La CIA daba puntual seguimiento a las actividades de líderes guerrilleros como Lucio Cabañas. Aquí en extracto de una imagen publicada por La Prensa con parte de uno de los boletines de la agencia estadounidense de Inteligencia.
EMEEQUIS.– Lucio Cabañas Barrientos, maestro rural y líder guerrillero (Atoyac de Álvarez, Guerrero, 12 de diciembre de 1938 – Tecpan de Galeana, 2 de diciembre de 1974), fue seguido por la Agencia Central de Inteligencia (Central Intelligence Agency, CIA) de Estados Unidos (EU), que elaboró informes sobre sus acciones de insurgencia y el avance del grupo armado “Partido de los Pobres”, liderado por el también egresado de la Escuela Normal de Ayotzinapa.
Muchas veces influidos por la información que recibían del gobierno mexicano, los oficiales del servicio de inteligencia exterior orientaban los reportes enviados a la presidencia de Richard Nixon a la demanda de que el guerrillero guerrerense fuera detenido; sin embargo, a diferencia de sus pares mexicanos de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), sus informes no omitían el actuar violento del ejército y las policías nacionales en la búsqueda de Cabañas, incluida la represión a campesinos que intentaron protegerlo.
El pasado 12 de junio, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ordenó a la Fiscalía General de la República (FGR) que investigue los probables crímenes de lesa humanidad cometidos durante el periodo conocido como la Guerra Sucia, tras un amparo presentado por Juanita, Rosa Elena, Irene y Flavia Nava Cabañas, hermanas de Lucio, quienes también sufrieron desaparición forzada transitoria.
En esta coyuntura, EMEEQUIS presenta el seguimiento de la CIA al histórico guerrillero, con base en archivos desclasificados del gobierno de Estados Unidos.
El primer registro es un informe global del 25 de agosto de 1972 enviado a oficinas centrales de la CIA, que incluye actualizaciones sobre el conflicto armado en Vietnam del sur, así como de Bangladesh, y los de URSS-Egipto e Israel-Siria, entre otros. En éste se muestra la visión de Estados Unidos sobre la sublevación del regimiento a cargo de Cabañas, la óptica desde la que miraba el enfrentamiento –con un conteo sólo de las bajas militares– y la manera en la que juzgaba el actuar de la fuerza militar en México.
“El ejército (mexicano) ha sufrido otra vergüenza: un revés en sus frustrantes esfuerzos por librar al estado de Guerrero de la guerrilla. Dieciséis soldados más fueron asesinados el 23 de agosto por miembros del ‘Partido de los Pobres’ de Lucio Cabañas, según informes de prensa. A finales de junio, el grupo de Cabañas, uno de los más motivados políticamente entre las numerosas pequeñas organizaciones guerrilleras de México, tendió una emboscada a un camión del ejército en Guerrero y mató a diez soldados. Muchos de los partidarios y familiares de Cabañas fueron detenidos y juzgados, pero el propio Cabañas ha eludido la captura”.
Continúa con el reclamo implícito por no haber detenido al guerrillero, cuyo movimiento generaba adeptos entre la población vulnerable, también víctima de afrentas del poder político y el régimen gobernante.
“Las operaciones de búsqueda y acción cívica (sic) del ejército en Guerrero, que se remontan a varios años atrás, pero se intensificaron desde principios de 1971, han logrado poco. En el lado negativo, sin duda han estimulado el resentimiento entre los campesinos, muchos de los cuales simpatizan con la guerrilla. La organización Cabañas y varios otros grupos de bandidos han dominado tan completamente el estado que el gobierno tiene un control firme de poco más allá de los centros de población, incluido el oasis turístico de Acapulco”.
Después, exponía los problemas sociales que se mantenían en una entidad hasta entonces controlada –como el resto del país– por el unigobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), las cuales, desde la perspectiva de los informantes, abonaban a la adhesión al grupo de Lucio, aunque consideraba que no tenía más alcance que su estado natal.
“La pobreza, la corrupción y el caciquismo en Guerrero contribuyen a la simpatía popular por las guerrillas. Sin embargo, hay poca evidencia de que el grupo de Cabañas haya atraído un importante seguimiento popular en otras partes del país. Es probable que se incrementen las operaciones del ejército en Guerrero, pero a menos que se logren algunos avances en la mejora de las condiciones de vida, lograr que el público coopere con las autoridades será aún más difícil que en el pasado”, cita el documento elaborado por la oficina estadunidense, que tras la desclasificación adquirió el folio CIA-RDP79T00975A022600080001-2.
En otro informe del 30 de septiembre de 1972, los informantes de la CIA remarcaron el panorama que tenían sobre la urgencia de aprehender a Cabañas, en un cable que llegó previo al cuarto aniversario de la matanza en la Plaza de las Tres Culturas, que ocurrió todavía en el mandato de Gustavo Díaz Ordaz, cuando Echeverría, para entonces ya presidente, era secretario de Gobernación.
“Las fuerzas de seguridad de la capital (mexicana) están en alerta especial este fin de semana para protegerse contra posibles atentados con bombas perpetrados por disidentes radicales. Los funcionarios creen que el aniversario, el 2 de octubre, de la masacre estudiantil de Tlatelolco en 1968 puede provocar atentados similares a los que precedieron al discurso sobre el estado de la nación del presidente Echeverría (informe de gobierno) y a las celebraciones del Día de la Independencia a principios de este mes. Sin embargo, la posibilidad de que líderes sindicales inconformistas apoyaran las protestas estudiantiles se redujo durante la semana cuando dos sindicatos disidentes llegaron a un acuerdo con la administración y se unieron a sindicatos afiliados al gobierno. Estas medidas son un éxito importante para Echeverría en sus esfuerzos por promover la armonía laboral. Mientras tanto, las fuerzas de seguridad lograron algunos avances en su campaña contra la organización guerrillera de Lucio Cabañas al capturar a nueve miembros de su banda. La información de los prisioneros facilitará la búsqueda de las fuerzas de seguridad de los esquivos de Cabañas, cuya captura reduciría significativamente la efectividad del movimiento guerrillero más violento de México”, auguraba EU, según lo que revela el número de documento desclasificado CIA-RDP79T00975A022900030001-4.
Los temores tenían antecedentes: el 16 de septiembre de 1972 se elaboró un escrito que lo esclarece: “Funcionarios de seguridad temen que exploten más bombas en secciones de la capital, hoy, mientras el presidente Echeverría revisa el desfile del Día de la Independencia en la plaza principal. Ningún grupo en particular se ha atribuido todavía el mérito de las bombas que sacudieron ayer el centro de la Ciudad de México. Mientras tanto, el ejército vigila con cautela el estado de Guerrero, donde se espera que Lucio Cabañas y sus guerrilleros intenten otro ‘espectáculo’, en algún momento de este fin de semana. Dos patrullas del ejército han sido emboscadas en las últimas semanas y ha habido rumores de que Cabañas podría ocupar una zona urbana en una demostración de fuerza”.
Hay una referencia indirecta hacia Lucio antes del primer documento disponible sobre él. Se trata de un informe secreto del 4 de febrero de 1972, tras la muerte del líder guerrillero Genaro Vázquez Rojas en un accidente automovilístico el 2 de febrero.
Este fallecimiento, decía el documento luego foliado con la secuencia CIA-RDP79T00975A021100060002-9, “será un revés temporal para la izquierda radical del país, pero no aliviará el problema de la guerrilla. Vázquez, a quien una revista izquierdista antigubernamental había catalogado como el Robin Hood de las guerrillas de México, ganó una importante reputación y seguidores, especialmente en el accidentado estado occidental de Guerrero, su principal área de operación. Las fuerzas de seguridad habían estado tras él durante años y su incapacidad para capturarlo había causado al gobierno una vergüenza considerable. Los seguidores de Vázquez probablemente ahora buscarán a Lucio Cabañas para llenar el vacío”.
Sigue en el oficio liberado por la Ley de Libertad de Información de EU (Freedom of Information Act, FOIA), con el suministro de datos para su gobierno sobre una supuesta unión entre guerrillas y, presuntamente, financiamiento de institutos políticos.
“Varios grupos de guerrilla, hasta ahora considerados desconectados, están vinculados con Cabañas. Existe una estrecha coordinación a nivel nacional entre los grupos, y Cabañas aparentemente ha sido el principal organizador de esta red. El Partido Comunista Mexicano (PCM) le está dando dinero a Cabañas, aparentemente en un intento de mantener algunos vínculos con él. Cualquier apoyo de este tipo tendría que ser modesto, ya que las finanzas del PCM son escasas. Cabañas, sin embargo, no está bajo el control del PCM”, enfatizaban.
De los documentos que han sido liberados, el salto temporal sobre las actividades del profesor rural y su grupo armado el Partido de los Pobres lleva hasta el cuarto año de mandato de Luis Echeverría, cuando se muestra que para ese entonces el objetivo –ya sin ninguna pretensión de ocultarlo– era ultimarlo, después del secuestro del aspirante a la gubernatura guerrerense Rubén Figueroa Figueroa, en plena campaña política.
Un Boletín de Inteligencia Nacional de la CIA fechado el 8 de julio de 1974 refiere que una operación militar conjunta en México “contra el líder guerrillero Lucio Cabañas aún no había producido resultados significativos. La acción, en la que participaron unos dos mil soldados, se lanzó el 26 de junio en un esfuerzo por matar a Cabañas y rescatar al candidato a gobernador, el senador Figueroa, quien fue secuestrado con cuatro asistentes el 30 de mayo. Buques de la Marina mexicana están patrullando mar adentro desde el área del estado de Guerrero donde se cree que se esconde Cabañas, y los infantes de Marina se han unido a las patrullas del ejército para acordonar el área”.
Con base en la información obtenida por Estados Unidos, el 2 de julio tropas del ejército descubrieron un campamento abandonado “que se cree había sido ocupado por Cabañas, pero, a pesar de informes de prensa no confirmados sobre una emboscada guerrillera y otros enfrentamientos, aparentemente no han podido establecer contacto con el grupo”.
Cuando el priista Rubén Figueroa fue privado de su libertad tras un encuentro cerca del poblado de Atoyac, en la sierra guerrerense, una de las demandas de la guerrilla fue el retiro de militares de la zona en la que se concentraba el movimiento encabezado por Cabañas.
El 20 de julio hubo otra notificación: “La captura por parte del ejército de tres miembros del grupo guerrillero de Lucio Cabañas en el estado de Guerrero, el 14 de julio, es la primera señal de éxito en la campaña de tres semanas para matar a Cabañas y rescatar al senador secuestrado Rubén Figueroa. La táctica del ejército de ocupar caseríos en la zona para cortar las fuentes de suministro de Cabañas puede haber sido responsable de la captura de los guerrilleros, que habían sido enviados a obtener alimentos. Según los prisioneros, Cabañas tiene unos 340 hombres divididos en varios grupos, uno de los cuales lidera Cabañas. Los funcionarios de seguridad mexicanos dudan que Cabañas tenga más de 45 hombres”.
Figueroa, militante del Partido Revolucionario Institucional, sería gobernador del 1 de abril de 1975 al 31 de marzo de 1981, en un mandato con más de un centenar de desapariciones forzadas de campesinos, activistas sociales, docentes y estudiantes.
La propia embajada de Estados Unidos en México puso en duda la veracidad de la información difundida por el gobierno de Luis Echeverría sobre el rescate de Figueroa, pues según el cable 1974MEXICO07855_b difundido por la organización global Wikileaks, oficiales de la sede diplomática reportaron a Washington que estaban “convencidos de que la versión oficial había sido modificada para maximizar el beneficio político del gobierno, en general, y del ejército mexicano, en particular”, versión que fue publicada por Aristegui Noticias en abril de 2013, cuando se liberó el paquete Kissinger de Wikileaks, que contenía documentos de los años 1973 a 1976.
El cable 1974MEXICO05428_b añade que, aunque el 26 de junio Cabañas demandó 50 millones de pesos por la liberación del político priista, el gobierno de Echeverría no tenía ninguna disposición por cumplir las exigencias de la guerrilla, e intensificaría la actividad militar para matarlo, con ello, “asumiendo el riesgo” de que el candidato a gobernador fuera asesinado, lo cual no sucedió, porque fue liberado el 8 de septiembre de 1974.
Figueroa enlaza con otra historia, la de Isabel Ayala Nava, la última pareja de Lucio Cabañas. Se integró a la Brigada de Ajusticiamiento del Partido de los Pobres en noviembre de 1973, en la que sólo permaneció unos cinco meses, pues tuvo problemas con su embarazo. Estaba embarazada de Lucio, dos décadas mayor que ella. En septiembre de 1974, la joven tenía 13 años y dio a luz a Micaela. Un par de meses después, ella y la familia de Cabañas fueron detenidos y encarcelados en el Campo Militar Número 1, donde fue torturada por Mario Arturo Acosta Chaparro. A su hija, recuerda, este mando la sujetó de los piecitos y le puso la pistola en la cabeza. A ella la metieron a un tambo de agua fría y la abusaron sexualmente. Hasta mediados de 1976 la dejaron libre por la intervención del ya para entonces gobernador Rubén Figueroa, quien después la violó y la abandonó. Isabel consideró que fue una manera del priista de vengarse de Lucio, al tomarla a ella como un trofeo. La historia fue documentada por Proceso, con el testimonio de Ayala Nava.
El seguimiento a Cabañas muestra un informe a oficinas centrales de la CIA el 7 de mayo de 1973, en el que insinuaban su responsabilidad con otro plagio, al que finalmente no lograron ligarlo.
Señalaba el archivo que el gobierno mexicano pagaría un rescate de 80 mil dólares, además de satisfacer una demanda de transportar a 30 prisioneros a Cuba para obtener la liberación del cónsul general estadounidense Terrance George Leonhardy, de 62 años, quien había sido interceptado por dos automóviles cerca de su domicilio en Guadalajara.
“La lista de prisioneros da pocas pistas sobre la identidad de los secuestradores, que se hacían llamar ‘Fuerzas Revolucionarias Armadas del Pueblo’. Los funcionarios de seguridad mexicanos creen que detrás del secuestro puede haber una familia guerrillera con una larga historia de agitación izquierdista o un grupo de ladrones de bancos al que pertenecían cinco de los prisioneros. Otra posibilidad, según los funcionarios, es Lucio.
“El grupo de Cabañas, que recientemente ejecutó a una víctima de secuestro y el verano pasado tendió una emboscada a tropas del ejército, normalmente opera en las montañas al noroeste de Acapulco, pero se cree que tiene redes de apoyo en otros lugares”.
La embajada creía que el presidente Luis Echeverría se mostraba “muy preocupado por el incidente”, que consideró un “golpe bajo el cinturón” a los esfuerzos de conciliación que, reunido con funcionarios estadunidenses, él pregonaba, y con los cuales el mandatario buscaba reconciliarse con estudiantes, izquierdistas y otros sectores de la sociedad mexicana que recriminaban agravios por parte del régimen.
“El secuestro también es vergonzoso para el gobierno porque el secretario de Estado Rogers tiene previsto visitar la Ciudad de México la próxima semana”, cerraba el reporte.
El gobierno nacional atendió a las exigencias del grupo que secuestró al cónsul de Guadalajara –los implicados habían advertido que no negociarían y que cualquier acción para retardar el cumplimiento de las demandas terminaría con la muerte del diplomático–. Setenta y seis horas después apareció con vida. La madrugada después, el servicio secreto y la policía de Jalisco comenzaron la búsqueda de los secuestradores y detuvieron a los hermanos Alfredo y Carlos Campaña Flores, así como al ingeniero Guillermo Flores Garnica, quienes, con base en la versión oficial, planearon desde el interior de una prisión este plagio.
Estados Unidos, sin embargo, no quedó conforme con el actuar de Echeverría: “La rápida y completa capitulación del gobierno de México ante las demandas, fomenta pensamientos similares en el futuro, un factor evidente y preocupante (…). Cualquiera que sea el resultado, el gobierno de México se ha debilitado en su posición pública”, expuso el fax 1973mexico03082_b, igualmente filtrado por Wikileaks.
El Boletín de Inteligencia Nacional del 4 de diciembre de 1974, conformado por cables recibidos de todo el mundo y para consulta de los altos mandos del gobierno estadunidense, dio una notificación predominantemente triunfalista sobre el seguimiento a Lucio, aunque al cierre avizoraba el crecimiento de una inconformidad social por el trato duro militar, que podía gestar nuevos movimientos:
“Lucio Cabañas, el líder guerrillero rural número uno de México, murió en un enfrentamiento con tropas del ejército el 2 de diciembre. Se dice que también murieron unos 20 miembros de su banda. Cabañas había eludido a las autoridades durante años, pero el ejército comenzó a acercarse a él después de que secuestró a un senador rico (Figueroa) en mayo pasado. El senador fue liberado durante un tiroteo en septiembre. Muchos campesinos del estado rural de Guerrero, en el suroeste del país, simpatizaban con Cabañas. Algunos aldeanos que supuestamente lo ayudaron, según algunos informes, han sido asesinados brutalmente. La muerte de Cabañas será un duro golpe para su ‘Partido de los Pobres’. Sin embargo, es probable que la amargura por el duro trato por parte del ejército persista por algún tiempo, y nuevos líderes guerrilleros y bandidos en el área probablemente se sumen a la causa de Cabañas”.
Los informes sobre Lucio se intercalaban con reportes sobre otras figuras de interés prioritario para EU en el mundo, así como de conflictos bélicos. Por ejemplo: “La ofensiva iraquí contra los kurdos en el noreste de Irak está llegando a su fin, según el cónsul de Estados Unidos en la ciudad de Tabriz, en el norte de Irán. Los iraquíes no han podido lograr avances significativos desde que tomaron dos ciudades kurdas a finales de agosto, y la llegada de las lluvias y la nieve del invierno está obstaculizando las operaciones aéreas y blindadas”, o “el hombre fuerte del Partido Baath, Saddam Husayn Tikriti, podría asumir pronto la presidencia”. Ambos, forman parte del informe global en el que fue incluida la muerte de Cabañas.
Este boletín igualmente incluía reportes de países como China y, en América Latina, de Argentina: “el ERP (Ejército Revolucionario Popular) todavía es capaz de realizar terrorismo selectivo, como lo demuestra el asesinato de un oficial del ejército y su pequeña hija el domingo en Tucumán. Fue la novena víctima de la campaña de asesinatos del ERP contra oficiales del ejército”, en una relatoría que destacaba el despliegue de tropas militares en apoyo de operaciones policiales.
Poco más de un mes de la muerte del guerrillero, otro telegrama, del 23 de enero de 1975, tiene una mención a Cabañas por un incautamiento de opioides, pero no porque afirmaran que su grupo estaba relacionado con cultivos, sino porque al ser la guerrilla a cargo de Lucio objetivo directo del gobierno mexicano, justificaban que los “esfuerzos” se centraban en combatirlos, lo cual dejó la lucha antidrogas en segundo término. Otra culpa indirecta a la guerrilla: el crecimiento del narcotráfico.
“Se cree que gran parte (de la goma de opio) proviene de los estados de Guerrero y Michoacán, en el suroeste del país, donde las recientes campañas contra la banda guerrillera del difunto Lucio Cabañas habían impedido que las autoridades centraran toda su atención en los cultivadores de amapola”. La historia mostraría la colusión en esas épocas entre las cúpulas del poder en México y los que, a la postre, serían los principales cárteles del narcotráfico.
Seis días después, el 29 de enero, la CIA planteó sus propias dudas –tal cual lo había hecho antes la embajada– sobre la liberación de Rubén Figueroa y los acontecimientos que después ocurrieron.
“El rescate del senador Figueroa, también en septiembre (en ese mismo mes había sido plagiado el suegro del Luis Echeverría, José Guadalupe Zuno, y liberado en un operativo supuestamente seguro), tal vez no se haya logrado únicamente mediante un tiroteo entre tropas del ejército y el grupo del difunto Lucio Cabañas, como afirma el gobierno. Hay razones para creer que el gobierno pagó un rescate de dos millones de dólares y luego simplemente ordenó al ejército que tendiera una emboscada a la banda de Cabañas tan pronto como Figueroa fuera canjeado por el dinero. Dos meses después, Cabañas murió en un tiroteo con el ejército. El efecto de la dura política del gobierno ha sido desalentar los secuestros políticos, obligando a los terroristas a recurrir a los atentados con bombas. Esto no quiere decir, sin embargo, que cuando el motivo es puramente financiero, los terroristas no puedan intentar secuestrar a un individuo rico o robar uno o dos bancos”, cerraba.
En cualquiera de los casos, el cuestionamiento era por las acciones gubernamentales, además de dudar que las versiones oficiales fuera completamente fidedignas.
EN BUSCA DE EXPLICACIONES
La CIA guardó un artículo publicado el 3 de julio de 1973 en Mundo: ‘La muerte del movimiento guerrillero latinoamericano’, de Alan Riding, en el cual el autor y periodista británico reflexionaba sobre figuras de la insurgencia en esta citada zona del orbe. Cabañas y Ernesto “Che” Guevara, entre ellas. El texto, además, muestra las vejaciones referidas en otros informes por parte del ejército mexicano en busca del profesor y guerrillero guerrerense.
“Los campesinos no sienten ninguna lealtad hacia la guerrilla y, en todo caso, les tienen miedo. La tradición del paternalismo les ha enseñado a respetar la autoridad: por lo tanto, la noticia de la llegada de ‘extranjeros’ se transmite rápidamente al cacique local, y los soldados llegan poco después. Tanto el ‘Che’ Guevara como Carlos Lamarca murieron después de que los campesinos revelaran su paradero. ‘Éramos como un trasplante de corazón’, dijo un exguerrillero. ‘El corazón funcionó bien, pero el cuerpo lo rechazó’. Sin embargo, en casos aislados, debido a las condiciones de extrema pobreza y explotación, los campesinos han ayudado a la guerrilla. Pero esto siempre ha provocado una feroz represión de los habitantes rurales que, a diferencia de las guerrillas móviles, son muy vulnerables. Por ejemplo, en 1966 y 1967 las Fuerzas Armadas Rebeldes de Guatemala (FAR) estuvieron activas en la región de Zacapa. Sin embargo, cuando llegó la respuesta del gobierno, fueron los campesinos los que fueron fusilados indiscriminadamente. En la actualidad, en el turbulento estado de Guerrero en México, ha surgido un líder guerrillero local, Lucio Cabañas, que cuenta con el apoyo incuestionable del campesinado local empobrecido. Como el ejército no ha podido capturar Cabañas, ha adoptado una política de represión más amplia con la esperanza de poner a los protectores del líder guerrillero en su contra. El 24 de abril de este año, por ejemplo, los soldados entraron al pueblo de Piloncillos y ejecutaron a seis campesinos por dar comida a Cabañas. Obviamente se llega a un punto en el que el odio de los campesinos hacia el ejército es superado por el resentimiento hacia la guerrilla. Entonces los guerrilleros también son vulnerables”.
@axelchl