EMEEQUIS.― La compulsión del gobierno obradorista por apoyar nuevos emprendimientos no discrimina militancias partidistas. Así lo comprobó la Eugenia Hererra Aguirre, exdiputada local priísta en Michoacán, cuya compañía recibió el impulso de varios contratos del gobierno federal a los pocos meses de ser creada.
Herrera Aguirre es una profesora de prescolar y licenciada en administración, de origen jalisciense, pero asentada en Lázaro Cárdenas, donde fue funcionaria de distintos ayuntamientos encabezados por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
También ocupó algunas posiciones burocráticas de la Comisión Nacional Forestal (Confor), y cerró el sexenio pasado como diputada al Congreso de Michoacán dentro del grupo parlamentario tricolor.
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En enero de 2019, es decir, prácticamente al alba de la era obradorista, Herrera Aguirre fundó una empresa de mantenimiento vehicular, refacciones y suministro de combustible: Industrial Services Heciso.
No pasaron más que cinco meses para que la unidad de compras de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) hallase a la empresa de Herrera Aguirre y la invitara a ganarse unos contratos. Y se los ganó, el mayor por casi un millón de pesos.
Para 2021, la exdiputada Herrera reapareció en las lides electorales, pero esta vez no bajo el patrocinio del tricolor, sino como abanderada a una nueva diputación local, pero en representación del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), que si bien jugó con candidatos propios en 2021, rindió su apoyo público al morenista Alfredo Ramírez Bedolla en cuanto éste asumió la gubernatura.
Y hasta se llevó a su socia, Lucero Cisneros Lemus, como candidata suplente.
Socias y compañeras de fórmula.
EN BUSCA DE UN SUEÑO
El 6 de abril de 2018, la priista Eugenia Herrera Aguirre rindió protesta como diputada a la LXXIII Legislatura de Michoacán. En 2015 había participado en la fórmula de su correligionaria tricolor, Eloísa Berber Zermeño.
Pero Bérber Zermeño pidió licencia y se fue en busca de un nuevo puesto, lo que permitió a Eugenia Herrera asumir la diputación. era la mayor posición que hasta entonces había alcanzado.
Antes se había desempeñado como burócrata de dependencias federales y, después, en posiciones del ayuntamiento de Lázaro Cárdenas. Fue por ejemplo enlace de presupuestos y jefa de área en la Comisión Nacional Forestal (Conafor),
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En 2015 incursionó en la política local. Fue nombrada ese año como coordinadora de proyectos, y en 2017, titular de la Unidad de Mejora Regulatoria en 2017 y del ayuntamiento de Lázaro Cárdenas, que encabezaba el priísta Armando Carrillo Barragán.
Para marzo de 2018 ya andaba en campaña con su correligionaria priísta Eloísa Berber. Ganaron. No obstante, Berber Zermeño pidió licencia para buscar la alcaldía de Lázaro Cárdenas y Eugenia Herrera ocupó la curul.
Fueron meses de gloria para Herrera Aguirre. Le fue asignada, en el Congreso local, la presidencia de la comisión para la Zona Económica Especial, por lo que mantuvo interlocución con la autoridad federal para la zonas económicas especiales y otras instancias del gobierno federal.
Pero fueron sólo unos cuantos meses. Después de perder la alcaldía, la titular de la diputación, Eloísa Berber, retomó sus actividades legislativas.
Habían sido meses espléndidos para Eugenia Herrera, pero habían terminado.
LA FUNDACIÓN DE HECISO
De modo que se abocó a los negocios. Tenía experiencia como copropietaria de un jardín de niños, y además había trabajado para una empresa de mantenimiento. Pues con eso.
El 19 de enero de 2019 fue registrada ante notario, en el municipio de Lázaro Cárdenas, Michoacán, la compañía Industrial Services Heciso. La empresa fue formada por Eugenia Herrera Aguirre, Lucero Cisneros Lemus, y Miguel Valencia Zaragoza, presidenta, secretaria y tesorero de la sociedad.
Se consiguieron como comisaria a Irma Violeta Cisneros Lemus, encargada de recursos humanos en la compañía Documentadores Aduanales del Pacífico.
En el acta notarial de Heciso se describe que la empresa tiene como propósito comercial: la compra, venta, mantenimiento y reparación de equipo mecánico y eléctrico, de maquinaria y equipo de vehículos a diesel y a gasolina; construcción en general de cualquier tipo de obras de ingeniería civil, mecánica, eléctrica, electromecánica industrial o de materiales refractarios; suministro de bienes, trabajos, empleados, trabajadores e insumos a empresas para el desarrollo de su actividad; instalación, venta, elaboración, importación, exportación de material refractario industrial; servicios técnicos y de consultoría en ingeniería civil, industria , arquitectónica; montaje y desmontaje de todo tipo de estructuras metálicas, así como su comercialización.
EL HALLAZGO
Sólo cuatro meses meses y 17 días después, Industrial Services Heciso fue localizada por la unidad de compras de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), dependencia a la que urgía darle un contrato a la empresa de la diputada priísta.
Y así fue. El 22 de abril de 2019, Marlén Campos Baltazraes, de la unidad de compras de la Estación de Combustibles Lázaro Cárdenas de ASA, convocó a un procedimiento de contratación de un “servicio de mantenimiento mayor y menor a las unidades de servicio y apoyo de la estación de combustibles de Lázaro Cárdenas”.
El contrato se le asignó a Heciso, por 139 mil 980 pesos. Era el primero que caía.
El 15 de julio se le asignó un nuevo contrato, con vigencia de menos de dos meses, por el servicio de “mantenimiento preventivo y correctivo de vehículos de servicio y apoyo de la estación de combustibles de Querétaro”, por 967 mil 500 pesos.
Para el 22 de julio, la empresa de la diputada Eugenia Herrera consiguió un tercer contrato, éste por cinco meses de servicio de “mantenimientos preventivos de las unidades a diesel y gasolina de estación de combustibles de Zihuatanejo, Guerrero”, por 243 mil 975 pesos.
Al día siguiente, el 23 de julio, le fue asignado un contrato de adquisición. Le compraron refacciones para un vehículo, “la unidad C-178 de la estación de combustibles de Querétaro”, por 117 mil 082 pesos.
El 25 de noviembre, la misma unidad compradora le compró neumáticos para cuatro vehículos ― las unidades de servicio C-118B, C-105A, C-178 y C-798― a un precio de 102 mil 920 pesos.
En total sumó una facturación de 1 millón 571 mil pesos.
EL SALTO
Para 2021, Eugenia Herrera reapareció en las lides electorales. Para sorpresa de los grupos políticos de Lázaro Cárdenas, Herrera Aguirre se había hecho de la candidatura a la diputación local por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), una franquicia que ahora juega para los intereses del obradorismo.
De hecho, el candidato obradorista en la entidad, Alfredo Ramíres Bedolla, fue postulado por la Coalición Juntos Hacemos Historia en Michoacán, que formó el PT y Morena, pero que subrepticiamente fue apoyada por el PVEM, y cuya alianza se confirmó en la legislatura electa en esos comicios.
Para mayor claridad, el dirigente estatal en Michoacán, Ernesto Núñez Aguilar, brindó públicamente el apoyo del PVEM al morenista Alfredo Ramírez Bedolla.
Otra sorpresa fue que su socia en Heciso, Lucero Cisneros Lemus, apareció como secretaria de Organización del comité municipal del PVEM en Lázaro Cárdenas. Pero no sólo eso, Cisneros figuró como suplente de Eugenia en la candidatura a la diputación.
En la campaña se presentaban como empresarias interesadas en la participación política, sonrientes, juntas. Perdieron. Pero sólo la elección.