EMEEQUIS.– El Acueducto III, un proyecto de infraestructura hidráulica propuesto por el gobierno estatal de Querétaro, generó una oposición social en Hidalgo, debido a que el agua con el que se pretende el abastecimiento sería extraído de la Presa Zimapán, que se localiza en la zona limítrofe entre ambas entidades, pero en territorio hidalguense.
La reacción de ambas administraciones no ha sido conciliatoria ni dado certeza a sus ciudadanos; por el contrario, ha avivado la inconformidad.
En el caso de Querétaro, se busca solucionar la demanda actual de su zona metropolitana, que recibe agua potable a través del Acueducto II, cuya concesión terminará en los próximos años, por lo que con el nuevo proyecto buscan garantizar el suministro por los próximos 50 años.
En Hidalgo, en tanto, el reclamo al gobierno local es que el agua llegue a las comunidades marginadas de Zimapán y los municipios aledaños, que enfrentan escasez hídrica. La exigencia, además, es que se priorice el rezago y la marginalidad histórica, y el líquido que se encuentra en el territorio beneficie primero a los hidalguenses, antes que a otra entidad.
Las posturas de los gobernantes no han apaciguado el ánimo social; al contrario. La última, del panista Mauricio Kuri, avivó la inconformidad en la entidad vecina, al declarar: “el agua no es de Hidalgo, es de todos”. Además de atizar: “No se vale que el agua que se desperdicia no sea utilizada”, con la referencia indirecta a un supuesto desperdicio, cuando la región de la que pretenden extraer el agua vive en condiciones sociales de precariedad.
De igual forma, el reclamo de Kuri de que los hidalguenses construyan “su propio acueducto” acrecentó la inconformidad social entre los pobladores, que reclaman que la falta de infraestructura en algunas comunidades de Zimapán, que no permite suficiencia de agua, también es corresponsabilidad de gobiernos locales, que en las últimas administraciones han sido del mismo signo político de Mauricio Kuri.
El gobernador queretano también añadió que “Conagua, Segob y el presidente Andrés Manuel López Obrador nos apoyan”, lo que creó nuevos frentes en la inconformidad, dado que la actual administración hidalguense, que tomó posesión en septiembre de 2022, emana del partido fundado por López Obrador.
LA POSTURA DE MENCHACA
Julio Menchaca Salazar, quien llegó al cargo de jefe del Ejecutivo de Hidalgo por Morena, declaró que defenderán el agua; asimismo, coincidió en la idea de que debe ser de beneficio a los pobladores del lugar donde se encuentran los yacimientos. Aunque ha matizado sus posturas y confiado en la “sensibilidad” de su homólogo de Querétaro para entender la situación.
El mandatario hidalguense señaló que si bien el agua es propiedad de la nación, se apoya a los pobladores. “Estamos en el respaldo a los habitantes de esa zona, que están viendo cómo se va para otro estado y a ellos les falta el vital líquido”.
Con base en el proyecto planteado al gobierno federal, el Acueducto III extraería 6 mil litros de agua por segundo de los manantiales del río Moctezuma, situados cuatro kilómetros por debajo del cañón del infiernillo, el embalse de agua más importante del centro del país, situado en Zimapán.
A esta confrontación por el agua, la atesora un cambio de roles políticos, pues mientras Kuri afirma que tiene el respaldo del presidente López Obrador y, por ende, de la administración federal y el movimiento político que lo enarbola, en Hidalgo el Partido Acción Nacional (PAN) respaldó la “defensa del agua” en territorio local, aunque el gobierno queretano es panista y el hidalguense morenista. De facto, entonces, unido con el mandatario estatal si ambos verdaderamente defienden este bien natural.
El PAN, no obstante, aprovechó para reclamar la escasez de agua en zonas de Hidalgo como la de Zimapán, con municipios afectados como Tasquillo, y el área metropolitana de Pachuca, lo cual ha generado bloqueos y manifestaciones sociales por casos en los que el agua no ha caído en meses a las colonias. Reclamó, también, que de Hidalgo se extrae agua para el Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA), proyecto del presidente López Obrador, mientras las zonas populares de la metrópoli estatal se quedan sin líquido.
En su posicionamiento, de índole, al parecer, netamente político antes que social, reclamó y cuestionó al gobierno entrante, pero sin referir responsabilidad del PRI, que había gobernado por más de 90 años la entidad, hasta la alternancia en septiembre de 2022, y que ahora es su aliado político.
Mientras las manifestaciones sociales continúan, como la toma de instalaciones del Acueducto III el pasado 6 de marzo, cuando habitantes de Ixmiquilpan cerraron las válvulas para evitar que el líquido de ahí sacado llegue a Querétaro, y la población afirma que no permitirá que se extraiga el agua, en este contrasentido político se comienzan a formar alianzas entre otrora opositores, como PAN y Morena a favor del proyecto en Querétaro, y Morena y PAN por que el agua se quede en su territorio y beneficie a los pobladores, en Hidalgo.
El Acueducto II que actualmente abastece al 40% de la zona metropolitana de Querétaro fue inaugurado en el sexenio del presidente Felipe Calderón Hinojosa y extrae mil 500 litros por segundo del Cañón del Infiernillo.
En ese entonces, el gobierno federal comprometió, a cambio de la extracción del agua para dotar a Querétaro, una red hídrica para que el líquido llegara a las comunidad alrededor del acueducto, lo cual no sucedió, porque permanece la carestía.
@emeequis
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