EMEEQUIS.– El exdelegado de Coyoacán y actual diputado federal, Mauricio Toledo, compró una finca de 4 mil 930 metros cuadrados por 5 millones 575 mil pesos en febrero de 2011 y nunca la ha declarado públicamente.
De acuerdo con documentos oficiales consultados por EMEEQUIS, la finca se encuentra en el pueblo de San Miguel Xicalco, ubicado en la alcaldía Tlalpan, y fue vendida por el publicista José Maqueda Rodríguez.
San Miguel Xicalco es un pueblo pedregoso y de contrastes. Al pasar el arco que da bienvenida, es posible encontrar casas de adobe, un viejo rodeo, decenas de magueyes, pero también inmuebles monumentales, como la mansión que edificó ahí Arturo “El Negro” Durazo (hoy sede de la Academia Mexicana de Ciencias).
Documentos de la compraventa.
Al momento de comprar la finca en San Miguel Xicalco, Toledo dijo ante un notario que era soltero y que vivía en un departamento de la colonia Los Olivos en la alcaldía Coyoacán, que tampoco ha declarado públicamente. En realidad, Mauricio Toledo nunca ha hecho público su patrimonio en todos sus años como político.
En su currículum entregado a la Cámara de Diputados, Toledo sostiene que de 1996 a 2000 trabajó como asesor en el Senado y en la Cámara de Diputados; de 2001 a 2004 trabajó en el PRD como consejero nacional, secretario de Asuntos Juveniles y coordinador Juvenil en el Distrito Federal.
No obstante, en cinco solicitudes de información distintas, el PRD nacional y local, así como ambos poderes legislativos federales, dijeron que no tienen ningún registro de pagos realizados a Toledo en ese periodo.
De acuerdo con información proporcionada por la Dirección de Finanzas de la Cámara de Diputados a EMEEQUIS vía transparencia, los recursos entregados a Toledo desde que inició su diputación en 2009 hasta que compró la finca en febrero de 2011 ascienden a 3.5 millones de pesos; es decir, un 63% del precio que pagó por la propiedad.
Aspectos del inmueble y de la localidad de San Miguel Xicalco. Fotos: Emeequis.
La Dirección de Finanzas de San Lázaro detalló que los 3.5 millones de pesos corresponden a ocho rubros distintos, entre los que se encuentran la dieta mensual, el fondo de ahorro, la gratificación de fin de año y los apoyos para gestiones legislativas, así como para transporte y hospedaje.
Dos exdiputados que fueron compañeros de Toledo en la LXI Legislatura hablaron con esta revista digital bajo condición de anonimato y coincidieron en que Toledo no podría haber comprado la finca de contado con sus ingresos como legislador federal.
“No se puede haber comprado de contado esa propiedad. Él iba poco a la Cámara y no le dábamos mucho chance, tenía poco poder. Lo conocíamos y le dábamos el menor espacio que se pudiera. No podía tener ingresos de esa cantidad”, comentó uno de los exlegisladores.
Tampoco hay registro de ninguna actividad empresarial suya: ni en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial ni en los sistemas de búsqueda del registro público del comercio de la Secretaría de Economía.
LOS ESCÁNDALOS
Toledo intentó sumarse en 1994 al PRD. Tenía inquietudes políticas acaso cultivadas por sus padres, una pareja de perseguidos políticos por el régimen de Augusto Pinochet en Chile, que encontraron refugio en México a finales de la década de los 70. Un día llamó a la casa de campaña de Coyoacán –en ese entonces ubicada en la colonia CTM Culhuacán– y se ofreció para ser representante de casilla.
En ese año el PRD vivía un momento de esplendor: después de la derrota de 1988 ante Carlos Salinas de Gortari, Cuauhtémoc Cárdenas formó el partido y se preparaba para competir por la Presidencia por segunda ocasión. El sol azteca aglutinaba a partidos socialistas, movimientos obreros, asociaciones campesinas, dirigentes estudiantiles del 68, estudiantes universitarios, exguerrilleros. Eran otros tiempos.
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Pero Toledo no cumplía aún la mayoría de edad y, a pesar de su entusiasmo, no podía ser representante del partido en ninguna casilla de votación, así que se sumó a las brigadas de jóvenes que repartían volantes e iban a los mítines. Sus zonas de acción, recuerdan los perredistas de esos años, eran las colonias del oriente de Coyoacán. Ya desde entonces le habían puesto el apodo de “El Tomate”, por sus mejillas que fácilmente se ponían rojas.
“Era muy activo, era un chavo muy prendido, a la gente le agradaba verlo porque era muy consciente y eso era una señal de que los jóvenes se interesaban en el PRD “, comentó uno de los dos candidatos a diputado de Coyoacán de 1994.
Paradójicamente, ahora es Toledo quien es acusado de perseguir políticamente a militantes de su partido. El 21 de enero de 2018, Reforma dio a conocer que el exdiputado local Alejando Robles y su familia solicitaron refugio en Canadá, ante múltiples amenazas del exdelegado. Por estos hechos, la CNDH emitió la recomendación 63/2018.
El exdelegado se ha visto envuelto en escándalos de todo tipo: desde clientelismo hasta amenazas de muerte, pasando por señalamientos de corrupción de varios tipos. Lo mismo en el supuesto cobro de diezmo que en la agresión a simpatizantes de Claudia Sheinbaum; en el manejo irregular de recursos de la reconstrucción, en el uso de aviadores en sus módulos de atención y en la compra de votos.
Él mismo se describe en Twitter como allendista y nerudiano. Sin embargo, entre sus allegados se cuenta el chiste de que si no se robó los icónicos coyotes de la fuente delegacional, fue simplemente porque no le gustaban.
EL NUEVO FICHAJE DEL PT
El 2 de octubre de 2018 Mauricio Toledo hizo un posicionamiento como diputado perredista frente al Comité 68 Pro Libertades Democráticas que escuchaba una sesión solemne en San Lázaro: “Efectivamente, seguiremos luchando para que nunca más pase lo que sucedió en 1968 y que la patria que construyeron esos estudiantes sea recordada con valentía y dignidad”.
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Pero tras unos breves aplausos, otro legislador pidió la palabra al presidente de la Mesa Directiva. “Quiero pedir una disculpa al comité del 68, al rector de la UNAM, al director del Politécnico. Me parece un agravio que quien usó la palabra hace un momento a nombre del PRD lo haya hecho; justo representa lo contrario de lo que dijo defender en tribuna, les ofrezco una disculpa y le agradezco que me haya permitido hacer esta moción de orden, diputado presidente”.
La rechifla contra Toledo se hizo presente, pero el pleito con su compañero de legislatura no duraría mucho. Quien lo acusó de representar al régimen priísta de 1968 fue el diputado Gerardo Fernández Noroña, el mismo que, dos años después, le dio la bienvenida al Partido del Trabajo, junto con los jerarcas del mismo.
Toledo presumió su llegada al PT de Noroña en su cuenta de Twitter. Foto: @mauriciotoledog.
Ahora, con varias cuentas pendientes, la expulsión del PRD a cuestas y un patrimonio totalmente opaco, Toledo se ha unido a las filas del PT en un intento fallido para conformar la tercera fuerza política en la Cámara de Diputados, y con la promesa de poder formar parte de los órganos de dirección del partido.
Los días del joven cardenista que pintaba bardas en Coyoacán han quedado atrás. Un nuevo futuro se vislumbra para él y aún está por verse si la Cuarta Transformación le guarda un lugar entre sus conversos.
Mauricio Toledo no respondió a diversos intentos por contactarlo por parte de EMEEQUIS.
@maumondeo