EMEEQUIS. En medio de imágenes de hospitales saturados y personas conectadas a tanques de oxígeno, la pandemia también dejó heridas en los esfuerzos para proteger la fauna mexicana. Uno de los lugares afectados fue el aviario El Nido, ubicado en Ixtapaluca, Estado de México, y que es considerado el más grande de América Latina.
Este predio de 80 mil metros cuadrados recreó varios ecosistemas para albergar a cerca de mil 300 aves y otras especies, tales como el cerdo vietnmita, el jaguar y el capibara. Sin embargo, pese a los esfuerzos de los administradores y trabajadores, habrían muerto alrededor de 50 ejemplares en el transcurso de la pandemia por problemas en el suministro de alimento, la socialización a la que estaban acostumbrados los animales y la falta de manos para dar pleno mantenimiento al aviario.
El parque El Nido fue fundado en 1960 por el médico veterinario zootecnista Jesús Estudillo López, a quien se le reconoce, entre otras cosas, por ser el primero en tener éxito con la reproducción del quetzal en cautiverio.
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Esta organización, registrada como VIDA SILVESTRE JESÚS ESTUDILLO LÓPEZ A.C., tuvo que cerrar debido a las restricciones sanitarias ordenadas por el Gobierno Federal. En abril de 2020, recibió la orden de cerrar definitivamente sus puertas, por lo que sus fondos fueron cortados de tajo, ya que el parque se sostenía con el dinero de las visitas.
A partir de ese punto, el aviario entró en una lucha por conseguir donativos para sustentar las necesidades de las especies a su cargo, incluyendo algunas en peligro de extinción, como quetzales, pavones cornudos, águilas reales, águilas elegantes, guacamayas serranas y águilas arpías.
Martín (seudónimo), ex trabajador del aviario y que vivió los momentos más críticos de la emergencia sanitaria, explica en entrevista para EMEEQUIS que “estuvimos pidiendo donaciones” tanto económicas como en alimento, pero “muchas veces faltaba bastante alimento”.
Cuenta que se llegó a recurrir a instituciones privadas, como Radio Fórmula: “Llegaron a donar diferentes alimentos”. Sin embargo, “se tenía que presionar de cierta manera a la gente” para realizar donaciones.
Pese a los esfuerzos “los animales perdieron peso, se perdieron especies”. Señala que murieron principalmente “guacamayas”, algunas porque estaban acostumbradas a convivir con los visitantes.
Habrían muerto también tucanes y águilas. “Era la falta de alimento” y el encierro. Los ingresos a cuenta gotas limitaron el cuidado, sobre todo por la magnitud de las necesidades de limpieza del lugar. En cuanto a la visita de autoridades de la SEMARNAT en la pandemia para la revisión de ejemplares, Martín explica que “entendía la situación. (Las autoridades de El Nido) les mostraban los papeles, pero no pasaban a ver a los animales”.
En total, habrían muerto cerca de 50 ejemplares durante los más de dos años de pandemia. No obstante, recalca que ninguna persona dentro del aviario incurrió en comportamientos negligentes: “Se hizo todo lo posible por salvar a las especies”.
Ante esta emergencia, los directivos del aviario recurrieron al gobierno municipal de Ixtapaluca, antes gobernado por Maricela Serrano, priísta y antorchista, y ahora al mando del morenista Felipe Arvizu. Martín dice que no se recibió apoyo del gobierno tricolor y que nunca supo si Arvizu atendió el llamado, en una crisis que continuó aún levantadas las restricciones tras la pandemia por COVID-19.
SEGUNDO GOLPE, DE PROFEPA
El Nido sufrió otro golpe después de que se empezaron a relajar las normas sanitarias y la gente pudo volver a pagar su entrada para ayudar a las aves. El 22 de septiembre de 2022, la PROFEPA clausuró el lugar bajo la carpeta PFPA/39.3/2.C.27.3/00175-22. Según un documento parcial y testado compartido por el propio aviario, se procedió a “levantar acta de depósito administrativo, para identificar los bienes objeto de aseguramiento, así como su debida descripción”.
Al consultar al abogado Juan Carlos Harris, este especificó que “No dice el motivo de clausura, solamente se dice que se llevó a cabo un inventario de las aves, el número de expediente y los inspectores que fueron a clausurar, de dónde procede su facultad legal, pero el motivo no están diciendo cuál es”.
Adjunto a la portada de este documento, se compartió la lista de revisión de la PROFEPA donde se especifican varios ejemplares “en aparente buen estado físico”. Esta lista incluye pavas, loros, patos, guacamayas, grullas y amazonas.
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En una entrevista con canal 6 (emisora local del municipio de Ixtapaluca), el 27 de septiembre, el actual director general del aviario, Francisco Remolina, descartó que los animales estuvieran en malas condiciones. Sin embargo, aclaró que la autoridad “tiene una buena razón” para haber clausurado el aviario.
“Tenemos algunos faltantes de documentos que la anterior administración, que terminó en 2018, no nos entregó; por ejemplo, el registro original de la UMA (Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre de la Semarnat) y los planes de manejo”.
“Y calificado en el propio documento de la Profepa, encontraron a todos los animales en buen estado físico”.
“A partir de que ya no se abre esa puerta, no tenemos dinero para alimentar a los animales”. Remolina argumentó que “hay gente que nos quiere perjudicar, diciendo que nosotros somos muy malvados con los animales, como decían en las redes sociales, y no es la realidad”.
El director no mencionó si se ha recibido algún apoyo gubernamental para el cuidado de las aves mientras se mantiene la clausura. EMEEQUIS contactó a la Profepa para tener más detalles sobre este procedimiento o si hay un plan para ayudar a las especies durante la clausura, pero al cierre de este reportaje, no se obtuvo respuesta. No obstante, la oficina de comunicación de la dependencia aclaró que respecto a los expedientes puede haber “acceso limitado”.
Asimismo, se tuvo contacto con la administración de El Nido, pero no se obtuvo información sobre las actuales condiciones del aviario.
VETERINARIOS RESPALDAN A EL NIDO
EMEEQUIS pudo contactar a Gabriela Gazano, médica veterinaria y zootecnista especializada en aves de ornato, compañía y silvestres por la UNAM, quien recientemente pudo revisar el estado de los animales del santuario:
“Se encuentran gozando de salud. Donde podemos darnos cuenta de cómo se encuentran es en su plumaje, brilloso, colorido; tienen buena alimentación y muestran comportamiento normal de acuerdo a la especie”.
La experta comenta que el lugar sufrió de carencias durante la pandemia: “La manera en que el aviario mantiene la colección es por las visitas que recibe, debido a las restricciones de visitas, no había ingreso de dinero que permitiera adquirir los insumos necesarios”.
Por otro lado, el veterinario especialista en aves, Alejandro Casillas, compartió una publicación en Facebook en la que dejó sus impresiones de varios ejemplares que pudo revisar en El Nido: “están bien, incluso mucho mejor que algunas aves que veo en consulta ‘que son la adoración del hogar’”.
Desde las bardas, se ven los árboles de los ecosistemas selváticos del santuario, que contrastan con la mancha urbana del municipio. Actualmente, la puerta de madera de varios metros de altura permanece cerrada. En ella se pueden ver las letras rojas del sello de CLAUSURA y una manta que aclara que en El Nido se procura “el bienestar de cada uno de nuestros ejemplares”. Sobre las paredes, dos pinturas gigantes: una guacamaya y un tucán. Y arriba, hay un arco de manera con el logo del quetzal, ya decolorado por el tiempo.
@emeequis
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