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Alerta sísmica activada el 6 de octubre de 2023 en la Ciudad de México. Foto: Rogelio Morales / Cuartoscuro.com.
EMEEQUIS.– Las políticas de austeridad del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha llevado a que algunas zonas del país no cuenten con sistemas de alertamiento sísmico, lo que pone en riesgo millones de personas ante un fenómeno natural.
El gobierno tiene archivado un proyecto para “Reforzamiento y Actualización de la Red Sísmica Mexicana” y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público no ha aprobado los recursos, reconocen la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en documentos oficiales en poder de EMEEQUIS.
“La principal problemática, pese a la amplia red de monitoreo sismológico que posee el Servicio Sismológico Nacional (SSN), se encuentra en la deficiente cobertura en zonas específicas como lo es el norte, centro – norte, sur y sureste de la República”, señala.
Se requieren 208.6 millones de pesos para la instalación y puesta en operación de un sistema complementario de registro sísmico, integrado por 20 Estaciones Acelerográficas y 38 Observatorios Sismológicos Estándar para la creación de un Sistema de generación de mapas de parámetros de movimiento del terreno e intensidades macrosísmicas, así como la adecuación/mantenimiento de 6 Estaciones Acelerográficas y 2 Observatorios Sismológicos Estándar ya existentes.
Se reconoce que se requiere el reforzamiento de la red de monitoreo sísmico en el país, actualizando las estaciones existentes, así como con la instalación de nuevos Observatorios Sismológicos Estándar (OSE) y Estaciones Acelerográficas (EAC), “esto permitirá aumentar las capacidades de detección automática del Servicio Sismológico Nacional (SSN) para eventos con umbrales de magnitud mayores de 3.8”.
Se afirma que de mantener la situación actual se podría tener consecuencias graves, aumentando el riesgo de daños y pérdidas humanas en caso de terremotos, y limitando la capacidad del país para responder de manera efectiva a estos desafíos naturales.
“El peligro sísmico al que se encuentran expuestas las áreas donde actualmente no existe cobertura del RSM, estarían en riesgo de sufrir emergencias propiciadas por movimientos telúricos afectando directamente a la población y la infraestructura existente, de igual forma, no se tendría registros de sismos de magnitudes moderadas o pequeñas, lo que imposibilita la identificación de fallas activas que pueden derivar en riesgos a la población ante la imposibilidad de la evaluación de riesgos”, asegura la UNAM.
México se encuentra en el marco de la interacción de cinco placas tectónicas: Pacífico, Norteamérica, Rivera, Cocos y Caribe. Esto lo hace un país con un alto índice de sismicidad. Dentro de los sismos más importantes de subducción se pueden listar el de 1932 (Magnitud 8.2) en las costas de Jalisco-Colima y el de 1985 (Magnitud 8.1) en Michoacán.
La falta de inversión federal en equipamiento hace que la comunidad científica y los expertos carezcan de información para ampliar los estudios sísmicos.
“El continuar con el mismo alcance de la red de monitoreo impide que la comunidad científica tenga acceso a una cantidad de datos más amplia que proporcionen una mejor comprensión de la actividad sísmica global y de México en particular, dando como resultado mayor conocimiento sobre los sismos de magnitud superior a 6, así como también de los sismos de menor magnitud”, señala la UNAM.
Se acepta que la falta de datos dificulta la planificación urbana con relación a la construcción de infraestructura resistente a terremotos, no sólo en zonas reconocidas por su elevada sismicidad, sino también en aquellas de rápido crecimiento urbano, así como en áreas de infraestructura crítica.
“La deficiencia del sistema de monitoreo en un país de elevada sismicidad como el nuestro dificulta el cumplimiento a su función a las instancias encargadas de desarrollar y tener en operación los sistemas de alerta temprana, sean gubernamentales o privadas. Aspecto de vital importancia social desde el momento en que un buen funcionamiento da oportunidad a las personas y a las autoridades de contar con más tiempo para reaccionar ante la llegada de las ondas sísmicas, pudiendo así contribuir significativamente a salvar vidas”, asegura la Máxima Casa de Estudios.
La UNAM advierte que de continuar con la situación actual, y considerando la alta actividad sísmica que caracteriza a México, podrían sobrevenir diversas consecuencias, ya que se ve comprometida la detección precisa del lugar donde tuvo lugar el epicentro del evento sísmico, así como de las zonas que se vieron más afectadas por el movimiento telúrico, particularmente por cuanto a las aceleraciones del suelo, lo cual elevaría los tiempos de reacción para que las personas y las autoridades pudieran instrumentar los protocolos de respuesta correspondientes.
“Una red de monitoreo insuficiente puede llevar a una respuesta menos eficiente en situaciones de emergencia con consecuencias fatales, ya que la falta de datos precisos y oportunos puede dificultar las operaciones de rescate y asistencia después de ocurrido un terremoto”, se afirma.
Sin datos sísmicos detallados y actualizados, la planificación urbana y la construcción de infraestructuras pueden no considerar adecuadamente los riesgos sísmicos. Esto podría resultar en edificaciones y estructuras menos resistentes a terremotos de magnitud superior a 6.
La ausencia de un sistema de monitoreo sólido limita la investigación sísmica, lo cual afecta no sólo a México, sino también a toda la comunidad científica internacional especializada en sismología, así como a los esfuerzos públicos y privados para desarrollar tecnologías más avanzadas en el campo.
“Un sistema de monitoreo sísmico limitado puede resultar en una menor concientización y educación de la sociedad sobre los riesgos sísmicos, así como en una insuficiente preparación comunitaria y en una menor adopción de medidas de seguridad, pudiendo ello tener implicaciones económicas y sociales significativas, dado que los daños materiales extensos y la pérdida de vidas afectan a la economía, a la infraestructura social y a la calidad de vida en las áreas afectadas”, se expone.
@Alatriste_III
