Reforma Judicial al vapor no causó gracia en el cuartel general de Sheinbaum. Foto: Cuartoscuro.com.
EMEEQUIS.– Aunque los jerarcas parlamentarios de Morena siguen festejando la aprobación de la Reforma Judicial, tan pronto como la próxima semana tendrán que ir haciendo severos ajustes a sus expectativas.
Y es que en la casa de transición de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, no causó ninguna gracia el acelere de Ricardo Monreal y de Adán Augusto López para procesar a todo vapor las modificaciones constitucionales señaladas, totalmente alineados con la voluntad del presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador.
Como si no estuviera a punto de arrancar una nueva etapa y un nuevo gobierno en la vida política del país.
Según versiones que escaparon del primer círculo de la casa de transición, Sheinbaum dejó entrever que habrá medidas drásticas para aquellos que se creyeron que el país está como para maximatos y para aguantar cacicazgos que pretendan imponerse a la nueva voluntad presidencial.
Cuentan que tampoco Arturo Zaldívar debería estar tan tranquilo por su cercanía con los Monreal.
LOS MONREAL PRIMERO
En el equipo de la próxima mandataria la sospecha surgió fue generalizada contra las premuras del coordinador morenista en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, y del líder de la misma fracción en el Senado, Adán Augusto; pero también hubo descalificaciones al nuevo morenista, Gerardo Fernández Noroña.
El caso es que el equipo apoyó a Sheinbaum en su decisión de revisar los liderazgos de las cámaras del Congreso de la Unión, si bien habrá que comenzar por hacer cirugía a la Reforma Judicial en las leyes secundarias, para arreglar hasta donde sea posible los disparates de la enmienda constitucional.
Pero enseguida deberá meterse en cintura al envalentonado Ricardo Monreal que, no contento con su cacicazgo en Zacatecas, pretende hacer de San Lázaro otro coto de dominio personal.
De modo que será llamado a cuentas y se pondrán sobre la mesa todos los expedientes que acumula su clan y todos los límites que deberá respetar para tener asegurada la tranquilidad en el segundo mandato de Morena.
Eso, por si se le ocurre enredarse en la bandera de la disidencia redentora y hacer su “corriente democrática”, pues habrá que recordarle que ya no es 1997, que su capital político está muy mermado, el económico en cambio muy sobrado, y ya hay varios “muertitos” en su clóset.
CELEBRANDO LA BATEADA A “CATY”
Y es que, de por sí, el patriarca de la poderosa familia zacatecana nunca ha sido bien visto en el círculo de Sheinbaum. De hecho, los empeños del clan Monreal en voltear la elección de la opositora Alessandra Rojo de la Vega en la Alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de México, para imponer a su hija, Catalina Monreal, llamada “Caty”, no le procuraron puntos en el staff de la presidenta electa.
Era demasiado claro el rechazo a Catalina, muy contundente la ratificación del triunfo de Alessandra en dos instancias, y grosera la necedad de los monrealistas y de la hija de Ricardo para quedarse en la Cuauhtémoc como lo han hecho en Fresnillo.
Por eso es que el grupo Sheinbaum envió la señal de que no metería las manos en ese asunto, y al cabo celebró el revés definitivo que asestó el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación a Catalina Monreal y a su padre, con la ratificación definitiva de Rojo de la Vega.
Y lo mismo ocurrió con la ratificación del triunfo del candidato opositor en la capital zacatecana, donde fue avalado el triunfo del panista Miguel Varela, por la que se vio frustrada la apuesta monrealista de continuidad que encarnaba Jorge Miranda, a pesar de los intensos cabildeos de don Ricardo.
Así que pronto habrá sorpresas, ajustes, y tal vez uno que otro descalabro. Ya llegará su turno a Noroña y Augusto, pero primero, los Monreal.
@emeequis