EMEEQUIS.– Si algo saben las mafias sobre los guardaparques, es su falta de equipo y dinero para vigilar todos los días las Áreas Naturales Protegidas (ANP). Por eso, de manera paciente, aguardan el momento adecuado para salir a sus anchas a cazar jaguares en las selvas, asaltar huevos de tortugas en las costas, extraer arrecifes de coral, talar hectáreas de bosques, saquear toneladas de arena del desierto y arrasar manglares.
“Cada vez que no salimos hay una ilegalidad. Hay mafias organizadas, son muy listos”, dice María del Carmen García, directora del Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos, quien se enfrenta a la pesca furtiva de caracol rosado en Quintana Roo. Pero ella no se rinde, ni sus compañeros; cuando no les alcanza el dinero, piden ayuda a voluntarios, organizaciones y cooperativas pesqueras… aunque a veces el dinero sale de sus bolsillos.
Ella se ve limitada diariamente, como toda la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), debido a los recortes presupuestales, que no dejan de llegar, como el sargazo; sobre todo el último del 75% que anunció el gobierno de México. “Sin guardaparques, las áreas se verán rápidamente afectadas”, lamenta la maestra en ciencias.
“Están aniquilando su operación”, dice Alfredo Arellano, exdirector de la Península de Yucatán y El Caribe. “Le están dando el tiro de gracia”, comenta Carlos Castillo, extitular del Noroeste y el Alto Golfo de California. “Conanp está sangrando”, dice Jaime González, exdirector de cuatro áreas naturales en Quintana Roo. “Trabajan en condiciones que no son las óptimas”, comenta Eglantina Canales, actual secretaria ambiental en Coahuila.
Ahora parece que se trata de un hecho el recorte: las oficinas regionales recibieron a finales de mayo un correo electrónico de “alta” prioridad desde oficinas centrales de Ciudad de México, cuyo contenido les anunciaba un recorte, derivado de las medidas de austeridad: “No se ejercerá el 75% del presupuesto disponible de las partidas de servicios generales y materiales de suministros”, rezaba el contenido, al cual tuvo acceso EMEEQUIS.
Aviso de los recortes que vendrían.
Después de ello les avisaron que tenían hasta este lunes 15 de junio para desalojar las oficinas regionales que corresponden a las 182 ANP, pues se acabó el dinero para la renta de los inmuebles, la luz y el servicio de internet. “Estamos de mudanza”, bromean entre sí los trabajadores. Aunque la Conanp aclara que serán incorporados en las secretarías ambientales locales con las demás comisiones para mejorar la coordinación.
Sin embargo, en estas últimas dos semanas trasladaron a sus casas computadoras, documentos, equipos para monitorear terrestre y acuáticamente, entre otras herramientas. “Nos están quitando una oficina que está en la reserva que es un centro neurálgico, y eso está pasando en todas las ANP”, dice una guardaparques.
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Esto que se avecina viene a acumularse con otros problemas que se enfrentan desde el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto: disminución de combustible, vehículos acuáticos y terrestres sin mantenimiento, descenso de personal y amenazas del crimen organizado. Sin embargo, consideran que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador continúa la lógica de los tijeretazos, sin primar la sustentabilidad y las condiciones laborales.
La revista EMEEQUIS entrevistó a 20 guardaparques, directores y exdirectores regionales de la Conanp, quienes coinciden en que ese recorte no tiene precedentes, por lo que se trata de “un tiro de gracia”. Si bien coinciden en que, los descensos han sido consistentes cada gobierno, refutan que, en lugar de replantear “con bisturí”, debilitan a las ANP, dejándolas a merced de la cacería furtiva, el contrabando de fauna, las construcciones ilegales, la tala ilícita, el vertimiento de residuos, el turismo no sustentable… y la lista es amplia.
También este medio habló con tres de los 24 exfuncionarios firmantes de la carta dirigida al presidente López Obrador el pasado 5 de junio:
“Implicaría el recorte de los guardaparques, y con ello queda desprotegida la posibilidad de trabajar in situ. Estaríamos volviendo a los setentas y ochentas con las reservas de papel, en donde no se puede estar en la custodia del territorio, ni en las acciones de conservación”, critica la doctora Julia Carabias, exsecretaria de Semarnat (1994-2000) y miembro de la asociación Natura y Ecosistemas Mexicanos.
“Significa para la Conanp paralizar lo poco que se venía haciendo con los escasos recursos en la conservación de la riqueza natural dentro de las ANP”, acusa el maestro Luis Fueyo, excomisionado nacional de la Conanp (2010-2015); Enrique Provencio, presidente del Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente (Ceiba), ataja: “Esta reducción anunciada para 2020 a partir del mes de junio, viene a sumarse a una reducción muy intensa en años anteriores”.
Sin embargo, el comisionado nacional de la Conanp, Roberto Aviña, no está de acuerdo, pues además de que considera que “no tienen la información completa” los firmantes, precisa que la estructura de Peña Nieto dejó daños. “Definitivamente el recorte de la administración pasada en el presupuesto general del sector ambiental viene cargando una desestabilización (…) Estamos planteando estabilizar esa parte”.
Respecto al recorte, el biólogo Aviña señala que todo va por buen camino, debido a que el presidente atendió una exposición que le hizo el secretario de Semarnat, Víctor Toledo, sobre la importancia de las ANP. “Ya tomó nota e instruyó al secretario de Hacienda para hacer una reducción exacta y no dejar inoperante a la Conanp”, apunta.
Los guardaparques desarrollan sus labores con carencias.
MALES ENDÉMICOS
La veintena de exfuncionarios y funcionarios ambientales de la Conanp de todas las regiones consultados por EMEEQUIS –Doce de ellos pidieron anonimato por temor a represalias– coincidieron en que, al paso de los años, se han reducido sus actividades de monitoreo por los recortes presupuestales.
Las actividades que tienen a cargo los guardaparques de Conanp son impulsar diversas iniciativas en materia de conservación y “el manejo sustentable de la biodiversidad” desde que se fundó hace 19 años. Si bien no tienen facultades para multar como la Profepa, su presencia como centinelas les permite patrullar y alertar a la Procuraduría ambiental, también apoyada por los vigilantes comunitarios.
“No pueden imponer sanciones, sin embargo, la función primordial de la Conanp es identificar dónde están los problemas, las violaciones a la ley”, apunta Raziel Villegas, abogado en derecho ambiental, quien preside la firma Geolegis y trabajó en Profepa.
Sin importar si la ANP es terrestre o marina, los guardaparques enumeran que los principales problemas son cinco: la reducción de gasolina; el mantenimiento de los vehículos terrestres y marinos, así como la antigüedad del parque vehicular; el recorte de personal y la inconstante renovación de los kits de seguridad.
Las ANP son carentes de infraestructura, algunas prístinas y otras con comunidades asentadas; por ello, el uso de los vehículos es “fundamental”, sin embargo, la disminución de recursos no les permite repararlos. Algunos guardaparques se convierten en mecánicos de sus autos, los cuales ya tienen mínimo 10 años de antigüedad.
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Se suma la falta de combustible para las camionetas 4×4 y las embarcaciones que, en ocasiones, no llegan a sus destinos. Por ejemplo, Arturo González, director del Parque Nacional Costa Occidental de Isla Mujeres, Punta Cancún y Nizuc, así como Manglares de Nichupté, requiere de 200 litros para patrullar cinco horas. “Si de los 30 días pudiera hacer 20 salidas, son 80 mil pesos de gasolina, pero recibo 15 mil pesos al mes”, explica.
Para patrullar, precisa González, los motores deben ser de 150 caballos de fuerza, no obstante, para consumir menos gasolina ocupan uno de 60. “Nos sale más barato. Si quieres acercarte a un pescador llevan mejores motores (…) si quieres llamar la atención a una embarcación privada, te dicen: ‘ni te me pegues, me vas a rayar mi yate’”.
Y cuando no hay ni una gota de gasolina se apoyan de las organizaciones, hoteles, comunidades y cooperativas pesqueras. “La Conanp llega hasta donde llega Coca-Cola y Bimbo”, comenta una funcionaria en torno a una broma que circula en oficinas centrales.
A esos lastres se añade que cada vez hay menos personal. “La distribución de las ANP ya está rebasada, tenemos muchas con uno o dos guardaparques supervisando dos o tres áreas naturales protegidas”, comenta Ricardo Gómez, extitular regional de la península yucateca y El Caribe. Sobre el recorte, señala: “Es literalmente ponerle la bota en la garganta a las instituciones ambientales”.
Lo anterior lo confirman la veintena de fuentes consultadas. “Yo soy el 100% del personal. Soy directora, subdirectora, guardaparques”.
El combustible para las embarcaciones escasea.
“LOS MALOSOS SE DAN CUENTA CUANDO NO PUEDES MOVERTE”
También las condiciones de seguridad se agravaron por el tráfico de drogas vía marítima y los laboratorios de estupefacientes sintéticos instalados en los bosques; los guardaparques no cuentan con vigilancia armada de la policía o el ejército, salvo en operativos con la Profepa; tampoco tienen facultades para estar armados.
“Los malosos se dan cuenta cuando no puedes moverte y es cuando hacen las cosas”, cuenta un guardaparques asignado en el Golfo de California.
Tampoco hay renovación constante de los kits de seguridad, según los entrevistados. “Comenzamos a renovar algunos el año pasado gracias a que se logró del cobro de derechos; fue la primera vez desde hace muchos años que Hacienda devuelve los recursos”, confirma Carolina Izaguirre, extrabajadora del área administrativa en Conanp.
Los “cobros de derecho” son un pase de entrada (en forma de pulsera) que se cobra a los turistas al ingresar a las ANP. Pese a que la SHCP les devuelve los recursos acumulados, según Izaguirre, sucede a finales de cada año, por lo cual, debido al ciclo presupuestal, “ya no te da tiempo y se devuelve a la Federación”.
El colmo: los guardaparques también la hacen de cajeros. Ellos realizan los cobros, cargan el dinero, depositan a la cuenta de Hacienda y envían el reporte de folios vendidos.
Para los guardaparques, estos problemas derivan en que no continúen su vinculación con las comunidades originarias e indígenas para desarrollar proyectos sustentables, así como en desproteger las áreas y que sean aprovechadas ilegalmente por mafias o particulares.
“No son un lujo, son una necesidad nacional, hay que hacerlas funcionar en beneficio de las comunidades rurales e indígenas y pueblos originarios que habitan en las ANP”, detalla Provencio.
Los vehículos muchas veces ya sobrepasaron su vida útil.
LOS TRES GOLPES
Entre 2016 y 2019, la caída del presupuesto de Conanp ha sido “en picada”, de acuerdo con la doctora Carabias. Se trata de unos 670 millones de pesos menos, equivalentes a un 49%, de acuerdo con un análisis de Ceiba, basado en información del Presupuesto de Egresos de la Federación de Hacienda.
Para ese momento, los guardaparques cubrían un total de 25.6 millones de hectáreas de ANP, cuyas categorías son las de reservas de la biósfera, parques nacionales, santuarios, áreas de protección y monumentos naturales
“Hace más de tres años se empezó a afectar a la Conanp, no sólo en sus gastos corrientes y de operación, sino en su personal”, refiere Provencio, economista ambiental.
Los servidores públicos de Conanp concuerdan en que la “peor época” sucedió a partir del 2016, cuando se encontraban al frente el excomisionado, Alejandro del Mazo, y el secretario de Semarnat, Rafael Pachianno, ambos cercanos al expresidente Enrique Peña Nieto. Dentro de las oficinas centrales la definen como la administración de los “mirreyes priístas”.
“Me tocó muy golpeada la Conanp: la época en la que estaban los jefes mirreyes”, narra una fuente, quien dice molesta que en ese tiempo se puso de moda que los altos funcionarios les dijeran a los subordinados: “Hagan más con menos”.
Dicho recorte se reflejó, pues en 2017 se incrementó el número de hectáreas de las ANP con 90.64 millones, lo que significó un 400% más por resguardar, al tiempo que descendieron el presupuesto de mil 386 mdp a mil 98; un monto similar al de 2012.
Ya con López Obrador al frente, el sector ambiental recibió un segundo golpazo. De los mil 132 mdp asignados en 2018, estos cayeron a 844 mdp durante su primer año de gobierno en 2019. Y las ANP continuaron creciendo.
El balance es escalofriante, de acuerdo con los datos de Ceiba: México destina 10 pesos por hectárea protegida, mientras que cada guardaparques es responsable de cuidar 70 mil hectáreas, una superficie que se traduce en casi la mitad de la Ciudad de México. “La Conanp no sólo hace demasiadas cosas, se le exige demasiado a su gente”, expone Jaime González, exdirector en cuatro ANP quintanarroenses.
El tercer golpe fue esquivado, todavía por el momento, pero se recibió el rozón. A raíz de la presión pública se continúa la negociación son la SHCP para evitar el recorte del 75%. Sin embargo, ya desde Ciudad de México dieron como límite este lunes para dejar las oficinas regionales, de acuerdo con las fuentes.
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Apenas este 11 de junio, el secretario de Semarnat, Víctor Toledo, dijo en una entrevista: “Estamos en la negociación porque hay otros rubros, pero ya estamos en eso”. Al respecto, Aviña clarifica: “Acabamos de solicitar 89 millones de pesos (…) Ya estamos avanzando para que en una o dos semanas se autorice ese dinero”.
Todo este balance deja mal parado a México a nivel global en cuanto al gasto de protección ambiental en proporción del Producto Interno Bruto (PIB). Desde el 2003, según el INEGI, México gastó entre 0.5% y 0.9%; por su parte, la Unión Europea destina el 2%, de acuerdo con Eurostat.
Si esto se contrasta a nivel regional, México está por debajo de Costa Rica y Brasil, según el estudio “El gasto en protección ambiental en América Latina y El Caribe. Bases conceptuales y experiencia regional” de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal), elaborado en 2014.
SALVANDO A LA CONANP
El pasado 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, 24 exfuncionarios de Semarnat, Profepa, Conagua, Conafor, Conabio e Ineec dirigieron una carta al gobierno de López Obrador para denunciar que las políticas actuales están causando un retroceso de 40 años.
Al respecto, el doctor Toledo señaló: “Estamos frente a un manifiesto de la derecha”. EMEEQUIS buscó su posición, sin embargo, Comunicación Social señaló que no se están autorizando entrevistas.
Para Carabias y Fueyo, se trata de una posición “lamentable”, pues consideran que ese recorte no sólo dejaría “inoperante” a la Conanp, sino que detendría el cumplimiento de acuerdos internacionales a los que está suscrito el país.
“Ojalá lleguen a un acuerdo de considerar a la protección de la biodiversidad mexicana como una actividad esencial (…) pero que no se descalifique”, detalla Carabias.
El comisionado Aviña responde a los firmantes: “Debería de manifestarse este tipo de actividades con información completa, no con supuestos”.
Además del grupo de exfuncionarios también se han añadido servidores de todos los niveles, pues al menos de 150 a 200 personas en campo serían removidas, particularmente de “Sinergia” del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), un trabajo de cooperación.
Por toda esta campaña, en algunos departamentos de Conanp pidieron supuestamente a los trabajadores que retiren mensajes de apoyo a la campaña de redes sociales #SalvemosConanp. “Me pidieron que bajara mis publicaciones de apoyemos a Conanp”.
El comisionado Aviña niega esa acusación: “No hay y no habrá como política del secretario ninguna restricción a ninguna manifestación laboral”.
Exista el recorte o no, los guardaparques alegan que la Conanp carga problemas que no han sido resueltos. “Diariamente exponen su vida”, enfatiza Gómez.
Por lo pronto, mientras los guardaparques comienzan a quedarse sin centros de operación, las negociaciones siguen con Hacienda. Será esta semana cuando Toledo anuncie el futuro de las Áreas Naturales Protegidas.
@AleMelgo