EMEEQUIS.– La foto se viralizó como la espuma. Sentada en una escalinata de piedra con pintura rosa de un fraccionamiento en Acapulco tras el paso del Huracán Otis, la policía Arizbeth Dionisio de la Ciudad de México amamantaba a un bebé que tenía horas sin comer mientras su tía observaba.
Los mensajes de emoción por ese momento de solidaridad en medio de la emergencia no se hicieron esperar y la imagen de Arizbeth, sin saberlo, pues permaneció en Acapulco durante ocho días con poca señal, se popularizó, tanto que a su regreso a la capital fue ascendida.
“Estábamos incomunicados, no teníamos señal y fue sorprendente el impacto. Fue instinto ayudar al bebé, su llanto no era normal y me llamó la atención, así que no dudé en preguntar si podía alimentarlo, porque yo estaba dándole pecho a mi hijo”, recuerda la suboficial del Agrupamiento de Tareas Zorros de la Secretaría de Seguridad Ciudadana en entrevista con EMEEQUIS. Asegura que no pudo dejar de pensar en su hijo mientras tenía al bebé acapulqueño en brazos.
La imagen que se hizo viral. Foto: Especial.
Sin embargo, la historia de Arizbeth y el bebé vista desde la perspectiva de especialistas en lactancia y políticas públicas de salud es el punto de partida de un tema preocupante en un sector de la población que corre riesgo en medio de una crisis sanitaria tras el paso del huracán: la atención a bebés recién nacidos y sus madres.
LA CRISIS SANITARIA Y SECTORES VULNERABLES
Andrea Flores, doctora e integrante de Brigada Otis, un grupo de ciudadanos y especialistas que se han reunido para apoyar en la emergencia, ha vivido de primera mano la crisis sanitaria en el Puerto.
A dos semanas, señaló en entrevista con Sandra Romandía en El Heraldo Radio, la acumulación de basura y agua estancada persiste por lo que los casos de dengue han aumentado así como los casos de niñas y niños con fiebre y diarrea.
Arizbeth fue condecorada. Foto: Especial.
“Estamos frente a una crisis sanitaria, ya existe y es urgente que haya más ayuda, hacen falta manos”, señala.
Ante este panorama, EMEEQUIS habló con Raquel Trigo, psicóloga especializada en terapia infantil y asesora certificada en lactancia con más de 15 años de experiencia. A partir de la historia de la policía Arizbeth y el bebé señala que en este tipo de situaciones -después de un desastre natural- una de las consecuencias más comunes tal como se reportó en los días siguientes al paso de Otis es la falta de agua y la que está disponible está contaminada, por lo que la entrega de fórmulas lácteas no son viables por la falta de espacios desinfectados.
Escasez de agua potable en Acapulco. Foto: Rogelio Morales / Cuartoscuro.com.
“Vi las fotografías (de Arizbeth alimentando al bebé) y me conmocionaron mucho. Como este, ya han habido varios videos en situación de emergencia donde hay mujeres que están amamantando y se ve cómo, pues, salvan vidas, porque al final la lactancia es una vía descontaminada de nutrir a los bebés.
Son pésimas las condiciones de salubridad y todos los gérmenes y bacterias que abundan en momentos de emergencia y obviamente, los lactantes y los niños chiquitos todavía están en mucho más, más riesgo. Entonces, no hay alimento más seguro, más saludable, obviamente, que la leche materna, que está hecha al momento, sin ningún tipo de contaminación, sin ningún tipo de proceso que intervenga entre el pecho y el bebé”, agrega Raquel.
El doctor doctor Malaquías López Cervantes, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM, coincide puesto que dada la falta de servicios y víveres en distintas regiones de Acapulco, Coyuca y otros municipios afectados, sí existen diferencias en la vulnerabilidad de algunos sectores de la población, uno de ellos el de bebés y niños pequeños.
Por escasez utilizan el río de la Sabina para lavar ropa, bañarse e incluso tomar, esto debido a la falta de agua potable. Foto: Rogelio Morales / Cuartoscuro.com.
“Hay que pensar que la población tiene grupos indefensos y que necesitan acciones específicas para llegar a ellos. Una persona joven, un adulto, puede caminar y salir en busca de alimento o ayuda, un bebé no. No sabemos si el bebé que alimentó la mujer policía pudo volver a comer desde que le dio un poco de leche o si corre riesgo de caer en una desnutrición aguda”, señaló.
Además, el doctor enlista considera que deberían de existir políticas públicas y acciones lógicas e inmediatas ante cualquier situación de este tipo como un esquema amplio de abasto de agua potable y bebible a toda la población, sobre todo en las áreas donde hay mayor población y habitantes nativos de Acapulco.
“En las laderas y cerros hay daños muy considerables y ahí es donde vive la gente, se enfocó todo el apoyo a la costera y los hoteles pero las afectaciones de las viviendas y los bloqueos en las calles ponen en particular protegido a diversos grupos desprotegidos. Me parece que la respuesta en materia de salud ha sido prácticamente inexistente”, dice.
Por su parte la especialista Raquel Trigo enfatiza que sería importante que existiera un comité de lactancia materna que pudiera apoyar a las madres lactantes para que continúen amamantando a sus bebés así como espacios de atención y restabilización médica para que las madres estén hidratadas y alimentadas.
“Me parece a mí que son necesarios los espacios especiales para amamantar, implementar condiciones de higiene inmediatas y fomentar la atención psicológica a madres y niños ante posibles traumas”, subraya.
LACTANCIA, UNA HERRAMIENTA PARA ATENDER LA CRISIS
Para Raquel Trigo es importante destacar que no se trata únicamente de activistas en favor de la lactancia decir que ésta salva vidas y explica que en la historia médica reciente, desde hace 14 años, se promovió la lactancia como una respuesta de emergencia.
“Desde esos años, 2008, 2009, han habido avances en la promoción de la lactancia materna, pero es sorprendente cómo este tema no es considerado en situaciones de emergencia cuando me parece que es algo sumamente importante y bueno, pues, la leche materna está disponible inmediatamente y además sumémosle que protege contra un montón de infecciones frecuentes. La campaña de 2009 de la semana mundial de la lactancia materna justo ayudaba mucho a hacer conciencia de cómo debería ser el foco en la protección, pero el gobierno aquí no lo ha aplicado”, explica.
Manuales de la Unicef recalcan además que es necesario derribar el mito de que el estrés ante las amergencias puede afectar la producción de leche además de que desincentiva la promoción de fórmulas lácteas pues además de los riesgos sanitarios que esto implica, el costo de las latas es elevado y una vez que las donaciones cesan, no es fácil costear esto.
¿QUÉ SEÑALA EL GOBIERNO?
De acuerdo con los dos últimos reportes del gobierno federal (del 8 y 9 de noviembre) hasta la fecha, el IMSS cuenta con el servicio de consultas obstétricas y el Issste tiene el 100% de apertura en unidades de primer nivel de atención.
Asimismo el gobierno asegura que se han aplicado poco más de 4 mil dosis de vacunas para covid, tétanos, difteria e influenza; y se han atendido a 207 mil 141 personas de 65 colonias.
Este 9 de noviembre, la Coordinación Nacional de Protección Civil anunció a través del Diario Oficial de la Federación el término de la declaratoria de emergencia en los municipios de Acapulco y Coyuca de Benítez y luego de las reacciones generadas, la dependencia enfatizó a través de sus redes sociales que la declaratoria se debe a que la emergencia quedó superada y la zona se encuentra en la etapa de recuperación.
Según el gobierno, ya se acabó la emergencia.
“Todo lo que ha sucedido ha sido muy desordenado y parcial y yo creo que no se mira en el horizonte qué es lo que va a pasar. No se puede nada más decir ‘ya barrí la costera y ya se acaba la emergencia’, se tiene que visibilizar la falta de atención a segmentos importantes de la población y deben ventilarse las rutas de construcción de servicios para llegar a ellos y evitar que sigan deteriorándose”, responde el doctor Malaquías.
Por otra parte, la doctora Andrea Flores advierte que el foco rojo está en la deshidratación y descontrol de la población, ante la falta de agua, víveres y árboles en Acapulco.
“Nos van a faltar manos con la cantidad de enfermedades que ya vienen”, advierte.
@FridaMendoza_
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