EMEEQUIS.– Previo a la multitudinaria convocatoria del presidente en el Zócalo de la Ciudad de México para enumerar sus logros, las voces de dos personajes cercanos alertaban sobre falta de claridad en políticas y prácticas antidemocráticas
Como en los “mejores tiempos” dijo sentirse el miércoles Andrés Manuel López Obrador tras lograr un lleno total en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México. Aunque desde el templete, se dio un baño de pueblo, como luego dicen, para recordar las múltiples veces que convocó antes.
Agradecido con la multitud por acudir a celebrar sus tres años de gobierno, fervientemente convencido de que México cambia para bien y que es gracias a la Cuarta Transformación, cual si fuera recitación el presidente enumeró los logros de su administración.
Eso fue en el Zócalo… pero siempre hay negritos en el arroz. El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano reapareció en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, junto con el expresidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, y Carmen Aristegui, en estos días blanco de críticas desde el púlpito presidencial.
El exgobernador de Michoacán y exalcalde de la Ciudad de México afirmó ahí que en la administración de López Obrador no hay claridad de planes en materia económica, social e internacional, así como en la lucha contra la violencia y la corrupción.
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Agregó que actualmente no hay paz interna en el país, pues se sabe de grupos organizados que han ganado poder en algunos estados.
“En el aspecto económico, no hemos logrado revertir esta tendencia que traíamos de casi cuatro décadas, tenemos un crecimiento económico muy bajo (…) todavía estaríamos por debajo de objetivos que habíamos alcanzado en años anteriores”. Es decir, no solo no se avanzó, sino que hubo retrocesos.
El político, cuyo hijo Lázaro Cárdenas Batel es, por cierto, asesor de López Obrador, expresó que existe un alto índice de desempleo y cuestionó la política de subsidiar “carencias de distintos sectores de la población”; mencionó, además, que faltan propuestas, “empezando por el gobierno”, así como también de la oposición.
“Me preocupa que no haya propuestas de los partidos políticos, tenemos una vida política centrada en la confrontación. La oposición es todo contra el presidente”, y viceversa, sin buscar el diálogo.
La última vez que AMLO y Cárdenas tuvieron una reunión fue en septiembre pasado, cuando se vieron en Hermosillo, Sonora, para atestiguar la petición de perdón por agravios a los pueblos originarios, en específico la tribu Yaqui.
La reunión anterior fue el 3 de julio de 2018, fecha en que López Obrador era el virtual ganador de la presidencia de la República. Después hubo un alejamiento inexplicable entre ambos.
En 2019, Cárdenas afirmó que no veía ningún político de izquierda en la actualidad, y esperaba que el actual sexenio no fuera otro perdido para México.
López Obrador simplemente evitó responder, y expresó: “no estoy para polémica y respeto mucho al ingeniero”.
Carlos Slim durante su participación en el foro de España. Foto: Captura de video.
MENSAJE DESDE ESPAÑA
Un día antes de la celebración masiva del presidente en el Zócalo, Carlos Slim participó en una mesa redonda en el seno de la XXVI Reunión Plenaria de la Fundación Círculo de Montevideo, celebrada en el Edificio Fontán de la Cidade da Cultura, en Santiago de Compostela, España.
Ahí, alertó de los peligros de las democracias donde los mandatarios “quieren reelegirse indefinidamente”.
Además, mencionó también el “riesgo” de “eliminar la división de poderes”.
“El Legislativo normalmente está ligado al Ejecutivo”, reflexionó Slim, por lo que la amenaza está en “buscar controlar el poder Judicial”, una de las instituciones “fundamentales” de la democracia y la libertad.
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Como es costumbre, el empresario mexicano cuidó de generalizar en lugar de ser específico al hablar de los temas en cuestión.
En las últimas semanas, las acusaciones contra el presidente López Obrador tienden en el sentido que evoca Slim, la captura del Poder Legislativo, al utilizar su mayoría avasallar e imponer sus reformas y designaciones, la más reciente en el Banco de México, un organismo cuya autonomía los mercados ven en riesgo.
Además, el intento de control sobre el Poder Judicial, primero con la intención de alargar el periodo del ministro presidente Arturo Zaldívar, y con la llegada de la ministra Loretta Ortiz a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
A tres años de gobierno, López Obrador se puede dar el lujo de convocar a cientos de miles en el Zócalo de la CDMX y celebrar con autocomplacencia, pero está claro que los negritos en el arroz siempre están ahí para amargar la fiesta.
@emeequis