EMEEQUIS. Con la llegada de la Cuarta Transformación, se prometió a lo largo y ancho del país que se terminarían con los contratos desventajosos para los trabajadores.
Sin embargo, estos dichos no llegaron a la Ciudad de México, donde existen cerca de 16 mil 487 personas de 64 dependencias que están contratadas por honorarios, muchas de las cuales se encuentran en una simulación legal, pues aunque sus contratos estipulan que no existe una relación laboral, se les obliga a tener un lugar fijo de trabajo, cumplir un horario y hasta asistir a eventos políticos de Morena.
EMEEQUIS entrevistó a personal que trabaja o trabajó en dependencias como Pilares, la Secretaría de Cultura, la Secretaría de Movilidad, Faros y distintas alcaldías de la CDMX. En estos testimonios, hay una denuncia recurrente respecto a las condiciones de abuso laboral para el personal de honorarios, en una situación que es de pleno conocimiento por parte del gobierno encabezado por Claudia Sheinbaum Pardo.
Así lo vivió Octavio, ex trabajador de Movilidad que pidió guardar su identidad por temor a represalias en su actual trabajo. Él se desempeñó durante 2 años bajo el régimen de honorarios:
“Como tal en el contrato que entrega Capital Humano, al menos el de los dos años previos al 2023, no estipulaba un horario definido; evidentemente, no mencionaba horas que estuviera que estar presencialmente”.
Ingresó durante la pandemia. “Nos tocaron las contingencias del transporte, me refiero al incendio de Delicias (puesto de mando) que repercutió en las 6 líneas del metro, la Línea 12 (derrumbe) y demás hechos que se suscitaron a lo largo de ese periodo”.
Dice que el primer mes que estuvo ahí, aunque tenía funciones específicias, “se me solicitó realizar actividades fuera de mis funciones: tuve que realizar la entrega de materiales e insumos, llámese chalecos, gorras, panfletos, ‘N’ cantidad de cosas que se requirieran para el servicio emergente de las 6 líneas (del Metro)”.
“En algún momento, con nuestros directores generales, se habló con contar con un servicio de gastos médicos, ya que sí presentamos varios incidentes a lo largo de esos años: hubo personas fracturadas, lesiones y en alguna ocasión intentaron atropellar a uno de mis muchachos, no había una cobertura como tal de un servicio médico”. Relata que en este trabajo había que estar en la calle, entre coches, autobuses, motocicletas y otros vehículos, arriesgando la vida sin recibir protección del Estado.
Esta situación no es exclusiva de la SEMOVI, como así lo explica una persona que trabajó en un puesto de estructura de la CDMX en Pilares, uno de los programas estrella de Claudia Sheinbaum. La ex funcionaria dice que las condiciones en las que están los trabajadores honorarios “no son las mejores”.
“Ellos, tanto como nosotros (administrativos), deberían tener derecho a vacaciones, deberían de respetarse sus horarios laborales, debería respetarse la zona en la que deben trabajar”.
Menciona que también debería respetarse la firma de su contrato: “Porque muchas veces les tardan para firmar y por consiguiente tardan en pagarles. Si no me equivoco, ellos ganan por mes”. No tienen día de cobro exacto, “pueden cobrar del 1 al 10 de cada mes, no tienen una fecha exacta, no pueden hacer planes”.
“Ellos no han tenido un aumento de sueldo, son ellos los que han salido a poder cubrir el auxilio a los pasajeros de RTP como apoyo para el metro, las vacunas, los eventos, ellos terminan siendo como el comodín de la Secretaría (de Cultura)”.
Explica que este trato depende también de sus jefes directos: “A veces uno cree que viene desde arriba, pero sus compañeros y sus jefes directos también tienen gran responsabilidad”.
En el área de Pilares, el personal de honorarios fue el que estuvo a cargo de las vacunas en la CDMX, de los refrigeradores, “de todas las larguísimas filas, de las largas jornadas, para que todos pudiéramos contar con nuestra vacuna”.
“Terminan siendo solo eso: apoyo, el comodín, el honorario, el que no tiene derecho a vacaciones, el que no sabe cuándo va a cobrar. El que tiene que estar hasta que sus jefes le digan”.
En cuanto a las marchas para apoyar a eventos de Claudia Sheinbaum, la ex funcionaria responde: “Pues qué te digo, de alguna manera todos sabemos que contamos con esa responsabilidad de participar. Hay jefes, áreas específicas, en las que, de manera muy concreta, se da esta instrucción. Hay otras en las que no, en las que sólo se invita”.
VAN A OFICINAS Y MÍTINES; NO TIENEN DERECHOS LABORALES
EMEEQUIS revisó los contratos de 5 trabajadores y extrabajadores que pudieron comprobar una relación laboral con distintas dependencias de la CDMX. En todos los contratos, se estipula que ya que el trabajador está bajo honorarios, no hay una relación laboral, y por lo tanto, no tiene obligaciones en cuanto a asistencia fija, horario y subordinación con personal de estructura. En el caso de un contrato trabajador de la Secretaría de Cultura, se lee el siguiente párrafo:
“Los servicios materia de este contrato son de naturaleza administrativa”, explica el texto, “y en consecuencia no constituye relación ni genera derecho alguno de carácter laboral, ni de carácter permanente para ninguna de las partes. En consecuencia no procederá acción alguna por parte de ‘EL PRESTADOR’ en materia laboral”.
Por esta razón, en ninguna parte del contrato se estipula un horario de servicio o una zona de trabajo específica para realizar sus funciones, y no se mencionan periodos vacacionales, prestaciones y otros derechos que la trabajadora debería tener, ya que cuenta con mensajes e instrucciones para comprobar su relación laboral, jerárquica y presencial.
“Tenemos contratos por bimestre, a veces por trimestre, a veces por mes, pero sí debo cumplir con un horario establecido que generalmente no se respeta. Debemos cubrir 5 días de trabajo a la semana, pero generalmente trabajamos los 7 días de la semana. Y he tenido que asistir a eventos de Claudia Sheinbaum”, señala el trabajador.
Explica que aunque los jefes no ordenan explícitamente el asistir a eventos políticos “sabemos que podría haber algunas consecuencias si no asistimos a estas convocatorias, no sólo del gobierno de la Ciudad, sino del gobierno federal, como la última concentración que hubo en el Zócalo”.
En el caso del ex trabajador de la SEMOVI, su contrato detalla que sus funciones no estaban relacionadas con trabajo de campo.
Por su parte, un trabajador de una de las alcaldías, que forma parte de la plantilla de trabajadores de la CDMX, también compartió su contrato con EMEEQUIS. En él también se puede leer que la relación que tiene con su alcaldía “no le es aplicable la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, reglamentaria del Apartado “B” del Artículo 123 constitucional, ni la Ley Federal del Trabajo, por lo tanto se encuentra excluido de las referidas disposiciones legales, en razón de ser de naturaleza civil y no laboral”.
Como en los otros casos, el trabajador pudo comprobar que posee una relación laboral en la que se le obliga, aunque no esté en su contrato, a asistir a la oficina, a un horario que algunas veces supera las 12 horas y sin vacaciones de ley, y de vez en cuando, se le exige ir a eventos políticos:
“Básicamente son mítines donde hay que apoyar a distintas figuras políticas de Morena, en particular los de Claudia Sheinbaum. Incluso nos han puesto playeras y dado banderas para participar en los mítines en jornadas que duran más de 8 horas, sin pago de horas extras”.
En la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, Reglamentaria del Apartado B) del Artículo 123 Constitucional, se especifica que “Trabajador es toda persona que presente un servicio físico, intelectual o de ambos géneros, en virtud de un nombramiento expedido o por figurar en las listas de raya de los trabajadores temporales”.
En esta ley se “prohíbe la subcontratación de personal en beneficio de las dependencias e instituciones a que se refiere el artículo 1o. de la presente Ley”.
Se estipula que “Serán condiciones nulas y no obligarán a los trabajadores, aun cuando las admitieren expresamente, las que estipulen
I.- Una jornada mayor de la permitida por esta ley”, así como “Un salario inferior al mínimo establecido para los trabajadores en general, en el lugar donde se presten los servicios”.
Asimismo, un trabajador que tiene nombramiento, según la ley, es aquel que cuenta con la “La duración de la jornada de trabajo (8 horas)” y “El lugar en que prestará sus servicios”.
La misma Procuraduría de Defensa del Trabajo dependiente de la Secretaría del Trabajo establece:
“Bajo la figura del trabajo por honorarios no existe un vínculo laboral entre las partes de dicho contrato, ya que no hay la subordinación como elemento distintivo de una relación laboral, al considerar a la prestación de servicios profesionales como un ejercicio independiente de determinada función, sujeta a la autonomía de la voluntad de las partes contratantes.
Sin embargo, si el trabajador fue contratado por honorarios, tiene un horario fijo, recibe órdenes o instrucciones de un jefe superior inmediato, se encuentra desempeñando sus funciones en el lugar de adscripción fija, se habla de una relación de trabajo y tiene derecho a prestaciones”.
Guillermo Ríos Guerrero, abogado, explica en entrevista que “mientras prestes relaciones subordinadas, es una relación laboral”. Esto es “técnicamente es un incumplimiento a las condiciones de trabajo establecidas en la Ley Federal del Trabajo”.
“Los trabajadores por honorarios en realidad tienen derecho prácticamente a todas las prestaciones laborales”, señala, “pero cuando no se las dan, se encuentran en la encrucijada de denunciarlo o perder su trabajo”.
El abogado recalca que la justicia laboral en México “no es la más eficaz” para el trabajador.
ADMITEN JORNADA LABORAL DE PERSONAL DE HONORARIOS
EMEEQUIS contactó a la oficina de Comunicación Social del Gobierno de la Ciudad de México para conocer su postura sobre estas irregularidades laborales. Tras unos días de espera, esta casa editorial recibió una llamada de Daniela Vega, directora de Prensa del Gobierno de la Ciudad de México.
La funcionaria pidió que se le compartieran los contratos de los trabajadores de honorarios en poder de EMEEQUIS para que pudieran ser “revisados” por el gobierno capitalino. Al señalar que esto violaría la confidencialidad de la fuente, insistió en que estos fueran testados para que pudiera leerlos.
Sobre la situación del personal de honorarios que asiste bajo un horario y sin prestaciones a instalaciones de la CDMX, Vega respondió que “aunque estén en honorarios, trabajan. Aquí tenemos trabajadores que asisten de manera presencial, (ser de honorarios) no te exime de presentarte a tu chamba”.
Se le cuestionó si los trabajadores de honorarios que refirió laboran en la oficina de Comunicación Social. No se obtuvo respuesta.
Dijo que en el sector privado, ella había estado en esa situación laboral sin prestaciones: “Los honorarios tienen que asistir presencialmente”, reiteró. Al preguntársele si esta situación irregular representaba una simulación laboral, Vega contestó: “¿Por qué una simulación?”
Además, se mostró en desacuerdo con que se utilizara “esa palabra en particular”, simulación, para referirse a los contratos de honorarios que, aseguró, estipulan que se tiene que acudir a un lugar de trabajo en un horario establecido (líneas que no aparecen en ninguno de los contratos revisados por EMEEQUIS).
Al pedirle que confirmara sus afirmaciones, respondió que “Solo ponía como ejemplo mi caso en particular. Yo no soy una voz para responderlo (sic)”.
JORNADAS DE 12 HORAS DE TRABAJO PARA HONORARIOS
Andrés, que pidió guardar su identidad porque un familiar suyo aún trabaja en la administración pública, fue durante 2 años y medio trabajador de comunicación audiovisual para el Gobierno de la Ciudad de México, en una de las alcaldías del sur de la CDMX (gobernada por Morena). Después de trabajar en la campaña, pudo ingresar al servicio público:
“El contrato nos lo hacían firmar cada dos meses, pero en ningún momento había tiempo como para poderlo leer”.
Explica que por lo que pudo hojear, el contrato no indicaba el horario a laborar. EMEEQUIS obtuvo confirmó este hecho luego de conseguir el documento a través de transparencia.
“En mi caso eran hasta jornadas de 12 horas, no había días de descanso, días de asueto oficiales, había veces que nos citaban para eventos políticos. Todo era cuestión de lo que nos pidieran nuestros líderes, y si no, corríamos el riesgo de perder el trabajo”.
—¿Tuviste que asistir a eventos políticos de Claudia Sheinbaum?
—El activismo político, se podía decir, sí, nos obligaban a llevar cierto número de personas. En cuestión de nuestros líderes, nos decían que teníamos que juntar tanta gente y sí, íbamos a eventos de Claudia, eventos de Andrés Manuel López Obrador y mayormente a eventos del partido Morena.
También se les pedía dinero para rentar autobuses: “Los jefes eran muy autoritarios” en ese sentido. Había que pagar comida, cartulinas o lonas.
Comenta que en su caso y en el de otros trabajadores por honorarios, el gobierno de la CDMX tardaba en firmarles contrato, por lo que el sueldo también se retrasaba: “Hasta que les daban contrato, hasta que hubiera folio”.
“Fueron aproximadamente 8 meses en los que yo no tuve contrato y ningún beneficio económico. Por parte de los jefes siempre eran promesas de ‘sí, estamos viendo tu trabajo, ya llega el siguiente mes’”.
Cuenta que había compañeros suyos que esperaban hasta casi un año, “había compañeros que ni siquiera les llegaban a pagar y mejor se iban”.
Incluso había que hacer favores personales a los jefes. Algunas veces era hacer mandados, “como llevar al médico a algún familiar del jefe, hasta la despensa, llevar a los hermanos a las escuelas”.
Como personal de honorarios, también tenía que llevar equipo de las oficinas gubernamentales a casa de los jefes: material de cómputo, mobiliario, “eso se vio mucho en la pandemia”, ya que los directores de área trabajaban desde casa y había que hacerles la estancia “más cómoda”, mientras los trabajadores sin derechos laborales salían a las calles para laborar día y noche, aunque su estabilidad y la de sus familias pendiera de un hilo sostenido por la corrupción y la simulación del gobierno de la Ciudad de México.
@Ciudadelblues
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