EMEEQUIS.– Detrás de la “operación unidad” escenificada el fin de semana en el Senado, con el líder de la bancada morenista, Ricardo Monreal, y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, como protagonistas principales, se desarrolló un “entendimiento” previo no apto para las audiencias ajenas a los íntimos arreglos del poder.
La trama habría tenido como preludio acciones en dos pistas: la operación de Gobernación para disciplinar a senadores que andaban alborotados con Monreal, y una serie de telefonemas y mensajes de Whatsapp entre el zacatecano y el secretario, que culminaron con una encerrona de ambos personajes, la cual se verificó en la semana de preparativos de la plenaria del sábado 29.
Desde la noche del viernes 28 corrió la versión, en algunos chats parlamentarios, de que Monreal había recibido un contundente mensaje procedente de Palacio Nacional.
El mensaje habría sido transmitido sin demasiadas florituras, en el estilo impasible del secretario de Gobernación. Y habría consistido en advertir al líder de Morena en el Senado que las “conspiraciones” contra un destacado gobernador del obradorismo, como lo es Cuitláhuac García, mandatario de Veracruz, era dañino para “el movimiento”, pero sobre todo para el mismo Monreal.
Que una cosa es jugar al demócrata y otra muy distinta querer derrocar a uno de los gobernadores más estimados por el señor presidente.
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Y en resumidas cuentas –habría planteado el abogado Hernández López, palabras más, palabras menos–, Monreal cuenta ya con su califato zacatecano, el cual no está precisamente escriturado, y en donde hay que evitar que resurjan expedientes que no han sido cómodos para su familia.
Por cierto que al senador también le recordaron que cuando se hizo candidato a su hermano David, seleccionado por el mismo método que hoy impugna para la nominación de candidato presidencial, el de las encuestas, no le dio al senador por democratizar al partido.
En conclusión, el mensaje habría sido que al “califato mayor” hay que dejarlo en paz a reserva de estar dispuesto a pagar las consecuencias, dentro o fuera de Morena.
ALIADOS LASTIMADOS
El episodio habría dejado fisuras entre Ricardo Monreal Ávila y Dante Delgado Rannauro, líder de la franquicia emecista, que se había sumado sin cortapisas a Monreal en la lucha contra el gobernador morenista de Veracruz.
Ambos asumieron la defensa del secretario técnico de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara Alta, José Manuel del Río Virgen, imputado de homicidio por la oficiosa Fiscalía de Cuitláhuac García en Veracruz, y presumiblemente apresado con procedimientos irregulares.
Del Río es además un “emecista distinguido” y cercano a Dante Delgado. La guerra emprendida por Monreal y Rannauro los llevó a crear con toda enjundia la Comisión Veracruz, para contener el odio jarocho de Cuitláhuac García, quien mandó modificar el Código Penal de sus entidad para endurecer el delito de “ultrajes a la autoridad”, del que se ha valido para apresar a políticos, periodistas y activistas opositores a sus gestión.
La “ley vendetta” de Cuitláhuac entró en crisis al toparse con Del Río Virgen, apresado como respuesta a la defensa legal que asumió Monreal de personas que han caído en prisión en Veracruz bajo ese mañoso ordenamiento.
Todo indicaba que García Jiménez sería desaforado, pues los 30 morenistas afines a Monreal más los senadores opositores reunían los números suficientes para desaparecer los poderes en Veracruz.
Pero todo comenzó a desmoronarse el miércoles 26, cuando Dante Delagado renunció a la presidencia de la Comisión Veracruz, y en el mensaje en el que dio a conocer su dimisión dio muestras de estar bien informado, pues dijo: “Ni el presidente, ni su mayoría han entendido que México estaba antes y estará después de ellos, no importa que por ahora controlen las instituciones y abusen de la confianza de la gente, porque se acerca el momento que tendrán que rendir cuentas”.
Y señaló más culpables: “Un grupo de senadores de Morena ha decidido traicionar su juramento constitucional de defender el estado de derecho (…) Prefieren proteger a un gobernador autoritario”.
También informó que habían documentado “84 casos de violaciones por el abuso de poder por parte del gobierno de Veracruz, y el uso faccioso de las instituciones”.
No obstante, al día siguiente la Jucopo definió la desaparición de la Comisión, y el viernes Monreal envió un mensaje vía Whatsapp a los 60 senadores morenistas, en el que explicaba que se había disuelto la Comisión Veracruz, pues, dijo, “un importante grupo de senadores no me acompañó” en ese propósito.
Anunció también lo que había conseguido a cambio: el amparo para la suspensión definitiva de la vinculación a proceso de Del Río Virgen que, no obstante, seguirá en prisión, “aunque es un claro indicio” de que conseguirá su libertad.
Rannauro y Monreal dijeron que seguirán luchando de manera personal por la libertad de Del Río Virgen. Después, Monreal vendió el fracaso como una victoria de la “unidad morenista”.
Al parecer, la relación entre ambos líderes senatoriales quedó “mosqueada”.
COMPLICADO CAMINO A LA BOLETA
La situación complica las pretensiones de Ricardo Monreal de ser candidato presidencial, si no por Morena, bajo las siglas de otro u otros partidos. En julio, septiembre y diciembre de 2021, Monreal aseguró que aparecería en la boleta de 2024.
Su apuesta principal era MC. Pero, además de los resabios que deja el caso Veracruz, los recientes bandazos de Monreal que un día se dice en rebeldía y al otro declara su lealtad eterna a AMLO han propiciado desconcierto hasta entre sus más adictos seguidores.
El zacatecano parece oscilar entre elegir el papel de “candidato antisistémico” pero no termina de renunciar a jugar en la baraja de López Obrador.
Quizá por ello en el partido naranja se va consolidando la idea de postular a Luis Donaldo Colosio Riojas, alcalde de Monterrey, o al gobernador de Nuevo León, Samuel García, para la presidencial de 2024.
Y, si bien, postulaciones como la de Roberto Palazuelos en Quintana Roo restan credibilidad a las posturas “progresistas” de MC, los naranjas andan engallados ante los cortejos de los aliancistas (PRI-PAN-PRD). Estos han enviado mensajes de que apoyarían incluso una postulación de Samuel o de Colosio si MC acepta sumarse a la alianza opositora.
Desde luego, no son buenas noticias para Monreal, que se veía como candidato de MC en eventual alianza con el PT, y hasta acariciaba la idea de abanderar a todos los opositores. Y encima, en medio de esas cavilaciones, se vino el manotazo de Adán Augusto.
Sea como sea, lo cierto es que en el grupo parlamentario de Morena ya se dio la orden de que al próximo chistosito que se refiera al secretario de Gobernación como “Adusto Ruiz Cortines” va a ser despedido de la bancada, y si es legislador, se las verá directamente con el coordinador Monreal.
@emeequis