por medios, buscaron crear una versión alterna –para la cual supuestamente iban a contar con el respaldo de las autoridades de Morelos– con el fin de desvirtuar su posible responsabilidad en el feminicidio.
@axelchl
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