El INE que encabeza Lorenzo Córdova decidió hacer ajustes a su estructura interna en busca de fortalecerse ante la próxima batalla por su sobrevivencia política. ¿O será que siente el agua hasta el cuello?
Luego de que el presidente Andres Manuel López Obrador y su partido Morena, desde el Legislativo, han enviado claros mensajes de la necesidad de una transformación en este instituto, el Consejo General del INE ya se prepara para designar el próximo lunes a nuevos funcionarios en áreas clave para mejorar su desempeño.
Recuérdese que a pesar de las peticiones de austeridad realizadas por AMLO, los consejeros del INE que se ampararon siguen teniendo altos salarios y son campeones nacionales en aguinaldos y prestaciones. A la par, continúan las constantes quejas por los recortes presupuestales: para 2020 les propinaron un descuento de mil millones de pesos, lo que causó airadas protestas porque no podrán renovar computadoras ni modernizar los módulos de atención.
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El enfrentamiento también puede verse en el Congreso, donde un grupo de legisladores de Morena proponen acortar y hacer rotativo el periodo del consejero presidente del INE, lo cual dejaría a Córdova fuera de la jugada a partir del próximo año.
La maniobra que comanda Lorenzo Córdova junto con su más cercano consejero, Ciro Murayama, consiste en analizar la posibilidad de nombrar un nuevo secretario ejecutivo o incluso de maniobrar para alargar el periodo de su también aliado, Edmundo Jacobo Molina, quien fue designado para un lapso que concluiría el próximo mes de abril, cuando también se irán 4 consejeros de la “herradura” que decide en el INE: Benito Nacif, Marco Antonio Baños, Enrique Andrade y Pamela San Martín.
¿RELEVO O AMPLIACIÓN?
El relevo o ampliación de periodo del segundo hombre con más peso operativo en el INE es una jugada que pretende adelantarse a lo que Córdova ha llamado la intención de Morena de “adueñarse” del instituto.
Jacobo Molina ha acumulado ya 11 años como secretario ejecutivo. Inició en julio de 2008 con Leonardo Valdés. En 2014 intentó ascender a consejero electoral y, al no conseguirlo, Lorenzo Córdova lo propuso como secretario ejecutivo para un periodo que debería concluir en abril del 2020. Lo que hoy se analiza es la posibilidad de dar un albazo que garantice la permanencia de Jacobo Molina en sus funciones ejecutivas hasta la próxima elección presidencial, 2024.
De lograrse este objetivo, Edmundo Jacobo lograría llegar a su tercera elección presidencial consecutiva, prolongando el empoderamiento del grupo que se identifica con el expresidente fundador del IFE, José Woldenberg, quien hoy goza de prestigio pero no de las simpatías de la 4T.
La otra opción es nombrar antes de que lleguen los nuevos o nuevas consejeros, a algún delegado (vocal ejecutivo) afín a Córdova al frente de la Secretaría Ejecutiva.
El movimiento para adelantar los tiempos de reelección del actual secretario ejecutivo aún no es decision tomada, las próximas horas serán definitivas para esta decisión. Cabe destacar que para la designación de este cargo se requiere mayoría calificada de votos. Es decir, el aval de al menos 8 de los 11 consejeros electorales.
OTRAS NUEVAS CARAS
El lunes, el Consejo General del INE realizará su última sesión de este año. Como parte de la estrategia para “defender al INE” se propondrán ajustes, por ejemplo, en la Unidad de Fiscalización, esa que determinó un manejo irregular de recursos provenientes del Fideicomiso “Por los demás”, un mecanismo que Morena creó para ayudar a los damnificados por los sismos de septiembre de 2017 y que llevó a imponer una multa de 197 millones de pesos que, luego de ser impugnada ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), fue declarada infundada.
Esta Unidad de Fiscalización ha sido manejada por el consejero Murayama, quien todo indica perfila a Georgina Arias para hacerse cargo de su conducción. Ella fue administradora central de fiscalización a grupos centrales del SAT en 2017. La Unidad de Fiscalización del INE lleva acéfala un año, con un encargado temporal, Carlos Morales Domínguez.
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Un ajuste más en el INE será en la Dirección Ejecutiva de Organización Electoral, que en diciembre del año pasado dejó el profesor Miguel Ángel Solís. Carmen Colín se ha venido haciendo cargo, pero ahora se propone a Sergio Bernal para dirigir el área, quien actualmente es Vocal Ejecutivo del Instituto en Nuevo León.
Otra área importante que será relevada en su dirección será la del Servicio Profesional Electoral. Esta área ha sido por años dominada por el consejero saliente Marco Antonio Baños, quien durante 20 años ha penetrado en su estructura conociendo prácticamente de manera personal a todos sus integrantes en el país.
A esta dirección renunció apenas hace unos días Rafael Martínez Puón, y para relevarlo, aún hay estira y afloja entre los consejeros. Algunos ven natural que sea algún delegado del INE en alguna entidad, otros ven la oportunidad de repetir con alguien externo. Sea cual sea la definición, el grupo de Córdova negociará con Baños, como siempre ha sido en esta materia.
Este 2020 será un año definitivo para el INE. Hoy sigue siendo prioridad para Morena una reforma a las funciones del árbitro electoral y los partidos políticos, que por años han despilfarrado dinero público, cosa que no se puede negar.
Córdova y varios consejeros electorales, en tanto, afinan en estas horas la jugada que anunciarán el próximo lunes, en lo que consideran una acción clave para “defender al INE”.
@emeequis