La telenovela política protagonizada por Yeidckol Polevnsky, Mario Delgado, Bertha Luján y Alejandro Rojas Díaz Durán ya parece un juego de las sillas.
Mientras hay quien quiere hacerse la desentendida con el informe de Fundar respecto a los beneficiados de los “privilegios fiscales”, otros utilizan esa información para golpear a una de los oponentes.
La lista, que provocó que todo mundo le echara la culpa a su contador, movió las variables en torno a la renovación de la dirigencia de Morena, que está próxima a realizarse.
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La primera que bajó sus bonos casi a cero fue Yeidckol Polevnsky, pues los 16 millones de pesos que le perdonó el Servicio de Administración Tributaria (SAT) en 2013, durante la administración de Enrique Peña Nieto, abollaron sus intenciones de reelegirse, lo que fue recibido con una sonrisa maliciosa en algunos rincones de Palacio Nacional y las Cámaras legislativas.
Polevnsky reaccionó con la propuesta de posponer los comicios internos hasta 2020, argumentando irregularidades en el patrón de militantes, pero no fue bien recibida entre las bases.
Mientras, el coordinador de los diputados de Morena, Mario Delgado, hace como que no escucha los apoyos a su persona para ocupar ese puesto, de vital importancia para la 4T, por las elecciones intermedias de 2021 y la consulta de revocación de mandato que todavía no tiene fecha.
Delgado sigue aceptando las palmadas en la espalda, en ese interés por dirigir al partido en el poder: sabe que, si no resulta favorecido, buscará el momento indicado para bajarse de la contienda, pues todos esos apoyos le servirán a la larga.
Por lo pronto, el candidato de la mayoría de los legisladores de Morena es Mario Delgado, y algunos insisten en que sigue contando con el apoyo de AMLO, la venia de Ricardo Monreal y el firme empujón de Marcelo Ebrard, pero…
…pero en la política siempre hay peros: otras señales provenientes desde el entorno de López Obrador apuntan hacia Bertha Luján, quien contaría con el apoyo de una parte del gabinete –las mujeres, principalmente– y con el respaldo de las bases del partido.
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Para muchos integrantes de Morena es indispensable contar con un dirigente, no sólo un empleado que busque complacer al líder. Por ello recuerdan que poco o nada ha servido tener como dirigente a Yeidckol Polevnsky al frente del partido, quien ha generado problemas de armonía al interior de Morena. Y ahora, después del informe de Fundar, los militantes afirman que ha quedado claro que no cuenta con el apoyo de López Obrador, quien no la ha defendido como a otros personajes de su equipo involucrados en escándalos.
Los morenistas aseguran que al presidente López Obrador ya se le acabó la paciencia con los problemas internos de Morena. Aunque siempre se ha cuidado de mantener cierta “sana distancia”, no esconde su pertenencia. En agosto pasado, señaló:
“Yo, si el partido que ayudé a fundar, Morena, se echara a perder, no sólo renunciaría a él, sino que me gustaría le cambiarán de nombre, que ya no usaran ese nombre”.
Mario Delgado sabe de sutilezas, pues este miércoles dijo: “Nadie se puede dejar llevar por el canto de las sirenas”. Y agregó que ante la debilidad del partido es necesario un acuerdo político.
En su cuenta de Twitter puso un “pliego petitorio” para la renovación de la dirigencia: “Transparencia y democracia. Un padrón sin simulación. Que no se excluya a nadie. Debates públicos. Atender la recomendación del presidente de usar la encuesta. Conducirse con responsabilidad. Que cuidemos a Morena”.
El exceso de exijencias es interpretado por algunos morenistas como una posible puerta de salida para, llegado el momento, declinar perseguir la dirigencia del partido.
Además de Luján y Delgado, aún está “vivo” en la contienda Alejandro Rojas Díaz Durán, quien, nos cuentan, mira de lejitos y hace sus cálculos, pues, ante el desgaste de la confrontación, su nombre podriá surgir en el momento justo, quizá no para la dirigencia, pero sí para un puesto de importancia.
Esta situación hará infelices a algunos que esperaban escalar a la coordinación del grupo parlamentario, como Dolores Padierna y Alfonso Ramírez Cuéllar. Al final, el gran elector de Morena (YSQ) tiene la decisión.
@emeequis