A fines de junio hubo inundaciones en Cuautilán Izcalli, Estado de México, que tomaron desprevenidos a gobierno y población. Fotos: Rogelio Morales / Cuartoscuro.com.
EMEEQUIS.– A pesar de los riesgos que implican los ciclones tropicales en las costas del Pacífico y el Atlántico, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no cuenta con un Atlas de Riesgo en al menos 13 entidades, lo que las hace vulnerables a este y otros fenómenos naturales.
De acuerdo con documentos oficiales en poder de EMEEQUIS, es limitada la información de estudios geológico-ambientales que aporten conocimiento para tomar decisiones que permitan prevenir, mitigar y atender afectaciones derivadas de fenómenos naturales como sismos o inundaciones o los causados por actividad humana.
“No existe suficiente información actualizada acerca de la vulnerabilidad por fenómenos naturales de algunas comunidades; ni tampoco Atlas de Riesgos que identifiquen los peligros que amenazan a las personas, sus bienes o la infraestructura”, reconoce el Servicio Geológico Mexicano.
Chihuahua, Durango, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Oaxaca de Juárez, Puebla de Zaragoza, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora y Zacatecas, son las entidades que no cuentan con Atlas de Riesgo.
Hace unos días se registraron inundaciones en los municipios mexiquenses de Ecatepec, Cuautitlán, Chalco, Chicoloapan, entre otros, las cuales exhiben la falta de un Atlas de Riesgo para proteger a los habitantes y su patrimonio.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) pronostican que 41 ciclones se formarán en el océano Atlántico y el Pacífico en la temporada 2024, de los cuales, al menos cinco ciclones tropicales posiblemente impactarán al país.
En el Océano Pacífico se formarán entre 15 y 18 ciclones tropicales, mientras que en el Océano Atlántico se formarán entre 20 y 23. En el Pacífico de 3 a 5 huracanes que tendrán categorías 3, 4 o 5; mientras que en el Atlántico de 4 a 5 que tendrán categorías 3, 4 o 5.
Las autoridades federales admiten “la poca información” sobre las zonas de riesgo que pueda servir para prevenir tragedias humanas y materiales.
“Escasa inversión para prevenir posibles desastres. No se apoya a los municipios para generar su propio Atlas de Riesgos con información actualizada en zonas vulnerables y expuestas a algún tipo de peligro, o bien planes de ordenamiento territorial”, se afirma.
Tampoco se cuenta información sobre el suelo donde han sido construidas zonas habitacionales en estas entidades, lo que hace vulnerables a las viviendas a las inundaciones, hundimientos, sismos, entre otros.
“Sobreexplotación de los acuíferos y construcción de casas o escuelas en zonas en las que potencialmente se pueden generar huecos o cavernas en el subsuelo, o bien por la existencia de obras mineras subterráneas inactivas o abandonadas. Obras de infraestructura mal ejecutadas y, en general, actividad antrópica peligrosa”, se expone.
Pero además de Atlas de Riesgo, en estas 13 entidades tampoco se cuenta con estudios de ordenamiento territorial, manifestación de impacto ambiental, estudio de línea base, estudios de análisis de riesgo por fenómenos naturales en zonas rurales y urbanas, estudio de vulnerabilidad por fenómenos naturales en zonas urbanas, y análisis de elementos químicos en zonas mineras para determinar la calidad ambiental del entorno.
“Insuficientes datos para formular planes de ordenamiento territorial o de línea base para documentar las condiciones ambientales de una zona antes de ser impactada. Existe poca información de actividad antrópica relativa a las obras de infraestructura mal ejecutadas, los sitios de abastecimiento de combustible o la ubicación de industrias mal planeadas que podrían poner en riesgo a las personas”, reconocen las autoridades.
El no contar con estudios técnicos adecuados implica ubicación de parques industriales en sitios que no cumplen con los requisitos que establecen las normas; no se identifican correctamente las zonas seguras para ubicar nuevos asentamientos urbanos y relocalización de los que estén en riesgo.
“Por falta de los debidos estudios de pasivos ambientales, se abandonan desechos industriales de todo tipo que podrían afectar la salud humana y el medioambiente. Grietas y colapsos en los suelos por sobreexplotación de acuíferos”, señala.
Los pocos estudios con que se cuenta los solicitan los gobiernos municipales, los desarrolladores inmobiliarios, las compañías mineras y las empresas dedicadas a la extracción en bancos de materiales. Las 32 entidades deben contar con Programas de Ordenamiento Territorial actualizados cada cinco años.
No se tiene la identificación de zonas vulnerables y más propensas a ser afectadas por algún fenómeno natural destructivo, tampoco diagnósticos de la problemática, ni propuesta de medidas de prevención, mitigación y atención de desastres, tanto para la población como como para la infraestructura.
“Llevar a cabo estudios geológicos aplicados al medio ambiente en el territorio mexicano, con el objetivo de implementar medidas de apoyo y propuestas de solución a problemas ocasionados por una mala planeación territorial, así como establecer estrategias para prevenir, reducir, mitigar y atender afectaciones a la población derivadas de fenómenos naturales y antrópicos. Adicionalmente, contribuir a la planeación adecuada del uso del suelo para minimizar conflictos entre los sectores productivos y sociales, brindando asistencia técnica integral a las autoridades municipales y a la población en general, de modo que se cumpla con la normativa y la legislación ambiental vigente”, solicita el Servicio Geológico Mexicano.
La temporada de ciclones tropicales está en curso y el gobierno de México resolverá las emergencias conforme se vayan presentando, sin tener un estudio, un Atlas de Riesgo, que permita establecer una estrategia de prevención o contención.
@Alatriste_III