EMEEQUIS.– El área de inteligencia criminal del gobierno mexicano ya tenía un indicio de que la vida del secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, estaba en peligro.
Días antes del atentado que el jefe de la policía capitalina sufrió este viernes a las 06:38 de la mañana en Lomas de Chapultepec, el gobierno había detectado la incursión de una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación a la alcaldía Gustavo A. Madero.
Ese grupo anunció que viajaba desde el Pacífico mexicano hasta la capital mexicana con una doble misión: apoderarse de los bastiones que tiene La Unión Tepito y atentar contra cuatro funcionarios públicos de alto nivel.
Fuentes en el gabinete de seguridad confirmaron a EMEEQUIS que en esa lista negra estaban los nombres de Omar García Harfuch; el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, Santiago Nieto; el general en retiro Audomaro Martínez, Director General del Centro de Inteligencia Nacional (CNI); y el canciller del país, Marcelo Ebrard.
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Hasta hoy se creía que esa amenaza a la vida de los cuatro servidores públicos era como muchas otras que aparecen en narcomantas o comunicaciones interceptadas: casi siempre es mucho ruido con pocas nueces. Al igual que las amenazas que le llegan al presidente Andrés Manuel López Obrador, se estudian y se hace un análisis de riesgo, que por lo general concluye que se tratan de mínimas posibilidades.
Pero la emboscada de esta mañana contra uno de los cuatro mencionados en la lista del Cártel Jalisco Nueva Generación –y la posterior confirmación por parte del secretario Omar García Harfuch que los atacantes sí fueron los pistoleros de “El Mencho”– ha provocado una sacudida en el gobierno mexicano, especialmente por el uso de armamento de alto poder, como las Barrett calibre 50, capaces de atravesar los blindajes más pesados.
En la Secretaría de Relaciones Exteriores, las medidas de seguridad ya fueron elevadas automáticamente, bajo la hipótesis de que hay que prepararse para lo peor esperando lo mejor. Y la protección alrededor del canciller Marcelo Ebrard fue reforzada en caso de un atentado en su contra.
No solamente se trata de conjurar una siguiente embestida del Cártel Jalisco Nueva Generación, sino que se trata de proteger al “número dos” en el gobierno mexicano que viajará próximamente a Washington para el encuentro entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el mandatario estadounidense Donald Trump.
Mientras el gobierno mexicano se pone en guardia y prepara la ofensiva, fuentes de seguridad de alto nivel aseguran que este ataque ha cimbrado tanto a la Cuarta Transformación que incluso podría cambiar la estrategia de “abrazos, no balazos”.
@emeequis