Fisioterapeuta lleva casi dos años buscando justicia por abuso sexual del que acusa a Jesús Murillo Karam. Foto: Cuartoscuro.com.
EMEEQUIS.– “Nada de lo que pasa aquí se va a saber. Los custodios no van a decir nada porque yo les pago”, son las palabras que la fisioterapeuta Francisca Castellanos, recuerda que su entonces paciente, Jesús Murillo Karam, le dijo antes de tocar su cuerpo con insinuaciones sexuales.
Durante una sesión de fisioterapia física, el exfuncionario federal le hizo a la doctora insinuaciones sexuales, la encerró en su habitación y tocó partes de su cuerpo; por lo que se encuentra denunciado por abuso sexual, aunque la justicia se ha demorado en la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, al grado de que la víctima tuvo que iniciar el proceso en septiembre de este año.
El exprocurador general, Jesús Murillo Karam, quien está en prisión domiciliaria acusado presuntamente de la creación de la “verdad histórica” por el caso Ayotzinapa, se encontraba recibiendo atención médica en el Hospital de Especialidades “Dr. Belisario Domínguez “. Estaba en recuperación después de ser intervenido de emergencia en el Instituto Nacional de Cardiología, posteriormente fue trasladado al hospital de Iztapalapa en noviembre de 2022.
La agresión sexual ocurrió el domingo 20 de noviembre de 2022, cuando Francisca cubría la guardia festiva porque personal en el hospital era escaso. No había médicos o enfermeros más que el personal de guardia y custodios encargados de supervisar al exprocurador, acusado por los delitos de tortura, desaparición forzada y delitos contra la administración pública en el caso Ayotzinapa.
“En ese momento ya no supe qué hacer porque yo no me podía mover. Él estaba enfrente mío y me empezó a tocar la cara, me dijo que lo viera a los ojos, que no tuviera miedo. Me comenzó a agarrar de la cintura y comenzó a ir hacia mis glúteos. En ese momento lo quité y le dije que la terapia se había terminado, como pude agarré el material que llevaba para la terapia y me salí”, cuenta Francisca Castellanos entrevista con EMEEQUIS.
Es la primera vez que da su testimonio de forma pública, cansada de la violencia institucional, revictimización y falta de atención a su denuncia por el poder que, dice aún representa la figura del ex procurador general de justicia. Además, después de poner una denuncia formal, Fran fue víctima de un intento de feminicidio y amenazas por dos sujetos que ingresaron armados al hospital donde labora para llevarle un mensaje: “estuvo mal lo que hiciste y lo sabes”.
DESCRÉDITO Y SILENCIO DEL HOSPITAL BELISARIO DOMÍNGUEZ
Murillo se encontraba en la habitación 239 del servicio de cirugía general, la cual está aislada de otros espacios del hospital. Ahí recibía seguimiento y servicios de rehabilitación, aunque su alta médica estaba aprobada desde el 9 de noviembre para volver al Reclusorio Norte, se quedó hasta finalizar el mes.
Francisca fue instruida para brindarle terapia física, la primera fue el 19 de noviembre donde realizaron caminata y algunos ejercicios de movimiento; pero fue al día posterior cuando comenzó a recibir comentarios de índole sexual, miradas lascivas y tocamientos durante el segundo servicio.
El 20 de noviembre que ingresó al cuarto del paciente los custodios le pidieron retrasar su visita porque él se estaba bañando. Francisca volvió minutos más tarde y comenzaron con una caminata, pero 10 minutos después Murillo Karam pidió tener los ejercicios, argumentó que tenía vértigo y prefería quedarse dentro de su habitación.
“Le puse el oxímetro y me comenzó a acariciar la mano. Me dijo que le gustaba que lo fuera a ver, que lo ponía contento, que le alegraba mi presencia porque era una persona muy alegre. Yo lo omití y seguí trabajando (…) Cuando le volví a tomar la oximetría me dijo ‘es que me gustas, por qué no me haces caso’. Yo me comencé a incomodar e hizo otro comentario, que en qué momento de la terapia incluía abrazar a la terapeuta”, cuenta la doctora que quedó en shock tras lo sucedido y con miedo a denunciar.
Francisca comentó con algunos compañeros lo sucedido y le pidió a sus superiores no volver a brindarle atención médica a Murillo Karam, ya que después del incidente este solicitó que se le dieran dos terapias al día, sin embargo, en lugar de prestarle atención y seguimiento a su denuncia, al interior del hospital Belisario Domínguez comenzó la revictimización y hostigamiento.
Tras realizar su denuncia con personal superior del hospital, Fran recuerda que le dijeron que no podían darle una solución o apoyar alguna denuncia por escrito por temor a que pudieran tener represalias en su contra. “No podemos hacer nada más, lo único que te podemos proponer es ya no pasar por su cuarto. Deja de pasar por ahí y cambia de camino”, recuerda Francisca la respuesta de los médicos y directivos.
Ella ingresó al Hospital de Especialidades “Belisario Domínguez” en mayo de 2021, después de haber formado parte de la primera línea de atención a pacientes con Covid-19 durante la pandemia. Se incorporó como personal de planta, con una jornada de 7 de la mañana a 7 de la noche, como parte de las contrataciones del programa de salud IMSS-Bienestar.
Laboró en el lugar a pesar de las irregularidades de contratación y salario, así como las jornadas extenuantes, ya que no hay muchos hospitales de especialidad en la Ciudad de México. Sin embargo, después de pedir ayuda por la agresión sexual, sus compañeros y jefes tuvieron respuestas violentas y de descrédito hacia ella.
aqui (((Antecedente por escrito de la falta de actuación del hospital Belisario Domínguez))))
AMENAZAS Y LESIONES TRAS DENUNCIAR
Ante la falta de empatía del hospital “Belisario Domínguez”, el 2 de mayo de 2023, Francisca acudió a la Fiscalía General de Justicia a poner una denuncia penal por la agresión sexual.
Los detalles de la denuncia forman parte de la carpeta de investigación número CI-FIDS/FDS-6/UI-FDS-6-02/00722/05/2023, la cual ya fue notificada también a la defensa del exfuncionario federal.
Sin embargo, tras hacer la ratificación formal de la denuncia, Fran comenzó a recibir llamadas de números desconocidos, se sentía insegura y en constante vigilancia.
“Empecé a sentir mucha ansiedad, sentía que me seguían porque además yo laboraba en una clínica de Coyoacán y los guardias de seguridad me dijeron que se percataron que después de que yo llegaba siempre pasaba el mismo coche”, cuenta en entrevista.
El sentimiento de incertidumbre se agravó cuando el 23 de julio de 2023 fue agredida por dos sujetos dentro de los baños de personal del hospital Belisario Domínguez.
“Cuando estaba dentro del sanitario escuché que alguien entró. Cuando salí estaba cerrada la puerta y había dos personas. Estaban completamente tapadas y me dijeron que yo sabía lo que estaban haciendo ahí, que yo sabía perfectamente que no debí haber hecho lo que hice y que sólo iban a darme un mensaje”; cuenta la fisioterapeuta quien afirma, fue agredida con cortadas en el rostro, los brazos y las piernas; sin embargo al denunciar también fue revictimizada por personal del hospital.
Por los efectos de la denuncia previa y la negligencia con que también había sido tratada en la Fiscalía General de Justicia de la Ciudada de México, Francisca no quiso interponer una segunda denuncia por las agresiones físicas, por miedo a represalias para ella o sus familiares
FISCALÍA OMITE ACCIONES HASTA DENUNCIA EN CNDH
Tras un año en que fue iniciada la carpeta de investigación por abuso sexual contra Jesús Murillo Karam, la fiscalía capitalina le notificó a Francisca el 13 de agosto de 2024, que no había delito que perseguir, ya que no se contaba con pruebas suficientes para mantener la investigación.
Intentó buscar apoyo con múltiples asesores jurídicos, pero ninguno quiso dar seguimiento al caso debido al poder que aún mantenía la figura del funcionario federal en instituciones de justicia.
Además de la denuncia penal, Francisca inició una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos donde logró obtener mayor respuesta de la fiscalía encargada del caso, donde logró la incorporación de medidas de protección a su rutina diaria, como la vigilancia policial a ella y su domicilio las 24 horas del día, sin embargo estas no han sido cumplidas por la autoridad competente.
En septiembre de este año, una nueva defensa tomó el caso y se le notificó que el expediente volvería a reabrirse para incorporar más pruebas en el expediente, incluso agregar las agresiones de intento de feminicidio que sufrió al interior del hospital.
Francisca ve con desaliento que pueda encontrar justicia contra su agresor, que además está involucrado en otros delitos federales por los que aún no se le ha juzgado; sin embargo, afirma que una forma de justicia posible sea el sancionar al personal del hospital que la revictimizó, además de incorporar medidas de seguridad para otras compañeras en el sector de salud pública.
“Me gustaría que el hospital tenga alguna consecuencia, que los directivos tengan consecuencia porque ellos incurrieron en los delitos de falsedad de declaraciones y difamación, en hostigamiento laboral. No sólo por mí, por las demás compañeras y las pacientes. No es posible que no hagan nada”, comenta la doctora.
@GloriaPE_