EMEEQUIS.– Figuras destacadas del gabinete obradorista y de la jerarquía partidista de Morena han sido protagonistas de rudas disputas y confrontaciones de poder, desde el arribo de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México.
A lo largo de poco más de tres años, secretarios, subsecretarios, gobernadores, legisladores, dirigentes partidistas, candidatos, precandidatos, directores, voceros extrainstitucionales o “ministros sin cartera”, se trenzaron en sordos o sonoros pleitos con sus pares, con sus compañeros, con sus subalternos o con jefes inmediatos.
Lo mismo personajes con alta visibilidad pública que aquellos más habituados a las penumbras de los círculos superiores, no pudieron evitar caer la lucha de egos en las rencillas por parcelas de poder.
Al parecer no han funcionado las convocatorias al entendimiento por parte de López Obrador. Todavía el 14 de febrero de 2020, el mandatario había dicho en su emisión cotidiana: “Felicidades a todas y a todos amigos, hoy es día de la amistad y hay que cultivar la amistad, nada de pleitos y de enemistades ni confrontaciones”.
En febrero de 2021 ya no invitó a la concordia. Sólo dió un agradecimiento al gobierno de la India, “en este día de la amistad”, por el envío de vacunas anti Covid-19 a México.
Pero para junio, Obrador tuvo que desmentir rumores sobre las luchas intestinas en su gobierno: “Todos estamos trabajando juntos. Todos juntos. No hay confrontaciones, ni en el gabinete de seguridad ni en el gobierno”.
A propósito de la celebración, EMEEQUIS presenta una reseña de los pleitos más taquilleros del poder en la era obradorista. Después de todo, el amor y la amistad no se dan en maceta, pero mucho menos en floreros.
GERTZ VS. NIETO: INVESTIGACIONES CRUZADAS
Tras la renuncia de Santiago Nieto Castillo a la titularidad de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la secretaría de Hacienda (UIF), salieron a la luz evidencias de un odio soterrado entre éste exfuncionario y el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero.
Ambos personajes figuraban en el círculo inmediato de López Obrador, pues eran los brazos ejecutores de los ajustes de cuentas con la corrupción.
Sus desencuentros habían perdido toda noción de sutileza desde principios de 2020, cuando se enfrentaron por la reforma penal, pues Nieto se opuso a los proyectos de modificaciones legales redactadas en la dependencia de Gertz.
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Nieto consideraba que los proyectos preparados por Gertz afectaban el ámbito de competencia de la UIF. Sus desencuentros propiciaron la cancelación de la presentación de las reformas al Congreso.
La relación siguió descomponiéndose, al punto que dividió a parte del gabinete y a la nomenclatura legislativa morenista.
Pero fue hasta diciembre de 2021 cuando se revelaron las dimensiones del pleito: Gertz investigaba a Nieto, y este a Gertz. Nieto renunció el 8 de noviembre, y para el 6 de diciembre aparecieron los pormenores de ambas investigaciones.
Las de Gertz, en el peridódico Reforma, detallaban que Nieto había incurrido en enriquecimiento inexplicable por la acumulación de cuatro propiedades y un auto de lujo en 25 meses.
El Universal, por su parte, reseñaba que la UIF había documentado la riqueza del fiscal general de la República, Alejandro Gertz, que entre 2013 y 2021 gastó más 109 millones de pesos en la compra de 122 vehículos de lujo, “1a en su mayoría Mercedes-Benz y destaca un Rolls-Royce”. Presuntamente, la investigación contra Nieto continúa.
“ANDY” VS. ROMO Y OTROS AVATARES DEL EXJEFE DE PRESIDENCIA
Andrés Manuel López Beltrán, hijo del presidente, no cuenta con posición institucional pero es en los hechos señor de gran poder, una especie de “ministro sin cartera”, plenipotenciario. Si alguien pudo comprobarlo fue el empresario Alfonso Romo, efímero jefe de la Oficina de la Presidencia, de donde salió con el sabor amargo de la derrota frente a “Andy”, como llaman al hijo del mandatario.
De acuerdo con versiones de prensa, Andy había echado atrás a Romo varias decisiones que supuestamente ya había acordado con AMLO, como la promesa que había hecho a Constellation Brands de que su cervecería abriría sin contratiempos. No obstante, Romo tuvo que presentar disculpas a los empresarios porque Andy convenció a su padre de hacer una consulta popular sobre la permanencia de la cervecera.
Otra de las batallas perdidas por omo frente al hijo del presidente fue en torno a la reforma sobre la subcontrataciones (outsourcing): Alfonso Romo había recibido una avalancha de llamadas de sus amigos empresarios pidiéndole que hablara con el presidente y que lo convenciera de no abrir un frente más con los dueños de la inversión privada. Así lo hizo y prometió plazos mayores.
Pero Andy persuadió de nuevo a echar la decisión atrás, y la reforma se presentó y fue aprobada en el Congreso.
En noviembre de 2020, como lo reportó EMEEQUIS, llegó a oídos de uno de los hombres clave para las finanzas del país, Eugenio Nájera, exdirector general de Nacional Financiera (Nafin), la queja que Romo confiaba a sus amigos: “Estoy cansado. El presidente le hace más caso a su hijo que a mí”.
En diciembre siguiente llegó al escritorio de López Obrador la renuncia de Romo. El fundador de Grupo Pulsar dejaba atrás de esa manera sus desencuentros con Andy, pero también con otros funcionarios obradoristas.
Por ejemplo, Víctor Manuel Toledo, quien fungió como titular de Semarnat, había salido del gabinete en agosto, arguyendo “motivos de salud”, pero su separación del cargo era una clara consecuencia de la filtración, en días previos, de una grabación en que acusaba de bloquear las tareas institucionales de la dependencia a su cargo al entonces coordinador de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo.
Mario Delgado y Olga Sánchez Cordero en la plenaria de Morena de agosto de 2021. Foto: Cuartoscuro.com.
SCHERER VS OLGA
Julio Scherer Ibarra, exconsejero jurídico de Presidencia, es otro de los personajes que dejó resquemores en el círculo de AMLO, al punto que la FGR lo investiga por presuntos vínculos con la empresa española OHL, presuntamente,
Implican a Julio Scherer, según la versión difundida, por haber sido socio de ADS, un despacho que fue contratado por la constructora ibérica para un proyecto de reestructuración de deuda, y el cual es encabezado por Pedro Scherer, hermano del exconsejero presidencial.
Hijo del reputado periodista Julio Scherer García, fundador del semanario Proceso, Scherer Ibarra llegó al círculo obradorista cuando el “Movimiento de Regeneración Nacional” se convirtió en una estructura paralela de AMLO en el PRD.
En la campaña presidencial del tabasqueño de 2018, Scherer fue coordinador político y electoral en Chiapas, Veracruz, Oaxaca, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
En el gobierno de AMLO su influencia no se circunscribía a la Consejería Jurídica, pero su influencia rebasa esos límites, y se le atribuía alianza y ascendencia con el coordinador de Asesores de la Presidencia, Lázaro Cárdenas Batel, y con el amplio equipo del coordinador de Comunicación Social, Jesús Ramírez.
También se le atribuía influencia hacia afuera de la oficina presidencial: en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), con el presidente de la misma, Arturo Zaldívar; con el entonces secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana y ahora gobernador de Sonora, Alfonso Durazo; y en el gobierno de Claudia Sheinbaum, que tiene como asesor a Hugo Scherer, primo del consejero jurídico presidencial.
Scherer había monopolizado además la interlocución del gobierno federal con el Congreso, y amplió aún más su margen de influencia después de que López Obrador congeló su relación con el líder de Morena en el Senado, Ricardo Monreal.
En ambos casos, Scherer desempeñaba funciones que formaban parte de la naturaleza institucional de la entonces secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y minaban el margen de maniobra de la exministra.
Ya se había manifestado públicamente el alto nivel de temperatura de la rencilla entre el consejero jurídico y la exministra a inicios de junio de 2021, cuando se filtró a los medios un audio en el que se escuchaba a Omar Cervantes Rodríguez, director general de Comunicación Social de Gobernación, pedir que se implicara “a los Scherer” con Adrián de la Garza, entonces aún candidato del PRI al gobierno de Nuevo León. El vocero tuvo que renunciar al día siguiente.
La tensión se elevó aún más cuando Sánchez Cordero decidió retomar las funciones de cabildeo oficial con el Poder Legislativo, en la coyuntura en que López Obrador buscaba un periodo extraordinario para aprobar la reglamentación de la revocación de mandato bajo sus términos exactos.
La titular de la SG visitó el Senado, donde sesionaba la Comisión Permanente, para cabildear el periodo extra ante los opositores. Incluso la presidenta de la Mesa Directiva, la priísta Dulce María Sauri, declaró: “Creo que finalmente el Presidente de la República regresó las funciones que son facultad de la Secretaría de Gobernación, por primera vez en lo que va de su administración”.
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Pero el lance de Sánchez Cordero agitó las aguas en Palacio e incomodó al consejero jurídico. López Obrador resolvió la pugna quitándole la interlocución con el Congreso a los dos, con el nombramiento de Adán Augusto López como nuevo secretario de Gobernación, con la expresa y pública instrucción de llevar las relaciones con el Legislativo.
Olga Sánchez se fue al Senado, Scherer, sin mayor margen de maniobra, decidió renunciar el 31 de agosto, aunque le aceptaron la renuncia hasta el 2 de septiembre pasado. Tan grande era la confusión y la incredulidad en el círculo inmediato de AMLO, que el propio Jesús Ramírez, vocero presidencial, negó públicamente en el primero de septiembre, después del informe, que Scherer hubiese salido del gobierno.
Pero la suerte estaba echada, y al final el presidente despidió a su exconsejero jurídico con manifestaciones de aprecio y fraternidad, sin que la dulzura lograra quitar al episodio el amargo sabor de un rompimiento. Ahora es más evidente con la presunta investigación contra el abogado.
A Sánchez Cordero, por cierto, se le atribuyen otros desencuentros, por ejemplo, con la secretaria de Seguridad Ciudadana, Rosa Icela Rodriguez.
Mario Delgado, jerarca de Morena, ve pasar los desencuentros. Foto: Cuartoscuro.com.
MONREAL CONTRA CUITLÁHUAC
Otra de las grandes pugnas de la era obradorista en el seno del poder fue la querella entre el líder de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, y sus correligionario, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez.
En febrero de 2021, García Jiménez mandó reformar el Código Penal del estado de Veracruz para endurecer el delito de “ultrajes a la autoridad”, el cual castiga las “amenazas” o agresiones contra servidores públicos. La mayoría morenista de la legislatura local obedeció.
Desde entonces, a la autoridad no se le ofende en Veracruz, y menos al señor gobernador. Quienes desobedecen pueden pagar su atrevimiento hasta con siete años de prisión, más el periodo en que las instancias judiciales procesen la sentencia.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sentó un precedente de inconstitucionalidad contra la figura delictiva de “ultrajes a la autoridad” en 2016, por su aplicación en la Ciudad de México, donde el Código Penal local también incluye dicho instrumento en su catálogo de crímenes.
Aquellos que el gobernador ha considerado sus enemigos, han ido cayendo en porisión gracias a ese delito: Yolli García, expresidenta del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información, año y medio presa; Tito Delfin, candidato a la dirigencia estatal del PAN, detenido el 18 de noviembre de 2021; Gregorio Gómez Martínez, excandidato del PRD a la alcaldía de Tihuatlán, detenido en abril; Eduardo Mario Casares, vocero de la Unión de Concesionarios de Centros de Verificación de Veracruz, detenido en abril cuando encabezaba una manifestación frente a la Secretaría de Medio Ambiente del estado; Fabián Cárdenas, alcalde electo de Lerdo de Tejada, por Morena; su acompañante, Adriana Bichi, a quien de nada sirvió mostrar su credencial de Jefa de la Unidad de Género de la Fiscalía.
La organización no gubernamental Resistencia Ciudadana Xalapeña, que ofrece asesoría jurídica, denunció a principios de diciembre que cada semana recibe entre 150 y 200 reportes de detenciones bajo la imputación de “ultraje a la autoridad” en todo Veracruz.
Monreal asumió la representación de un grupo de víctimas. Como respuesta, García Jiménez ordenó la detención y encarcelamiento del secretario técnico de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado, José Manuel del Río Virgen, bajo la imputación de homicidio.
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El conflicto escaló. Monreal impulsó, junto con el líder de MC en el Senado, Dante Delgado, la creación de una Comisión Especial para averiguar los abusos de Cuitláhuac García en Veracruz y el fin último de someter a desaparecer poderes en Veracruz, destituir al gobernador y someterlo a juicio político.
Pero AMLO mandó parar en seco la maniobra. Intervino el secretario de Gobernación, Adan Augusto López, y la Comisión Veracruz desapareció de inmediato. Fue una gran derrota para Monreal, que ha debido enfrentar, además, la cuñas que AMLO ha enviado al Senado para minar su poder: Gabriel Hernpandez, exjefe de los Siervos de la Nación en la Secretaría del Bienestar, y la propia exsecretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.
Adán Augusto frenó en seco el pleito de Monreal vs Cuitláhuac. Foto: Cuartoscuro.com.
SANDOVAL VS. SALGADO MACEDONIO
Uno de los casos más emblemáticos de las luchas intestinas del gobierno obradorista fue el cese de Irma Eréndira Sandoval de la Secretaría de la Función Pública, en junio de 2021. Sandoval Ballesteros era considerada una de las piezas más poderosas del gabinete obradorista.
Todo cambió cuando la funcionaria y su grupo, en el que se encontraba su esposo, John Ackerman, impulsaron al hermano de la secretaria, Pablo Amílcar Sandoval, para obtener la candidatura de Morena al gobierno de Guerrero. Entraron entonces en pugna con Mario Delgado, presidente de ese partido, y con Félix Salgado Macedonio, otro de los aspirantes, que contó además permanentemente con público y explícito apoyo presidencial.
Pablo Amílcar Sandoval terminó impugnando la candidatura de Salgado Macedonio ante el Tribunal Electoral, en el que acusó además a Mario Delgado de actuar ilegalmente.
Cuando fue destituida Irma Eréndira Sandoval, en un video difundido en redes y por televisión, la exfuncionaria, extrañamente sonriente, como tratando de atemperarse, intentó dar una relación de los presuntos logros de su gestión ante López Obrador, pero este apenas le prestaba atención.
El mandatario exhibía más bien su prisa por dar posesión al nuevo titular de la secretaría de la Función Pública, Roberto Salcedo Aquino, ahí presente, respecto de quien se extendió en la exposición de sus atributos.
A Sandoval Ballesteros la había presentado simplemente, al inicio del video, como “una mujer que lucha por la justicia y por la democracia”.
En plena batalla con Ricardo Monreal, el gobernador de Veracruz Cuitláhuac García mandó mensaje al reunirse con Claudia Sheinbaum. Foto: Cuartoscuro.com.
SHEINBAUM – GATELL, PLEITO VIRULENTO
En la primera semana de agosto pasado de 2021, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell declaró en semáforo rojo a la capital del país, pero Claudia Sheinbaum señaló que por lo que a ella concernía, la CDMX estaba en semáforo naranja.
Tras ese episodio, en el que las diferencias de ambos personajes quedaron expuestas a la luz del ámbito público, Sheinbaum habría pedido a AMLO la cabeza de Gatell.
Mas volvió a fallar. Lo más que Sheinbaum consiguió fue que AMLO reprendiera en presencia de otros miembros del gabinete a Gatell, por no contar con una estrategia clara frente a la “tercera ola”, según trascendió en medios.
Gatell renunció entonces, se cuenta, por tercera vez: La primera se habría dado tras el viaje decembrino de Gatell a Zipolite; y después, en los prolegómenos de sus despedidas con mariachi de las conferencias vespertinas sobre la pandemia.
DOS QUE PIERDEN CON BUENROSTRO
Tampoco en niveles intermedios ha sido menor la inquina que ha cundido entre funcionarios y que ha culminado en sendas renuncias.
El 21 de mayo de 2019, Germán Martínez Cázares, director del IMSS, dejó el cargo en medio del inicio de la mayor crisis de desabasto de medicamentos que ha enfrentado México en la era moderna, y entre presiones de otros funcionarios de la administración.
Anunció su renuncia tres días después de que la entonces Oficial Mayor de la SHCP, Raquel Buenrostro, pidió a la dirección de Administración del IMSS una propuesta de “red institucional de distribución de medicamentos”. Fue como quitar el tronco que apuntalaba el dique.
Germán Martínez renunció a la dirección del instituto, con una advertencia pública: “el abasto pende de un hilo”. Denunció que había un ejercicio irracional de los recursos e interferencia de la secretaría de Hacienda en las decisiones de la dependencia.
Otro que se fue del gobierno confrontado con Raquel Buenrostro fue Ricardo Ahued Bardahuil, exadministrador General de Aduanas. Buenrostro ya estaba a cargo del Sistema de Administración Tributaria (SAT) pero con un amplio margen de poder en la estructura hacendaria.
Según trascendió en medios, Buenrostro cumplía la encomienda de abrir paso a la llegada del texcocano Horacio Duarte a la administración aduanera, y en el desempeño de tales oficios intentó “enfermar” de Covid-19 al entonces aún titular de aduanas, Ricardo Ahued.
El 15 de abril de 2020, Buenrostro compartió un oficio dirigido a Ahued con las ocho oficinas centrales de operación aduanera y con todas las administraciones generales del SAT, en el que recomendaba al funcionario resguardarse hasta el 30 de abril en “referencia a su manifestación expresa realizada el día de ayer en el sentido de presentar síntomas de enfermedad respiratoria”.
Ahued respondió que estaba en perfecto estado de salud y trabajando, como desde el inicio de la contingencia sanitaria, en modalidad home office. Pero Ahued sabía que Buenrostro cumplía órdenes. Pidió audiencia en Palacio y presentó su renuncia el 24 de abril de 2020.
Germán Martínez y Ricardo Ahued regresaron en su momento al Senado y juraron lealtad al presidente, pero el primero ha continuado en actitud crítica de la política oficial y el segundo se ha apartado de los reflectores.
YEIDCKOL VS MORENA
Su renuencia a dejar la dirigencia de Morena llevó a Yeidckol Polevnsky a enfrentarse con el dirigente interino, Alfonso Ramírez Cuéllar.
El resultado final de la disputa fue una denuncia contra la morenista mexiquense que el equipo de Ramírez Cuellar presentó en 2020 ante la FGR bajo las imputaciones de lavado de dinero y daño patrimonial al partido. por 395 millones de pesos.
Yeidkol finalmente quedó fuera de la dirigencia, pero mantuvo resquemores con el entonces nuevo presidente de la organización, Mario Delgado. Polevnsky había tenido ya distintos desencuentros con personajes del ámbito obradorista, incluido el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco.
TORRUCO CONTRA LEVY Y OTROS PLEITOS OBRADORISTAS
Muy temprano en el sexenio, se protagonizó un pleito entre el titular de Sectur, Miguel Torruco, y su subsecretario, Santiago Levy.
El encono se advirtió desde la salida de Levy, pues este anunció su renuncia en tuit difundido a la 1:26 del 12 de abril de 2019, y exactamente 20 minutos después, a la 1:46, Sectur difundió una foto en el que daba posesión en el cargo “vacante” a un sorprendido Alejandro Aguilera Gómez.
Pero la inquina no acabaría ahí. Ya en 2020, en la plataforma de Twitter, Levy llamó “corrupto” y “florero” al titular de Sectur, y reveló la causa de su salida: “Miguel Torruco me prohibió meterme con los hoteleros, por las playas privadas, y me obligó a callarme de manera ilegal, le renuncié de inmediato”.
Otro funcionaria de alto nivel de la gestión obradorista que salió confrontada fue Asa Cristina Laurell, subsecretaria de integración y Desarrollo de la Secretaría de Salud, en junio de 2019. La exfuncionaria explicó que renunciaba porque querían desaparecer el área bajo su responsabilidad y por serias diferencias con el titular del sector, Jorge Alcocer Varela; con el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, y con el “antropólogo inexperto” Juan Ferrer, titular del Instituto para el Bienestar (INSABI).
Por su parte, Patricia Bugarín había renunciado en mayo a la subsecretaría de Seguridad “por motivos de salud”. Pero en realidad, según trascendió en medios, dejó el cargo por desacuerdos con el entonces titular del sector, Alfonso Durazo, y por su frustración ante la política de la administración frente al crimen.
Y en fin, han querellado muchos más: Alejandro Rojas Díaz-Durán contra Delgado por proceso de selección de candidatos que considera fraudulentos; Azael Santiago Chepi contra Tania Cruz por la presidencia de la Comisión de Educación en la Cámara de Diputados; Hernán Gómez contra Gibrán Ramírez, por hacer proselitismo a favor de Ricardo Monreal con recursos del Senado… Etcétera.
Al parecer, el único amor que ha pasado las pruebas del poder en el ámbito obradorista, es el de Carolyn Adams y José Ramón López Beltrán, los de la mansión en Houston.
@estedavid